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Si la arquitectura te rodea, deberías empezar a fijarte en ella

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Bricktopía, nuevos espacios con viejos sistemas

A menudo existe una gran distancia entre aquello que decimos y lo que finalmente acabamos haciendo. Esta circunstancia también sucede en la arquitectura.

Es notorio como durante las últimas décadas se ha extendido por mesas de debate y conferencias de postín, el discurso sobre la prefabricación, la estandarización y los cánones de calidad basados en la similitud y la repetición. Bien al contrario de lo que sucede en la calle, donde es prácticamente imposible hacer dos viviendas iguales (1) , ni siquiera parecidas y donde un solo cambio influye en tantas partidas y tajos de la obra que un cambio de posición de un tabique se convierte por arte de birlibirloque -¡que ganas tenía de soltar esto!- en un completo lifting del proyecto que lo modifica por completo.

Por todo ello, las intervenciones puntuales, no enfocadas a estandarizar la edificación, me parecen una apuesta valiente y arriesgada digna de mención. Si además, están basadas en los sistemas constructivos, más que en la espectacularización -¡toma!- gratuita de las formas, es cuando es preciso detenerse a observar y a aprender.

Imagen gentileza de : Paula López Barba y Manuel de Lózar

Imagen gentileza de : Paula López Barba y Manuel de Lózar

“Bricktopia”, de los arquitectos del colectivo internacional Map13 (www.map13.net), es el proyecto ganador en la categoría “Build-it” del Festival Internacional de Arquitectura Eme3 que se celebró del 27 al 30 de Junio en Barcelona. Se puede visitar durante todo este verano en la plaza del recinto de la antigua fábrica de hilaturas Fabra i Coats del barrio de Sant Andreu.

 

Esta intervención configura una nueva plaza en la que se pueden realizar diferentes actividades, tanto bajo la bóveda como alrededor de ella. Espacios públicos de baño, sol, bar y escenario para disfrutar del verano 2013.

Se trata de una estructura abovedada de ladrillo que emplea el tradicional sistema constructivo de la bóveda tabicada (o “volta catalana”) calculada con nuevas herramientas digitales de optimización estructural a través de la geometría. La propuesta es el resultado de la investigación académica que llevan actualmente a cabo Marta Domènech Rodríguez, David López López y Mariana Palumbo Fernández, cofundadores del colectivo Map13, con la ayuda de distintos profesores de campos diversos y varias escuelas de arquitectura.

Imagen gentileza de: Paula López Barba y Manuel de Lózar

Imagen gentileza de: Paula López Barba y Manuel de Lózar

Al tratarse de un proyecto experimental que hace trabajar este sistema tradicional al límite, ha sido necesario realizar mucho esfuerzo por parte del festival Eme3 que lo promociona y se define por el apoyo que da a los jóvenes a llevar a cabo su proyecto, por parte de las empresas que han aportado material y mano de obra y por parte de los trabajadores, los voluntarios y los estudiantes de arquitectura que lo han levantado.

 

(1) Excepto en bloques de viviendas o promociones de «chaletes» y otros adobados, donde el usuario final no participa en los requerimientos iniciales del proyecto.

 Nota del arquitectador: Es verdaderamente satisfactorio, ver como mediante innovadoras propuestas nuestros jóvenes recuperan y pretenden mantener y actualizar sistemas constructivos tradicionales.

 

 

Arquitectura, humor y cintas de vídeo

Los que soléis andurrear por este blog, ya sabéis que me gusta unir la música y la arquitectura, pero desde luego, para empezar la semana, nada como unirlo además con un poco de humor, algo que no siempre es fácil, pero que siento muy necesario, sobre todo después de los últimos post y de como terminamos la semana anterior.

Para empezar, os dejo este vídeo de los inefables chicos de  Muchachada Nui, en el que glosan la figura del aparejador. Ojalá lo hubiese tenido a mano cuando conocí a mi mujer y me preguntó ¿que era exactamente eso a lo que me dedicaba? Que bien te queda ese vestido, reina – le dije, intentando salirme por la tangente. Después de tantos años, aún no sé si lo tiene claro.

 

 

 

Y después, la misma dosis para los arquitectos, eso sí, con un rap buenísimo y pegadizo que no me puedo sacar de la cabeza. Ésto no se lo tuve que explicar, aunque tengo serias sospechas de que ella lo ve de otra manera muy distinta a la mía. Creo que será mejor dejarla vivir en el error.

