No sé si el indolente Mariano Rajoy se animará a hacerlo este verano, a la sombra de las parras en su Galicia natal, pero su Gobierno -incertidumbres del caso Bárcenas al margen, y son muchas- está pidiendo a gritos un recauchutado urgente. A la lista de ministros abrasados –Ana Mato, y sus viajes, ocios y fiestas familiares financiados por la Gürtel; Alberto Ruiz-Gallardón, y la inverosímil unanimidad sobre su mala gestión en todos los ámbitos de la justicia; o Fátima Báñez, y sus listas interminables del paro- se han unido con fuerza en los últimos días dos miembros del Consejo de Ministros que ya venían muy tocados del ala por un cúmulo de desgastes anteriores: Cristóbal Montoro, titular de Hacienda y Administraciones Públicas, y José Ignacio Wert, de Educación, Cultura y Deporte.
Casi dos semanas después del enredo de las presuntas fincas de la infanta Cristina, el ministro de Hacienda sigue sin dar explicaciones suficientes. No tanto sobre el error (un error lo puede cometer cualquiera, incluso 13 errores en paralelo y a la vez), sino sobre si en la Agencia Tributaria hay agujeros negros, jardines secretos, territorios o personas tabú donde apenas se inspecciona.
Lo de Wert es, si cabe, más urgente. El disparate del recorte de las becas universitarias en que se ha metido (disfrazada de potenciar la cultura del esfuerzo) alarma incluso a algunos de los más circunspectos dirigentes del PP. Wert se ha ganado a pulso el título de ministro peor valorado por los ciudadanos de todo el Gobierno, en un colectivo donde todos hacen méritos para disputárselo. Ayer tuiteé esto sobre él:
CIS Nota d Wert 4,59 (ene12) 3,19 (abr) 2,49 (jul) 2,19 (oct) 1,95 (ene13) 1,76 (abr) Está bien encaminado o debería dedicarse a otra cosa?
— Arsenio Escolar (@arsenioescolar) June 25, 2013
Y ya veis, casi 2.500 retuits. Su nota se desploma hacia el 0 al mismo tiempo en que el rechazo de los ciudadanos a su gestión y a sus excesos verbales se dispara hasta el infinito.