¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Archivo de marzo, 2016

La UE, casi tan Estado fallido como Bélgica

Tras los atentados del pasado martes en Bruselas, muchas voces han vuelto a hablar de Bélgica como un Estado fallido o casi fallido. Como un Estado incapaz -en general- de normalizar el funcionamiento de sus instituciones y -en lo concreto sobre el yihadismo- de integrar a sus minorías, de darles visibilidad de futuro a cientos de miles de jóvenes desarraigados, de desarticular las tramas yihadistas que crecen y se extienden en algunos barrios de Bruselas desde hace al menos década y media, de sacudirse el baldón de ser el país que, en relación a su población, más combatientes extranjeros ha proporcionado al Estado Islámico…

Sea, Bélgica es un Estado casi fallido y de difícil solución. Pero, ¿y el otro Estado que también tiene a Bruselas como su capital, el Estado pluriestatal llamado Unión Europea? El Estado que -solo por enumerar algunas cuestiones recientes- es incapaz de poner en marcha otras medidas económicas de recuperación que el fracasado austericidio, el que ha afrontado el posible Brexit con concesiones que aumentan la desigualdad entre sus miembros, el que añade error tras error e injusticia tras injusticia en la gestión de la crisis de los refugiados y en la aplicación de las leyes internacionales de asilo, el que ha cerrado de facto parte de sus fronteras interiores a la libre circulación de personas, el que muchas décadas después de su fundación aún no ha coordinado a sus servicios de inteligencia y seguridad de modo que a un atentado en París no le siga unos meses después otro del mismo o parecido comando en Bruselas, el que está perdiendo su memoria y su razón de ser de tierra de libertades… ¿ese no es un Estado fallido?

Bélgica sí, sin duda. Pero ¿no está dando también la UE demasiados indicios de ser un Estado casi fallido, un macroestado macrofallido?

Todos los nombres de la aulaga

Tuiteé temprano esta mañana, desde mi paseo por el campo

Y habéis contestado con un montón de nombres: varios «retama«, «genista» y «tojo«, un «chorima«, un «julagas«…

Y, diciendo dónde, «en la Alpujarra almeriense abulagas«, «en Galicia, toxo verde, y la flor amarilla, flor de mato», «en Aragón aliagas y aulagas, incluso hay un municipio que se llama Aliaga en Teruel», «en Cantabria escajos«, «gayombas en Córdoba», «arpelagues en valencià», «en Galicia xesta también llamadas maios (por el mes)»… Y José Vera, dice: «‘Le daré verde a los pinos y amarillo a la genista’. Serrat en Mediterráneo».

¡Gracias a todos por participar!

Me he acordado de uno de mis profesores en Filología, Mariano de Andrés, que recorría en fin de semana los pueblos con un viejo y pesado magnetófono, recogiendo vocabulario rural y formas de pronunciarlo de boca de los lugareños. Con Twitter se hubiera hecho un completo mapa lingüístico de España en un pispás (pero no hubiera probado el vino y los chorizos caseros de mi amigo Juanjo en Quintana del Pidio, claro).

 

Semana Santa a fecha fija /2

Ayer, día 20 de marzo, Domingo de Ramos, y el próximo 27, domingo de Pascua. La Semana Santa es este año la segunda más temprana de lo que llevamos de siglo. Medido de Reyes a Ramos, el primer trimestre escolar y laboral del año nos ha durado 74 días. En 2008 fue incluso menos. Pascua, el domingo 23 de marzo: 70 días duró aquel primer trimestre.
En 2013, también con una Semana Santa temprana (77 días de primer trimestre), escribí aquí si a estas alturas de civilización y de Estados laicos y no confesionales tenía sentido económico y vital este calendario, y me hacía unas preguntas que creo que siguen siendo pertinentes. Estas:

«¿Tiene lógica, así las cosas, que sigamos para la Semana Santa con un calendario decidido hace casi 1.700, en una sociedad que no se parecía nada a la actual? Convendría cambiarlo, ¿pero quién puede hacerlo? Una organización supranacional. ¿La UE, que no es capaz de gestionar bien ni un invento tan reciente como el euro? ¿La ONU, cuyos Estados miembro se rigen por calendarios muy diferentes?
¿Y la inventora de la Semana Santa, la Iglesia, ahora que tiene al frente a un nuevo papa, parece que reformista? ¿Podría el papa Francisco impulsar una nueva Semana Santa, desvinculada del calendario lunar y a semana fija, la segunda o la tercera de abril, que corrija las consecuencias negativas de la actual?»

