Archivo de febrero, 2015

Martín encuentra a un mastín

Esta es la sexta entrega del folletín animalista que estoy publicando en este blog todos los viernes. Un libro por partes con el que quiero aprender y experimentar una nueva forma de escribir. Quiero hacer una buena novela juvenil, apta para todos los públicos, con el marco de la protección animal para dar a conocer y concienciar sobre esta realidad. Continuará el próximo viernes.

 

SEXTA PARTE

– ¿Es que este es el sitio oficial para abandonar perros? – preguntó alargando la mano. El mastín acercó su trufa enorme y olisqueó los dedos extendidos. Luego volvió a tumbarse trabajosamente. Era un animal imponente, de pelo espeso y con una cabeza enorme. Logan parecía pequeño a su lado.

– No sé qué le pasa, pero no puede caminar. Te has fijado en lo raro que apoyaba los cuartos traseros. Y también se ha tumbado de forma muy extraña. No creo que podamos llevarlo con nosotros – comentó su madre, que se había apoyado en un pino cercano y observaba al mastín dubitativa.

– Tal vez le hayan atropellado y tenga algo roto – dijo Martín poniéndose en cuclillas para verse en aquellos ojos oscuros y tranquilos. Posó una mano con delicadeza sobre el robusto cráneo del animal, que pareció indiferente a la caricia.

– Creo que lo mejor es que vayamos por el coche, intentemos que suba y le llevemos a la perrera. Anda, vamos – decidió su madre apartándose del árbol.

– No pienso moverme de aquí – replicó Martín con firmeza. – Puedes ir tú, yo me quedo con él esperándote –

– ¿Qué estás diciendo? No puedes quedarte aquí solo, cada vez hace más frío. En media hora estaremos de vuelta. Venga, vamos –

– Te estoy diciendo que no, mamá. No pienso tener otro perro perdido o abandonado en mi conciencia. Puedo quedarme aquí con Logan, que creo que el pobre agradecerá librarse de la caminata de vuelta a casa –

– Pero si vamos a volver enseguida. Y ese pobre animal no es capaz de irse a ningún sitio. Mira, si quieres puedes dejarlo atado al árbol para asegurarte – objetó ella mientras sacaba el collar y la correa viejos que había traído en el bolso.

Martín no respondió, se limitó a sentarse en el suelo, junto al mastín, sin dejar de acariciarle. El perrazo cerró los ojos y apretó la cabeza contra el muslo del chico. Tal vez no era tan indiferente a las caricias como parecía. Logan eligió ese momento para tumbarse frente a ellos. Su madre dirigió un suspiro a las copas de los pinos y le lanzó una bola hecha con la correa y el collar al regazo.

– Si algún encapuchado me viola de camino a casa, eso sí que pesará en tu conciencia –

– No va a pasar, estoy completamente tranquilo. Y si alguien intenta algo, pobrecito – contestó él sacando la lengua y luego riendo mientras esquivaba con éxito relativo la piña húmeda y vetusta que su madre le lanzó a la cabeza.

– Intentaré acercarle al aparcamiento para que no tengas que meter el coche por estos caminos – gritó a la figura que se alejaba.

Esperó unos diez minutos de aquella manera, con Logan sesteando a medio metro y examinando al mastín que tenía a su vera. No se sentía aún con la confianza suficiente para levantarle el belfo y mirar sus dientes, pero algo le decía que vería unas piezas amarillas y gastadas. La cabeza era casi completamente blanca, así que no había canas delatoras de su edad como en el hocico y en torno a los ojos de Logan, pero nada en él recordaba a un cachorro. Tenía una pequeña cicatriz cerca de la oreja y semillas y palitos enredados en el pelo, se entretuvo quitando algunos. Era agradable notar el calor suave que irradiaba el perro en sus manos desnudas. No tenía collar, pero al recorrer su cuello con las manos se notaba en el pelaje que lo había llevado. Cuando probó a ponerle el viejo de Logan, el mastín levantó la cabeza y le miró atento. Le valía, pero por los pelos. Lo tuvo que abrochar en el último agujero. Luego enganchó la correa y se puso en pie. El mastín se incorporó a su lado como pudo.

– Bueno, parece que sabes perfectamente lo que es pasear con una correa. Vamos a ver si somos capaces de llegar al parking, no tenemos prisa –

Resultaba angustioso verle avanzar, pero el mastín no se quejó en ningún momento. No parecía por su actitud que le doliera especialmente. Tenía los cuartos traseros muy delgados, casi sin fuerza. Una de las patas la arrastraba más que usarla para andar. Martín se dio cuente de que tenía la zona exterior de la almohadilla en carne viva y se detuvo para envolvérsela como pudo con su cuello de forro polar. Iban muy despacio, seguidos por Logan.

