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Si la arquitectura te rodea, deberías empezar a fijarte en ella

Archivo de noviembre, 2013

El nuevo arquitecto

El nuevo arquitecto:

  • Jamás lleva camisa, siempre camiseta.
  • No tiene un estudio de arquitectura, ni trabaja para una empresa: pertenece a un colectivo.
  • Su ropa nunca se ha acercado a una plancha a menos de doscientos metros.
  • Los mismos doscientos metros que necesita para hacer arquitectura, porque él o ella no hace arquitectura:  crea espacios transversales de reorganización urbana con participación social no jerarquizada y reaprovechamientos integrales. Además quiere poner un huerto. Y muebles con palets.
  • No tira nada, todo lo recicla y hace sillas con ello. Con las sillas rotas hace sillas. Con ordenadores rotos hace sillas. Con las sillas que sobran después de hacer sillas a cascoporro hace mesas y está pensando seriamente en hacer un coche con sillas. Sillas de palets, claro.
  • Se agarra a la valla de las antiguas obras como un niño lactante a los pechos de su madre, y de su boca, oculta tras una barba rala, sólo sale una frase ¿te sobran palets?, es que pertenezco a un colectivo que…
Foto 112. Quema de sillas previamente a su reciclaje y montaje sin gota de CO2

Foto 112. Quema de sillas previamente a su reciclaje y montaje sin gota de CO2

 

  • Cada vez que se afeita el espíritu del  corbu le hace un arañazo a sus gafas de pasta y un niño se hace ingeniero.
  • Lleva gafas de pasta, sí, aunque tiene vista de piloto de caza. Es capaz de ver un palet a dos kilómetros por muy empañadas que tenga las gafas.
  • No quiere hacer edificios. Bueno sí. Pero no. Mejor acciones urbanas. Bueno no, mejor una  consulta a los vecinos del barrio a ver que quieren. Bueno no. Mejor ampliar la encuesta no sea que los del barrio de al lado tengan una idea mejor. Bueno no. Mejor una asamblea, pero no solo de vecinos, que participe todo el mundo. Bueno, no, mejor buscamos palets.
  • Es macquero. Esto no es discutible. Bill Gates es Belcebú y solo la manzana tiene la respuesta. Aunque lo deja todo por Linux. Bueno al menos así será cuando autocad corra bajo linux, no vamos a prescindir de eso.
  • Es capaz de decirme las toneladas de CO2 de las que soy culpable por cada vivienda que he levantado. Claro, claro, pero ese sofá que tiene en su casa está hecho con los palets de mis obras ¿o es que ya no se acuerda?
  • No sabía lo que era un descampado hasta el último año de carrera, pero luego ha visto la luz. Estaba escondida en un poblado chabolista donde queman las sillas para calentarse. Bueno son palets, pero él-ella ve sillas. Ahora sueña con hacerles un parque con materiales reciclados a ver si dejan de quemar palets que están escaseando a la misma velocidad que crecen los colectivos.
  • Yo tengo varios amigos así. Miro con envidia sus relucientes Macs y sus tabletas digitales. Me dicen que viene una nueva arquitectura y que todo ha cambiado, pero yo se lo que quieren: ¡dejad de mirar mi palet, coño!

Nota del arquitectador: Conste que habrá otro capitulo para los «viejos»arquitectos y uno más para los de entretiempo. Aquí cada cual peca lo que puede. Este post lleno de rencor es por llenar de cosas los descampados, esos en los que yo me crié y me llené las rodillas de heridas. En aquellos tiempos por no haber, no había ni palets.

¿Google proyectando edificios?

Cuando el culo de los gigantes de Sillicon Valley veas menear, pon el tuyo a trabajar.

A las pocas semanas de que Bill Gates nos sorprendiese comprando acciones de unos de nuestras grandes constructroras, el gigante Google parece haber posado sus ojos en el software de desarrollo de modelos de edificios, apostando por un nuevo modelo y entorno gráfico, el BIM en el que los profesionales del mundo y por supuesto los españoles están intentando formarse a toda velocidad para no perder el tren del futuro.