Nota del arquitectador: Al final del segundo vídeo el chaval le pregunta al arquitecto -¿Como Ted Mosby? Ted Mosby es el protagonista de la serie «Como conocí a vuestra madre..» que es arquitecto

¿De verdad hay que acercar la arquitectura a la ciudadanía?

Hace unos días un seguidor de twitter, compañero en la profesión de arquitecto, me decía que debía aprovechar el canal que supone este blog para acercar la arquitectura a la ciudadanía.

Yo, que no he entendido muy bien eso de que la arquitectura esté alejada de la ciudadanía, he intentado enfocar esto sin herir ninguna sensibilidad, pero me he dado cuenta de que no puede uno casarse con varias ideas a la vez y que no me queda otra que ser coherente y herir a alguien, con lo que la única solución es -ataos los machos amiguitos- hablar claro de una vez:

En primer lugar no creo que la arquitectura esté  en absoluto alejada de la ciudadanía. Lo que se ha alejado de la ciudadanía es el discurso de algunos arquitectos, unos pocos, muy mediáticos, muy persas, muy high-tech, muy de hacer maquetas con papeles arrugados, muy de ponerse pantalones dos tallas por debajo de lo que su body y el recato debido a la audiencia merece. Oiga usted, yo no estoy en absoluto alejado de la arquitectura, yo vivo en la arquitectura e incluso aspiro a vivir de ella, comer en ella, dormir en ella y -con permiso de mi señora- folgar en ella. Y como yo miles de arquitectos, menos mediáticos y menos starsystem que esos otros.

En segundo lugar y sobre la distancia entre el profesional, el arquitecto y  la ciudadanía, me remito a unos minutos de televisión nocturna que visualicé con gran desagrado el otro día, durante los cuales una barbie que había cobrado vida en modo y forma de tertuliana le espetaba a un señor que quería manifestar su experiencia personal en torno a un tema de rabiosa actualidad -algo sobre verjas, peñones y banderas, no lo pillé muy bien- que no se atreviese a llevarle la contraría pues ella, la barbie rediviva, era abogada. Ahí es ná. Ser licenciado en derecho confiere la virtud de la razón y el derecho de no ser replicado. Sin embargo son los arquitectos los que están alejados de la ciudadanía. Yo creo que no. Yo creo que soberbios y estúpidos los hay en todas las profesiones e incluso fuera de ellas, pues desgraciadamente la tontería tiene un componente genético que no se adquiere con los estudios, aunque ciertamente puede agravarse con ellos.

A este tío no hay quien le entienda, debe ser arquitecto o algo
 
 

En tercer lugar, este blog no aspira a ser un blog de arquitectura al uso. No he tenido intención nunca de hacer un catalogo de obras maravillosas por varias razones, la primera es que hay innumerables blogs de arquitectura fabulosos que ya hacen y muy bien esta tarea. La segunda es que en un blog de arquitectura no solo hay fotos de esos proyectos sino que se acaba explicando el porqué de esas arquitecturas , y yo no estoy por la labor evangelizadora y creo firmemente que si el proyecto hay que explicarlo no es tan bueno.

Y en cuarto lugar creo que decir que hay acercar la arquitectura a la ciudadanía, supone -sabrán disculparme vuesas mercedes- un gran desdén por el ciudadano, que si bien no se pasa el día divagando sobre el edificio en el que vive o trabaja, sí tiene una idea clara de lo que quiere y lo que no y de lo que le resulta agradable a la vista y al estar, al permanecer, al vivir y al habitar, de lo que es vivible, cómodo, funcional o simplemente bello. Tal vez si dejamos de tratar al ciudadano como a un niño no tengamos que acercar la arquitectura a nadie, ni siquiera a los arquitectos.

Finalmente tengo que decir que un blog tiene mucho de personal, no es un portal, no es una revista, no es texto didáctico. Es en gran medida una visión unilateral, parcial, subjetiva y como tal es engañosa y falaz. Por lo que no hagáis mucho caso de éste y de ningún otro blog, pues como me dijo un profesor una vez:

No crean ustedes, sin reflexionarlo bien, nada de lo que pone en los libros, pues yo mañana podría escribir otro que dijese lo contrario

Nota del arquitectador: Hoy todo el post es una nota del arquitectador.

 

¿Conoces la teoría de las tres arquitecturas?

Despues de un intenso careo entre mis allegados, exceptuando aquellos que comparten profesión conmigo, he llegado a una conclusión que, casi sin darme cuenta, ha derivado en una nueva, veraniega e innovadora clasificación de las arquitecturas. Olvidaos de estilos, de órdenes, de tendencias y de autores. Las arquitecturas conocidas hasta la fecha son tres. Y no hay más.

