Los setter siempre me han encantado. Me medio crié en Asturias, e igual que en los campos de Castilla o Andalucía abundan los galgos o los podencos, en Asturias es frecuente ver a los cazadores con setters.
Un vecino de mis abuelos tenía al menos media docena razonablemente bien cuidados pero tratados como instrumentos de caza y cría en una perrera. Yo solía acercarme de niña a jugar con ellos.
Y por tanto también se suele ve setters o sus cruces en protectoras (los voluntarios de protectoras astures que me leen podrán confirmarlo) y como perros de compañía.
Son unos animales hermosos y dulces. Activos pero obedientes. Alegres y de buen carácter.
El setter inglés que os muestro hoy está en Albacete y tiene cuatro años.
Recibió un tiro en el cuello y ahora necesita una adopción urgene o lo sacrificaran por asfixia con Mioflex.
Un método inhumano para sacrificar perros y gatos que aún usan en muchas perreras españolas para ahorrarse los cuatro duros de un sacrificio más humano.
Es bueno, muy cariños y agradecido. Se envía a toda España.
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