El fracaso electoral del PP, el domingo pasado, es el quinto en menos de año y medio, y no le auguran nada bueno a la formación que preside Mariano Rajoy de cara a las elecciones generales de diciembre. Atentos al detalle de los números, que son muy contundentes:
25 de mayo de 2014. Elecciones europeas. El partido de Mariano Rajoy las gana, sí, pero pierde 2,6 millones de votos y 16,6 puntos porcentuales respecto a las anteriores europeas (pasa de 6,7 a 4,1 millones de votos; y del 42,72% al 26,09%). No hubo ninguna autocrítica, ninguna reacción interna. Ni siquiera pese a que en el PSOE, que había sufrido una caída similar (2,5 millones de votos menos, de 6,1 a 3,6 millones; y 16,3 puntos porcentuales menos, del 39,33%, al 23,01%), sí se desata una crisis que acaba con su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, sustituido mediante primarias por Pedro Sánchez.
22 de marzo de 2015. Elecciones en Andalucía. El PP pierde medio millón de votos (pasa de 1,56 millones a 1,06) y 14 puntos porcentuales (del 40,66% al 26,76%). Saltan algunas alarmas, algunas voces críticas. Aflora en toda su crudeza el viejo enfrentamiento entre la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el vicesecretario de Política Autonómica y Local, Javier Arenas. “Tendremos que corregir lo que haya que corregir”, dice Mariano Rajoy nueve días después de la debacle, y convoca de urgencia al máximo órgano del partido, la Junta Directiva Nacional, que llevaba dos años sin reunirse. ¿Cambios, correcciones? Ninguno. Sólo un recado interno de Rajoy a Cospedal y a Arenas: «Hay que tener claros los objetivos y conviene no distraerse o dejar distraerse en asuntos cuanto menos intrascendentes o irrelevantes».
24 de mayo de 2015. Municipales en toda España. Nuevo batacazo. El PP pierde 2,4 millones de votos (pasa de 8,47 millones en las anteriores a 6 millones ahora) y pierde, sobre todo mucho poder: las alcaldías de la mayor ciudad española (Madrid), de la tercera (Valencia), de la cuarta (Sevilla), de la octava (Palma de Mallorca), de la novena (Las Palmas), de la undécima (Alicante), de la duodécima (Córdoba), de la decimotercera (Valladolid)… De las 15 ciudades más pobladas, el PP gobernaba en 10 y sólo conserva 2: Málaga y Murcia.
24 de mayo de 2015. Elecciones en 13 comunidades autónomas. Nueva caída en votos y en escaños autonómicos y, sobre todo, en poder, en presupuesto administrado (42.560 millones de euros menos): pierde los Gobiernos de Extremadura, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Aragón, Baleares y Cantabria. De las 13 comunidades que celebraban elecciones, el PP gobernaba en 10 y sólo conserva 4: Madrid, Murcia, Castilla y León y Rioja. Al día siguiente de las municipales y las autonómicas, Rajoy aún se jactaba de que las había ganado. La presión interna y el miedo al futuro, le presionan tanto que acaba anunciando grandes cambios en el partido y en el Gobierno «para antes de verano». Fueron mínimos. En el Gobierno, la salida de José Ignacio Wert para facilitarle el reagrupamiento familiar con su mujer en París; y en el partido, la incorporación de algunas caras nuevas a la dirección: Pablo Casado, Fernando Martínez Maíllo, Javier Maroto, Andrea Levy, Jorge Moragas…
27 de Septiembre de 2015. Elecciones en Cataluña. Una debacle aún mayor que las anteriores, sobre todo por su gran calado político. El PP pierde 8 de sus 19 diputados y casi un tercio de sus votos (pasa de 471.681 en las autonómicas anteriores a 348.444 ahora). Y aún peor. Por un lado, ve cómo Ciudadanos (734.910 votos) le arrebata la bandera del españolismo en Cataluña y se refuerza como su gran rival en el centro derecha para toda España. Por otro, pone en evidencia el desacierto de Rajoy, por pasividad, en su gestión del conflicto catalán: las listas independentistas suman casi dos millones de votos.
Las recientes elecciones catalanas no son extrapolables a las generales, se ha dicho repetidas veces estos días. Y quizás así sea. Pero la tendencia electoral que reflejan las últimas cinco citas del PP con las urnas y el reciente aldabonazo en Cataluña no le auguran nada bueno al partido de Mariano Rajoy para las próximas elecciones, en diciembre. A menos de tres meses, Rajoy está seriamente tocado; su rival en el centro derecha, Albert Rivera (Ciudadanos), muy crecido tras su éxito en Cataluña; y su rival en el bipartidismo, Pedro Sánchez, asentado como líder del PSOE y aliviado por la pérdida de fuelle de su competidor en la izquierda, Pablo Iglesias (Podemos).