¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Sánchez se hace fuerte en el PSOE

«¡600 personas! ¡No recuerdo nada igual!», decía un miembro de la Ejecutiva socialista con ya unos cuantos años de experiencia en la primera fila de la política. Pedro Sánchez ha convertido esta mañana el desayuno informativo con que inauguraba la temporada y trazaba las principales líneas de la agenda socialista en un alarde de autoridad, un cierre de filas en el partido y casi en un ejercicio de reconciliación interna, pues estaban todos los que ahora mandan en la organización (Cristina Narbona, Adriana Lastra, José Luis Ábalos, Margarita Robles…), y unos cuantos de los que estuvieron impulsando o apoyando otras vías en la batalla de las primarias de la primavera pasada: José Luis Rodríguez Zapatero, Patxi López, Óscar López, Javier Lambán, Ignacio Urquizu, Abel Caballero…

Incluso viejas glorias, y además juntas. En una misma mesa (la Mesa Gris, según la organización: o por mucha materia gris o por grey power), siete exministros socialistas, siete, unos de Felipe González y otros de Zapatero, y bien apretados y avenidos. En este orden en el anillo: Enrique Barón, Elena Salgado, Magdalena Álvarez, Carlos Westendorp, Luis Atienza, Bernat Soria y Carmen Calvo.

– ¿Ya apuntaba maneras de jovencito? -le pregunto a Westendorp, quien tras ser ministro de Exteriores fue nombrado Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia y contrató como su jefe de gabinete al entonces veinteañero Sánchez.

– Sí, ya apuntaba bien.

– Se lo recomendé yo -tercia Barón.

En otros a los que pregunto, alguna reticencia –«¡Como para no estar hoy aquí!, creo que pasan lista», dice entre bromas y veras un diputado recientemente rebajado de tareas- y algún análisis que se expresa ambiguo:

– Pedro está más maduro -me comenta un parlamentario que no fue sanchista en las primarias, y no tengo tiempo -porque se lo llevan otros- de preguntarle si en la acepción 2 o en la 4 del DRAE.

El propio Sánchez se ve más maduro (en la acepción 2). Cuando hablaba del golpe que le propinaron Susana Díaz y algunos otros barones, hace ahora un año, dejaba caer el líder socialista, en su intervención ante los 600 asistentes:

-Lo que no mata… -y ha hecho una pequeña pausa- …te hace más fuerte.

Cuatro grandes asuntos en la agenda de Pedro Sánchez


Tras un agosto familiar y casi desaparecido no solo para el común de los ciudadanos sino también para parte de la dirección del PSOE -salvo el paréntesis tras los atentados del 17-A-, Pedro Sánchez ha reaparecido a medias esta mañana, para hablar de Cataluña, y reaparecerá del todo mañana martes, en un desayuno informativo con varios centenares de invitados organizado por Europa Press en Madrid.

El acto no será uno más de los muchos de este tipo que se programan en la capital. Tendrá sustancia, propuestas concretas. Dado que el líder socialista no dispone de una tribuna institucional permanente, al no ser diputado, la dirección del PSOE y el propio Sánchez han decidido espaciar sus intervenciones públicas y en cada una de ellas presentar alguna idea fuerza o alguna propuesta novedosa que aspire a durar algo más que unas horas en los medios de comunicación.

En el acto de mañana, el discurso de Pedro Sánchez girará en torno a los cuatro grandes asuntos que el líder del PSOE considera que marcarán la agenda política de los próximos meses. Son éstos: el debate sociolaboral, la educación, las pensiones y Cataluña. En el primero de ellos, según las fuentes consultadas, podría haber propuestas muy novedosas.

Buenas noticias para Pedro Sánchez

El Barómetro del CIS de julio, publicado hoy, está lleno de buenas noticias para el PSOE y para su líder, Pedro Sánchez.

– Coloca al PSOE a menos de cuatro puntos porcentuales del PP: 28,8% de voto estimado CIS para el PP y 24,9% al PSOE (en las últimas elecciones generales, la diferencia a favor del PP fue de 10,37 puntos).

– En voto directo, el partido que lidera Pedro Sánchez aventaja con cierta holgura al que lidera Mariano Rajoy: 19,1% para el PSOE frente a 17,1% para el PP.

– Pobre reputación para ambos líderes, pero Sánchez sale bastante mejor valorado que Rajoy cuando se les puede medir con datos homogéneos: en la valoración del 0 al 10, ambos suspensos, pero el socialista logra 3,73 puntos de nota media y el popular 2,79.

