¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Sedición, quizás en breve rebelión, palabras mayores

Desobediencia, prevaricación, malversación. Hasta ahora, en la crisis de Estado desatada en Cataluña, las diligencias, las órdenes de registro, los autos judiciales… hablaban de esos delitos. Ahora ya empiezan a hablar de sedición -la Fiscalía, no solo la Guardia Civil-, y en breve quizás de rebelión. Palabras mayores, caminos con marcha atrás muy complicada, si no imposible.

Quizás con fundamento, o con indicios sobrados, no digo que no. Pero la espiral policial y judicial, que era inevitable que se desatara desde que en la primera semana de septiembre el Parlament catalán y el Govern empezaron a cruzar rayas rojas, no ha ido acompañada de una espiral política paralela, en el buen sentido de espiral y de política: el de hablar más, dialogar, afrontar los problemas, transar, pactar. Buscar caminos de futuro más allá del recodo o del cruce del 1 de octubre.

Lo que no han hecho durante al menos cinco largos años ni el bloque soberanista catalán ni el Gobierno de Mariano Rajoy.

Sin un cambio de actitudes y de voluntades, en breve nos resignaremos -parafraseando a Ferlosio- a que vengan más días malos que nos harán más ciegos.

La orden de detención de alcaldes, un exceso del fiscal

La orden ayer miércoles del fiscal general del Estado, José Manuel Maza, para que se cite como imputados a los 712 alcaldes catalanes que han anunciado que cederían locales municipales para el 1-0 y para que, si no comparecen, «se proceda a acordar su detención y presentación en Fiscalía» por parte de los Mossos d’Esquadra está suscitando mucho debate público en ámbitos políticos y también, en voz más baja, en ámbitos jurídicos.

Diferentes juristas con los que hablo coinciden en que estamos ante un exceso por parte de Maza. Y lo argumentan así:

A día de hoy -o de ayer, cuando se dio la orden, 18 días antes del 1-0, en lo de los alcaldes estaríamos ante «un anuncio anticipado de lo que, si se produjera, sería un acto de colaboración con un acto ilegal». El principal acto ilegal, si se produjera, sería la celebración de un referéndum que el Tribunal Constitucional ha suspendido y ordenado que no se haga. Si el Govern, como convocante, consigue que se celebre, aunque sea parcialmente, se estarían cometiendo delitos de desobediencia y prevaricación -el de malversación no ha sido admitido hasta ahora por el TSJ de Cataluña, en los casos en que se ha pronunciado-, delitos que llevan aparejadas penas de inhabilitación y de multas, pero no de prisión.

-Si aunque cometieran el delito y fueran condenados por ello no habría prisión para los que impulsan un referéndum que estás suspendido por el Constitucional -comenta uno de mis interlocutores- no tiene lógica jurídica que se ordene, a medio mes largo del 1-0, cuando aún no se ha cometido ni el delito ni la colaboración con el delito, «la detención» de un alcalde simplemente porque no comparezca a la citación de un fiscal.

En las órdenes de citación de un fiscal, me añaden, sólo se suele añadir expresamente que se detenga al citado si no comparece cuando los delitos son más graves y llevan aparejada penas de prisión, e incluso en muchos de estos se evita el término «detención» y se sustituye por la expresión de que sea «conducido por la fuerza pública».

-En lo de los alcaldes estamos ante una acción preventiva -me comenta otro jurista de larga trayectoria y con altas responsabilidades en el pasado-, y la prevención de los delitos no es una tarea que corresponda al fiscal, sino a la Policía. Quien tendría que haber dado la orden de investigar a los alcaldes, de creerlo necesario, sería el Ministerio del Interior. La Fiscalía está cargando con un fardo que no le corresponde.

El plan Rajoy para el 1-0: evitar la batalla de la calle y desbaratar la logística

