María es de esas personas que no sabe mirar a otro lado cuando es preciso echar una mano, una de esas personas que se complica la vida en lugar de intentar convencerse al ver un perro abandonado que «otro se encargará» o «seguro que es de alguien que le deja andar suelto». Son mentiras, son una manera de engañarse a uno mismo para dormir tranquilo pese a haber dejado a otro ser vivo a expensas de su suerte, que probablemente acabe siendo mala.
Por eso María recogió a este fox terrier que encontró hace dos días andando por la autopista. «Estaba en muy mal estado, no pude dejarlo ahí, lo cogí y lo llevamos al veterinario. Duncan de Santander y la Residencia canina El Valle de Quijas que me han ayudado mucho y si no hubiera sido por su apoyo no hubiera podido salvar a este perrito».
Tiene un año y medio aproximadamente, no llevaba chip y está «aparentemente sano, salvo por alguna herida y que está famélico, lleno de pulgas y muerto de miedo. En el vete le han puesto una pipeta para las pulgas, lo han bañado y cortado el pelo».
María no puede quedárselo, acaba de ser madre y tiene tres perros propios. Por eso está ahora buscando desesperadamente adoptante o casa de acogida temporal. Es un buen perro, con miedo y que no sabe andar con la correa, pero cariñoso, «busca y necesita cariño, ayer en el coche no hacía más que acercarse a mí y chuparme la pierna. Es un amor de perro», me cuenta.
«No me importa pagar el transporte si hiciera falta a cualquier parte de España (está en Cantabria) con tal de encontrarle un hogar. Me da muchísima pena, es un candidato ideal para adopción», me dice.
Ella no miró hacia otro lado, no lo hagamos nosotros. Si podéis adoptarle no lo dudéis, si podéis hacerle un hueco mientras se le encuentra un hogar definitico escribid a María. Ayudadnos a difundir su caso en redes sociales.
Se exigirá compromiso de esterilización.
(ADOPTADO)