– Cuando se pregunta por la confianza que inspiran uno y otro, están muy igualados tanto en los apoyos (al 18,6% de los encuestados le inspira mucha o bastante Rajoy y al 18,4% mucha o bastante Sánchez), como en los rechazos (al 79,8% de los encuestados, Rajoy les inspira poca y ninguna confianza, y al 78,5% poca o ninguna Sánchez).

-El incremento de voto le llegaría ahora al PSOE de sus dos graneros más ansiados: el 6,7% de los que le votarían ahora votaron a Unidos Podemos en 2016 y el 12,3% de sus  ahora votantes no votó en las elecciones de hace poco más de un año.

Sin elecciones a la vista, el reto del PSOE esa hora consolidar la tendencia, cosa harto difícil por la volatilidad del voto. «En ello estamos», comentan en la dirección socialista.

Pedro Sánchez hace las paces con Ximo Puig y con Fernández Vara

Su cada vez más distante relación con los barones territoriales fue uno de los mayores errores de Pedro Sánchez en su primer mandato como secretario general del PSOE. El distanciamiento fue también uno de los detonantes del golpe de mano que acabó provocando su caída el 1 de octubre pasado, en aquel Comité Federal tan vergonzoso para todo el partido.

El propio Sánchez fue consciente del error durante su exilio orgánico: «Como máximo responsable debía haber hablado más con los secretarios generales, con los territoriales…», me contestaba el 6 de febrero pasado, en la única entrevista que dio en muchos meses, cuando le pregunté por sus errores.

-¿Y no cometerá los errores que cometió antes? -le pregunté unos minutos después, ante la posibilidad de que ganara de nuevo la secretaría general.

-Cometeré, seguro, otros nuevos, pero no los de antes.

En la piedra de los barones territoriales parece que, en efecto, no va a tropezar ahora Sánchez. Ayer hubo primarias en cuatro territorios del PSOE: Comunidad Valenciana, Extremadura, Cantabria y La Rioja. En las dos últimas, han ganado candidatos sanchistas: Pablo Zuloaga en Cantabria y Francisco Ocón en La Rioja. En las dos primeras, fueron refrendados como líderes Ximo Puig y Guillermo Fernández Vara, respectivamente, dos de los dirigentes que en otoño pasado más contribuyeron a la caída de Sánchez y que apoyaron después a Susana Díaz en las primarias federales. Puig, además, se impuso ayer con claridad a un candidato sanchista, Rafa García, alcalde de Burjassot. ¿Nuevo lío, nuevas tensiones a la vista? Pues parece que no. Tanto el líder socialista valenciano como el extremeño han hecho llamamientos públicos a colaborar lealmente con sus secretario general y han contado que anoche recibieron sendas llamadas de felicitación de Sánchez y en un tono muy diferente a la vieja mala relación de antaño. «Estuvo muy cariñoso. Me dio la enhorabuena», contaba esta mañana Fernández Vara en la Cadena Ser.

-¿Cómo es ahora su relación con Sánchez? -le ha preguntado Aimar Bretos.

-Muy buena -ha contestado el extremeño sin un titubeo.

Hechas las paces con Puig y con Vara, y al parecer también con el castellano manchego Emiliano García-Page -aunque con este, por una vía diferente, apoyando su acuerdo con Podemos en el Gobierno regional-, a Sánchez solo le quedaría una última tarea interna de pacificación y/o integración: Susana Díaz.

A ese guiso parece que aún le falta bastante cocción. Quizás madure algo la semana próxima, con el congreso del PSOE de Andalucía. O quizás no, quizás siga tibio.

Solo una sombra de inquietud en la cara de Rajoy, y no es por Sánchez

Francisco Álvarez Cascos, Javier Arenas, Ángel Acebes, Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja. ¡Quién los ha visto y quién los ve! Todos ellos, que mandaron lo indecible en el PP hasta hace no mucho tiempo -Arenas aún manda algo, pero cada vez menos-, comparecen estos días ante el tribunal que juzga parte del caso Gürtel y los enredos de Bárcenas.

Felipe González (por plasma), José Luis Rodríguez Zapaero, Alfredo Pérez Rubalcaba. Todos ellos tótems hasta hace nada del PSOE, miembros de la exclusiva lista de dirigentes socialistas pata negra, creían resucitar hace apenas tres meses cuando asistían en primera fila al acto en Ifema que lanzaba la candidatura de Susana Díaz a las primarias socialistas… Vano intento. Este pasado fin de semana, todos ellos (González, vía plasma) asistían a su propio funeral político definitivo: la proclamación de su denostado Pedro Sánchez como máximo líder del PSOE, casi en el mismo lugar donde hace tres meses creyeron asistir todos tres a su propia resurrección.