– Vamos tío duro, que nos queda poco. Enseguida llegamos – le animó Martín en cuanto avistó el aparcamiento. Su madre aún no había llegado, pero no pararon hasta llegar a la zona de los coches. El perro cada vez perdía más las patas traseras al andar y le daba miedo que no llegasen nunca si se detenían.

– Ser un perro pequeño tiene sus ventajas – comentó a su pequeño séquito cuadrúpedo mientras se sentaba en un bordillo – Podría haberos traído en brazos a los dos sin mayor problema. De hecho podría haberos llevado en brazos hasta la perrera. Pero a mí me gustan los perros grandes. Yo soy grande, no me pegaría un perro pequeño –

Logan le miraba como si entendiera, sentado con los ojos y las orejas atentas. Jadeaba en exceso para el poco ejercicio que habían hecho y la temperatura que hacía. El mastín había vuelto a tumbarse. Y el frío cortaba. Martín pensó por un momento en recuperar su cuello, pero lo descartó rápidamente y se arrebujó en el abrigo. También descartó sacar el móvil para matar la espera, prefería tener las manos en los bolsillos. Por suerte su madre tardó apenas unos cinco minutos en llegar con su viejo Ford Focus blanco y, por supuesto, intacta. Traía un paquete de salchichas, una bolsa con pienso, un bol y una botella de agua. Probablemente con la maternidad se desarrollaba el empeño por procurar que nadie a su alrededor pasara hambre y sed.

– Sube a Logan en los asientos traseros. Creo que el mastín irá mejor tumbado en el maletero, pero tendremos que subirle entre los dos hasta ahí arriba sin hacerle daño – explicó mientras veían comer y beber al animal.

Costó, pero menos de lo que parecía. El perro ayudó y, por suerte, en las patas delanteras sí tenía fuerza. Martín solo tuvo que ayudarle sosteniendo la parte de atrás.

– Eres un perro listo. Y un tío duro, de nuevo no se te ha oído una queja. Y es imposible que no te duela –

La perrera municipal estaba en las afueras, relativamente cerca del polígono industrial y una estación de tren en desuso. Andando les habría llevado unos veinte minutos andando a buen ritmo, en coche llegaron en menos de diez. Su madre dejó el Focus encaramado de mala manera en la cuesta que había junto a una furgoneta polvorienta. Tras bajar del coche entendió porqué tenía que estar lejos de la población: el coro de ladridos era notable y se incrementó cuando llamaron al timbre. Esperaron un rato y volvieron a llamar. Y así hasta tres veces. Estaban a punto de irse cuando oyeron unos pasos y una llave girando dentro de una cerradura.

– Hola, nos hemos encontrado a un perro en el pinar mientras paseábamos al nuestro. Creemos que está herido en las patas de atrás. Lo tenemos en el coche – explicó su madre a la mujer que abrió la puerta. Parecía diez o quince años más joven que su madre, Martín la echó unos cuarenta, aunque se le daba bastante mal calcular la edad de las mujeres mayores. Les saludó con amabilidad, pero no parecía especialmente contenta de verlos. Salió del recinto para acompañarlos hasta el coche. Llevaba un mono de trabajo, un jersey grueso de lana y botas de goma verde como las que usan los jardineros.

– Vaya, no eres precisamente pequeño – dijo la mujer hablando con el perro. Miró de reojo al pitbull – Y parece que te llevas bien con otros machos. Eso está bien, facilita las cosas. Vamos a ver qué es lo que te pasa – añadió cogiendo la correa y animándole a bajar. El perro descendió cómo pudo, perdiendo el control de las patas traseras y aterrizando sobre la cadera izquierda sin una sola queja para luego volver a ponerse en pie. Martín y su madre dejaron a Logan dentro del coche cerrado y siguieron a la mujer hasta un pequeño despacho. Allí cogió un lector de chips y recorrió el cuello del animal sin éxito. No había ningún chip que diera información sobre su propietario.

– Voy a llevármelo a uno de los cheniles. Esperad un minuto aquí sentados que pronto vendrá una compañera a recoger la ficha, solo tenéis que poner dónde lo habéis encontrado, el nombre, DNI y la dirección. Poco más. No implica que asumáis ninguna responsabilidad, es simplemente una formalidad, una especie de registro de entrada como cuando llegas a un hotel- explicó afable.

