¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Archivo de octubre, 2015

Atentos a Neus Munté

Aún puede aguantar, de encrucijadas tan complicadas como la actual ha salido políticamente vivo, pero incluso en su entorno cercano hay quien da por acabado a Artur Mas. Cercado por las investigaciones policiales y judiciales al partido que dirige, Convergència Democràtica de Catalunya, y a su principal mentor político, Jordi Pujol, y bloqueada su investidura como president de la Generalitat por la CUP, Mas juega sus últimas bazas, cuestionado incluso por algunos de los miembros de su propio Govern en funciones. Cuestionan estos, y mucho, la polémica declaración por la república catalana cedida por Junts pel Sí a la CUP sin lograr por ello el apoyo a la investidura de Mas como president.
Y si cae Artur Mas, ¿qué pasará? Quienes miran a un horizonte de dos meses, a las elecciones del 20 de diciembre, creen que todo dependerá del resultado que cosechen tanto Convergència como ERC, que van a acudir por separado y no bajo el paraguas de Junts pel Sí del 27-S. Si ERC supera a Convergència en esa cita con las urnas, se multiplican las opciones de Oriol Junqueras de pasar a liderar el proceso independentista y el Govern.
Pero los que miran a ya mismo, a las próximas semanas e incluso días, a esa posible sesión de investidura del 7 o del 9 de noviembre en el Parlament catalán, ya barajan otro nombre: Neus Munté.
Munté está a punto de cumplir 45 años. Es vicepresidenta, consellera de Benestar Social y portavoz del Govern en funciones. Licenciada en Derecho por la Universidad de Barcelona, máster en Derecho Público y Organización Administrativa por la Universidad Pompeu Fabra. Y, curioso, abogada hace muchos años de la UGT de Cataluña, donde después, de 1996 a 1999, fue miembro de la Comisión Ejecutiva Nacional de la Federación de Servicios Públicos y secretaria de Empleo y Educación y secretaria de Política Institucional del sindicato socialista hace bastante menos, de 2004 a 2010. En parte, al tiempo que iba escalando posiciones de dirección en Convergència: entre 1998 y el 2000 fue secretaria general adjunta de la organización juvenil del partido, y ahora es secretaria ejecutiva del ámbito sectorial…
«Y limpia» en los escándalos de corrupción que cercan a Convergència, dicen los que la conocen bien, lo que significa que quizás tenga más fácil que Mas conseguir ese par de diputados de la CUP que Junts pel Sí necesita para lograr una investidura de un presidente o una presidenta en el Parlament y no tener que convocar nuevas elecciones catalanas.

Nuevo golpe a Artur Mas

El tesorero, en prisión. El extesorero, investigado y con medidas cautelares impuestas por el juzgado. Una caja fuerte, probablemente llena de pruebas, que se va a abrir en pocas horas. El domicilio del gran padre político, Jordi Pujol, registrado por la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal en estos momentos, en busca de más pruebas contra toda la familia… Se estrecha el cerco policial y judicial sobre Convergència Democrática de Catalunya (CDC) y sus corrupciones. Artur Mas, su líder, tiene cada vez más complicado salir limpio de todo esto, seguir vivo en política.
En breves días, ERC, el socio de CDC en las pasadas catalanas, ambos bajo la marca de Junts pel Sí, tendrá que decidir si reedita la fórmula paraguas para las elecciones generales del 20 de diciembre o si cada marca mide por separado su fuerza real hoy en Cataluña.
En las generales de 2011, Convergéncia logró 16 diputados, y ERC sólo 3. Una encuesta de hace pocos días le daba 11 a CDC y 9 a ERC. La tendencia parece inexorable: es muy probable que en las semanas que faltan hasta las urnas Esquerra sobrepase a Convergència. Si se llega a ese escenario sin que Mas haya sido antes investido president -y es muy probable que no lo logre-, ¿seguirá siendo Mas el candidato de Junts pel Sí a liderar desde el Govern la hoja de ruta de la independencia o apostarán por Junqueras?

No, no somos el país de la UE que más crece

En el PP y en el Gobierno parecen comulgar con aquello de Göbbels de que una mentira mil veces repetida se convierte en una verdad. Diputados de a pie y diputados de rango superior, ministros varios, el presidente del Gobierno… Desde hace varias semanas, hay un mantra falso de toda falsedad que Gobierno y PP repiten día tras día, a ver si cuela. Lo acaba de hacer -y no es la primera vez- esta mañana Mariano Rajoy en su autocomplaciente comparecencia ante la prensa de fin de legislatura: «España es el país que más crece de toda la Unión». Pues no, señor presidente. No del verbo no.