Amosanda,¡ ¿vas a comparar con esos cubos sin ventanas?!

Amosanda,¡ ¿vas a comparar con esos cubos sin ventanas?!

1.-La arquitectura de los arquitectos: Es moderna, de líneas puras o curvas imposibles, esconde las ventanas en cubos o las desordena en cajas , huye de la simetría y luce por sí sola lo mismo en Tel-aviv que en Santa María del Majano, sorprende por no estar vista con anterioridad y por no volver a ser vista jamás, no tiene patrones y no busca ser repetida. Museos, ayuntamientos y centros culturales.  La gente que conozco no la entiende y eso empieza a tocarle las narices. Cuando les pregunto por ella enarcan las cejas respetuosamente al principio y cuando les muestro cierta sintonía con su escepticismo apócrifo, se sueltan y recitan una cantinela de epítetos malsonantes sobre edificio y arquitecto que rápidamente deriva en lo que todos sabemos: antes sí que se hacían cosas bonitas.

2.-La arquitectura de antes, que sí que era bonita: Aquí cabe prácticamente todo lo que tenga más de un siglo. Desde los romanos hasta Gaudí, la arquitectura era un lecho de arte, un reducto vacacional de las musas, un balneario donde el talento tomaba las aguas y dejaba los posos de su maravilla hecho edificio. Además da igual que hablemos de castillos, palacios o casas de labranza, antes se construía mejor. Lo que se dice la polla con cebolla (1).

3.-El montón de estiércol que hacéis los arquitectos de ahora: Ésto, según he podido deducir con cierta dificultad porque mis entrevistados estaban echando ya espumarajos y algunos incluso tenían temblores, son las viviendas de los barrios periféricos que sufren -más que viven- todos ellos. Es un cajón de sastre en el que han caído todos los aprovechamientos, edificabilidades y normas urbanísticas. Es el pecado original que nos va a perseguir durante decenios.

Con este panorama en mente, he decidido que ésto no puede resolverse en un único post. Tengo que defenderme -como arquitecto- y tengo que explicar esta verdad absoluta -como ciudadano- y no creo que pueda hacerse en unas líneas, aunque no puedo por menos que intentarlo. Tendrás que estar atento a esta pantalla en el futuro próximo. En cualquier caso, sufrido lector, vete aprendiendo esta clasificación de la arquitectura y grabándotela a fuego que en breve hago examen sorpresa. El que avisa, es avisador.

(1) Nota del arquitectador: Que sepáis que la gallina nueva, medianamente crecida, que no pone huevos o que hace poco tiempo que ha empezado a ponerlos, guisada con cebolla es una de las sencillas delicatessen que hasta Chicote pondera, no vayáis a pensar malamente.

Bjarke Ingels, el chico bueno de la arquitectura danesa

Estos días he tenido cierta actividad tuitera. Algunos apreciados compañeros virtuales (solo los conozco en píldoras de 140 caracteres) comentaban las virtudes o dudaban del verdadero valor de un arquitecto que ha navegado cómodamente por la cresta de la ola en los últimos años, Bjarke Ingels, más conocido por el nombre de su oficina BIG.

Hoy me voy a centrar en ese personaje aparentemente salido de un cuento nórdico con su cara de niño bueno y su flequillete rubio rampando por los mundos de la arquitectura y provocando odios y admiración a partes iguales. La indiferencia sería mucho peor.

Si algo le reconozco al bueno de Bjarke es la capacidad de vender su arquitectura y su discurso con la normalidad y tranquilidad de un buhonero itinerante y la soltura de un monologuista experimentado. Esto, que dicho así puede parecer un comentarios despectivo, es sin embargo un homenaje a la virtud no muy extendida en la profesión de convencer con el discurso. Si la verborrea desatada y la capacidad de hablar mucho diciendo poco adorna a muchas de nuestras arquiestrellas, pocas son capaces de transmitir sensaciones en el oyente y poquísimas las que ademas son capaces de no estropearlo al proyectar las imágenes de sus obras.

Por mi parte, procuro no ser ni pro ni contra determinado arquitecto,- salvo con alguna persa excepción – pues creo que es imposible realizar todos los trabajos con el mismo nivel de calidad o de intensidad arquitectónica, sin embargo, si creo que es deseable un grado de coherencia que haga que el trabajo de una vida profesional pueda llamarse obra y no una serie deshilvanada de encargos más o menos bien resueltos.

