Eduardo Chillida. Proyecto Tindaya |
En una ocasión, visitando la Catedral de León, me quedé hasta el atardecer.Cuando ya todo el mundo salía y el sol se había ocultado,de repente, se apagaron las luces y solo el tenue filtro de sus altas vidrieras permitía un mínimo de luz en la zona alta. La catedral vacía amplificaba mi voz llamando para que me abrieran. No puedo, por mucho más que escriba describir ni siquiera el comienzo del escalofrío que sentí. Y es que la arquitectura, la luz (incluso la falta de ella) solo se puede llegar a comprender cuando, como Jonás en la ballena, entras en ella.
La sensación de esa arquitectura colosal, inmensa, que no tiene una escala humana sino divina (este era el motivo de los maestros góticos) la imagino como el proyecto de Eduardo Chillida para la montaña de Tindaya en Fuerteventura.
¿Podeis abstraeros e imaginaros dentro de un espacio así?