Los datos oficiales son muy elocuentes. No son míos, están en el último European Economic Forecast de la Comisión Europea (Overwiew, página 1).
Según la Comisión, en 2014 la economía española creció el 1,4%. En la zona euro, crecieron más que nosotros Alemania (1,6%), Estonia (2,1%), Irlanda (4,8%), Letonia (2,4%), Lituania (2,9%), Luxemburgo (3,1%), Malta (3,5%), Eslovenia (2,6%) y Eslovaquia (2,4%). Y fuera de la zona euro, pero aún en la Unión, Bulgaria (1,7%), República Checa (2%), Hungría (3,6%), Polonia (3,4%), Rumanía (2,8%), Suecia (2,1%) y Reino Unido (2,8%).
De los 28 países de la Unión, 16 crecieron más que España, y 11 crecieron menos.

En el mismo documento y página, están las previsiones oficiales de crecimiento para este año, para 2015. Dice la Comisión que el PIB español crecerá el 2,8%, el mismo porcentaje que Lituania, Rumanía y Hungría, y que nos superarán Irlanda (3,6%), Luxemburgo (3,4%), Malta (3,6%), Eslovaquia (3%) y Polonia (3,3%). Según las previsiones oficiales, tampoco este año seremos el país de la UE que más crece.

Los datos… ¡Qué lata esto de los datos para la propaganda política!

¿El Mario Conde de Leonardo Padura? Anjá

Confieso que no había leído nada de Leonardo Padura hasta conocer, hace unos meses, que había sido galardonado con el Princesa de Asturias de las Letras. El premio lo recoge esta tarde. ¡Más que merecido!
Me he leído con agrado en las últimas semanas cuatro novelas –Pasado perfecto; Vientos de cuaresma; Máscaras; y Adiós, Hemingway– de la serie de Mario Conde, un detective habanero tan bien trazado como personaje como los mejores del género -el Jean-Baptiste Adamsberg de Fred Vargas, el Salvo Montalbano de Camilleri, el Kurt Wallander de Mankell, el Harry Hole de Nesbo, el Pepe Carvalho de Vázquez Montalbán, el Gordiano el Sabueso de Saylor, el Leo Caldas de Villar, el Kostas Jaritos de Márkaris, el Héctor Belascoarán Shayne de Taibo II, la Kinsey Millhone de Grafton, el Paulo Mandrake de Rubem Fonseca…-, pero en caribeño: filósofo de la vida, mujeriego, sentimental, bebedor, glotón, escéptico, buen amigo de sus amigos… (Y machista, dice Montse, mi mujer).
Las tramas de las tres primeras novelas citadas ocurren en La Habana de finales de los años ochenta, se escucha el palpitar del régimen castrista al fondo, la ciudad está vivísima…
En Adiós, Hemingway, que es del paso del milenio, Conde ya ha dejado la Policía, es librero y aspirante a escritor, y tiene que investigar una muerte a tiros ocurrida varias décadas atrás en Finca Vigía, la casa con enorme jardín alrededor -y piscina con Ava Gadner- en la que Ernest Hemingway pasó largos años, muerte en la que todo indica que estuvo implicado el propio escritor estadounidense…
Los personajes están bien trazados, los diálogos son ingeniosos, la variedad del vocabulario -cubano y no cubano- está muy por encima de la media habitual en el género… Y el final -ya no me fijo mucho sólo en los arranques de las novelas, también en los finales- merece cita completa (no te voy a reventar el desenlace, tranquilo):

«Entonces tomó impulso con el brazo hacia atrás y lanzó la botella al agua. El recipiente epistolar, preñado con las nostalgias de aquellos náufragos en tierra firme, quedó flotando cerca de la costa, brillando como un diamante invaluable hasta que una ola lo envolvió y lo alejó hacia esa zona oscura donde sólo es posible ver algo con los ojos de la memoria y el deseo».

-¿Y qué tú recomiendas? ¿Leer a Padura?
-Anjá -que diría el Conde.

En paro y en empleo, la herencia que deja Rajoy es tan mala como la de ZP

La Encuesta de Población Activa (EPA) publicada de esta mañana es contundente: en paro y en empleo, Mariano Rajoy apenas ha mejorado la herencia recibida de José Luis Rodríguez Zapatero. Son tan malas la una como la otra; y en algunas cosas, la de Rajoy es aún peor.