Google, en un proyecto no exento de secretismo está probando según publica Globes , a la vista de un informe del equipo de desarrollo de Genie, dirigida a cofundadores de Google, Sergey Brin y Larry Page, el software Genie, como una  plataforma de colaboración basada en la nube con «aplicaciones de planificación para ayudar a los arquitectos e ingenieros en el proceso de diseño, especialmente para los rascacielos y grandes edificios. La plataforma incluye herramientas de planificación de los arquitectos e ingenieros expertos y análisis avanzadas y herramientas de simulación «.
No hay mejor premisa en los tiempos que corren que fijarse en lo que hacen los que saben, y los que saben apuestan por el diseño y la construcción mediante el BIM, el Building Information Modeling, un entorno gráfico y de información en el que ya no basta con dibujar lineas en una pantalla de autocad, sino en el que edificio se modela en 3D con la información especifica de cada elemento, y donde ya no habrá que adivinar por donde pasa una tubería antes de clavar un cuadro, sino que los propietarios y gestores de edificios tendrán un control mejor y  más preciso de la información de su edificio durante toda la vida del mismo.

Modelización de edificio 3d hecho en BIM www.bimlearning.es

Modelización de edificio 3d hecho en BIM www.bimlearning.es

Un servidor, que entró en esto del BIM hace ya bastantes años y que renegó de viejas deidades como el CAD para imbuirse en la fe verdadera tiene la certeza de que en unos años, los sistemas de modelado en 3D de la información nos sirvan no solo para trabajar con más seguridad o facilidad sino también para hacerlo con mayores garantías y con mejores proyectos. Puede que ese espíritu de falso chauvinismo en el que nos encanta sumergirnos en España para afirmar que somos el reino de la chapuza siga persistiendo en las barras de los bares y en las conversaciones de sofa, pero os aseguro que en la realidad del trabajo diario, los nuevos sistemas nos ayudan a que todo sea cada día un poco mejor. Noticias como la de Google me reafirman en mi teoría de que formarnos sin descanso no es una opción, sino una necesidad.

 Nota del arquitectador: Cuando vivimos el paso del tablero de dibujo al ordenador hubo muchos escépticos que no quisieron subirse al carro y perdieron el tren. Estoy seguro de que hoy, en el siglo siguiente, nadie va a dudar de que todo cambia a tanta velocidad que no podemos bajar el pie del pescante.

 

 

 

¿Por qué escribo este blog?

Hace poco Daniel Diaz (Ni libre ni ocupado)  y Melisa Tuya, (En busca de una segunda oportunidad) compañeros blogueros de este medio animaban a recoger el relevo en su autopregunta ¿por qué escribo? y yo me pregunto además ¿por qué escribo este blog?

Pues la verdad es que no lo sé. Me gustaría deciros que tengo la necesidad de transmitiros la arquitectura, de extender a la ciudadanía aquello que se habla entre los eruditos del sector y que siempre está muy bien sazonado de palabras rimbombantes y muchisílabos inventados (como éste último) pero no es cierto. Es más bien al contrario. Salvo algunas excepciones me siento muy alejado de esas revistas de arquitectura llenas de textos sapientísimos y fotografías espectaculares de obras supuestamente geniales, y me estomaga cuando leo a aquellos que las escriben, fotografían o incluso las han proyectado decir que hay que acercar la arquitectura a la población. Como si la población estuviese allá abajo en un hormiguero oscuro y nosotros a la derecha del Padre en una timba de póquer infinita.
Quizá por eso escribo desde la ironía y muchas veces desde la anécdota, aunque procuro dejar entre líneas una reflexión en cada post, una píldora meditada y más seria que solo el que quiera leerá. Ésto último tampoco importa mucho, si el que ha leído el post ha conseguido pasar un buen rato, siquiera sea criticándolo.

