En todas las protectoras hay perros que los voluntarios no se explican como es posible que sigan allí dentro, que pasen los años sin que nadie se fije en ellos, porque esos voluntarios los conocen y saben que son perros perfectos, compañeros ideales para la familia que decidiera darle una segunda oportunidad.

Es el caso de Tesoro, que incluso en su nombre deja claro cómo es. Está en la protectora sevillana El buen amigo . Me escribe una de sus voluntarias diciendo que, «aunque tenemos el corazón repartido en 180 cachitos por todo nuestro refugio», Tesoro le toca la fibra sensible más de lo normal y pide ayuda para que intentemos forzar su buena suerte.

Tesoro, que incluso tiene evento abierto en Facebook sin que eso le haya procurado un hogar (nadie ha preguntado nunca por él), pesa unos ocho kilos, es muy pequeño. También es joven, no llega a los cuatro años. Además es cariñoso y «un auténtico revoltillo de alegría».

Tesoro y su madre eran los perros de un mendigo al que un día encontraron muerto junto a los perros que eran su única familia. «No querían separarse de la que persona que había sido su dueño y el que los había cuidado hasta ese momento». Así fue como Tesoro y su madre llegaron al refugio El buen amigo hace más de dos años.

Pero su mala suerte no se detuvo ahí. Su madre murió. Y hace aproximadamente un año los análisis de leishmania dieron positivo, lo que impide su adopción pese a que sus niveles son muy bajos, la tiene muy controlada y tomando su pastilla diaria no debería haber el menor inconveniente para que tenga una vida larga y feliz.

A mi perra Troya la adopté hace doce años. Tenía unos cinco y leishmania. Ahora va a cumplir diecisiete y es una anciana con una salud envidiable teniendo en cuenta su edad.
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Todos los perros son especiales, no me malinterpretéis, pero hay algunos que tal vez lo son un poco más, que se ganan el corazón de los voluntarios, sabedores que tienen entre ellos un animal extraordinario, un buen compañero si alguna familia le diera la oportunidad de serlo.

Mendo, que está en la protectora sevillana El buen amigo, es uno de esos casos. Tiene nueve años, lo que siendo un mestizo saludable implica que le quedan aún muchos por delante. Y ocho de esos años los ha vivido en el refugio, siendo invisible para cualquier posible adoptante.

Me cuentan que se lleva muy bien con otros perros, que es muy sumiso y se adapta a cualquiera que le pongan de compañero. Con gatos no han hecho de momento la prueba, «aunque conociendo su caracter tranquilo me imagino que no tendría problemas en convivir con ellos» explican. Tiene algo de miedo a los seres humanos, pero nada que no sea fácilmente recuperable con un mínimo de cariño y paciencia.

A la voluntaria que me manda su caso y que ha jurado que no parará hasta encontrar para Mendo la familia que merece, se la ganó de la siguiente manera:

Entró de cachorro hace nueve años, y allí sigue. Nadie jamás se ha interesado por él. A mí me llegó al alma un día que me senté en su caseta para hacerle fotos a él y su compañero y se acercó temblando a mí para que lo acariciase. Uf. Ver como ese pobre animal estaba temblando de arriba a abajo sólo por una caricia hizo que me pusiese a llorar como una magdalena.

Desde ese día estoy intentando como sea que salga de allí, tengo creado un evento, lo he puesto en muchísimas páginas y hasta es la portada de nuestro calendario 2016, pero NADA. Yo soy muy cabezona y no cejo en el intento, a ver si tiene suerte, y aparece esa persona que tanto estamos esperando.

¿Nos ayudáis a difundir su caso, a ver si forzamos la buena suerte de este mestizo guapo?

Contacto: protectoraelbuenamigo@gmail.com

Para casi todos los animales que esperan una familia, conseguirla es verles florecer, transformar su porte y expresión hasta un punto en el que muchos son irreconocibles.

También hay animales que no son capaces de sobrevivir si no tienen una familia, perros y gatos que desarrollan severas depresiones, que dejen de comer y se dejan ir, que no mejoran y acaban muriendo por enfermedades que no deberían ser tan graves. Da igual que estén bien atendidos en una protectora, para ellos tener un hogar es cuestión de vida o muerte.

Como el pequeño Ron, que llegó siendo poco más que un cachorro a la protectora, y allí creció buscando desesperado las caricias de los voluntarios sin que nadie se fijara en él.

Es de tamaño entre pequeño y mediano, que siempre es una ventaja a la hora de encontrar un hogar, pero tal vez sus orejotas desmandadas, su pecho potente y su pelito corto y canela echaran para atrás a aquellos que acuden a las protectoras buscando un compañero más con los ojos que con el corazón, a esos que van con la imagen de su perro ideal en la cabeza y no son capaces de ignorar esa foto y ver el carácter de los animales en lugar del tamaño, el color o el tipo de pelo.

Y en esas, Ron enfermó. En septiembre no podía mover las patitas de atrás, llevaba una semana en el veterinario apenas sin comer y beber y no mejoraba.

Por suerte para él, Ana Isabel y su pareja decidieron por esas fechas acoger a un perro adulto y Ron fue por primera vez a una casa. A veces los milagros suceden, a veces lo único que necesita un animal para sanar es un hogar.

Decidimos acogerlo en casa con la esperanza de que fuera a mejor. A pesar de que los primeros días fueron un poco duros, de noches sin dormir y agobio porque no comía, al tercer día mejoró considerablemente, comenzó a comer y dejar de tener miedo de la nueva casa en la que se encontraba… incluso encontraba motivos para moverse (aunque fuera arrastrándose). Nos seguía y nos movía la colita cuando nos acercábamos.

En un par de semanas comenzó a ponerse de pie, y pudimos comenzar a darle pequeños paseos alrededor de casa. Tenía muchísimo miedo de las personas y de otros perros, pero con el tiempo todo eso pasó.

Ron es un perro ideal para cualquier tipo de persona: es muy cariñoso, no muerde nada en casa, hace sus cosas en la calle y es muy obediente, le gusta aprender trucos nuevos y es una verdadera belleza. No queremos que vuelva a la protectora donde, a pesar de tener la atención de los voluntarios que pasamos allí cada semana, no tiene las mismas comodidades de una casa. Nos gustaría encontrar para él una familia que le quiera para siempre, que le haga olvidar todo lo malo que le haya pasado y que disfrute de su amor, que es infinito.

Su adopción la gestiona la Residencia de Animales de la protectora ARCA Sevilla (Asociación para el Cuidado y Respeto de los Animales).

Tiene su propia página de Facebook, también su propio rincón en la web de la protectora.

Contacto: adopcionesarcasevilla@gmail.com