En este caso, no me queda más que rendirme ante el siguiente monologo del inefable y rubicundo Bjarke. Estés a favor o en contra de su arquitectura merece la pena si tienes unos minutos ver con detenimiento el vídeo. A este humilde escribano le ha convencido aunque los proyectos que presenta no lo hagan del todo ¿Cómo es posible todo al mismo tiempo? Tendrás que ver el vídeo, pequeño arquipadawan.

 

 

 

Nota del arquitectador:  Convencido estoy de que el discurso le funciona porque es un danés pajizo, todo esto lo dices con acento de Cadíz a un promotor de la costa y no haces un adosado ni en maqueta.

 

 

Decálogo del arquitecto que se presenta a concursos

Son muchas las cosas que se desconocen sobre esta profesión nuestra. Una de ellas es el proceso de presentación a concursos para optar a trabajo.

Si es duro levantarse para acudir a un puesto de trabajo en el que cambias tu tiempo y aptitudes a cambio de unas monedas para sobrevivir, no me atrevo a calificar el hecho de trabajar durante jornadas extenuantes para optar a un encargo, compitiendo con unos centenares de oponent….compañeros y con muchas opciones a no ser siquiera reconocido. Tiempo gratis, trabajo gratis, vida gratis. Sin embargo, nos da la oportunidad de desarrollar un trabajo creativo que en los encargos habituales no siempre es fácil de encajar. Por eso nos seguimos presentando a estas fruslerías que nos da la vida, porque nos divierte y nos hace mantenernos activos.

nicholson copia

Reconocer a este espécimen de nuestra fauna es fácil. Ojos vidriosos, falta de sueño, irascibilidad, palabras entrecortadas, consumo a todas luces excesivo de cualquier cosa que lleve cafeína, tics nerviosos. Lo difícil es para ellos mismos ver en que se están -nos estamos- convirtiendo. Para ellos, -para nosotros- pongo aquí este pequeño decálogo de síntomas que ayuden a reconocer al arquitecto trabajando en el concurso de su vida. Otra vez. Como el anterior, y el otro:

 

1º.-Tienes varias ideas «geniales» al día, que desechas al día siguiente. En una segunda fase te parecerán horribles esta misma tarde.

2º.-Hablas mucho de tus ideas pero sin decir de que se tratan, no te las vayan a copiar. Lloras. Nadie te quiere copiar. Miras por encima de tu hombro por si acaso.

3º.-Miras libros y piensas que todo lo que ves en ellos, era justo lo que se te hubiera ocurrido a ti si no fuera por que estás superocupado mirando libros.

4º.-Miras con recelo a todo aquel arquitecto sospechoso de presentarse a tu mismo concurso.

5º.-Intentas convencer a tus colegas de que hay un concurso estupendo al que presentarse. Por supuesto es otro diferente al que te presentas tú.

6º.-Calculas las probabilidades de que entre doscientos equipos, el tuyo sea el agraciado con el premio. Lloras. Vuelves a calcularlo.

7º.-Te dices a ti mismo que tu trabajo es bueno, casi genial, pero que si tuvieses un poco más de tiempo lo clavarías sin ningún genero de dudas. Lloras.

8º.-Trabajas en equipo por que alguien tiene que desarrollar tus ideas geniales, no vas a hacerlo tú todo.

9º.-Ves una y otra vez Los inmortales. Ya sabes, solo puede quedar uno y tal.

10º.-Haces decálogos sobre arquitectos que se presentan a concursos y hacen decálogos sobre arquitectos… etc, etc.

Si lo reconoces, si tienes alguno cerca, no hagas ruido, vuelve a calentar esa pizza de ayer, rellénale la taza de café y pon más papeles en blanco a su alcance. En cualquier momento puede tener la idea de su vida o sufrir un ataque. Si al menos fuese lo segundo, alguien lo vería.

Nota del arquitectador: Sí, sí, sí, sí. Cumplo todas. Por cierto, son las 2:07 de la mañana, quizá mañana venga esa idea genial, pero ¿y si me acuesto y llega mientras duermo? Decidido, ¡más café!

Las típicas anécdotas de obra (II)

Durante una de las obras en las que fui jefe de obra, el arquitecto proyectista trajo a de visita a algunos de los integrantes de su estudio: jóvenes arquitectos en prácticas. Durante la comida, en la que el aparejador estuvo extrañamente callado, estuve charlando con uno de ellos con cuyo padre, también arquitecto, había coincidido yo años antes en una obra. Mientras llevaba de nuevo a la caseta al aparejador, éste me confesó que él también había trabajado con el padre del chaval pero que no había continuado la relación laboral pues había llegado a tener un affaire con la esposa del otro y madre del mozo. Tras un silencio incómodo le pregunté:

-¿Hace mucho de eso?