Por otra parte siempre he escrito, con distinta intensidad y frecuencia. Más en los momentos muy malos o muy buenos, en los albores de un nuevo amor y tras las ácidas rupturas, en los momentos felices y en las grises decepciones. Había llegado el momento de iniciar un diario con Hello Kity en la portada o escribir un blog y comprenderéis que la decisión era obligada. Empecé con otros blogs de otros temas, sociales, de running (disculpame Spanjard) y finalmente y por recomendación de una amiga, éste que hoy escribo y que jamás hubiese pensado escribir por mi mismo. Me da bastante vergüenza pensar que tengo algo que decir al mundo sobre arquitectura. Sin embargo me gusta pensar que tengo mucho que decir sobre como ve el ciudadano normal la arquitectura, porque por encima de todo, somos eso, ciudadanos, y luego, mucho más tarde, arquitectos, albañiles, cobradores del frac o asesinos en serie.

 

 

Arquitectura en España: atraco a las tres

Estando un servidor poniéndose al día de la cartelera cinematográfica atrasada me dispuse a ver Heat –sí, llevo unos cuantos años de retraso, lo se- y disfrutar del Pacino y del De Niro frente a frente. Oiga, que momento, en esa mesa, con esas frases, con esa tensión interpretativa, con tan poca arquitectura de por medio que ya estaba uno entregado y disfrutando a tope, completamente absorto…

Y en éstas que el equipo de ladrones de De Niro localiza los planos del banco, con sus circuitos, sus cajas de registro, sus accesos y su ingeniería informática y mire usted, se van al banco, hacen el agujero justo donde dicen los planos y…¡sorpresa! el cuadro de mando desde el que anular el sistema de vigilancia estaba ¡¡¡EXACTAMENTE ALLÍ!!!, ¡Ni un centímetro de desviación!

El cuerpo de este arquitectador, tras dos espasmos y un escalofrío se quedó rígido, y les costó a mis allegados hacerme volver en mí al menos su buen cuarto de hora y un copazo de pacharán del malo, único consuelo del que vive instalado en la envidia por lo que esos cinematográficos arquitectos son capaces de conseguir.

Difícil es en esta piel de toro hacer un proyecto serio. No estoy hablando de formas ni de modas. No hablo ni siquiera de que las cosas funcionen. Hablo de que se pueda recibir el proyecto en una obra y construirlo sin más, o con un número de dudas razonables. Es frecuente la edición de los proyectos sin que se cumpla con la información mínima necesaria para poder ser construidos o sin que sean objeto de mil cambios, aprovechando que el río tal pasa por la ciudad cuál y otras muchas excusas que se le ocurren a cualquier constructor para ofrecer ese stock barato a precio de las mil y una noches y hacerlo con la sonrisa helada del que tiene un as en la manga.

En España se puede atracar cualquier cosa sin un solo plano, hombre faltaría más

Y si esto no es nada fácil, hacer que toda esa serie de cambios que se producen en las obras se reflejen con veracidad en los planos finales -caso de que no sean exactamente los mismos que en el anteproyecto- es verdaderamente una utopía, una entelequia, un sueño jamás cumplido. De ahí mi sorpresa, y mi admiración por los ladrones de bancos españoles que tienen un mérito no reconocido. Aquí no hay otra manera de atracar que entrar como un triceratops en una tienda de delicatessen a pedir una ración de pterodáctilo a la parrilla. ¡Que poco hacemos los arquitectos por el buen cine de atracos!