Mi post completo, aquí. Me interesan vuestras opiniones.

España, ante la revolución tecnológica

Estoy con Cataluña en España. Historia y mito, de Gabriel Tortella, con José Luis García Ruiz, Clara Eugenia Núñez y Gloria Quiroga de coautores (Gadir / Fundación Alfonso Martín Escudero). Antes de entrar en materia -el libro es, según el editor, «un análisis desde una perspectiva crítica con las tesis nacionalistas» (…) «del recorrido común desde la Edad Media hasta los hechos más recientes» entre Cataluña y el resto de España-, encuentro un párrafo en la Introducción, referido al conjunto de España, que no me resisto a reproducir.

«El siglo XVI sería para España el momento de cenit, como lo ha definido acertadamente Jordi Nadal. Fernando el Católico fue considerado el modelo de Príncipe y creador de un Estado moderno por Maquiavelo, y fue igualmente considerado por sus sucesores y descendientes, Carlos V y Felipe II. A la larga, sin embargo, pese a encontrarse entre los primeros reinos europeos en completar su unificación política y ser fundadora de un imperio gigantesco, España perdió su hegemonía durante el siglo XVII. Los condicionantes geográficos fueron determinantes, por supuesto, pero también lo fueron decisiones políticas que marginaron a España de las nuevas corrientes de pensamiento en las que se habría de basar la modernización económica y política futura. La expulsión de las minorías (judíos y moriscos) y la implantación de un férreo control sobre las ideas, a través de la Inquisición, convirtieron a la que había sido centro intelectual y artístico, económico y político de primer orden, en una sociedad aislada y cerrada en sí misma. El centro intelectual europeo también se desplazó hacia los países del norte, que se mostraron más abiertos y permisivos, y en los que fructificó la Revolución Científica del siglo XVII, gran impulsora del crecimiento económico moderno basado en el empirismo filosófico y en la tolerancia».

Las negritas son mías. Hoy no somos esa sociedad «aislada y cerrada en sí misma» del siglo XVII. Pero ¿estamos corrigiendo nuestro errores seculares históricos y aprovechando como debiéramos la Revolución de nuestro tiempo, la tecnológica de internet y de la sociedad de la información? ¿Tú qué crees?

El PP necesita quirófano con urgencia

Lo de ayer no fue un brote aislado. Las aguas fecales del PP van a seguir subiendo de nivel en las próximas semanas en todo tipo de alcantarillas del partido: locales, autonómicas y generales. Con basura vieja que se conozca ahora y con basura reciente: lo de Valencia de ayer es de hace menos de un año.

El Partido Popular -y sus cabezas más lúcidas lo saben e incluso lo admiten en privado- necesita con urgencia entrar en el quirófano, amputar muchos miembros irrecuperables, limpiar a fondo otros y someter al cuerpo general del partido a un proceso de regeneración, rehabilitación y reinserción social.

Todo eso lleva tiempo, mucho tiempo, y cuanto más tarden en echar a andar más se les complicará el proceso y menos posibilidades de éxito tendrán.

La irresponsabilidad de Mariano Rajoy haciendo de tapón y de freno a ese proceso es gravísima. No solo con los 7,2 millones de votantes que tuvo el PP en diciembre pasado, y con los cientos de miles de militantes honrados (la inmensa mayoría), y con los muchos dirigentes también honrados, y con las muchas instituciones que aún gobierna el partido, sino también con la sociedad española en su conjunto.

Los votantes de Podemos y Ciudadanos, mucho más tecnoadictos que los de PP y PSOE

El Barómetro del CIS de febrero, publicado ayer, estaba lleno en su letra pequeña de información muy valiosa para sociólogos, periodistas, politólogos y miembros de otras profesiones similares, por lo general muy atentos al cambio social, las nuevas tendencias y los nuevos modos de vida.

