La próxima semana se cumplen 50 años del hallazgo de petróleo en La Lora, una comarca del norte de Burgos que hasta entonces se dedicaba al cultivo de la patata.
“Burgos, codeándose con Arabia”, decía en junio de 1964 un titular de portada. «Este es el Oklahoma burgalés”, se leía en otro, bajo una gran foto de aquellos páramos. «Burgos, capital del oro negro”, proclamaba una pegatina que en pocas semanas llevaban muchos coches de la provincia. “El Rey del Petróleo. Snack-bar, brasserie”, ponía en la puerta del establecimiento que un labrador, Justo Hidalgo, abrió en pocas horas para atender a los intrépidos reporteros que visitaban la zona.
Un ministro de Franco, José Luis Arrese, declaró que el crudo sería “el mejor regalo que Dios pueda hacer a España y al Caudillo al cumplirse los 25 años de paz”. Y un cronista del régimen, Rafael García Serrano, escribía: «El sábado 6 de junio, antes de cenar, cuando el general Rodrigo nos dijo a sus vecinos de mesa ‘se ha encontrado petróleo en Burgos’, el corazón me pegó un brinco del tamaño de los que daba cuando, en otros tiempos, oía decir: ‘Se ha ocupado Málaga’, ‘Han entrado en Barcelona’, ‘Se ha tomado Madrid’”.
En 1984, cuando se cumplían 20 años, yo viajé a la comarca y escribí este reportaje y este pequeño texto de apoyo.
El Oklahoma burgalés acabó en nada. ¿Qué tendremos en 50 años del Oklahoma canario?
Petróleo en España, hace 50 años
10 comentarios
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La verdad, durante un tiempo parecía que bajo el suelo patrio había bolsas de oro negro por todas partes, al final solo sirvió para llenar algunos bolsillos con comisiones y montones de prospecciones fallidas buscando el líquido de los dinosaurios.
Nosotros sinceramente nos quedamos con otras aventuras prehistoricas:
http://hemosvisto.blogspot.com/2014/04/los-croods-una-aventura-prehistorica.html
31 mayo 2014 | 12:43
Saber que una comunidad es contraria en su mayoría a la extracción de petróleo por los riesgos que conlleva y el freno evolutivo qeu supone el no apoyar más unos modelos energéticos má sresponsables para con el medio y para con los humanos mismos, y el día en que celebran su fiesta lanzarles ese bote de crudo envenenado es de muy mala baba. Yo es ver Repsol y darles ya la espalda.
31 mayo 2014 | 13:11
Pienso que encontrar algún yacimiento de petróleo, o de gas, para un país como España, puede ser obviamente positivo. El Estado, propietario del crudo, puede realizar contratos ventajosos, y con el dinero invertir en mejorar la vida ciudadana. Pero esto es el cuento de la lechera, al menos hasta que se encuentre realmente el hidrocarburo. Y eso, sin perforar, es imposible de asegurar. Lo que sí se puede saber antes de perforar es si hay indicios indirectos de hidrocarburo, y de qué tipo (gas o petróleo), mediante la campaña de geofísica previa (sísmica de reflexión, una especie de ecografía a lo bestia). Esta campaña tiene el inconveniente de poder dañar los sistemas auditivos de peces y cetáceos que se hallen en la zona en el momento de las explosiones. Por ello, es ahora importante que los biólogos marinos indiquen cuándo pueden realizarse dichas explosiones, viendo por ejemplo cuándo hay poblaciones presentes. Si se hace con cuidado, no tendría por qué haber grandes impactos ambientales. El caso de la Lora es un ejemplo de unos yacimientos que se vienen explotando desde hace 50 años y que no han producido daño en el entorno, más allá del pequeño impacto visual de las bombas de extracción, aunque claro, no es igual explotar un yacimiento en tierra que uno en el océano. En tierra el fracking es más peligroso pues afecta a acuíferos, mientras que en el mar el peligro son las campañas geofísicas y las posibles fugas durante la perforación o posterior extracción, ya sean debidas a sobrepresiones, métodos de fracking mal realizados o errores humanos.
