¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

Archivo de agosto, 2015

El nuevo curso, en solo 5 grandes claves

Todos los cursos políticos parecen importantes cuando comienzan, pero este más que importante se diría decisivo, crucial. Estas son las claves a las que habrá que estar especialmente atentos:
-1 Nuevos tiempos políticos. No es seguro que las elecciones generales previstas para otoño confirmen o no la salida de Mariano Rajoy (PP) del poder y una posible alternancia al centro izquierda o a la izquierda, pero sí parece que –como en muchos ayuntamientos y comunidades autónomas en mayo- se abre un nuevo periodo sin mayorías absolutas en el Congreso y de más diálogo, pactos y compromiso entre las diferentes fuerzas políticas. A priori, Pedro Sánchez (PSOE) tiene más papeletas de ser figura central en este nuevo periodo, apoyado en Pablo Iglesias (Podemos) o en Albert Rivera (Ciudadanos), o en ambos en diferente escala –uno en el Gobierno, otro en el Parlamento-, si bien Rivera también puede ser muleta de Rajoy. La gran coalición (PP + PSOE) parece descartada.
2. Cataluña en la encrucijada. Otras elecciones, las del 27 de septiembre en Cataluña, determinarán si la operación independencia emprendida por Artur Mas acelera o si entra en declive. Una u otra hipótesis afectarán mucho al conjunto de la política estatal.
3. El cómo de la mejora económica. En la economía, todo indica que –salvo sobresaltos globales, como los recientes de China o del derrumbe del precio del petróleo- vamos hacia un panorama mejor que el de cursos pasados, aunque está por ver si eso cala realmente al bolsillo y a la confianza del ciudadano medio. Tras las elecciones generales, quién administre y cómo tras esa expectativa de bonanza determinará si se corrigen o no los recortes y retrocesos del Estado del Bienestar y la creciente desigualdad en la sociedad española.
4. Las enseñanzas de la corrupción. Gürtel, Bárcenas, Noos, ERE, Palau, Tarjetas B, Púnica… Algunos de los grandes escándalos de corrupción de los últimos años van a entrar aún en mayor ebullición en los juzgados en los próximos meses, y otros celebrarán esta temporada sus respectivos juicios. Las investigaciones y las sentencias -y las reacciones a ambas- dirán si la sociedad en su conjunto y los políticos y los partidos en particular aprenden algo de estas horribles manchas de nuestra historia reciente.
y 5. Un mundo que empeora. Ojo también a la que se presenta como nueva gran crisis global: la de seguridad provocada por el yihadismo –sea el de lobos solitarios en Occidente o sea del Estado Islámico en Oriente Medio- y la de fortísimos movimientos migratorios internacionales, inducidos por la inseguridad -conflictos bélicos, Estados fallidos, etc.- o por pobreza extrema. Las previsiones son pesimistas. Nada indica que en esto se vaya a mejorar.

Mientras el petróleo baja un 65%, la gasolina sólo un 18%

Examina estas tablas y gráficos. El precio del petróleo OPEP tocó el 19 de junio de 2014 al que sería su máximo de ese año: costaba 115,06 dólares el barril. Ahora está en torno a 40 dólares, como también puedes comprobar en el enlace. El crudo se ha abaratado, por tanto, algo más del 65% en catorce meses.
Ahora navega por este otro enlace. Verás que en la misma fecha del récord del petróelo del año pasado, el 19 de junio de 2014, la gasolina sin plomo de 95 estaba a 1,46 euros el litro y el gasóleo A se pagaba a 1,36 euros. Ahora -como puedes también comprobar en esa página- la primera está a 1,19 euros y el segundo a 1,06, luego han bajado en los últimos catorce meses en torno al 18% el primero y en torno al 22% el segundo.
Ya sé que hay otros factores en la configuración del precio de los carburantes -el cambio dólar/euro, por ejemplo-, pero cuando el precio del barril subía eran los propias empresas petroleras las que, tras encarecernos de inmediato y mucho los carburantes, lo justificaban con el casi único argumento de la subida de su materia prima: el crudo. ¿Ahora ya no vale el argumento? ¿A qué se debe que cuando la materia prima baja el 65% el producto final sólo baje en torno al 20%?
Y más preguntas, que nos hemos hecho aquí ya en varias ocasiones: ¿realmente funciona el libre mercado y las leyes de la competencia en el mercado de los carburantes? ¿Alguien se ocupa del consumidor, alguien vela por los intereses de los ciudadanos? ¿Tiene el Gobierno -este y los anteriores- algo que hacer o que decir? ¿Algún partido, nuevo o viejo, va a llevar en su programa electoral alguna reforma que acabe con estos abusos?