Se volvió a mí y con aire lánguido me soltó:

-Más o menos la edad del chaval.

Nunca más volvimos a hablar de ello.

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Durante un periodo de tiempo muy corto participé en una obra en sustitución de otro compañero que se había marchado de la empresa en la que trabajábamos. El encargado, un hombre pequeño y rechoncho, era extraordinariamente amable conmigo y siempre estaba dispuesto a ayudarme en mi trabajo.

Una mañana en la que llegué más temprano que de costumbre, descubrí la agenda del encargado encima de la mesa. Al abrirla ví que llevaba un peculiar diario con todos los «errores» y «faltas» que a su juicio había cometido el compañero al que yo sustituía, con una peculiar narración del tipo «…hoy el señor fulano ha llegado a las 9,30, no sé en que estará pensando este hombre, aún no ha encargado el cemento que le pedí la semana pasada…, luego vendrán las reclamaciones….»

El día que abandoné aquella obra sentí una extraña y placentera liberación.

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A diferencia de los hermanos Grimm, todas mis historias son rigurosamente ciertas y el que las cuenta aún vive.

En aquella misma obra, teníamos un cerrajero peculiar al que llamábamos «el presupuesto» porque todas las frases las terminaba con un sonoro «por supuesto» y todos los tajos con un presupuesto adicional que se sacaba de la manga. Uno de sus cerrajeros era un chaval magrebí bastante trabajador. Durante un par de días dejé de verle y cuando le pregunté a su encargado a que tajo le había mandado, éste me llevó aparte y me dijo que el muchacho hacía el Ramadán y me dejó entrever que tenía que esconderse a ratos en el sótano pues estaba hambriento y cansado. Nunca me atreví a preguntarle si bajaba al sótano a comer o a dormir, lo cierto es que me alegré de no tenerle en el andamio cansado y mal alimentado.

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Hice una obra bastante singular aunque de pequeño tamaño a la que le tengo mucho cariño, en la que contábamos con un par de oficiales jóvenes muy espabilados. Uno de ellos había tenido un accidente en una ocasión durante la construcción de un famoso edificio que no destaca por su verticalidad. Me contó que durante la fase de postensado uno de los cables que están a una tensión brutal se soltó dando un monumental latigazo por el aire. El muchacho, vio como todos los compañeros le miraban aterrorizados y se miró hacia el pecho comprobando que el cable le había atravesado muy cerca del corazón, de lado a lado. La velocidad del cable había cauterizado la herida por el calor del rozamiento y tuvieron que cortarle el cable por delante y por detrás del pecho, llegando al hospital con un metro de cable de acero a modo de lanza atravesándole.
El muchacho me contaba muy serio que mientras entraba al hospital caminando por su propio pie, la gente se desmayaba a un lado y otro del pasillo.

Los médicos le consiguieron sacar el cable que milagrosamente no había tocado ningún órgano vital. Si hay ángeles de la guardia, no me cabe duda de que el chico tenía uno de los buenos.

-¡Vaya suerte que tuviste ese día! – se me ocurrió decirle.

Hombre, si crees que el que un cable te atraviese el pecho es tener suerte, pues sí- me dijo tranquilamente.

Una gran lección.

Nota del arquitectador : Cuento esta historia, que no viví en primera persona, por que he visto fotografías que el equipo médico hizo en su momento, que atestiguan su veracidad, además de ser verdaderamente espeluznantes.

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He oído durante mucho tiempo historias de sexo en las obras. Me las han contado de todos los colores: con las vecinas de los bloques colindantes, con las chicas que limpian la obra al final de ésta, con la dueña del piso que reclama por una gotera y cuando vas a resolverle la humedad resulta que ……

La verdad, la única verdad que puedo afirmar es que habiendo estado muchas veces en todas esas situaciones, JAMÁS, pero JAMÁS DE LOS JAMASES he tenido siquiera la sospecha o la duda razonable de que una buena señora guapa o fea, gorda o delgada se me estuviera insinuando levemente. Pero ni de lejos, óigame usted, ni de lejos.

Y ahora que me adorna el aura de la madurez y ya esperaba cumplir mi asignatura pendiente, van y se acaban las obras…

Cagüen.