A Martín le hubiera gustado despedirse del perrazo, pero cuando quiso reaccionar la mujer ya había desaparecido con el mastín renqueante. Se quedó mirando el pasillo por el que se había marchado mientras su madre completaba el formulario.

– Hola. Antes de nada, gracias por no dejarle tirado en el pinar –

Mastín se giró hacia aquella voz familiar. Era la chica del galgo. Estaba sentada al otro lado del escritorio. Su madre le devolvió el agradecimiento sin saber que eran vecinas. Ella dirigió una fugaz mirada de reconocimiento a un sorprendido Martín, pero no dijo nada. Se limitó a coger el papel y lo leyó rápidamente.

– Vaya, vaya. Martín nos trae un mastín – concluyó con una sonrisa escondida en la comisura de la boca.

– Supongo que sí – contestó él, notando la voz forzada y maldiciéndose por soltar semejante obviedad.

– Puedes darme un nombre para que le pongamos si quieres –

– ¡Bruce Willis! – exclamó sin pensar.

Su madre le miró sorprendida. A su vecina se le rebeló aquella sonrisilla oculta, mostrándose esplendorosa.

– La verdad es que es un nombre que le pega a un mastín. Sí señor, un buen nombre. A ver si le trae suerte – dijo escribiéndolo en el formulario – Hay perros que lo tienen especialmente difícil, y me temo que tu Bruce Willis es uno de ellos –

El primero de los mastines que ilustra este post es Brey, tiene nueve años, pesa unos 45 kilos y es muy tranquilo y mimoso.

Vera, la segunda, tiene una cojera debido a una fractura mal curada. Es tranquila, reservada, juguetona cuando quiere, guardiana de lo suyo, busca el cariño y es muy dulce. Pesa 45 kilos y tiene ocho años.

El último es Arroyo, con cerca de cinco años y cincuenta kilos. Pasea perfectamente con correa.

Están en el Albergue de Serín (Gijón). Contacto: 636157439

«Somos los garantes de la ley, y si hay leyes que protegen a los animales, pues hay que cumplirlas»

20150222_120335-1Me ponen los tíos (y las tías) de uniforme. No los que se quitan uniformes con velcro en las despedidas de soltera, tampoco los que sacan la porra y esconden el cerebro. Esos no me ponen nada.

Me ponen los tíos (y las tías) con uniforme que trabajan sin descanso para encerrar a los violadores de niñas que aterrorizan ciudades enteras, lo que saltan al metro para salvar al que cayó, los que se pelean contra el fuego que devora el monte, los que palean cuentas bancarias para entrullar a los que nos roban a todos, los que llegan los primeros a accidentes que convierten los coches en amasijos, los que toman denuncias con amabilidad y buen hacer o los que se dejan los cuernos para rescatar a unos excursionistas perdidos en algún monte.

Podría seguir un buen rato. Hay muchos currando mucho y bien, son legión que se dice ahora, aunque con frecuencia se nos olvide.

Y también me ponen los policías y guardias civiles integrantes de la Asociación de Policías por la Defensa Animal (APDA), un voluntarioso grupo de personas que aman a los animales, que llevan diferentes tipos de uniformes en su quehacer diario y que están dedicando su tiempo libre y su esfuerzo personal para difundir, formar y elaborar propuestas en materia de defensa animal.

Son aún pocos, pero están haciendo mucho. Y merecen todo el apoyo y reconocimiento que les podamos dar.

policiaLa APDA (Policías por los Animales) nace a raíz de les carencias detectadas por miembros de los diferentes cuerpos policiales existentes en el territorio español en materia de protección animal en el ámbito policial así como a través de les quejas recibidas en nuestra entidad por parte del ciudadano. Estas deficiencias son comunes en todos los cuerpos policiales en mayor o menor grado: falta de protocolos específicos, formación mínima o nula, recursos materiales, coordinación con otros servicios (Servicio de recogida de animales, bomberos, Servicios Sociales, Servicios Sanitarios, otros cuerpos policiales…) y desconocimiento sobre legislación en relación a incidencias con animales.

El objetivo principal de la APDA es cubrir estas carencias o deficiencias a través de la formación ofreciendo herramientas a los agentes para poder dar una protección efectiva a los animales y una respuesta óptima y eficiente a la ciudadanía que clama por una policía profesional en todos los sentidos, incluida la protección de los animales no humanos. La buena gestión de los incidentes, velar por el cumplimiento de las leyes y normativas que protegen a los animales suponen un avance en la mejora de la convivencia entre personas y animales y una importante contribución al mantenimiento del bienestar animal.