Así aspiran aún Podemos y Ciudadanos a romper el bipartidismo

Las encuestas más recientes confirman lo de la volatilidad del voto. Muchos ciudadanos están cambiando de apuesta sobre la marcha y con cierta frecuencia. Hace apenas seis meses, las encuestas dibujaban para las elecciones generales un mapa de cuatro grandes partidos con entre el 15% y el 25% de los votos cada uno de ellos. Ahora la mayoría de los sondeos dicen que no, que habrá una Primera División con dos formaciones claramente por encima del 25%, PP y PSOE, y una Segunda División con Podemos y Ciudadanos moviéndose entre el 10% y como mucho el 15% de los sufragios.
En los tres meses y medio que faltan para la cita electoral -si se confirma que los comicios serán el domingo 13 de diciembre-, ¿seguirá cambiando la intención de voto de muchos ciudadanos, continuará viva la volatilidad? ¿Y en qué dirección? ¿Se reforzará más el bipartidismo o volveremos a apuntar al tetrapartidismo? Pablo Iglesias y Albert Rivera, los líderes de las dos fuerzas emergentes, confían en lo segundo y han puesto sus respectivas maquinarias y estrategias electorales, la de Podemos y la de Ciudadanos, a trabajar en ello en este arranque de temporada.
En su ignoto retiro vacacional, y probablemente alarmado sobre todo por el Barómetro del CIS que se conoció el 5 de agosto y que le daba a Podemos un 12,6% en voto directo y un 15,7% en voto estimado frente a los 19,3% y 23,9% que le adjudicaba el Barómetro de enero, Iglesias ha decidido dar un giro a su política de pactos. Ayer, en una comparecencia pública, descartaba pactos postelectorales con el PSOE y se abría a pactos preelectorales con toda la constelación de izquierdas. Tendía puentes hacia formaciones surgidas en distintos territorios en las elecciones municipales de mayo pasado y que ahora propugnan la unidad popular de izquierdas para las generales e incluso coqueteaba con IU y su líder, a los que antes del verano desdeñaba con una cierta prepotencia. «Me encantaría contar con gente como Alberto Garzón», decía ayer el líder de Podemos.
Rivera, por su parte, ha decidido hacer esfuerzos selectivos: además de las siete grandes circunscripciones donde tiene relativamente asegurado su éxito en escaños -Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Alicante, Málaga, Murcia…- concentrará la precampaña y la campaña de Ciudadanos en algunas provincias de Castilla y León y de Castilla-La Mancha donde la formación estuvo muy por encima de su media estatal en las recientes elecciones municipales y autonómicas.
Como os comenté aquí hace pocas semanas, nuestro sistema electoral le da una prima en escaños a los grandes partidos estatales, sobre todo en las elecciones generales, y les pone muy difícil a las terceras y cuartas formaciones conseguir escaños en las provincias medianas y pequeñas. Tanto la estrategia de Podemos de intentar aún sumar a IU y de abrirse a más pactos en comunidades o provincias con formaciones locales como la de Rivera de concentrarse sólo en algunas plazas donde pueda rentabilizar los votos intentan paliar esa dificultad de salida. En muchas circunscripciones, a Podemos y a Ciudadanos sólo les sirve ser medianos si no quedan muy alejados del PP de Mariano Rajoy y del PSOE de Pedro Sánchez en porcentaje de votos.

El resfriado chino y sus escalofríos aquí

Agosto es un mes peligroso en la economía globalizada.
En un agosto, el de 2007, estalló la crisis de los créditos subprime, considerada el prólogo y uno de los detonantes de la crisis financiera global.
En otro agosto, el de 2010, la economía de Estados Unidos dio tales indicios de fatiga que medio mundo se temió -como así fue para algunos, entre ellos España- que la crisis finalmente no iba a ser ni en forma de V ni en forma de L, sino en forma de W.
En agosto de 2011, más de lo mismo, con indicadores muy malos en muchas de las principales economías y además jornadas de infarto en la zona euro por la crisis de la moneda y de las deudas soberanas.
Este agosto, el sobresalto viene de China, la segunda mayor economía del mundo: en las últimas semanas su Bolsa se ha depreciado en torno a un 30%, las autoridades no han logrado parar el derrumbe con sucesivas devaluaciones de la moneda y muchos indicadores apuntan a una ralentización de la economía en su conjunto… El resfriado chino -o lo que sea, que los expertos no se ponen muy de acuerdo- ya está provocando compulsivos ataques de tos en todo Occidente. Por ahora, bursátiles. Hoy, lunes 24, de rojo intenso.
Los escalofríos no tendrían por qué extenderse a las economías reales europeas, pero algunos efectos dominó son peligrosos. Un ejemplo: el gran exportador europeo, Alemania, tiene en el gigante asiático a uno de sus principales mercados, y si la ralentización china se confirma nuestra locomotora germana podría aflojar también su marcha y tirar algo menos del vagón español. Otro ejemplo: China es uno de los grandes compradores de deuda pública de países occidentales, y si deja de hacerlo o lo hace menos se encarecerá la financiación de esas deudas.
Por si tuviéramos poco con China, otra gran noticia económica de agosto provoca nuevas incertidumbres: la caída del precio del petróleo. Hace unos meses, era una buena noticia, porque mejoraba la balanza exterior, la recuperación, los precios y el consumo en las principales economías importadoras de crudo y de carburantes. Ahora la caída es tan pronunciada y brusca en los últimos días (entre otras razones, por los escalofríos chinos) que muchas petroleras del primer mundo renuncian a los planes de exploración que tenían y anuncian despidos masivos.
Y aún le queda una semana a agosto.