-Pues que lo hagan bien, que hagan sus planos que para eso los cobran- dirá el amable lector, siempre dispuesto a ser comprensivo. Error. Lo cierto es que cualquier empresa de construcción o estudio de arquitectura americano tiene entre sus activos un ejercito de especialistas dedicados a cada parte del proyecto y a definir hasta la última rosca del último tornillo de la última bisagra de la obra. Lo digo porque he visto sus planos y he gozado hasta el climax con esos planos de detalle. Y eso en España, queridos lectores, nadie está dispuesto a abonarlo. Es preferible pagar menos y tenerlo rápido que para exigirlo bien ya me basto yo solito que soy promotor y doy tres voces y pongo firme a tirios y troyanos, que para eso tengo la pasta.

Los tiempos están cambiando y el paradigma de la arquitectura y construcción se va a llevar por delante a quienes sigan anclados en su manera de hacer las cosas, ya basta de mirar con envidia lo que vemos ahí fuera, es el momento de hacerlo aquí. Empezando por lo que se exige a los proyectos, a los constructores, a los albañiles y claro está a los arquitectos. Y por supuesto pagándolo.

Nota del arquitectador: Solo hay algo que me reconcome por dentro. Dentro de semejante manera de hacer las cosas, ¿cómo pudo salir de aquí una genial película como Atraco a las tres?

 

 

 

¿Se puede invertir en la primera vivienda?

Conozco un tipo de mi edad que no quiso comprarse un coche nuevo. Se pasea por las calles con un coche de quince años del que se rumorea que tiene relaciones con un camión cisterna, de tantos litros de combustible como debe gastar. Pero mi amigo no lo cambia. Dice que le costo 6000 euros de quinta mano y lo tiene desde hace 10 años así que presume de que le ha costado 600 euros al año y bajando. Lo mismo que a otros su letra mensual del todoterreno. Ese que solo conoce el asfalto.

El mismo tipo vive con su paciente esposa en un piso de una sola habitación. Todos los amigos le decíamos que se mudara, que se comprase un piso más grande, que era una inversión. Mi amigo con una tozudez propia de su ascendencia aragonesa torcía el morro y ponía en cuestión el concepto invertir en la primera vivienda. No se invierte en tu mujer o tu marido-dice-son para toda la vida, se invierte en tu amante, que va y viene, que puede cambiarse- refiriéndose a la segunda vivienda- y si quieres ganar dinero de verdad no tienes ni amante.

Cuando llegábamos al capítulo pideuncréditoquetesalemásbaratopedirloquepagarlo, mi amigo que es buena persona pero hay que ver lo gruñon que es, mudaba la tez del pálido sonrosado al más apasionado carmesí. No os describiré lo que dice. Digamos que no está de acuerdo.

Todo esto, si lo hubiese escrito hace cinco años tendría mucho más sentido. Ahora todos simpatizamos con mi amigo, todos le entendemos y le tenemos en un altar. Ay, si pudiese devolver el coche y comprar aquel otro modelo sin GPS, ABS, y un par de acrónimos menos. Ay, si no hubiese cambiado la casa por ese cuarto de gorron…..invitados. Ay,ay,ay…

Este blog, que dicen que es de arquitectura, tiene mucho que ver con nuestros desvelos por la casa, por nuestra casa, que es nuestra principal preocupación arquitectónica porque está unida directamente a la familia, a la tribu y al hogar. Conceptos estos que están diametralmente opuestos a la palabra inversión. Todos los sabemos, con la familia y el hogar no se juega y es que la inversión, pequeño saltamontes, es un juego, como la bolsa y jugando no existen las garantías. ¿Lo habremos aprendido ya?

Se invierte con lo que te sobra y nunca con los bienes de primera necesidad. Si alguno de vosotros aprende eso ya habrá estado bien este blog, aunque sea un cliente menos el día de mañana.

Nota del arquitectador: Mi pobre amigo se compró un coche americano, un pequeño carro de combate sin torreta ni cañón orientable pero que consume lo mismo para su desgracia. Creo que anda pensando en cambiarle las orugas por unos neumáticos normalitos. Y es que nadie es perfecto.