Útil y esperanzador. ¿No os parece? Un rayo de luz, una muestra de que las cosas efectivamente van cambiando a mejor.

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He tenido la suerte de poder charlar com Sònia Pujol, Presidenta de la APDA, Directora Freedom Paws Link (un proyecto del que ya os hablaré más despacio en otro post) y miembro del Comite asesor NLECAA (National Center Law Enforcement on Animal Abuse) de la National Sheriff’s Association. Ahí es nada.

Sònia me confirmó que entre sus prioridades se encuentra «crear un protocolo que sirva de modelo para el resto de policías, porque si hay protocolos específicos de maltrato animal, pero pocos. También la formación policial, damos cursos a compañeros».

¿Y cuál es la reacción del resto de policías y guardias ante estos compañeros tan preocupados por los animales? Sònia me asegura que muy buena, «aunque hay compañeros que, por falta de formación, no entienden que es nuestro trabajo proteger a los animales y tenemos que explicarles que somos los garantes de la ley, y si hay leyes que protegen a los animales, pues hay que cumplirlas».

En APDA operan sobre todo en Barcelona, pero se están extendiendo sobre todo por Madrid y La Rioja. Y no están teniendo que ir a buscar a nadie para dar sus cursos, reciben bastantes solicitudes, tienen trabajo pendiente, lo que siempre es una buena noticia. Estos son los conocimientos que sus cursos aportan a otros policía.

  • Conocimientos de la legislación vigente en materia de protección animal y sus aplicaciones al trabajo policial.
  • Redacción de atestados policiales.
  • Educación y community outreach.
  • Conocimiento de los recursos disponibles para la atención al animal.
  • Coordinación entre servicios.
  • Bienestar animal.
  • Detección y reconocimiento del sufrimiento animal.
  • Preparación para interactuar con seguridad con cualquier especie animal (de compañía, doméstica, exótica, fauna salvaje).
  • Conocimientos para ser capaces de detectar una situación de maltrato animal y valorar el nivel de urgencia.
  • Capacidad resolutiva ante los diferentes incidentes con animales que podemos encontrarnos durante la jornada laboral.
  • Utilización del material de dotación como herramientas alternativas para la prevención de la posible agresión de un animal y/o cuando se de la agresión y garantizar la seguridad de terceras persones.
  • Conocer e identificar los indicadores de violencia interpersonal.
  • Recursos existentes ante la detección de casos de violencia familiar a través del maltrato animal.
  • Conexión entre peleas de perros y otros delitos graves.
  • Modelos de trabajo de otros cuerpos policiales .

No sé si os habéis parado a ver algunos de los últimos puntos.  Sònia Pujol me los estuvo explicando más despacio: «Hay relación entre la violencia hacia los animales y los humanos. Están estrechamente vinculadas y somos grandes detectores de estos casos. Cuando hay maltrato a la mujer, el hijo o el abuelo, suele haber previa o simultáneamente maltrato animal. El que maltrata, además, también utiliza al animal, lo maltrata delante de la víctima, amenaza con hacerle daño…
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También son grandes detectores de fallos en el sistema a los que no es tan complicado ponerles remedio: «en colaboración con FAADA hemos conseguido que la empresa de conservación de carreteras en Barcelona que recogía los animales atropellados ahora tenga un lector de chip. Antes de eso detectamos que a esos animales se los recogía e incineraba o enterraba en el bosque sin más, sin comprobar si ese perro podía haber sido robado, usado para peleas, estar perdido… Tuvimos el caso de un perro con correa puesta atropellado, del que sus dueños nunca llegaron a saber nada”.

Y como con cualquier que hables implicado en protección animal, la presidenta de APDA coincide en que el lío de leyes existente en nuestro país no ayuda: «Hay diferencias abismales entre las distintas leyes autonómicas y ordenanzas municipales. En la ordenanza de Barcelona hemos estado participando. En la ley que se está preparando a nivel en Catalunya nos interesaría mucho que se contemplara el decomiso preventivo. En Barcelona si lo hay, pero tiene que ser un caso extremo. Estaría muy bien que fuera más específico y que nos diera la seguridad de que la ley nos ampara para poder actuar. Muchos compañeros tienen dudas a la hora de entrar cuando un animal tiene que ser decomisado porque su vida está en peligro porque depende de los medios económicos de la Administración en cuestión, además del miedo o dudas que se les plantea pues las consecuencias para nosotros pueden ser importantes. Si sabemos que están robando en un domicilio podemos entrar al momento sin problema, pero si hay que rescatar a un animal al que están maltratando delante nuestro también tenemos que tener la seguridad de que podemos entrar.