La política es cada día más líquida, los liderazgos más volátiles, los principios más secundarios (mirad los de los dos partidos emergentes, que se han hecho ya varios liftings cada uno en menos de tres años), la realidad más difusa, el votante menos crédulo, el ciudadano en general más autónomo y empoderado…

Sic transit gloria mundi… salvo para Mariano Rajoy, por ahora. No se le ve preocupación alguna por ese nuevo intento (al menos de boquilla) de Pedro Sánchez de montarle en Moncloa un escrache y desalojo con la ayuda de los agentes Iglesias y Rivera. Estos se repelen cada día más, y mientras tanto Rajoy se fuma un puro con solo una sombra de inquietud en el gesto, quizás solo preocupado por la delicada cita que tiene dentro de un mes con el mismo tribunal y por los mismos graves hechos que Cascos, Arenas Acebes, Rato, Mayor…

El PSOE mata a todos sus padres

La de matar al padre -en sentido figurado- para autoafirmarse, emanciparse y madurar el hijo es una de las ideas más controvertidas y potentes de las muchas que lanzó Sigmund Freud. Lo hizo en su Tótem y tabú, una obra que ha cumplido ya más de cien años y en la que establece una analogía entre el desarrollo de las sociedades primitivas -allí los jóvenes machos de una tribu se rebelaban un día contra el macho poderoso y tiránico (el padre de todos, pues era el único que podía poseer a las hembras), lo mataban y se comían su cadáver- y el desarrollo individual de la psiquis humana.

Al ganar con contundencia las primarias socialistas del pasado 21 de mayo, podría pensarse que Pedro Sánchez ha matado de un solo golpe a todos sus padres en el PSOE, a los poderosos y tiránicos machos González, Zapatero, Rubalcaba… que se aliaron en otoño pasado para derrocarlo en su primer mandato y que habían salido ahora en tromba a impedir un segundo mandato apoyando a Susana Díaz.

Pero quizás no sea Sánchez quien haya matado a los padres del viejo PSOE, o al menos no él solo. Quizás hayan sido más bien los militantes quienes se han rebelado contra los machos tiránicos para autoafirmarse como un nuevo PSOE que emprenda su propio camino.

P.D. Parece que las viejas glorias (o los viejos tótems) tienen mal perder. Transcurridos nueve días de las primarias, ni González ni Zapatero ni Rubalcaba han felicitado al nuevo secretario general socialista.

Detector de metales en la Ejecutiva de Pedro Sánchez

Integrar todo lo que se pueda. Listas pactadas en los territorios (salvo Andalucía) que representen proporcionalmente lo que pasó en las primarias del domingo pasado. Políticas de distensión interna, intentando que la guerra civil se dé por definitivamente cerrada, con vencedores y vencidos, sí, pero sin represalias de postguerra, para intentar restaurar las zonas devastadas… Estas han sido algunas de las principales líneas de trabajo que han ocupado a Pedro Sánchez en su primera semana como secretario general electo.

¿Y al equipo, su entorno más cercano? También, pero con matices. Algunos de los más veteranos no quieren descuidos ni fiarse demasiado sobre la desaparición del susanismo, y creen que hay que tener mucho cuidado y poner muchas cautelas sobre todo en un asunto: en cómo se conforman los dos órganos internos del PSOE donde en otoño pasado se le dio a Sánchez el golpe: el Comité Federal (menos controlable, porque sus miembros son centenares y salen del más variado origen, sobre todo de los territorios, vía el Congreso Federal o los congresos regionales o nacionales -artículo 35 de los Estatutos-) y, sobre todo, la Comisión Ejecutiva Federal, donde es el secretario general quien hace al Congreso del partido la propuesta de quiénes han de componerlo (artículo 32, 2).

La Ejecutiva fue el órgano donde se precipitó todo hace ocho meses: empujados por Susana Díaz, el 28 de septiembre dimitían en bloque 17 de sus miembros para que cayera Sánchez. Cuatro días después, el 1 de octubre, el Comité Federal remataba la operación.