 

 

 

La arquitectura y la ley de servicios profesionales

Las niñas ya no quieren ser princesas dijo el maestro Sabina en aquella canción, hace unas décadas. Hoy, tenemos muchas dudas sobre las aspiraciones futuras de  los niños y las niñas, probablemente anhelaran convertirse en futbolistas, modelos y concursantes de gran hermano o campeones de taekwondo,-cosa que recomiendo para poder repartir galletas con elegancia- pero hace ya mucho que no escucho a ningún infante pretender ser arquitecto. Hombre, la chavalería está medianamente mal formada y las hormonas los hacen inmanejables, pero tontos tampoco son.

Veréis, allá por los sesenta, la trilogía de películas sacrosanta en España, fue La gran familia, La familia y uno más y la familia, bien gracias. Viene al caso porque el protagonista, abnegado padre de dieciséis criaturas era aparejador. El sufrido señor, llenaba tanta boca, más la del inefable abuelo que hacía Pepe Isbert, trabajando como un burro y haciendo planos y mediciones hasta las mil y una, en uno de aquellos  tableros de dibujo culpables de más de una hernia. Pero sus desgracias no acababan ahí. El hijo mayor, orgullo de su padre, se le hace arquitecto, -ah, maldito- y el buen hombre enjuaga orgulloso sus lagrimas cuando el chaval aprueba el ultimo examen de la carrera y presenta su proyecto final.

Corrían las lagrimas y la emoción por los fotogramas desde el NoDo hasta que aparecía el FIN. A partir de ahí, estábamos perdidos. O nos veíamos emulando a Santillana en un inverosímil salto que culminaba en gol por la escuadra, o utilizábamos la ídem y el cartabón para convertirnos en padre, o en hijo, o en ambos dos. La santísima trinidad del papel vegetal. Queríamos ser arquitectos.

Hoy, el numero de arquitectos por metro cuadrado y habitante supera con creces lo que es capaz de soportar una sociedad que no sea de postguerra y las ideas descabelladas e infundadas de los ministros de economía son casí tan enormes como su influencia. Todo lo demás da igual, lo que diga el ministerio del billetaje va a misa de doce. A ver si no como se explica que las competencias sobre quien debe hacer un edificio donde la gente habite y conviva, duerma y estudie, crie a sus hijos o los mande a paseo, las dirima entre cafe y recorte el ministerio de economía. Yo cada día entiendo menos.

A partir de aquí, ingenieros y arquitectos a defender quien la tiene más larga. Los unos burlándose de la formación estética de los otros y olvidando que la formación técnica se avala con los créditos que indudablemente nos meten a fuego durante muchos años, y los otros, los míos, defendiendo que no solo de momentos flectores vive el que edifica. ¡Construcción!, claman por babor ¡Arquitectura! berrean por estribor, ¡A todo gas, más madera! dicen desde el ministerio. El ministro, serenamente, da un sorbo de café: ponedlos a pelear entre ellos, ganemos tiempo y que alguien por Dios me diga que demonios hacen todos estos para cobrar lo que cobran y firmar lo que firman. Liberalizad, liberalizad, todos contra todos.

No. La liberalización no es que cualquiera, tenga la formación adecuada o no, pueda hacer todo. La liberalización es la facultad que damos a las grandes corporaciones, farmacéuticas, de ingeniería, de construcción o de venta de ropa para copar el mercado y ser capaces de poner los precios por debajo de lo que es razonable. Pero no importa. De sobra sabemos que un jersey que cuesta quince euros ha utilizado la mano de obra de un niño o tiene una fibra de calidad pésima, que durará infinitamente menos o se ha tejido a costa de un infeliz. Solo queremos que nos lo oculten. No saberlo. Que el edificio lo haga quien quiera, pero que lo pongan barato. Oferta y demanda. Ampliemos la oferta hasta el infinito, aunque no hayan hecho un edificio en su vida, no importa, ya buscaran quien lo haga y pondremos el sello de alguna mastodóntica firma de proyectos. Con un logo chulo, chulo. Eso también va a misa. Y por el camino todos, los que estén de acuerdo con este post y los que están en contra por que crean que la nueva Ley de Servicios Profesionales les favorece con su flamante titulo de ingeniero, estaremos todos trabajando por dos perras gordas para una de estas empresas en pocos años.

Ah, se me olvidaba. Estoy en contra de la Ley de Servicios Profesionales. Porque quiero ir al médico, comprar medicinas al farmacéutico y que mi casa la proyecte un arquitecto y su ejecución la dirija un arquitecto técnico o aparejador. Caprichoso que estoy hoy. Aunque no creo que cuando los niños de hoy se den cuenta de que su formación de hoy puede ser su ruina del mañana quieran emplear su tiempo entre libros y lapices. Eso sí que es perder la credibilidad.