Ayer lunes por la noche. Había concluido, sin incidentes, la manifestación independentista en la Diada. Quizás con menos asistentes que en años anteriores, pero aun así multitudinaria.
–La batalla jurídica la vamos a ganar totalmente, la de la legitimidad yo creo que también la estamos ganando… –me dice uno de los más cercanos colaboradores de Rajoy; y, tras una pausa–. La única donde nos pueden ganar es la de la calle.
La calle se ha convertido en una de las principales preocupaciones del Gobierno de Rajoy en la crisis catalana. Que no haya un incidente, que no haya algún altercado callejero en las tres semanas escasas que faltan para el 1-0.
–Que no pierda los nervios un guardia civil joven ante una provocación de alguien de la CUP.
Que no haya una foto que acabe trasladando una imagen de los independentistas como pueblo oprimido, sobre todo fuera de España.
Por esta y por otras conversaciones similares que he tenido, veo que la estrategia del Gobierno, por ahora, no va por la reacción dura, de tipo halcón –artículo 155 de la Constitución, Ley de Seguridad Nacional, etc.–, a la que solo se recurriría si se agravara mucho la espiral en la parte independentista –desobediencia flagrante a algunas de las resoluciones del Constitucional, por ejemplo– sino por la reacción blanda, de tipo paloma: recursos jurídicos, cuidar mucho las formas, buscar «la proporcionalidad».
Y mientras tanto, de aquí al 1 de octubre, impedir materialmente que ese domingo haya en Cataluña algo que pudiera parecer una consulta homologable. ¿Cómo? Desbaratando desde hoy mismo la logística: que no haya publicidad institucional de la Generalitat llamando al referéndum, que haya el menor número posible de espacios públicos donde se constituyan colegios electorales; que apenas haya mesas, cabinas, sobres, papeletas o urnas; que no haya material informático para el control; que no haya una empresa externa que lleve un escrutinio que se pueda presentar como fiable…
Para esto último han sido convocados hoy por la Fiscalía el jefe de los Mossos y los jefes máximos en Cataluña de la Guardia Civil y de la Policía.
–El 1-0 habrá en Cataluña algo que querrá parecerse a un referéndum -me comenta otro interlocutor, un miembro del Gobierno-, pero finalmente parecerá en realidad una mascarada.

Sánchez se hace fuerte en el PSOE

«¡600 personas! ¡No recuerdo nada igual!», decía un miembro de la Ejecutiva socialista con ya unos cuantos años de experiencia en la primera fila de la política. Pedro Sánchez ha convertido esta mañana el desayuno informativo con que inauguraba la temporada y trazaba las principales líneas de la agenda socialista en un alarde de autoridad, un cierre de filas en el partido y casi en un ejercicio de reconciliación interna, pues estaban todos los que ahora mandan en la organización (Cristina Narbona, Adriana Lastra, José Luis Ábalos, Margarita Robles…), y unos cuantos de los que estuvieron impulsando o apoyando otras vías en la batalla de las primarias de la primavera pasada: José Luis Rodríguez Zapatero, Patxi López, Óscar López, Javier Lambán, Ignacio Urquizu, Abel Caballero…

Incluso viejas glorias, y además juntas. En una misma mesa (la Mesa Gris, según la organización: o por mucha materia gris o por grey power), siete exministros socialistas, siete, unos de Felipe González y otros de Zapatero, y bien apretados y avenidos. En este orden en el anillo: Enrique Barón, Elena Salgado, Magdalena Álvarez, Carlos Westendorp, Luis Atienza, Bernat Soria y Carmen Calvo.

– ¿Ya apuntaba maneras de jovencito? -le pregunto a Westendorp, quien tras ser ministro de Exteriores fue nombrado Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia y contrató como su jefe de gabinete al entonces veinteañero Sánchez.

– Sí, ya apuntaba bien.

– Se lo recomendé yo -tercia Barón.

En otros a los que pregunto, alguna reticencia –«¡Como para no estar hoy aquí!, creo que pasan lista», dice entre bromas y veras un diputado recientemente rebajado de tareas- y algún análisis que se expresa ambiguo:

– Pedro está más maduro -me comenta un parlamentario que no fue sanchista en las primarias, y no tengo tiempo -porque se lo llevan otros- de preguntarle si en la acepción 2 o en la 4 del DRAE.

El propio Sánchez se ve más maduro (en la acepción 2). Cuando hablaba del golpe que le propinaron Susana Díaz y algunos otros barones, hace ahora un año, dejaba caer el líder socialista, en su intervención ante los 600 asistentes:

-Lo que no mata… -y ha hecho una pequeña pausa- …te hace más fuerte.

Cuatro grandes asuntos en la agenda de Pedro Sánchez


Tras un agosto familiar y casi desaparecido no solo para el común de los ciudadanos sino también para parte de la dirección del PSOE -salvo el paréntesis tras los atentados del 17-A-, Pedro Sánchez ha reaparecido a medias esta mañana, para hablar de Cataluña, y reaparecerá del todo mañana martes, en un desayuno informativo con varios centenares de invitados organizado por Europa Press en Madrid.

El acto no será uno más de los muchos de este tipo que se programan en la capital. Tendrá sustancia, propuestas concretas. Dado que el líder socialista no dispone de una tribuna institucional permanente, al no ser diputado, la dirección del PSOE y el propio Sánchez han decidido espaciar sus intervenciones públicas y en cada una de ellas presentar alguna idea fuerza o alguna propuesta novedosa que aspire a durar algo más que unas horas en los medios de comunicación.

