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Si la arquitectura te rodea, deberías empezar a fijarte en ella

Cuando Pink Floyd habitaba en una Escuela de Arquitectura

Sin duda Waters, Mason & Wright hubiese sido un nombre pelotero para un estudio de arquitectura de los años 70 en la vieja city de Londres. Ya lo estoy viendo, a través de las geométricas cristaleras de su inmenso y victoriano despacho, Roger Waters observa a lo lejos la columna de Nelson en Trafalgar Square, mientras se toma una taza de té que le trae David Gilmour:

-Morning David, ¿como te va?

-De puta pena. Aquí estoy sirviendote un té mientras tu pones los pies en la mesa. Si hubieses montado Pink Floyd cuando debías, ahora seríamos famosos los dos,…arquitecto, arquitecto, …¡tu estas tonto chaval!

Portada del album Pulse-1995 de Pink Floyd con el modulor de Le Corbusier

Portada del album Pulse-1995 de Pink Floyd con el modulor de Le Corbusier

Afortunadamente para todos -sobre todo para el bueno de Gilmour- Pink Floyd se fundó en 1964 por aquellos estudiantes de arquitectura que abandonaron el politécnico de Londres, después de varios nombres fallidos anteriores y ambos, junto al resto de integrantes del grupo, se hicieron más que famosos, mitos.

Cuando, siendo yo un chaval, presencie la proyección de The Wall -esto ya daba una buena pista ¿eh?- aquella música, envuelta convenientemente en aquellas imágenes orwellianas me transportaron a un mundo que debió de marcarme, porque lo recuerdo con frecuencia. Observando como las referencias visuales y arquitectónicas de Pink Floyd en sus metafóricas portadas se repiten una y otra vez, comprendo que aquel nombre y aquella imagen no eran casuales, sino que estaban basadas en sus propias vivencias anteriores como estudiantes de arquitectura.

Pink Floyd, crecieron hasta llegar a ese álbum tan alegórico en el que su procedencia se reflejaba en los nombres y en la imaginería -la segunda parte del albúm se llamó «otro ladrillo en el muro»-  y a la vez se deshacía por el desmedido afán de protagonismo de los egos que formaban la banda, especialmente el de Roger Waters, algo tan propio de los arquitectos, que se diría que se inocula en nuestros cuerpos al formalizar la matricula del primer curso.

El muro, The Wall, la representación del éxito de un grupo, el culmen de su carrera, fue también el principio del fin, el inicio del declive. Tengo la analogía de nuestro «ladrillazo» y el desplome burbujeante de nuestra economía tan a mano que voy a dejarla pasar para que no me llaméis facilón. Después de todo para traeros a Pink Floyd y el muro, cualquier excusa es buena. Siempre es momento para poner otro ladrillo en el muro.

 

Nota del arquitectador: Como ya habreís comprobado, me gusta fusionar el concepto de la arquitectura con el de la música -y con otras cosas- pues tienen origenes comunes, unos cimientos sólidos o unos acordes que asientan la melodía o el desarrollo de un volumen, unas fachadas o una imagen, en realidad, todo tiene una estructura -término arquitectónico de nuevo- muy similar.

 

 

4 comentarios

  1. Dice ser edefakiel

    Mi grupo favorito. Con diferencia. Son increíbles.

    Puedes escuchar mi nuevo disco haciendo click sobre mi nombre… Ya notarás las enormes influencias de Pink Floyd en mi trabajo.

    25 abril 2013 | 16:49

  2. Dice ser isidoro

    Increibles en San Sebastián 1994
    Increible Roger Waters en Madrid 2011

    Una pena que desapareciera este increible grupo

    A ver si tenemos suerte y podemos volver a ver el muro en directo

    25 abril 2013 | 18:07

  3. Dice ser 69jose

    Cuando hablamos de Pink Floyd aunque sea en un articulo pequeño, me parece una gran falta de educación no citar a Syd Barrett.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Syd_Barrett

    25 abril 2013 | 21:37

  4. Dice ser jotaA

    si te gusta fusionar arquitectura y musica echale una oreja a xenakis

    26 abril 2013 | 01:21

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