31 mayo 2014 | 15:41
El petroleo no hay que sacarlo sino sustituirlo.ya existe la energia infinita y los vampiros petrolíferos ocultan los hallazgos para poder succionár eternamente el liquido vitál del que se alimentan.el mundo está comido por vampiros y por eso no hay apenas desarrollo tecnológico desde los años 70 en que el hombre fue a la luna.todavia echando humo por un tubo por culpa de la casta vampira que le chupa su sangre negra a la Pacha Mama,la madre tierra.siempre chupando.un estacazo a cada uno.tendriamos que estár todos ya volando entre las nubes con maquinas de ensueño.navegando el otro gran azul.navegando en el viento y bebiendonos las nubes.
31 mayo 2014 | 15:51
“¡No me puedo callar!”
En el documental de Miguel García Morales (Taro. El eco de Manrique) hay muchísimo material de entonces, de cuando César Manrique le declaró la guerra a la especulación. Recorrió pueblos, convenció a campesinos, se peleó con políticos y con especuladores, consiguió el apoyo de arquitectos, paisajistas y urbanistas, y convirtió su lucha, una verdadera guerra, en una batalla personal que de pronto alcanzó los niveles de una verdadera revuelta popular. No se paró ahí César; le dio carácter internacional a su lucha, y no perdió ni un segundo de su vida de artista mientras tanto. Creó una abstracción basada en el uso de materiales naturales, alcanzó una teoría intuitiva de la comunicación a través de la pintura, y fue además un amigo alegre, comunicativo, abierto; su casa (la que hizo bajo la lava, donde está desde hace veinte años, los años de su muerte, precisamente) es un homenaje a la isla de Lanzarote y es ahora el imán que atrae a numerosos visitantes que, atraídos por el eco de Manrique, se interrogan por la naturaleza del milagro de Manrique. Ahora, ante el documental de García Morales, muchos sabrán en qué residía el milagro: en el trabajo, en la lucha, en la guerra. Hay una imagen de la televisión, recogida aquí por el documentalista, en la que Manrique grita a la cámara: “¡No me puedo callar!” Su eco llega hasta ahora. La guerra continúa.
La actualidad.
Manrique advirtió del desastre, lo puso de manifiesto mientras a su alrededor, en las islas, parecía que la fiesta empezaba. Los especuladores construían un mundo ficticio con la aquiescencia de la política y de la banca; desde su casa, y luego, por unos meses, desde la fundación que había creado para prolongar su batalla, en la calle, en los barrios de pescadores, en los campos, en las otras islas, en Madrid, en Alemania, en cualquier parte, ante los poderosos y ante los humildes ciudadanos que le escuchaban como se escucha a un visionario, con temor o indiferencia, Manrique repitió una jaculatoria: vamos hacia el desastre, tanta construcción, tanta autopista hacia la nada, tanto desprecio a la naturaleza, tendrá una respuesta de la vida, ya lo verán. En la película de García Morales se ven los dos elementos de la realidad: mientras lo decía César, cuando lo adivinaba con los datos de lo que se estaba haciendo, y ahora que sus adivinanzas se concretan en el desastre del que son testigos (en todas las islas) las cunetas en las que se refugian los desperdicios de los edificios que se quedaron a medio hacer cuando la crisis hizo su aparición y mandó a parar.
El dedo en la luna.
La especulación ha tenido efectos catastróficos y ahora ya es solo detritus lo que deja detrás. El paro es la consecuencia del espejismo. Mientras lo decía César, eran “cosas de César”. La batalla del artista era de amor por su tierra; en primer lugar, el amor a Lanzarote, y después la preocupación por cada una de las islas. Mientras lo dijo hubo de todo: incredulidad, burla, rechazo. Ahora conviene que se vuelva (y esta película es un motivo, la realidad de lo que pasa es otro material imprescindible) a lo que advirtió César Manrique. Se suele creer que los visionarios cuentan sus pesadillas para que la gente se fije en su dedo acusando. César fue un visionario, pero su dedo no señalaba la luna ni su propio dedo. Su dedo apuntaba a lo que ahora nos pasa. Quien no vea como actualidad lo que él dijo entonces sí que estará tapando la vida con un dedo.