La creación de unidades con agentes especializados también estaría muy bien, sería la mejor manera. En Holanda existe la unidad Animal Cops, que nos vinieron a visitar para contarlos lo que hacían. Son 150 agentes que trabajan solo el maltrato animal. Pero en Holanda hay una realidad y conciencia diferente. Allí trabajan con una organización de protección estatal. Las cosas son muy distintas»

Ojalá se les escuchara para la elaboración de ese anteproyecto de Ley nacional que el Gobierno dijo en julio que estaba últimando y de la que no hemos vuelto a saber nada.

Si queréis saber más sobre ellos, mostrarles vuestro apoyo, sumaros a la asociación o solicitar sus cursos de formación (en los casos que proceda), les podéis encontrar en Facebook, en twitter y en su página web. De momento estas son las asociaciones que colaboran con ellos: APDA, Adociación en Defensa de los Équidos (ADE), AlPerroVerde, GEVHA, ADEFAN, Ursus Natura, Iuris Animal, National Sheriff’s Association y CELET (Canine EncountersLaw Enforcement Training).

Y aunque hoy me haya centrado en APDA, ellos no son los únicos que andan ayudando a los animales dentro de un uniforme.

Hay muchos que lo hacen como buenamente pueden a título individual y anónimo, en el Seprona me consta que hay muchísimos profesionales realizando una labor clave y cada vez mejor valorada y luego hay iniciativas concretas como RetiredDogs112 o Héroes de Cuatro Patas, buscando buenos hogares a perros de la policía y la guardia civil jubilados. Y en las redes sociales de la Policía y la Guardia Civil cada vez es más frecuente encontrar mensajes claramente animalistas.
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Duque, de una bolsa de basura a un chenil (IV Campaña de Esterilización en Córdoba)

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A Duque le rescataron hace dos años con sus hermanos. Habían metido a todos cachorros en una bolsa de plástico cerrada y los habían dejado en mitad del campo para que tuvieran una muerte agónica. Los tiraron como si fueran basura.

Con mucho esfuerzo, pudieron salvarlos a todos, se criaron a biberón pero pronto tuvieron que entrar en el albergue siendo muy pequeños, pese a que no es el lugar ideal para un cachorro, por falta de casas de acogida. Siempre faltan casas de acogida.

Desde que dejó el biberón Duque no ha conocido otra cosa más que el albergue. Este precioso podenco no sabe lo que es un hogar, una familia. Ni él, ni muchos de sus hermanos pese a ser perros jóvenes, listos, sociables y perfectos. Si quieres adoptarlo puedes escribir a informacion@amigofielcordoba.org

Duque, que se entrega en adopción con contrato, seguimientos, pasaporte europeo, microchip, vacunas, desparasitado, esterilizado y con revisión veterinaria, es el mejor ejemplo de la necesidad que sigue existiendo de esterilizar perros y gatos en España.

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En la asociación en la que recogieron a Duque y sus hermanos, A.P.A.P » EL AMIGO FIEL» , han lanzado su IV Campaña de Esterilización dirigida a particulares.

 La gente es reacia a esterilizar a sus animales, bien por miedo a la operación, bien por pensar que el animal no será el mismo o por el alto coste económico que supone. De todas estas cuestiones, la más extendida es el precio de las cirugías, por lo que nos decidimos a iniciar un proyecto que fuera en beneficio de los animales y por consecuencia, beneficioso para el bolsillo de los particulares.

Muchas son las protectoras que cuentan con precios reducidos en clínicas veterinarias para las esterilizaciones, pero esto no ataja el problema que nos planteamos. Nuestra apuesta la dirigimos a los particulares con animales, que son los que no quieren o no pueden hacer un desembolso para poder esterilizar a sus mascotas.

Como asociación, nos alegramos de los frutos conseguidos, cuantos más particulares haya con animales esterilizados, menos camadas indeseadas habrá, menos abandonos por consecuencia y como no, más animales de compañía saludables por los beneficios que les supone estar esterilizados.

Esto no hubiera sido posible, sin la colaboración de la Clínica Veterinaria VETA, con la que hemos realizado este proyecto. Ellos, concienciados y comprometidos con la causa, han hecho el esfuerzo humano para trabajar conjuntamente poniendo a disposición su profesionalidad y sus medios en todas y cada una de las esterilizaciones.