Comparadas algunas de las principales magnitudes de la última EPA con Zapatero en la Moncloa (la del III trimestre de 2011) con las de la última del Gobierno Rajoy (la del III trimestre de 2015, conocida esta mañana), se ve esto:

Población activa. 23.482.500 personas activas en 2011, 22.899.500 ahora. Empeoramos.

Tasa de actividad (el porcentaje de población que trabaja o está en disposición de hacerlo -es decir, también parados- sobre el total de población en edad de trabajar). 60,44% hace cuatro años, 59,50% ahora. Empeoramos bastante.

Población ocupada, es decir, con empleo: 18.484.500 hace cuatro años, 18.048.700 ahora. Empeoramos.

Asalariados con contrato indefinido. 11.478.100 hace cuatro años, 11.039.200 ahora. Empeoramos bastante.

Ocupados a tiempo completo. 16.089.100 hace cuatro años, 15.298.300 ahora. Empeoramos bastante.

Parados. 4.998.000 antes, 4.850.800 ahora. Mejoramos ligeramente.

Tasa de paro. 21,28% hace cuatro años, 21,18% ahora. Mejoramos ligerísimamente.

Parados de larga duración (los que llevan dos años o más buscando empleo): 1.249.200 hace cuatro años, 2.158.600 ahora. Empeoramos mucho.

Muchos más datos, en esta información y este gráfico de 20minutos.

El paro es la mayor preocupación de los españoles, encuesta tras encuesta. Pese a las muchas palabrerías y medias verdades, lo cierto es que el balance real de la acción de Gobierno Rajoy en este trascendental asunto, pasados sus cuatro años de mandato, es desastroso: bastantes menos activos, bastantes menos ocupados, escasísima reducción del número de desempleados, parados cada vez más abandonados y desasistidos, empleos más precarios, salarios más bajos, derechos laborales mermados…

Rajoy -como Zapatero en su día- deja una herencia catastrófica.

Convergència y ERC, junts o separats el 20-D?

La detención del tesorero de Convergència le llega a Artur Mas en el momento más inoportuno. Por un lado, el nuevo pestazo a corrupción que suelta el partido no le va a ayudar mucho al president en funciones a convencer a la CUP para que le ceda un par de votos para su investidura. Por otro, la propia Convergència Democràtica de Catalunya estaba ya estos días explorando con ERC, su principal socio en Junts pel Sí, cómo acudir a las elecciones generales del próximo 20 de diciembre, si junts -como en las catalanas de septiembre- o separats, cada uno por separado, y el nuevo escándalo ayuda poco al acuerdo.
Tras la confesión de Jordi Pujol como evasor fiscal, en julio de 2014, Convergència empezó a caer en picado en las encuestas, y cada golpe informativo de corrupción ha ido acentuando esa caída. En las catalanas, ERC se prestó a la lista conjunta a regañadientes, pero está por ver si ahora, en las generales, quiere seguir tapando a Mas y a su formación o prefiere concurrir sola, bajo sus propias siglas… y quedar refrendado en las urnas como el primer partido catalán y Oriol Junqueras -no Artur Mas- como el principal líder del independentismo.