El Barómetro incorporaba esta vez una serie de preguntas relacionadas con el uso de la tecnología y el impacto de la transformación digital en hábitos cotidianos de la población. Algunos de los principales titulares los hemos explotado todos los medios en las últimas horas: el 70,2% de los encuestados usa WhatsApp u otra aplicación similar de mensajería instantánea, el 42,3% del total de los que las usan está «continuamente» consultando los mensajes, el 78,9% del total de los encuestados cree que las nuevas tecnologías han propiciado una reducción de la protección de su intimidad en la familia…

Me he ido a los cruces, a las mismas preguntas del Barómetro, pero cruzadas por determinadas características de los encuestados y he visto algunas cosas muy interesantes. Por ejemplo estas, relacionadas con el perfil ideológico del encuestado:

-Uso del teléfono móvil. A la pregunta «¿Podría decirme si ha utilizado en los últimos 6 meses el teléfono móvil (llamadas y/o sms)?», responde que sí el 90,8% de los encuestados. Pero el porcentaje de respuestas afirmativas baja por debajo de la media, al 82,4%, entre los votantes del PP en las últimas elecciones, y al 88,4% entre los del PSOE, y sube por encima de la media entre votantes de Podemos (al 98,6%) y entre votantes de Ciudadanos (al 99,5%).

-Uso del correo electrónico. Cuando se pregunta sobre el uso del correo electrónico, también en los últimos 6 meses, responden que sí el 55,8% de los encuestados. Y de nuevo el porcentaje queda por debajo de la media entre los votantes del PP (43,4%) y del PSOE (42,9%) y muy por encima de esa misma media entre los de Podemos (74,2%) y entre los de Ciudadanos (75,3%).

-Uso de «WhatsApp u otra aplicación similar (Line, Telegram, Snapchat)». Dicen que sí las han usado en los últimos 6 meses el 70,2% de los encuestados. Entre los votantes del PP (el 55,1%) y entre los del PSOE (62,7%), bastante por debajo de esa media. Entre los de Podemos (88,5%) y entre los de Ciudadanos (90,3%), muy por encima. Otra pregunta indaga sobre la frecuencia de consulta de los mensajes en esas aplicaciones. Contesta que «continuamente» el 42,3% del total de los que las usan. Entre los votantes del PP, el 38,4%. Entre los del PSOE, el 32,4%. Entre los de Podemos, el 43,8%. Entre los de Ciudadanos, el 51,2%.

-Uso de «redes sociales virtuales (Facebook, Twitter, LinkedIn, etc.)». Media total de uso en los últimos seis meses, 46,3%. Entre votantes del PP, 35%. Entre votantes del PSOE, 39,5%. Entre los de Podemos, 63,6%. Entre los de Ciudadanos, 60,8%.

La inmensa mayoría de las preguntas y respuestas de este tipo dibujan una sociedad más digitalizada y tecnoadicta que vota a los dos partidos nuevos, Podemos y Ciudadanos, y otra también en transformación digital, pero a un ritmo más lento, que vota a los dos grandes partidos tradicionales, PP y PSOE.

El Barómetro completo y las entradas a los cruces los encuentras directamente aquí. Si navegas en los cruces por variables sociodemográficas (sexo, edad, tamaño de municipio y nivel de estudios) o por variables de clase social encontrarás más novedades.

 

Sánchez e Iglesias, casi dos años de desencuentros

Además de programas, de puntos de vista, de estrategias y de que en el fondo ambos están compitiendo a cara de perro por una misma parroquia electoral, hay algo que dificulta sobremanera el acercamiento y la negociación entre PSOE y Podemos, entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, No sólo apenas hay sintonía personal entre ellos, sino que han protagonizado muchos desencuentros. El primero no se fía del segundo, y el segundo apenas considera al primero.