El domingo pasado, cuando los militantes devolvieron a Pedro Sánchez a la Secretaría General, y con más de diez puntos porcentuales sobre Susana Díaz, una persona muy cercana a aquel, ex alto cargo del Gobierno con Zapatero, le dio un consejo: que pusiera un «detector de metales» en la nueva Ejecutiva. ¿Un detector de metales? «Sí, para que no se cuele nadie con un cuchillo y un día intente matar de nuevo al secretario general, como la vez anterior».

Era una manera muy gráfica de aconsejarle a Sánchez que pusiera mucho cuidado en la selección de nombres a la hora de hacer su lista para la dirección del partido.

El error Susana y el estallido de su burbuja

Derrocar al secretario general elegido por los militantes y sin darles a estos la oportunidad de pronunciarse. Hacerlo no por los procedimientos legales previstos en los Estatutos del partido –una moción de censura a la Comisión Ejecutiva en el Comité Federal, conforme a lo que prevé el artículo 36, letra C- sino provocando la dimisión de 17 miembros de la Ejecutiva sin dar luego lugar a lo que los Estatutos también dictan, en el 36, letra O: convocar de inmediato un congreso extraordinario para elegir una nueva dirección. Poner una Gestora, que no está prevista en los Estatutos para el nivel federal, y darle atribuciones y eternizarla en sus funciones para ver si los militantes se olvidaban del pecado original del 1 de octubre y para que el cadáver del exlíder se pudriera a la intemperie orgánica. Abstenerse y dar la investidura a Rajoy y obligar a todos los diputados a hacerlo para empujar al exlíder a comerse su ‘no es no’ o a dejar el escaño e irse a la intemperie institucional. Convertirse sin recato en la gestora de la Gestora…

Tras la contundente derrota del domingo, la ristra de errores que han cometido Susana Díaz y su equipo eran enumeradas ayer en diferentes conversaciones privadas por partidarios y detractores, como una larga letanía. Los errores de las primeras semanas… y los errores de estas últimas:

Menospreciar la capacidad de movilización de Sánchez en sus actos de precampaña («no son militantes», «son siempre los mismos», «los lleva en autobús de mitin en mitin»…). Creer que movilizando a toda la vieja guardia al acto de Ifema se rendiría el ejército rival, sin reparar en que muchos de los militantes ven en algunos de ellos un mal ejemplo de puertas giratorias o de gestión de la crisis con recetas liberales. Basar toda la estrategia en ganar por aplastamiento del rival en el prólogo de la recogida de avales, sin enterarse de que la otra parte también estaba recogiéndolos a mansalva. No tener plan B si el aplastamiento en lo de los avales no funcionaba. Tratar de adueñarse de la ponencia política de la Gestora, no elaborar un programa propio y centrar la campaña en frases hueras y manidas -«100% PSOE», «El PSOE es mucho PSOE», «un PSOE ganador»- que solo conven-cían a los ya convencidos. Improvisar un programa a última hora y meter en él una nueva formulación del sistema de primarias que fue interpretado por muchos militantes como un paso atrás, como un recorte de un derecho que las bases ya tenían adquirido…

«La campaña de Susana ha sido una mezcla de soberbia, endogamia y burbuja», me comenta un ex alto cargo socialista que estaba retirado de la brega política y dedicado ya a su profesión y que en las últimas semanas se sumó al equipo de Sánchez.

¿Burbuja Susana? Ya en noviembre -y aquí lo publicamos-, algunos ilustres antisanchistas que habían colaborado en el derrocamiento del líder empezaron a preguntarse si Susana Díaz realmente daba el perfil de lo que buscaban, si no estaba sobrevalorada, si al norte de Despeñaperros tendría el tirón que mostraba en su territorio andaluz. Tanto desconfiaron que barajaron incluso algunos nombres alternativos; al menos, tres. Finalmente, no hicieron nada. Ayer, digiriendo la derrota, estos ya no hablaban solo de los errores de Susana. También del suyo propio, del ‘error Susana’.

P.D. Más sobre la ‘burbuja Susana’. La politóloga María Ramos me envía este comentario a mi post: «La candidatura de Susana estaba muy inflada, pero esta vez no era por las encuestas sino por algunos medios». Las urnas del domingo pasado hicieron estallar la burbuja.

Victoria pírrica de Susana Díaz en los avales

Desde el mismo día de la presentación de su candidatura, arropada por casi todas las viejas glorias y gran parte del aparato del PSOE, Susana Díaz aspiraba a ganar a Pedro Sánchez las primarias del Partido Socialista por aplastamiento y desde el prólogo: la recogida y presentación de avales de militantes. No ha habido tal. Lo ajustado de su ventaja, por solo unos 5.000 avales de diferencia (la candidata andaluza ha presentado algo menos de 63.000; y el candidato madrileño, algo más de 57.000), se le vuelve en contra y la pueden convertir en una victoria pírrica.