PP y PSOE, y el difícil escaño número 100

En el PP, que ahora tiene 186 diputados de los 350 que en total forman el Congreso, hay quien sigue pensando que van a lograr en torno a 130 en las elecciones del 20 de diciembre. Y en el PSOE hay quien aspira a mantener los 110 actuales, o incluso a acercarse a los 120.
A la luz de las últimas encuestas y tendencias, no me salen las cuentas, ni para el PP ni para el PSOE. Creo que han hecho sus cálculos desde la historia reciente, de cuando ambos eran los grandes dominadores del voto y sólo les hacían sombra algunos partidos nacionalistas en algunos territorios, y no desde la realidad actual con más actores relevantes en juego en todas las circunscripciones y su correspondiente traslación a la ley D’Hondt.
El panorama ahora es muy diferente. Todo indica que el bipartidismo está o muerto o seriamente dañado, y que de las elecciones de diciembre saldrán o bien cuatro partidos grandes, no dos, o bien dos grandes con en torno al 25% de los votos cada uno de ellos y dos medianos con en torno al 15%. La traslación provincia a provincia de esos datos en votos corregirá en buena parte la distorsión actual, en la que muchísimos votos en muchísimas circunscripciones pequeñas y medianas no generaban escaños (bien lo saben UPyD o IU), y acercará mucho el porcentaje de votos y el porcentaje de escaños de cada formación.
Algunos datos para el análisis:
-Las elecciones generales españolas se disputan en 52 circunscripciones electorales (las 50 provincias más Ceuta y Melilla). Hay 2 circunscripciones muy grandes -que reparten muchos escaños-, 5 grandes, 18 medianas, 16 pequeñas y 11 muy pequeñas. Aquí ves el detalle.
-En 34 de las esas 52 circunscripciones electorales, los dos grandes partidos -PP y PSOE- se repartieron todos los escaños en juego en las elecciones de noviembre de 2011.
-En 18 circunscripciones, alguna lista más entró en el reparto de diputados. En dos circunscripciones (Barcelona y Valencia), cinco diferentes listas consiguieron escaños. En siete circunscripciones (Madrid, Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Asturias, Navarra y Girona), cuatro listas se repartieron los escaños. En nueve circunscripciones (Sevilla, Las Palmas, Lleida, Málaga, Tarragona, Zaragoza, La Coruña, Pontevedra y Santa Cruz de Tenerife), tres fuerzas entraron en el reparto de escaños.
-Tanto PP como PSOE resultaron sobreprimados en 2011 en el reparto de escaños. El PP, con el 44,62% de los votos, se llevó el 53,1% de los escaños: 8,5 puntos porcentuales más. El PSOE, con el 28,7% de los votos, se hizo con el 31,4% de los escaños: casi 3 puntos porcentuales más.
-A IU y a UPyD les pasó lo contrario. IU, con el 6,92% de los votos, sólo logró el 3,14% de los escaños. UPyD, con el 4,69% de los votos, sólo tuvo el 1,4% de los escaños.
¿Qué tienen en común las 18 circunscripciones donde al menos tres fuerzas lograron escaño? Que o bien son muy grandes o bien concurren en ellas fuerzas nacionalistas con firmes apoyos. ¿Qué tienen en común las circunscripciones donde todo lo acaparó el bipartidismo? Que son pequeñas o medianas, sí… pero incluso en alguna pequeña el efecto acaparador de los dos grandes partidos no se produjo.
Veamos un caso muy revelador y que nos puede dar pistas de por dónde irá el 20-D la transformaciñon de votos en escaños. Álava. Circunscripción pequeña. Sólo reparte 4 escaños. Pero allí no sólo tenían apoyos en 2011 los dos grandes partidos estatales, PP y PSOE, sino también los dos nacionalistas vascos, Amaiur y PNV. El resultado en votos fue este: PP, 27,17%; PSE-EE (PSOE), 23,44%; Amaiur, 19,11%; PNV, 18,86%. Y en escaños… uno para cada uno de ellos. Las cuatro formaciones lograron un diputado por Álava, pese a que entre el partido más votado y el cuarto había casi 9 puntos porcentuales de diferencia.
En muchas provincias pequeñas y medianas -y sin nacionalistas-, hasta ahora bipartidistas -de las que reparten 4, 5, 6, 7 escaños…-, previsiblemente van a darse en diciembre resultados de dispersión de voto entre cuatro fuerzas parecidos a los de Álava hace cuatro años, con Ciudadanos y Podemos logrando parecidos apoyos a los que en 2011 lograron Amaiur y PNV en Álava.
Esa menor distancia en votos entre la primera y la cuarta fuerza, repetida en muchas circunscripciones, va a tener un efecto corrector en el reparto final de escaños: ninguna fuerza tendrá mucho mayor porcentaje en escaños que el que haya conseguido en votos. Dicho de otros manera: si las encuestas aciertan y PP y PSOE logran en torno al 25% de los votos cada uno de ellos, es improbable que lleguen al 30% de los escaños. Y el 30% de 350 escaños son 105…

¿Feijóo camino de Madrid y Rajoy camino de casa?