En el acto de mañana, el discurso de Pedro Sánchez girará en torno a los cuatro grandes asuntos que el líder del PSOE considera que marcarán la agenda política de los próximos meses. Son éstos: el debate sociolaboral, la educación, las pensiones y Cataluña. En el primero de ellos, según las fuentes consultadas, podría haber propuestas muy novedosas.

Todas hieren, la última mata

En sus comparecencias sobre la corrupción en su partido -judiciales, parlamentarias, ante la prensa…-, Mariano Rajoy es de ciclo alterno trifásico: unas veces miente, otras no contesta a lo que le preguntan y otras ataca a quien le interpela con un ‘y tú más’. Hoy, en el Congreso de los Diputados, el presidente del PP y del Gobierno ha activado las tres fases. Los suyos en el pleno le ovacionan el trifásico, en vez de preguntarse el porqué de la sobreactuación, y se dicen a sí mismos a la salida, una vez más, que su líder sale indemne de la cita.

Creo que se equivocan. Ni el PP logra desprenderse de las muchas inmundicias de corrupción que le han minado internamente estos años ni Rajoy se quita ante buena parte de la opinión pública el estigma de que sabe mucho más de lo que dice sobre la corrupción en su partido. Que quizás la toleró, la propició o se pudo beneficiar personalmente de ella. Y que cuanto más calla o que cuanto menos se explica, más crecen las sospechas.

Dice Rajoy que ya ha comparecido en sede parlamentaria 52 veces sobre temas de corrupción. Es muy probable que le queden algunas más. Al calendario policial y judicial sobre la corrupción en el PP le faltan aún muchas hojas por arrancar.

‘Omnes feriunt, ultima necat’, dice un lema frecuente en algunos viejos grandes relojes de pared o de torre. Todas (las horas) hieren, la última mata. Con la corrupción pasa algo parecido. Aunque no lo parezca, cada caso, cada episodio, cada detalle -y cada mentira o media verdad consiguientes- es una gota más que se añade al vaso. Hasta que rebosa.

Le pasó a Esperanza Aguirre. Se creía siempre a cubierto de las hediondas salpicaduras del PP de Madrid, hasta que la hora Ignacio González la mató políticamente.

El reloj sigue en marcha, presidente.

 

El conflicto en El Prat, compendio de puntos negros de nuestra economía

Un servicio en una infraestructura pública -el de seguridad en el aeropuerto de El Prat- privatizado por una empresa pública, Aena, que se lava las manos.

Una concesionaria, Eulen, a la que le ha ido muy bien en su cuenta de resultados con operaciones como esta, que huelen a capitalismo de amiguetes.

Unos trabajadores malpagados y saturados de horas extra, tan desmotivados e indignados que acaban declarándose en huelga.

Unos usuarios que padecen el mal servicio y se sienten con razón rehenes de unos y de otros.

Una administración pública -la central: el Ministerio de Fomento y el Gobierno- que primero no interviene porque dice que es un conflicto privado y después ‘militariza’ el servicio privado porque considera que es una emergencia pública y manda a la Guardia Civil a hacer de esquiroles de los huelguistas.

Otras administraciones públicas -la autonómica catalana y la local de Barcelona- con escasas posibilidades reales de intermediación, por una normativa obsoleta e ineficiente.

El conflicto de El Prat es un compendio de muchos de los puntos negros de la economía española. Las cacareadas modernización, recuperación, eficiencia, productividad y competitividad… de nuestra economía eran esto: dejación de funciones por parte de la administración, peores servicios públicos, mejores rendimientos privados, pauperización del empleo y de los salarios…

 

 

Buenas noticias para Pedro Sánchez

El Barómetro del CIS de julio, publicado hoy, está lleno de buenas noticias para el PSOE y para su líder, Pedro Sánchez.

– Coloca al PSOE a menos de cuatro puntos porcentuales del PP: 28,8% de voto estimado CIS para el PP y 24,9% al PSOE (en las últimas elecciones generales, la diferencia a favor del PP fue de 10,37 puntos).

– En voto directo, el partido que lidera Pedro Sánchez aventaja con cierta holgura al que lidera Mariano Rajoy: 19,1% para el PSOE frente a 17,1% para el PP.

– Pobre reputación para ambos líderes, pero Sánchez sale bastante mejor valorado que Rajoy cuando se les puede medir con datos homogéneos: en la valoración del 0 al 10, ambos suspensos, pero el socialista logra 3,73 puntos de nota media y el popular 2,79.

– Cuando se pregunta por la confianza que inspiran uno y otro, están muy igualados tanto en los apoyos (al 18,6% de los encuestados le inspira mucha o bastante Rajoy y al 18,4% mucha o bastante Sánchez), como en los rechazos (al 79,8% de los encuestados, Rajoy les inspira poca y ninguna confianza, y al 78,5% poca o ninguna Sánchez).

