Ojalá llegue el año en el que celebrar que pagamos la devoción de nuestros animales con la misma moneda

Acaba 2020, un año que ninguno de nosotros olvidará; un año que no imaginábamos, cuando tomábamos las uvas en diciembre de 2019, los duros y complicados derroteros por los que nos iba a hacer transitar, individualmente y como sociedad, a nivel global.

(GTRES)

Poniendo el foco únicamente en materia de bienestar animal, sí que hay algunos motivos para ser optimistas revisando los últimos doce meses y mirando a 2021. Por un lado a comienzos de año se creó la Dirección General de Derechos de los Animales, con Sergio G. Torres al frente, que está ultimando la que, si nada se tuerce, será la primera ley nacional de protección animal de este país. Una ley que no contentará a todos, que será imperfecta y mejorable, estoy segura, pero que espero que suponga un paso adelante en la dirección correcta en distintos sentidos, como la derogación de la ley de tenencia de perros potencialmente peligrosos.

Por otro, aún más trascendente a mi parecer, está el hecho de que durante estos meses de confinamiento, de miedo, de no poder ver a nuestros seres queridos tanto como habríamos deseado, de tener que aprender a trabajar y coordinarnos en casa, a modificar nuestras rutinas y actividades, nuestros animales han demostrado ser un sostén emocional valiosísimo. Tenerlos a nuestro lado, con su cariño incondicional, su compañía y sus necesidades de cuidados que nos hacen sentirnos también necesarios, ha hecho más llevadera la resistencia contra la Covid-19 en muchos hogares, para muchas familias.

2020 ha sido un año en el que han persistido los problemas habituales: los abandonos, la mala cría, la compra y tenencia irresponsable… Un año en el que las asociaciones protectoras de animales han tenido también retos especiales a encarar, por las limitaciones de movilidad, por carecer de algunas de sus formas tradicionales de conseguir fondos y visibilidad.

No sé cómo será 2021, parece que lo arrancamos con la esperanza que otorgan la llegada de las vacunas. Nadie sabe cómo será, las nuevas o viejas dificultades que tendremos que afrontar, pero todo amante de los animales sabe que podremos contar con ellos a nuestro lado para superarlas.

Ojalá llegue el año en el que podamos celebrar que estamos pagando su devoción con la misma moneda.

Feliz 2021.

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