 

Arquitectura vertical que se hunde con la crisis

De las muchas cosas que nos ha traído esta crisis hay algunas que me atrevo a decir que tienen su puntito. Su puntito morboso y apocalíptico, y por supuesto nada tan apocalíptico como una ciudad o un edificio abandonado. Películas de zombies o mundos en el que solo unos pocos humanos o un único y solitario héroe sobreviven entre edificios reconquistados por malas hierbas y semillas que crecen indefinidamente hasta reventar muros y cimientos, nos llegan desde las pantallas para crear un ideario en nuestra mente. Una paleta de escenarios que se empiezan a materializar en la vida real merced a un trabajo sencillísimo: el abandono.

¡La del tercero! ¿Me subes ese calcetín que se me cayó?

¡La del tercero! ¿Me subes ese calcetín que se me cayó?

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Y como el abandono provocado por la falta de parné llega a todas partes, empiezan a surgir edificios como este de Johannesburgo que traigo hoy y que si un día fue la construcción residencial más alta del continente africano, en cuyas inmediaciones hubo incluso planes para ubicar una pista de esquí cubierta (¿¿??), hoy se ha convertido en un autentico y literal pozo. Un pozo de historias donde la suciedad y el detritus se acumulan en su gigantesco patio.

Un edificio que otrora fue un lujoso residencial, se transformó merced al paso del tiempo entre premuras económicas, en un lúgubre pozo de apabullante altura donde historias de robos, suicidios y delincuencia adornaron su triste existir. He podido leer que tras un intento de rehabilitación que la falta de dinero también detuvo, el edificio hoy no es ni el ostentoso gigante que fue, ni el angosto pozo de oscuridad que aparece en las fotos, sino un lugar a medio camino entre ambos.

Personalmente no puedo dejar de pensar en una famosa escena cinematográfica, donde el irrepetible Constantino Romero  nos descubrío con su maravillosa entonación cierta paternidad sospechada durante muchos minutos previos. A ver si la ciencia ficción no era tan ficticia y  el futuro nos está llegando sin darnos ni cuenta.

La realidad supera a la ficción: ventanas pintadas en la fachada

¡Maldita sea! En este mundo empeñado en convencerme de que no hacemos más que el canelo día tras día, y que nos pone nuestra estupidez frente a los ojos obstinadamente, hoy una vez más tenemos que decir ¡hemos estado haciendo el pardillo! Teníamos la solución a la vuelta de la esquina y no nos dábamos cuenta.

Y no lo hacíamos porque la luz nos estaba cegando. El resplandor del sol que inunda impúdicamente nuestros lugares para vivir (matadme el día que diga «maquina de habitar»), nos arrebata la posibilidad de hacer casas baratas sin emplear esas malditas ventanas tan caras, con esos aluminios que exigen la generación de CO2 a cascoporro, esos vidrios tan traicioneros que siempre están sucios y esos herrajes que no cierran como dicen en el folleto. WTF.ATPC. Pero eso se terminó: las ventanas las pintamos y se acabó el problema.

Eso es lo que han debido pensar estos muchachos chinos del gobierno de Qingdao en este edificio de vivienda social donde algunas ventanas (no todas, les han faltado relaños a última hora) son pintadas sobre los muros.

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A ver, que perfiladas están bien perfiladas, no creáis que es fácil.

Entre el ahorro en cristasol, cortinas, persianas y lo que te duran de más los muebles que reciben menos sol que Gollum en día de eclipse, puedes de sobra pagarte la luz eléctrica que vas a necesitar y por supuesto unas vacaciones en los Hamptons o en Cuenca a tuttiplen, que se están poniendo las cervezas a un precio que no se puede salir ni de casa, óigame.