Si estás interesado en adherirte a nuestra IV Campaña, ponte en contacto con nosotros: informacion@amigofielcordoba.org y te informamos de cómo hacerlo.

Cartel IV CAMPAÑA

Cinco equivocaciones frecuentes respecto a los gatos y tres gatitos huérfanos

He visto este texto en la página de Facebook de la asociación La Casa Gato Gazzu, y por lo que he visto juraría que la autoría es suya. Es breve, es certero y por eso me ha gustado tanto que he decidido traerlo hoy aquí.

Te equivocas…
Te equivocas si crees que es natural que estemos en la calle,
te equivocas si crees que podemos comer de la basura,
te equivocas si crees que es necesario tirarnos porque transmitimos enfermedades,
te equivocas si crees que somos traicioneros,
te equivocas si crees que puedes tirarme porque ya soy viejo.

NO AL ABANDONO

(El promedio de vida de un gato abandonado en la calle no supera los 5 años)

Muchos mitos peligrosos rodean a los gatos. Probablemente los dos que más sufrimiento felino causan son el de que hay un riesgo cierto de que transmitan la toxoplasmosis a mujeres embarazadas y que saben apañárselas en la calle. No es cierto, no veréis envejecer a ningún gato callejero. Lo he contado con frecuencia en el pasado, os dejo algunos ejemplos:

Estos tres gatos que veis son poco más que cachorros, el blanco y negro tiene cinco meses, los otros dos rondan el año. Su dueña ha fallecido y necesitan desalojar el piso en el que ahora se encuentran. Es preciso encontrar una familia o un lugar de acogida temporal con urgencia.

Eran seis gatos, pero por suerte tres ya han encontrado hogar. Son tímidos y algo miedosos, necesitan algo de paciencia y estabilidad para ser unos compañeros fantásticos.

Están en Asturias cerca de Mieres.

Contacto: 605500960

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¿Alguna vez te has encontrado a un perro abandonado?

Esta es la quinta entrega del folletín animalista que estoy publicando en este blog todos los viernes. Un libro por partes con el que quiero aprender y experimentar una nueva forma de escribir. Quiero hacer una buena novela juvenil, apta para todos los públicos, con el marco de la protección animal para dar a conocer y concienciar sobre esta realidad. Continuará el próximo viernes.

***

QUINTA PARTE:

– No sé cómo eres capaz de dormir tanto. Ayer te fuiste a la cama a las once y casi es la una. Ya iba a ir a ver si respirabas, como cuando eras un bebé –

La mastina de la imagen, aún una cachorra, está en adopción en Córdoba. Contacto: maricelibour@hotmail.com 600351514

La mastina de la imagen, aún una cachorra, está en adopción en Córdoba. Contacto: maricelibour@hotmail.com 600351514

Martín miró el reloj de la pared. Eran poco más de las doce y media, no era para tanto. Hay una diferencia importante entre despertarse a las doce y pico o a la una, pero no iba a discutirlo con su madre.

– Estaré creciendo – dijo dirigiéndose a la cafetera de cápsulas.

– Esa excusa no va a servirte durante mucho tiempo – contestó ella azotándole en el hombro con el paño de cocina.

Llevó la taza, un puñado de galletas y el móvil al salón. En cuanto se sentó en el sofá, Logan trepó como pudo a su lado y se convirtió en un ovillo gigante y cálido contra su cadera. Tenía bastantes mensajes sin leer, varios del grupo de whatsapp de los colegas del instituto quedando para esa noche. Solían verse todos los sábados a la misma hora y en el mismo sitio, no había necesidad de andar rompiéndose la cabeza cada fin de semana. Aquella noche Andrés celebraba su cumpleaños, así que le iban a venir bien las horas de sueño acumuladas.

Dejó la taza en la pila y la llenó de agua para que luego fuera más fácil fregarla y volvió junto a Logan y su móvil. Al poco su madre se unió a ellos en el sofá.

– ¿Qué planes tienes para el fin de semana? Si te apetece podemos ir juntos al cine, hace mucho que no vamos –

– Estaría bien, pero casi mejor la semana que viene. Hoy quiero estudiar un rato después de comer y por la noche he quedado con éstos. Mañana por la tarde tendré que estudiar otro poco –
– Veo que estás dando por perdida la mañana del domingo. Sabes que no te quiero aquí más tarde de las tres de la madrugada. Y ya es bastante, yo a tu edad tenía el toque de queda a medianoche, como Cenicienta –

– No te preocupes, ya sabes que muchas noches estoy aquí antes incluso –

– Me preocupo, claro que me preocupo. Una vez alguien muy sabio me dijo que cuando tenías hijos comenzabas a ver la playa como un montón de agua llena de tiburones –

– ¿Alguien muy sabio? ¿Algún tipo con barba blanca tipo Gandalf?-

– No… La panadera – contestó su madre ahogando una risita. Martín también dejó escapar una breve carcajada.