 

 

 

Nota del arquitectador: En la versión completa del director, hay dieciséis segundos finales en los que el pequeño Chencho, traumatizado por aquella tarde que pasó perdido en los puestos de la Plaza Mayor, arremete contra el mundo tras una carrera meteórica en los despachos y se hace ministro de economía. La lía tan gorda que no hubo ni segunda ni tercera parte. Obviamente la productora cambio el final.

Por otra parte, fijate bien que el escenario elegido es la plaza Mayor, una plaza, un lugar lleno de arquitectura y en todo momento, como escenario, como presentación y como salida de la situación el director pone la arquitectura en primer plano. Por algo será.

 

 

 

 

 

Solución al arquiacertijo y fallo del jurado

Bien, queridos, el juego ha terminado. Game Over. No os digo Insert Coin, porque esto es gratis, y porque como vuestra vida puede que haya transcurrido con una play en las manos, lo mismo no sabéis ni de qué os estoy hablando y tenéis que consultar al oráculo. En todo caso es el día de aclarar dudas, así que señor notario, proceda a abrir los sobres….

And the winner is…..

CARMEN R. Además de adivinarlo por su búsqueda intensa de la solución, casi me proporciona un ojo morado del mosqueo que tiene el marido de tanto mail y tanta coña. Hombre ya!!

VEVA….premio a la insistencia y la perspicacia. Que tesón el de esta mujer, que sagacidad y que gusto por los acertijos. Enhorabuena reina.

Mrs. GARABATO. Yo creo que si lo falla, tenemos una desgracia, cuanto pundonor y perseverancia.

Esta claro, el mundo es de las damas, ¡os estáis atocinando amigos!

 Y AQUÍ LA SOLUCIÓN:

JUAN DE HERRERA  – MONASTERIO DE EL ESCORIAL  –  VIADUCTO DE SEGOVIA EN MADRID 

Y AQUÍ EL RAZONAMIENTO: 

Se habla de una sucesión en la que nadie sucede,

y aunque nunca llegará, a existir un fallecido

ni un depuesto, ni un ungido,

ni por nacimiento ha sido,

habrá quien será siguiente,

con la suma de la herencia

de anterior y precedente

Se trata de la sucesión de Fibonacci. En ella, empezando por el 0,1,2,….cada uno de los siguientes es la suma de los dos anteriores, es decir la suma del anterior y su precedente.

 

Y como hablamos de varios, desde la nada hasta el fin – la sucesión de Fibonacci, va de cero a infinito..

el que haga el diecisiete marcará el giro terráqueo en el que murió el delfín  – en la sucesión de Fibonacci, el que hace el puesto 17 es el 1597, año o giro de la tierra alrededor del sol en el que murió el sucesor

de aquel que inició las obras de tan grande construcción

que aún hoy es insensato, exagerado, pazguato

e incluso bobalicón

suponer que exista obra de Cipango a Guanajuato

que dure más que la suya

y si bien se la mencionas a arquitecto o constructor

tomáralo como insulto,

como burla y como pulla.  – el edificio, como muchos habeis adivinado es el MONASTERIO DE EL ESCORIAL, iniciado por Juan Bautista de Toledo, cuyo delfín o sucesor, fue JUAN DE HERRERA. Se dice cuando quieres ridiculizar una obra por su larga duración que va a ser más larga que la obra de El Escorial.

 

 

El muerto que mencionamos, engulló con nueve ojos

el agua de una ciudad,– – el muerto es JUAN DE HERRERA, como ya hemos dicho, que construyó el puente de Segovia, sobre el rio Manzanares en Madrid y que consta de nueve ojos.

y ayudare al caminante,

que de un lado al otro va,

a cruzar aquella calle con nombre de numeral –la calle con nombre de numeral es la Calle 30, antes conocida como M-30, circunvalación de Madrid que es cruzada por el puente de Segovia

 

Si su nombre ya conoces, y el edificio sospechas

te diré querido amigo que no has llegado al final

pues donde se halla el encuentro del paso que hizo el difunto –el paso es el puente de Segovia, como ya hemos dicho

con la ciudad del ladrillo, y -en portugués- el presunto,

que al gabacho le fue mal La ciudad de Bailen, es famosa por su industria de la cerámica y por su producción de ladrillo, así como por la batalla de Bailen, donde las tropas francesas fueron derrotadas en la guerra de Independencia.

está también el camino, que antes traía agua al sitio, El punto donde se cruza en el mapa el puente de Segovia, con la Calle Bailen, está hoy en día enmarcado por EL VIADUCTO DE SEGOVIA la segunda construcción que se buscaba y que sirve para salvar el desnivel de lo que fue en su momento un antiguo barranco cuya agua desembocaba en el Manzanares.

y es lo que has de nombrar.