El batacazo en las catalanas (el quinto batacazo electoral en menos de año y medio); las duras críticas posteriores de José María Aznar a Mariano Rajoy; la eclosión de Ciudadanos y de Albert Rivera como alternativa en el centro derecha; el «lo que sea sonará» de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, preguntada por la sucesión; la dimisión de la presidenta del PP vasco, Arantza Quiroga; las declaraciones de Cristóbal Montoro, los continuos ruidos de sables internos… han precipitado en pocos días al PP a una crisis parece que imparable.
Le he preguntado esta mañana en RNE a la ministra Ana Pastor si creía ella -que lo conoce probablemente mejor que nadie en el Gobierno- que Rajoy daría un golpe de timón en el partido. No me ha contestado. Ha evitado hacerlo. Se ha ido dos veces por las ramas.
Me llegan ahora por diversas vías algunas informaciones que indican que sí, que algo puede pasar en el Partido Popular en breve.
Dos pistas:
-Rajoy ha convocado una Junta Directiva para este sábado. En teoría, para aprobar y presentar el programa electoral, pero algunos de los convocados creen que quizás también para algún anuncio más relevante.
-Alberto Núñez Feijóo -sobre el que, como os conté aquí hace 10 días, se especulaba internamente en el partido con que renunciaría a la presidencia gallega para ser candidato al Congreso de los Diputados y estar bien situado ante una hipotética sucesión de Rajoy- le dio ayer un cierto aire de despedida a su intervención en el debate de política general celebrado en el Parlamento Gallego. Dijo, literal:

«Gracias por todo, Galicia. En nombre de todos los que formamos parte de este Parlamento y tenemos el privilegio de ser los representantes de un pueblo que hace historia. Gracias por permitirme el honor de ser presidente en el momento más difícil y también ahora, en el más ilusionante. No existe mayor honor que servir a Galicia. Ninguno».

Algunos correligionarios suyos vieron en esas palabras el desmentido de que salte a Madrid y otros vieron lo contrario. Dieron por hecho que se estaba despidiendo.

El factor edad: Rajoy 60, Sánchez 43, Iglesias 37, Rivera 36, Garzón 30

Un veterano ya cerca de la edad legal de jubilación y que lleva varias décadas en coche oficial y cuatro jóvenes que han pasado hace casi nada a la primera línea de la política y están vírgenes en gestión. En las elecciones del 20 de diciembre va a jugarse un partido entre experiencia y bisoñez o -visto de otra manera- entre un candidato que está ya un poco de vuelta de todo y otros cuatro que están llegando con mucha hambre de balón.
El 20-D, el día de las elecciones, Mariano Rajoy (PP) tendrá 60 años; Pedro Sánchez (PSOE), 43; Pablo Iglesias (Podemos), 37 (los cumple este sábado); Albert Rivera (Ciudadanos), 36 (los hace en un mes); y Alberto Garzón (IU), 30 (los hizo la semana pasada).
Son unas diferencias enormes en sus extremos: 17 años del mayor al segundo mayor; 30 años del mayor al más joven. Salvo en los primeros años de la transición, nunca en las elecciones generales de la democracia ha habido tanta brecha de edad entre los principales líderes.
En las elecciones de 2011, celebradas el 20 de noviembre, Rajoy tenía 56 años; Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE), 60; Cayo Lara (IU), 59; y Rosa Díez (UPyD), también 59. Sólo 4 años de diferencia entre los extremos. Ganó Rajoy.
En las de 2008, el 9 de marzo, José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) tenía 47; Rajoy, 52; y Gaspar Llamazares (IU), 50. Solo 5 entre los extremos. Ganó Zapatero.
En las de 2004, celebradas el 14 de marzo, Zapatero tenía 43; Rajoy, 48; y Llamazares, 46. También 5 años entre los extremos. Ganó Zapatero.
En las de 2000, el 12 de marzo, José María Aznar (PP) tenía 47; Joaquín Almunia (PSOE), 51; y Francisco Frutos (IU), 60. Una ligera excepción, por Frutos: 13 años de diferencia entre los extremos. Ganó Aznar.
En las de 1996, el 3 de marzo, Aznar tenía 43; Felipe González (PSOE), 53; y Julio Anguita (IU), 54. 11 entre los extremos. Ganó Aznar.
En las de 1993, celebradas el 6 de junio, González tenía 51 años; Aznar, 40; Anguita, 51. 11 entre los extremos. Ganó González.
En las de 1989, el 29 de octubre, González tenía 47; Aznar 36; Anguita, 47. 11 entre los extremos. Ganó González.
En las de 1986, celebradas el 22 de junio, González tenía 44 años; Manuel Fraga (AP, luego PP), 63; y Adolfo Suárez (CDS), 53 años. 19 entre los extremos, por Fraga. Ganó González.
En las de 1982, 28 de octubre, González tenía 40 años; Fraga, 59; Landelino Lavilla (UCD), 48; y Santiago Carrillo (PCE), 67. Otra excepción: 27 entre los extremos, por el efecto Carrillo, nacido en 1915. Ganó González.
En las de 1979, el 1 de marzo, Suárez tenía 46 años; González, 36; Carrillo, 64; y Fraga, 56 años. 28 de distancia entre los extremos. Ganó Suárez.
En las de 1977, celebradas el 15 de junio, Suárez tenía 44 años; González, 35; Carrillo, 62; y Fraga, 54 años. Entre los extremos, 27 años. Ganó Suárez.