Siendo un adolescente debería sentirse incomprendido por su madre, pero no era el caso. No tenía motivo de queja. Es verdad que en alguna ocasión se había encerrado en su cuarto enfadado con ella y ya de paso con el mundo. ¡Quién a los casi diecisiete años no lo ha hecho! Pero habían sido pocas veces y se le había pasado pronto. Su madre era una persona razonable. No siempre estaban de acuerdo, pero con frecuencia pensaban de manera semejante. Ni ella había sido de gritarle cuando era más pequeño ni lo era él ahora de gritarle a ella. Y no olvidaría nunca cosas como que sus padres le llevaron a Disney a los siete años y se tragaron unas colas horrorosas por separado para que disfrutara de casi todas las atracciones. La vida en casa no era un drama, pese a la ausencia de su padre.

– ¿Mamá, alguna vez te has encontrado a un perro abandonado o perdido? – preguntó en un impulso repentino mientras acariciaba la suave piel del cuello del pitbull. No había previsto hablar con su madre del dueño de aquellos ojos casi dorados al que no había sabido o podido ayudar y que era incapaz de olvidar. Era algo que le solía pasar, las palabras salían de su boca antes de que él hubiera decidido contar algo.

Ella se incorporó un poco antes de contestar.

– En cuatro o cinco ocasiones los he visto, vagando por un lateral de la autovía o rondando algún polígono. Solo dos veces me los encontré frente a frente. El primero era un perro que acababa de perderse por el centro. Su dueña le había atado frente a la frutería mientras hacía la compra, pero de alguna manera se soltó y salió corriendo asustado. Tenía una chapa con un móvil, llamé y vinieron inmediatamente a por él. El segundo estoy convencida de que había sido abandonado. Fue paseando a la beagle que teníamos antes de que tú nacieras. Era un braco o un pointer, siempre confundo esas dos razas, estaba en los huesos, tenía heridas en las orejas y el cuello, pero era muy dulce y dócil. Estaba exhausto, deshidratado. Le di agua, lo metí en el coche y llamé a tu padre que estaba en el trabajo para que me localizara el teléfono de alguna protectora cercana por Internet. En aquel entonces no teníamos Internet en los móviles, de hecho no era tan frecuente tenerlo en el trabajo. En la protectora me dijeron que no podían recogerlo, que estaban hasta arriba. Me dieron dos posibilidades: la primera era que yo me lo quedase en casa hasta que tuvieran un hueco, la otra era llevarlo a la perrera municipal, que está obligada a recoger todos los animales abandonados que aparezcan por el municipio –

– ¿Qué hiciste? –

– Pedir la dirección de la perrera y llevarlo allí. Solo tuve que firmar un impreso con información sobre el perro y dónde lo había encontrado –

– Eso de llevarlo a una perrera no suena muy bien – objetó Martín sin dejar de acariciar a Logan, que había maniobrado en el sofá hasta ponerse patas arriba.

– Entonces no concebía tener dos perros en casa, aunque fuera temporalmente. Me dio vértigo meterlo en casa. A día de hoy tal vez hubiera sido otra historia. En cualquier caso estaba mejor en la perrera, con atención veterinaria, agua y alimento, que vagabundeando por ahí muerto de hambre. Los de la protectora me dijeron que a veces sacaban de allí perros para buscarles un hogar. Y en la perrera también va gente a adoptar y me aseguraron que solo sacrificaban cuando no quedaba más remedio. Me planteé durante un tiempo volver y preguntar por él, pero al final nunca lo hice. Simplemente pasaron los días y llegó un momento en el que ya era tarde. ¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué esa curiosidad repentina? – preguntó su madre ladeando un poco la cabeza, algo que a Martín siempre le había hecho mucha gracia. Le recordaba a un pájaro sorprendido.

– El jueves fui con Manu y Logan al pinar y encontré a un perrillo abandonado o perdido, no lo sé bien. Tampoco supe reaccionar, Manu me dijo que te cabrearías-

– Vaya, ahora Manu conoce a tu madre mejor que tú – resopló ella.