Sánchez e Iglesias se miran con recelo mutuo desde el comienzo de sus respectivos liderazgos. En septiembre de 2014, dos meses después de convertirse Sánchez en secretario general del PSOE, le hice una larga entrevista. Hablamos de todo, también de Podemos, que había cosechado un cierto éxito en las elecciones europeas en mayo anterior y empezaba a crecer en las encuestas para unas hipotéticas elecciones generales:

-¿Conoce personalmente a Pablo Iglesias?
-No.
-¿No ha hablado nunca con él?
-Alguna vez nos hemos cruzado en algún debate en alguna cadena de TV.
-¿No ha tenido la curiosidad de conocerlos mejor para ver si se hace una idea de que son un posible aliado u otro adversario?
-El Partido Socialista no está en mirar de reojo a unos y a otros. Estamos en construir nuestra alternativa…

Un mes después, en noviembre de 2014, entrevisté a Pablo Iglesias…

-¿Ya ha hablado directamente con Pedro Sánchez?
-Hemos intercambiado un par de wasaps.
-¿Nada más?
-Nada más.

 

En mayo de 2015, en vísperas de las elecciones autonómicas y municipales, volví a entrevistar a Iglesias:

-¿Ya ha tenido algún contacto oficioso u oficial con la dirección del PSOE?
-No, solamente se ha producido una reunión informal entre un miembro de nuestra ejecutiva, Carolina Bescansa, y un miembro de la ejecutiva del PSOE, Patxi López, para establecer un canal continuo de comunicación.
-¿Cuándo fue eso?
-Hace como un mes y medio. Y desde entonces no ha habido más contactos digamos formales, contactos de ejecutiva.

Unos minutos después, en esa misma entrevista, Iglesias me contaba que quien sí le había llamado, y varias veces, era Susana Díaz, la líder de los socialistas andaluces y presunta rival interna de Sánchez en el PSOE.

-Me parece paradójico que yo pueda hablar por teléfono con Susana Díaz y que no haya hablado nunca por teléfono con Pedro Sánchez.

Más recientemente, en la campaña electoral, hice de nuevo entrevistas en diciembre de 2015 a ambos. Le pregunté a Sánchez:

-En su opinión, ¿qué es lo mejor y lo peor de Pablo Iglesias?
-Me parece que es un buen crítico que acepta mal la crítica.

Y le pregunté a Iglesias:

-En su opinión, ¿qué es lo mejor y lo peor de Pedro Sánchez?
-Lo peor es su escasa naturalidad. Creo que lo ha reconocido él. Y lo mejor es que es un hombre muy guapo.

El pasado 11 de febrero, cuando ya tenía Sánchez el encargo del Rey de intentar la investidura y había comenzado los contactos y negociaciones con varios grupos, volví a entrevistar a Sánchez:

-A Iglesias le estamos esperando. (…) ¿Por qué no hay cita todavía? Tendrá que preguntárselo a él. Yo lo único que puedo decir es que tienen la puerta abierta.

Un mes después, siguen en teoría las manos tendidas, las voluntades de diálogo, las puertas abiertas… pero en realidad los recelos y los desencuentros aún no se despejan.

Galdós, también cronista de viajes

Estoy descubriendo, gracias a la innovadora Gadir Editorial, una faceta de Benito Pérez Galdós que desconocía: no sólo era un gran viajero, también fue un notable cronista de viajes. En 1888, acompañado de su amigo José Alcalá Galiano, hizo Galdós un viaje por Italia y lo contó en unas crónicas en el diario argentino La Prensa que Gadir ha recogido en libro con el título de De vuelta de Italia.

Roma, Turín, Milán, Verona, Venecia…

«La ausencia absoluta de coches reduce los ruidos de la ciudad al de los roces humanos y al chasquido del remo de las góndolas en los canales. (…) Los edificios, al envejecer, no toman el aspecto de ruina que en otras partes tienen. El mármol blanco se oscurece, pero conserva un brillo particular, cual si lo frotarán todos los días. La roña, en algunos sitios, resplandece como si fuera el esmalte de una mayólica»

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Padua, Bolonia, Florencia, Nápoles…

«Por la configuración de las casas y lo irregular de las construcciones, Nápoles se parece a Málaga y Sevilla; por la luz vivísima que lo inunda y el colorido del mar parécese a Cádiz, y por la alegría de sus habitantes, el bullicio de sus calles y el constante aspecto de fiesta que en ellas se advierte, tiene gran semejanza con Madrid».

