¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Galdós, también cronista de viajes

Estoy descubriendo, gracias a la innovadora Gadir Editorial, una faceta de Benito Pérez Galdós que desconocía: no sólo era un gran viajero, también fue un notable cronista de viajes. En 1888, acompañado de su amigo José Alcalá Galiano, hizo Galdós un viaje por Italia y lo contó en unas crónicas en el diario argentino La Prensa que Gadir ha recogido en libro con el título de De vuelta de Italia.

Roma, Turín, Milán, Verona, Venecia…

«La ausencia absoluta de coches reduce los ruidos de la ciudad al de los roces humanos y al chasquido del remo de las góndolas en los canales. (…) Los edificios, al envejecer, no toman el aspecto de ruina que en otras partes tienen. El mármol blanco se oscurece, pero conserva un brillo particular, cual si lo frotarán todos los días. La roña, en algunos sitios, resplandece como si fuera el esmalte de una mayólica»

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Padua, Bolonia, Florencia, Nápoles…

«Por la configuración de las casas y lo irregular de las construcciones, Nápoles se parece a Málaga y Sevilla; por la luz vivísima que lo inunda y el colorido del mar parécese a Cádiz, y por la alegría de sus habitantes, el bullicio de sus calles y el constante aspecto de fiesta que en ellas se advierte, tiene gran semejanza con Madrid».

La mirada y la prosa de Galdós se detienen en detalles entonces poco frecuentes en este tipo de crónicas, y se fijan también en dos fenómenos por aquellos años finales del siglo XIX muy novedosos en el incipiente turismo: las guías de viajes y los viajes organizados.

«Los que no dejamos pasar ningún año sin hacer una correría por esa vieja Europa tan interesante y tan bella, hemos contraído una amistad cariñosa, a la cual debemos consejos discretísimos, y fiel y amena compañía. Me refiero a las guías de Baedeker, esos libros inapreciables que vemos en las manos de todo viajero ya sea inglés o alemán, español o italiano, y que son modelo de imparcialidad, de método y de rectitud. (…) El criterio artístico de estos libros es aceptable en general (…), es muy sobrio en sus juicios y no quita al viajero el placer de juzgar por sí mismo lo que ve. En lo que principalmente descuella, en lo que no tiene igual, es en todo lo concerniente a informaciones de carácter práctico. El viajero necesita vivir y vivir lo mejor posible con arreglo a sus recursos. Desea encontrar comodidades y no ser estafado. Baedeker previene todo lo que a esto se refiere, atendiendo con igual solicitud a los ricos que no escatiman gastos y a los modestos que disponen de limitados recursos. (…) Sus informaciones se consideran infalibles. Cuéntase que los fondistas de diferentes ciudades han intentado ganar el favor de Baedeker para hacerse recomendar, pero todo ha sido inútil. La rectitud y la escrupulosidad más exquisita resplandecen en esta parte utilitaria y práctica de las guías».

Las guías Baedeker -veo, navegando- están consideradas las primeras guías de viaje modernas. Se las inventó un alemán, Karl Baedeker, en 1828. Tapas rojas, papel biblia, pequeño formato. Incluían horarios de transportes, precios de hostelería, descripción de monumentos, rutas por ciudades, planos, mapas, gastronomía… «Incorporaban un sistema de asteriscos para localizar y valorar los principales puntos de visita. Tan completas y precisas eran que los alemanes en la Segunda Guerra Mundial eligieron para bombardear en Inglaterra todos los puntos señalados con tres estrellas por la guía Baedeker, intentando hacer así el mayor daño posible al patrimonio inglés», dice esta página, que recoge, por cierto, algunas curiosidades sobre España según la guía Baedeker.

La opinión de Galdós sobre los viajes organizados no es tan favorable. Primero les dedica algún piropo a los inventores…

«También deben los viajeros gratitud al célebre Cook, empresario de excursiones establecido en Londres, con agencias y sucursales en toda Europa. Ha sabido combinar este negocio con las empresas de ferrocarriles, y realiza grandes ganancias proporcionando medios fáciles y económicos para visitar los más remotos países. Los billetes circulares son una gran conquista de estos tiempos, y con ellos se recorren distancias más o menos grandes con la mitad del coste ordinario».

…. y luego concluye desaconsejando la fórmula:

«Pero tales excursiones me parecen incómodas, y no tienen más ventaja que su increíble baratura. Los expedicionarios que van en ella se ven obligados a comer, a dormir, a divertirse y a admirarse con arreglo a un plan invariable, bajo las órdenes del cicerone mayor, siempre juntos, siempre llevados y traídos deprisa y corriendo, en la más cargante de las fraternidades».

No le dio tiempo al escritor a conocer otra de las novedades que traería el turismo de masas. «La plaza della Signoria -escribe en la crónica sobre Verona- es una de las más bellas de Italia por la originalidad de su arquitectura y el carácter antiguo que conservan los edificios. No hay allí, por fortuna, esos restaurantes que todo lo profanan». Hoy ya los hay, y muchos.

PD. Si te ha interesado este post por Galdós, quizás también te interese estos otros dos: El pobre Galdós, sin núcleo estable ni préstamos subvencionados y Las mujeres de Galdós.

3 comentarios

  1. Dice ser katalambda

    Una auténtica piltrafa humana como persona este Galdós.

    06 marzo 2016 | 14:23

  2. Dice ser Julian Martinez

    Este Galdós o galgo, nunca conocí su nombre pero si fue una autentica piltrafa en el pasado, como nos indica el «comentarista katalambda», miren el presente y si miramos la historia de la España de los nobles esta llena de piltrafas y corrupción y cuando nacía un bueno con respetos naturales humanos, le perseguían hasta los representantes del dios de las alturas lo colgaban encadenado en las paredes de los edificios sagrados o lo ponía en la hoguera en una plaza publica y celebraban el asado del supuesto hereje.

    En este contexto; esta el dicho «de tal tronco tal astilla», hoy tenemos las astillas multiplicas por centenares, piltrafas mas corruptas que apestan, los motivos hoy están presentes.

    Si alguien tiene alguna duda al presente de los tiempos que lo exponga y analicemos.

    06 marzo 2016 | 22:34

  3. Dice ser panchenko

    jajajajjajajjajajjaja… juliancito da lastima, cuanto tiempe!!!! jajajjajajjajajajjajajaja… juliancito aparte de ser un experto en fumata, ere bruto, pero lo que se dice bien bruto… es mas si inventaran al bruto, tu seguirias siendo el prototipo… otro que los de formula uno… jajjajaajjaajjajajajaja… que aparato!!!

    07 marzo 2016 | 05:30

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