Claro, que el gobierno se ha apresurado en comunicar que el edificio cumple con todas las bendiciones y que hay otras ventanas por las que entra la luz necesaria y que solo era por motivos estéticos de la fachada, y yo les creo a pies juntillas, porque en edificios de protección social es frecuente que surjan muros exteriores enormes sin ventanas debido a lo desmesurado de las habitaciones interiores (?) y no es necesario llenarlo con tan incómodos huecos. Mire usted, es que están muy mal acostumbrados en occidente y toman el sol por encima de sus necesidades.

Vosotros veréis, yo ya estoy bajando al chino de la esquina a hacerme con una brocha y unas temperas escolares. Pienso dejar mi casa a la última moda.

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Nota del arquitectador: Conocía las imitaciones de casi todo, suelos que imitan madera, techos que imitan el cielo de Córcega, ventanas que imitan la ducha de psicosis, pero esto no se me hubiese ocurrido ni al cuarto destilado on the rocks. El de uno o dos años quiero decir, el bueno ya no hay quien lo cate.

 

Hormigón satánico, la nueva religión que gana adeptos

Aprender a tomarse las cosas a risa es un ejercicio muy serio que a veces conlleva un aprendizaje muy largo. Para ayudarnos a ello en el mundo de la arquitectura ha llegado para quedarse Satán es mi señor, la mejor y más punzante crítica a la arquitectura que nos rodea y a la que con gran mordacidad pero no menos acierto, el autor del blog Vicisitud y Sordidez ha dedicado sus entradas dedicadas a los desmanes que se perpetran en nombre del adorado hormigón y las formas cúbicas.

Resulta que cuando me las enviaron para leerlas pensé que se trataba del típico pataleo injustificado para llegar a la carcajada burlona, pero leyendo se da uno cuenta de que su autor ha sido muy cuidadoso y desde luego en muchos de sus dardos no falta el motivo. Satán es el hormigón, satán es la pantomima formal, satán nos rodea y al menor descuido nos posee haciendonos hablar en idiomas desconocidos y olvidados, el brutalismo, la arquitectura internacional, el modernismo, la adoración a la Bauhaus y otras antiguas deidades. Satán toma la forma del Corbu y nos hace entregar nuestra alma al PAU, gritemos juntos ¡Satán es nuestro señor!

Una captura de Satan es mi Señor en facebook. Las majnas manifestaciones del vajísimo nos rodean

Una captura de Satan es mi Señor en facebook. Las majnas manifestaciones del vajísimo nos rodean

 

Abundando en la nueva religión que estos post de arquitectura han iniciado, llega la página de facebook Satán es mi señor, donde en un grupo abierto cada cofrade o seguidor del «Vajísimo» puede publicar las manifestaciones hormigónicas en forma de «adifisio» de la deidad infernal al que por supuesto los «arjhitecktos» adoramos. Os lo recomiendo decididamente.

Uno de los pecados capitales de la crítica de la arquitectura es sin duda lo selectivo de la misma. Todo el mundo puede ser crítico de cine o literario. Todo el mundo parece tener la varita de sus gustos en música. Pero la arquitectura, como antes pasó con la escultura o la pintura, parece haber querido entrar desde hace mucho en ese reducido grupo de artes, a las que solo se puede criticar desde un púlpito de erudición que la aleja de la ciudadanía, y solo los iniciados en los antiguos ritos parecen haber sido instruidos para poder hablar en el olvidado y complejo lenguaje del jarckitesto. Iniciativas como éstas son un «zas en toda la boca» que deben servir a más de uno para comprender que al ciudadano una estatua o un cuadro no puede cambiarles la vida, pero un edificio o una actuación urbanística sin duda sí.

Nota del arquitectador: Mientras llega una nueva forma de hacer arquitectura -que llegará- es bueno que todos podamos aprender a criticar aquello que no nos guste, pero confieso que es mucho mejor cuando te saca la carcajada. Eso sí, yo lo leo a escondidas mirando de reojo por encima de mi hombro, no vaya a verme disfrutar con ésto algún compañero de profesión y sea excomulgado de las antiguas religiones por hereje.