Arquitectación Arquitectación

Si la arquitectura te rodea, deberías empezar a fijarte en ella

No volveremos a hacerlo

Cuando en el final de los ochenta estudiaba arquitectura técnica, teníamos en Madrid una clase de maderas con un tipo que sabía las virutas de serrín que había en cuarto kilo. Recuerdo –es una de las pocas cosas que se me quedó grabada- que nos decía que cuando en la obra alguien cogía un trozo de madera y lo olía intentando adivinar la calidad, la clase o vaya usted a saber que cualidad no tangible, podíamos tener una absoluta certeza: el tipo era un cretino y no sabía nada de maderas.

Al comenzar a trabajar, un par de años después, empecé a ver como en las obras, hay todo tipo de actitudes en los recorridos de los técnicos por las mismas. Algunos acarician los tabiques con mimo de enamorado, otros dan dos golpecitos suavemente en las puertas, los hay que, frunciendo los labios sobre el mentón en un semicírculo perfecto mueven la cabeza rítmicamente arriba y abajo como aquellos perretes de bandeja trasera de coche, aseverando la calidad o dudando de la misma. El gesto vale para todo. Y si, algunos huelen las cosas.

ShigeruBanTamedia1

Un día, un superior mio, vino a la obra y ante unas puertas de madera noble que estábamos instalando se agacho, cogió un trozo de cerco, me miro fijamente, lo olfateo con fruición y volvió a mirarme. Yo, que recordé aquellas enseñanzas sabias, hice de tripas corazón  me agaché, cogí un trozo de madera, lo olfatee cual sabueso y dije ¿no está mal, eh?. Mi jefe sonrió satisfecho y pasamos al siguiente asunto.

Viene al caso, por que acabo de ver la última escena de «Quemar después de leer», esa en la que un jefe de una agencia de inteligencia norteamericana le pregunta a un subordinado tras un enredo fenomenal, qué habían aprendido, y el otro, que en realidad no tenía ni idea, le contesta «..a no volver  a hacerlo,…supongo,…sea lo que sea que hayamos hecho».

Vivimos tiempos raros para los que trabajamos en construcción, y yo también me pregunto, ¿que habremos aprendido de todo esto?. Y claro, así, sin madera que oler, no se me ocurre nada.

Nota del arquitectador: Durante los últimos días he leído en más de un lugar que la solución a nuestros problemas de hoy está en sentar las bases para poder volver a construir. Si eso no se merece este post, no sé que más puede hacerlo.

Los comentarios están cerrados.