La mirada y la prosa de Galdós se detienen en detalles entonces poco frecuentes en este tipo de crónicas, y se fijan también en dos fenómenos por aquellos años finales del siglo XIX muy novedosos en el incipiente turismo: las guías de viajes y los viajes organizados.

«Los que no dejamos pasar ningún año sin hacer una correría por esa vieja Europa tan interesante y tan bella, hemos contraído una amistad cariñosa, a la cual debemos consejos discretísimos, y fiel y amena compañía. Me refiero a las guías de Baedeker, esos libros inapreciables que vemos en las manos de todo viajero ya sea inglés o alemán, español o italiano, y que son modelo de imparcialidad, de método y de rectitud. (…) El criterio artístico de estos libros es aceptable en general (…), es muy sobrio en sus juicios y no quita al viajero el placer de juzgar por sí mismo lo que ve. En lo que principalmente descuella, en lo que no tiene igual, es en todo lo concerniente a informaciones de carácter práctico. El viajero necesita vivir y vivir lo mejor posible con arreglo a sus recursos. Desea encontrar comodidades y no ser estafado. Baedeker previene todo lo que a esto se refiere, atendiendo con igual solicitud a los ricos que no escatiman gastos y a los modestos que disponen de limitados recursos. (…) Sus informaciones se consideran infalibles. Cuéntase que los fondistas de diferentes ciudades han intentado ganar el favor de Baedeker para hacerse recomendar, pero todo ha sido inútil. La rectitud y la escrupulosidad más exquisita resplandecen en esta parte utilitaria y práctica de las guías».

Las guías Baedeker -veo, navegando- están consideradas las primeras guías de viaje modernas. Se las inventó un alemán, Karl Baedeker, en 1828. Tapas rojas, papel biblia, pequeño formato. Incluían horarios de transportes, precios de hostelería, descripción de monumentos, rutas por ciudades, planos, mapas, gastronomía… «Incorporaban un sistema de asteriscos para localizar y valorar los principales puntos de visita. Tan completas y precisas eran que los alemanes en la Segunda Guerra Mundial eligieron para bombardear en Inglaterra todos los puntos señalados con tres estrellas por la guía Baedeker, intentando hacer así el mayor daño posible al patrimonio inglés», dice esta página, que recoge, por cierto, algunas curiosidades sobre España según la guía Baedeker.

La opinión de Galdós sobre los viajes organizados no es tan favorable. Primero les dedica algún piropo a los inventores…

«También deben los viajeros gratitud al célebre Cook, empresario de excursiones establecido en Londres, con agencias y sucursales en toda Europa. Ha sabido combinar este negocio con las empresas de ferrocarriles, y realiza grandes ganancias proporcionando medios fáciles y económicos para visitar los más remotos países. Los billetes circulares son una gran conquista de estos tiempos, y con ellos se recorren distancias más o menos grandes con la mitad del coste ordinario».

…. y luego concluye desaconsejando la fórmula:

«Pero tales excursiones me parecen incómodas, y no tienen más ventaja que su increíble baratura. Los expedicionarios que van en ella se ven obligados a comer, a dormir, a divertirse y a admirarse con arreglo a un plan invariable, bajo las órdenes del cicerone mayor, siempre juntos, siempre llevados y traídos deprisa y corriendo, en la más cargante de las fraternidades».

No le dio tiempo al escritor a conocer otra de las novedades que traería el turismo de masas. «La plaza della Signoria -escribe en la crónica sobre Verona- es una de las más bellas de Italia por la originalidad de su arquitectura y el carácter antiguo que conservan los edificios. No hay allí, por fortuna, esos restaurantes que todo lo profanan». Hoy ya los hay, y muchos.

PD. Si te ha interesado este post por Galdós, quizás también te interese estos otros dos: El pobre Galdós, sin núcleo estable ni préstamos subvencionados y Las mujeres de Galdós.