Algunas conclusiones estadísticas:
-Tras 11 elecciones generales de la democracia, en 9 ocasiones ganó un candidato quadragenario o cuarentón (Suárez en 1977 y 1979; González en 1982, 1986 y 1989; Aznar en 1996 y 2000; Zapatero en 2004 y 2008) y en 2 un quincuagenario o cincuentón: González en 1993 y Rajoy en 2011.
-Nunca ha ganado un treintañero. Nunca tampoco un sesentón.
-El más joven al ganar, González en 1982. Tenía 40 años, 7 meses y 26 días de edad.
-El más mayor al ganar, Rajoy en 2011. Tenía 56 años, 7 meses y 24 días.

PD. La semana pasada, preguntada sobre sus posibilidades de relevar a Mariano Rajoy como cabeza de lista del PP en las elecciones del 20-D, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo : «Lo que sea sonará».
El 20-D, Sáenz de Santamaría tendrá 44 años.

Nadie puede con Rajoy como político peor valorado

Eran encuestas distintas y ámbitos diferentes: España entera en un caso, una comunidad autónoma o un gran municipio en los otros. Las fechas, parecidas. Del 1 al 9 de julio en el caso de la encuesta a nivel nacional y de finales de mayo a finales de junio en el resto. El encuestador, el mismo: el CIS. Y la pregunta exactamente la misma:

«Le agradecería que me indicara si conoce a cada uno/a de los/las siguientes líderes políticos/as y que valoración le merece su actuación política. Puntúelos/las de 0 a 10, sabiendo que el 0 significa que lo/a valora muy mal y el 10 que lo/a valora muy bien»

La primera encuesta era el Barómetro del CIS de julio pasado, publicado a primeros de agosto. Las segundas, las Postelectorales de las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015, publicadas ayer. Podemos por tanto, considerar las notas prácticamente homogéneas. Y son estas, ordenadas de mejor a peor:

Uxue Barcos, 6,20

Ada Colau, 6,05.

Manuela Carmena, 5,99.

Mónica Oltra, 5,85.

Ángel Gabilondo, 5,83.

Guillermo Fernández Vara, 5,47.

Miguel Ángel Revilla, 5,39.

Joan Ribó, 5,06.

Xavier Trías, 4,88.

Cristina Cifuentes, 4,73.

Juan Vicente Herrera, 4,61.

Ximo Puig, 4,51.

José Antonio Monago, 4,43.

Pedro Santisteve, 4,28.

Luisa Fernanda Rudi, 4,23.

Javier Lambán, 4,21.

Emiliano García Page, 4,18.

Javier Fernández, 4,11.

Pablo Echenique, 3,91.

Pedro Sánchez, 3,84.

Gaspar Llamazares, 3,61.

María Dolores de Cospedal, 3,51

Cayo Lara, 3,42.

Alberto Fabra, 3,38.

Soraya Sáenz de Santamaría, 3,17.

Rosa Díez, 2,97.

Esperanza Aguirre, 2,96.

Rita Barberá, 2,87.

Mariano Rajoy, 2,61.

El listado no recoge a algunos políticos relevantes que ni tenían elecciones en mayo pasado ni están en el Congreso de los Diputados -Artur Mas, Oriol Junqueras, Susana Díaz, Íñigo Urkullu, Alberto Núñez Feijóo, Albert Rivera, Pablo Iglesias, Alberto Garzón…-, pero aun así, da para muchas conclusiones. Algunas mías:

-Los políticos nuevos tienden a irse a la parte alta de la tabla, estén en el partido que estén.
-Los que llevan ya muchos años en el candelero tienden a irse hacia abajo.
-Muchas mujeres en la parte buena de la lista. Copan las 4 primeras posiciones.
-Los nombres del ámbito local y autonómico salen por lo general mejor valorados. Y los de ámbito nacional, peor.
-Nadie le disputa al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el título de político peor valorado, al menos nadie del primer nivel de la política nacional, autonómica y local (en su Gobierno, sí: Báñez, 2,40; Soria, 2,27; Montoro, 2,07…).

Y una pregunta:
¿Puede alguien tan mal valorado como lo está ahora Rajoy ganar unas elecciones tan reñidas como serán las generales del próximo 20 de diciembre?