Haría.
Estuve esta semana en Lanzarote. Quise ir a la playa donde se hizo César, Famara, donde corría, de niño, como si no hubiera final para su horizonte. La arena fue su página en blanco. Y fui a Haría, donde él pasó los dos últimos años de su vida interrumpida. El accidente ocurrió por fuera de la fundación, cuando él volvía a Haría. Allí, en Haría, ahora hay silencio y palmeras, la paz que él buscaba para descansar de tanta guerra. Y aunque haya ahora ese silencio, el eco de Manrique sigue, su guerra no acaba, no acabará mientras sea cierto lo que entonces parecía la manifestación insistente de una locura. No era una locura, era el grito (“¡No me puedo callar!”) de un artista que no tenía otra manera de explicar su miedo por lo que él creía que ya estaba pasando».
por Juan Cruz | 29 de septiembre de 2012
31 mayo 2014 | 19:00
Por cierto Medio Ambiente que ha dado su visto bueno a los sondeos petrolíferos en Canarias a contemplado la hipótesis del ataque terrorista y ni que decir tiene que en caso de una hipotética guerra como por ejemplo con Marruecos se convertirían en objetivo militar como cuando la guerra de Kuwait en 1991 (Los incendios petroleros de Kuwait fueron causados por las fuerzas militares iraquíes tras prender fuego a 700 pozos petrolíferos, como parte de una táctica de «tierra quemada», mientras se retiraban de Kuwait en 1991 después de conquistar el país, pero siendo impulsados por fuerzas militares de la Coalición ) y por ultimo han tenido en cuenta valorar el riesgo de erupción volcánica y es que les recuerdo que en la zona habido actividad recientemente en 2011 en la isla del Hierro a unos cuatro kilómetros de la costa sur de la isla, y entre 700 y 1.000 metros de profundidad.
31 mayo 2014 | 19:11
La Revolución del Hidrógeno (Documentos TV) Año: 2006
En este capítulo de Documentos TV se nos muestra al hidrógeno como una nueva forma de energía, limpia, versátil y eficaz. Las ventajas de la utilización del hidrógeno como carburante son varias: es una fuente de energía abundante y su combustión sólo produce vapor de agua y calor, de forma que no contamina. Entre los inconvenientes, hay que señalar que es un gas muy inflamable y sería muy costosa la construcción de las infraestructuras para su distribución. En “La revolución del hidrógeno” se analiza cómo serán los coches del futuro, cuando el petróleo se haya agotado y los motores eléctricos hayan sustituido a los de combustión. Jeremy Rifkin, presidente de la Foundation on Economic Trends y autor de “La economía del hidrógeno”, predice en el documental que en el futuro habrá una red de energía basada en el hidrógeno que cubrirá todo el planeta y permitirá distribuir la energía de manera democrática, lo que supondría una verdadera revolución.
31 mayo 2014 | 19:16
podemos ser mas precisos, decir la nacion de castilla y leon hace 50 anios encontraba petroleo en su subsuelo…
02 junio 2014 | 00:05
Pero que tiparraco mas conflictivo amenazador y desorientador social es este esquirol del fascismo, «Panchenkillo» el hijo de su madre, dice; «la nación de castilla y león». Este esbirro tiene la mentalidad del socialismo de unos pocos como catalanico que es. No predica unidad mundial ni nacional, se nutre mas del partidismo.
Que sin sentido, y encima se denomina socialista. Esto es un socialista moderno que no se entiende, pero si es de calculo.
Vamos como para ponerse ha mear y no echar ni gota.
02 junio 2014 | 02:38
jajajjajaja… juliancito da lastima, te dije que no leyeras mas de una frase porque te venia una embolia… recuerda que cuando lees mas de veinte letras se te nubla la vista poque eres bruto… mira que seras bruto que enerezas el tenedor con los dientes para que quede recto… jjaajajajjajaaja… que aparato!!!
02 junio 2014 | 15:17