-El incremento de voto le llegaría ahora al PSOE de sus dos graneros más ansiados: el 6,7% de los que le votarían ahora votaron a Unidos Podemos en 2016 y el 12,3% de sus  ahora votantes no votó en las elecciones de hace poco más de un año.

Sin elecciones a la vista, el reto del PSOE esa hora consolidar la tendencia, cosa harto difícil por la volatilidad del voto. «En ello estamos», comentan en la dirección socialista.

Pedro Sánchez hace las paces con Ximo Puig y con Fernández Vara

Su cada vez más distante relación con los barones territoriales fue uno de los mayores errores de Pedro Sánchez en su primer mandato como secretario general del PSOE. El distanciamiento fue también uno de los detonantes del golpe de mano que acabó provocando su caída el 1 de octubre pasado, en aquel Comité Federal tan vergonzoso para todo el partido.

El propio Sánchez fue consciente del error durante su exilio orgánico: «Como máximo responsable debía haber hablado más con los secretarios generales, con los territoriales…», me contestaba el 6 de febrero pasado, en la única entrevista que dio en muchos meses, cuando le pregunté por sus errores.

-¿Y no cometerá los errores que cometió antes? -le pregunté unos minutos después, ante la posibilidad de que ganara de nuevo la secretaría general.

-Cometeré, seguro, otros nuevos, pero no los de antes.

En la piedra de los barones territoriales parece que, en efecto, no va a tropezar ahora Sánchez. Ayer hubo primarias en cuatro territorios del PSOE: Comunidad Valenciana, Extremadura, Cantabria y La Rioja. En las dos últimas, han ganado candidatos sanchistas: Pablo Zuloaga en Cantabria y Francisco Ocón en La Rioja. En las dos primeras, fueron refrendados como líderes Ximo Puig y Guillermo Fernández Vara, respectivamente, dos de los dirigentes que en otoño pasado más contribuyeron a la caída de Sánchez y que apoyaron después a Susana Díaz en las primarias federales. Puig, además, se impuso ayer con claridad a un candidato sanchista, Rafa García, alcalde de Burjassot. ¿Nuevo lío, nuevas tensiones a la vista? Pues parece que no. Tanto el líder socialista valenciano como el extremeño han hecho llamamientos públicos a colaborar lealmente con sus secretario general y han contado que anoche recibieron sendas llamadas de felicitación de Sánchez y en un tono muy diferente a la vieja mala relación de antaño. «Estuvo muy cariñoso. Me dio la enhorabuena», contaba esta mañana Fernández Vara en la Cadena Ser.

-¿Cómo es ahora su relación con Sánchez? -le ha preguntado Aimar Bretos.

-Muy buena -ha contestado el extremeño sin un titubeo.

Hechas las paces con Puig y con Vara, y al parecer también con el castellano manchego Emiliano García-Page -aunque con este, por una vía diferente, apoyando su acuerdo con Podemos en el Gobierno regional-, a Sánchez solo le quedaría una última tarea interna de pacificación y/o integración: Susana Díaz.

A ese guiso parece que aún le falta bastante cocción. Quizás madure algo la semana próxima, con el congreso del PSOE de Andalucía. O quizás no, quizás siga tibio.

Miguel Ángel Blanco es de todos

Además de uno de sus más crueles crímenes, el asesinato de Miguel Ángel Blanco fue uno de los mayores errores de ETA en su historia. A quienes tenían aún dudas sobre la banda terrorista, se les quitaron de golpe. Muchos se sacudieron el miedo. Votantes de HB condenaban el crimen en las emisoras de radio. En la comunidad internacional, dirigentes que aún creían que los etarras eran valientes defensores de un pueblo oprimido vieron que la realidad era muy diferente. La unidad social y política mostrada por casi todos fue ejemplar.

El error de los etarras al secuestrar a un joven concejal del PP del pequeño pueblo de Ermua y asesinarlo después tras su chantaje y extorsión fallidos sobre el Gobierno de José María Aznar probablemente significó el punto de inflexión crucial de la opinión pública sobre ETA, el principio del fin de la banda. Si a ésta le quedaba aún alguna reputación, la perdió de golpe. Al matar a Blanco, ETA nos golpeaba a todos. Blanco era de todos.

¡Qué triste comprobar, 20 años después, que algunas lecciones aún no calan! Triste ver que Gobierno y PP se adueñan de la figura de Blanco, y le hacen un homenaje en la sede central del partido, y no con todos en un lugar de todos: el Congreso, por ejemplo. Y tristísimo ver cómo algunos alcaldes -de Podemos, IU, PSOE, PNV…- le niegan a Blanco los homenajes más simples. ¡Qué triste, qué tristísimo…!  Y sobre todo, ¡qué error!