Si con el aplastamiento, con el golpe de efecto que hubiera supuesto sacarle a Sánchez una enorme ventaja en los avales, pretendía Díaz darle a la militancia un mensaje rotundo para que apostaran por caballo ganador, con el no aplastamiento y la escasa diferencia el mensaje que estará recibiendo la militancia socialista ahora es el contrario: hay partido y Sánchez tiene posibilidades de ganarlo en la elección real, la de las urnas del próximo 21 de mayo.

Hay otro dato en el que probablemente esté la clave del resultado final. El tercer candidato, Patxi López, se ha quedado en 12.000 avales, muy lejos de los otros dos. López se presentaba como una tercera vía que evitaría el choque de trenes entre Díaz y Sánchez, pero visto el resultado del prólogo es probable que muchos de sus avalistas se estén preguntando ahora, antes de lanzarse a la piscina del voto, si hay agua en esa tercera vía. Los que lleguen a la conclusión de que no, probablemente se decanten el 21 de mayo por un voto útil a Díaz o a Sánchez, a aquel de los dos que les provoque menos rechazo o incertidumbres.

Los 12.000 avalistas de López son muchos votos, más del doble de la diferencia que Díaz le ha sacado a Sánchez en avales. La campaña quizá se centre en parte ahora en ese mercado de votos. Ahí está el diferencial para una u otro.

La sorda batalla del censo en el PSOE

La batalla del censo es una de las claves de las primarias del PSOE. Y ya se está librando, hasta ahora con poco ruido en público, pero muchas nueces dentro.

El próximo viernes por la tarde, los secretarios de organización de todas las federaciones territoriales socialistas (una por cada comunidad autónoma) han sido convocados por el responsable de organización de la gestora, el andaluz Mario Jiménez, a una reunión que se presume larga. En ella, se prepararán diversos asuntos que se elevarán a la gestora, que los debatirá pocas horas después, en su reunión a primera hora del sábado 1 de abril previa al Comité Federal que convocará oficialmente las primarias para elección del secretario general -previsiblemente el 21 de mayo- y el congreso el 17 y 18 de junio.

El censo de militantes con derecho a voto será uno de los temas estrella de la reunión del viernes. El asunto llega rodeado de cierta polémica, y alguno de los asistentes ha pedido información al detalle de cómo estaba el censo a 1 de octubre -el día que cayó Pedro Sánchez como secretario general-, cómo está ahora y qué movimientos significativos se han producido en medio. Entre los movimientos significativos, algunas solicitudes masivas de afiliación detectadas en Jaén, Córdoba, Albacete, Madrid…

Las inscripciones en el PSOE no son automáticas. Todas las solicitudes acaban en la sede federal del partido, en la calle Ferraz de Madrid, donde la Secretaría de Organización hace algunas comprobaciones, examina si hay «objeciones» o «alegaciones» (de ambas cosas habla el Reglamento de Afiliados y Afiliadas socialista) y aprueba o deniega cada solicitud.

Dado que ahora, en la interinidad en la que vive el PSOE desde hace casi seis meses, no hay Secretaría de Organización, son el responsable de Organización de la gestora, Mario Jiménez, y su adjunta, la extremeña Asunción Godoy, quienes asumen esa delicada tarea. Y ahí se acelera la polémica: al equipo de Pedro Sánchez no le parece justo ni ecuánime ni neutral que esa función tan importante en un PSOE tan dividido esté en manos de una de las partes. Temen que barra para casa, la de Susana Díaz, ya que además de ser portavoz y responsable de comunicación y de organización de la gestora, Jiménez es portavoz del grupo socialista en el Parlamento de Andalucía. Días pasados, cuando se confirmó que Susana Díaz se presentaba a las primarias, desde el entorno de Sánchez se le pidió a Jiménez que dejara uno de sus dos cargos, por incompatibles.

El censo de militantes socialistas con derecho a voto en las primarias se cierra el próximo sábado por la mañana, cuando comience formalmente el Comité Federal del PSOE que las convoca. Pero no se hará público ese mismo día sino unos cuantos después, cuando las solicitudes de estas últimas semanas hayan pasado por el filtro de Jiménez. O de Godoy, si Jiménez dimite en la gestora (cosa harto improbable).