Dos meses con un ojo en hoy y el otro ojo en junio

Segunda votación, y de nuevo fallida. ¿Y ahora qué? Pues ahora un plazo máximo de casi dos meses (hasta el 2 de mayo) en los que se juega la segunda parte del partido y en la que puede pasar casi de todo: cambios de estrategia de algunos de los equipos, intentos de alianzas diferentes a las negociadas hasta ahora, incluso quizás sustituciones y bailes en algún banquillo…

Mariano Rajoy seguirá pidiéndoles a Ciudadanos y al PSOE la Gran Coalición con el PP, pero lo cierto es que su capacidad de maniobra es mínima y su partido parece totalmente aislado, al menos mientras lo lidere el todavía presidente del Gobierno en funciones.

Albert Rivera, crecido por los dos debates, instando al PP de forma cada vez más directa a que jubile a Rajoy -hoy ha apelado a lo que quede de la centrista UCD en el Partido Popular- y al mismo tiempo disputándole claramente el territorio político y la parroquia del centro derecha y de la derecha, por si hay nuevas elecciones. Y algunas encuestas dicen que con éxito.

Pablo Iglesias y el resto de la izquierda, que hoy ven a Sánchez más débil tras sus dos derrotas, instándole a un diálogo y una negociación para un Gobierno de coalición con todos ellos y sin Ciudadanos.

¿Y Pedro Sánchez? Pues probablemente seguirá en lo mismo en que está desde hace semanas, por ahora sin éxito porque es difícil lograrlo: cuadrar un círculo donde con el PSOE quepan Ciudadanos y las izquierdas, unos con un sí y entrando en el Gobierno y otros con una abstención y apoyando después en el Parlamento. Y en cualquier caso, eso sí, evitando Sánchez las minas internas que aún pueden ponerle algunos de los barones socialistas.

En las segundas partes de los partidos, unas veces cambia radicalmente el juego y el resultado y otras veces los minutos se convierten en basura, por inútiles y tediosos. Como lo saben, todos los partidos estarán también estos próximos dos meses con un ojo en el día a día de las negociaciones y los acercamientos y alejamientos y con el otro mirando a finales de junio, por sí hay que ir a una nueva competición, a unas nuevas elecciones.

Estamos en la mitad de primer tiempo del partido

Si esto fuera un partido de fútbol, estamos en la mitad de la primera parte del partido. Como estaba previsto, Pedro Sánchez ha fracasado hoy, 2 de marzo, en su primer intento de lograr la investidura como presidente del Gobierno. «Pondré difícil a Pablo Iglesias decirme no», decía Sánchez el pasado jueves a 20minutos. Se lo ha puesto difícil estos días, ha presionado cuanto ha podido al líder de Podemos, buscando su abstención. Seguirá haciéndolo hasta la tarde noche del viernes, cuando se produzca la segunda votación. Previsiblemente, con el mismo resultado: no. Y ahí llegaremos a la mitad del partido.

La segunda parte va a ser muy larga y muy imprevisible. Hasta el 2 de mayo (dos meses después de la primera votación, como dispone el artículo 99.5 de la Constitución), el Rey no podrá disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. Estemos preparados, porque en esos dos meses puede pasar de todo. Negociaciones más intensas que las celebradas hasta ahora entre el PSOE y su izquierda. Nuevas gestiones a dos bandas de Ciudadanos o bien para que el PP se abstenga ante una posible nueva sesión de investidura de Sánchez o bien para intentar que el PP jubile a Rajoy y busque otro nombre que pueda ganarse la abstención del PSOE. Búsqueda de un independiente que pueda ser investido con síes y abstenciones de tres de las cuatro grandes fuerzas…

A veces, las segundas partes apenas añaden nada al partido: ni goles, ni momentos estelares de algún jugador, ni emoción en la grada. En ocasiones, además, provocan lesiones, tarjetas o expulsiones incluso. Pero otras veces, hay cambios de estrategia de juego o sustituciones de jugadores que dan un vuelco al marcador con que se fue al descanso. Veremos qué da de sí este partido tan raro, en el que además no están jugando dos equipos, sino una docena larga, y algunos de ellos debutantes.