Si, ya sé que hacía falta un plano, pero, ¡¡ repámpanos y retruécanos!!  ¿esto es o no es un blog de arquitectura?

 

puentesegovia copia

 Nota del arquitectador: Los dibujos serán especialmente trazados para los ganadores a lo largo de los próximos días-semanas y serán publicados aquí para que podáis verlos. Os serán convenientemente enviados y espero fotos de los mismos con mucha pared alrededor. Enhorabuena.

Un poco más adelante lo mismo hago otro concurso. También podéis escribir al jefe y pedirle que ponga un piso o un coche como premio. ¿Como? ¿Un puesto de bloguero de arquitectura? ¡¡Serás…..!!

Concurso: Un hombre y dos construcciones

Llega la primavera y el arquitecto se atolondra hasta el atocinamiento. Es en estos momentos del año cuando suelo -solía hacerlo antes- hacer un concurso entre mis cercanos sufrientes a los que premiaba-castigaba con un dibujo a mano original. Como no les obligo a ponerlo en lugares preminentes de la casa, me lo admiten de buen grado e incluso gustan de jugar a adivinar los acertijos (siempre arquitectónicos  que les propongo, así que he decidido hacerlo extensivo a los habitantes de este blog.

NORMAS: Ní se dejan pistas, ni preguntas, ni respuestas parciales en los comentarios, a los que no responderé. Las comunicaciones se harán al siguiente mail: arquitectador@gmail.com

OBJETIVO: Se busca el nombre de un hombre y dos construcciones.

SOLUCION: Solo por mail a arquitectador@gmail.com y solo soluciones completas con el razonamiento que os ha llevado hasta ellas. Ya sabeis, un hombre, dos construcciones y el razonamiento. No respondo a soluciones parciales.

PREMIO: Un dibujo a mano original. Un autentico Morea para presumir delante de las amistades. El diario 20minutos. es también colabora con una suscripción a sus contenidos digitales durante un año. Ah, no, que ya son gratis….

PREMIADOS: Los tres primeros que adivinen las tres cuestiones (un hombre y dos construcciones) y justifiquen el razonamiento por el que han llegado.

PLAZO: Si no lo adivináis antes del 15 de Junio, además de ser unos zoquetes me llevo el juego y lo declaro desierto.

RESPUESTAS CORRECTAS ANTE NOTARIO: ¿Tu estás mal o qué? Como vamos a molestar a un notario para esto, chavalín, te toca fiarte de mí, que en esto soy muy serio.

A juuugaaAAARRRR:

 

 ARQUIADIVINANZA

Se habla de una sucesión en la que nadie sucede,

y aunque nunca llegará, a existir un fallecido

ni un depuesto, ni un ungido,

ni por nacimiento ha sido,

habrá quien será siguiente,

con la suma de la herencia

de anterior y precedente

 

Y como hablamos de varios, desde la nada hasta el fin

el que haga el diecisiete marcará el giro terráqueo en el que murió el delfín

de aquel que inició las obras de tan grande construcción

que aún hoy es insensato, exagerado, pazguato

e incluso bobalicón

suponer que exista obra de Cipango a Guanajuato

que dure más que la suya

y si bien se la mencionas a arquitecto o constructor

tomáralo como insulto,

como burla y como pulla.

 

El muerto que mencionamos, engulló con nueve ojos

el agua de una ciudad,

y ayudare al caminante,

que de un lado al otro va,

a cruzar aquella calle con nombre de numeral

 

Si su nombre ya conoces, y el edificio sospechas

te diré querido amigo que no has llegado al final

pues donde se halla el encuentro del paso que hizo el difunto

con la ciudad del ladrillo, y -en portugués- el presunto,

que al gabacho le fue mal

está también el camino, que antes traía agua al sitio

y es lo que has de nombrar.

 

 

Plaza Mayor. Dibujo a tinta de Miguel Morea
Plaza Mayor. Dibujo a tinta de Miguel Morea

 

Nota del arquitectador: No busquéis métrica, ni orden en los versos. Uno es de ciencias y las humanidades le quedan grandes.