– No fue solo eso. No sabía qué podía hacer. No sabía cómo traerlo. Realmente no sé muy bien cómo sucedió, imagino que también me dio ese vértigo. La cosa es que lo dejé allí y no creo que hiciera bien –

Su madre suspiró, se recostó en el respaldo del sofá y clavó en el una de esas miradas previas a un sermón o una explicación importante que Martín tan bien conocía.

– Escúchame bien jovencito, tienes un móvil, que yo pago por cierto, no solo para jugar al Candy Crush o enredar en redes sociales. Puedes llamarme en cualquier momento que no sepas qué hacer. Y estoy harta de decirte que puedes contarme cualquier cosa. No me voy a enfadar irracionalmente. Y si me cabreas ya se me pasará. Soy tu madre, te quiero y te ayudaré en todo lo que pueda –

– Lo sé, lo sé – dijo desviando la vista a la trufa húmeda de Logan y aguantándose las ganas de responder a su madre que ella estaba igual de viciada que él al juego de los caramelitos y al Facebook.

– Mañana por la mañana podemos acercarnos a ver si le vemos y podemos hacer algo por él y por tu mala conciencia. Así pasamos un ratito madre-hijo y además llenamos un poco tus mañanas del fin de semana con algo de existencia, que están desaparecidas en combate desde que dejaste el club de atletismo y el baloncesto. Deberías plantearte recuperar al menos una de las dos actividades –

– Soy demasiado grande para ser bueno corriendo. Y tampoco soy ninguna estrella del baloncesto –

– Y yo sé desde hace muchos años que no me vas a sacar de pobre ganando medallas y anunciando Nike o Adidas, pero es que no va de eso, va simplemente de hacer deporte, que es sano en muchos sentidos –

– ¿Vamos mejor por la tarde? Hoy es el cumpleaños de Andrés y volveré tarde-

Su madre soltó una carcajada antes de responder. – ¿No tenías que estudiar esta tarde? ¿No decías que solías volver antes del toque de queda? –

– Estudio un rato después de comer y luego vamos. Y te dije que muchas veces volvía antes, no que fuera a hacerlo hoy – contestó sacando la lengua entre los dientes, uno de sus gestos típicos que sabía que tenía desde muy pequeño.

– Prefiero tu sonrisa de Bruce Willis – dijo ella guiñándole un ojo.

***

Eran las seis cuando salieron juntos camino de aquel pinar geométrico. Siempre quedaban a las nueve de la noche, así que tenía tiempo de sobra para llegar a tiempo. Andrés iba a invitarles a dos o tres porciones de pizza, ningún gran dispendio, antes de meterse en algún garito.

Iban a buen paso, el frío animaba a ello. Su madre llevaba a Logan con unos viejos guantes de forro polar puestos y él iba con las manos en los bolsillos. El único que agradecía el frío era su perro. El verano anterior había estado muy apático, constantemente fatigado, deseando volver a casa con el aire acondicionado en cuanto pisaban la calle. Con la llegada del invierno parecía haberse recuperado. Martín confiaba en que el siguiente verano no fuese demasiado duro para el viejo Logan.

En unos veinte minutos llegaron a la zona del merendero en la que había visto al perrillo. No había ni un alma. Unas horas más tarde tal vez habría algunos coches de botellón y, más tarde aún, algunos más en los rincones más apartados del aparcamiento con abrigos y mantas colgados de las ventanillas. El había participado algunas veces y a espaldas de su madre en la primera actividad, para la segunda le hacía falta novia y coche.

Soltaron a Logan y recorrieron la zona en la que había más posibilidades de restos de comida, el rincón del sembrado por el que desapareció y los senderos que lo rodeaban, mientras Logan husmeaba y hacía sus cosas. No podrían buscar durante mucho más tiempo, Logan se cansaría demasiado y aún quedaba el camino de vuelta a casa. Además, él había quedado.

– Está precioso el pinar así, con esta hierba de invierno tan delicada asomando – dijo su madre con aliento de dragón.

– Sí, está precioso, pero no hay ni rastro del perrillo – replicó Martín cerrándose bien el cuello del abrigo.

– No te desanimes. Era muy difícil. Al menos lo hemos intentado y nos hemos dado un paseo juntos. Tal vez sea cierto que es de alguna de las naves del polígono –

Entonces lo vio. Al principio aquel bulto no le había parecido nada vivo, pero al acercarse quedó claro que era un perro. Estaba tumbado junto a uno de los pinos. Aceleró el paso en dirección al animal seguido de cerca por su madre. El pitbull se dio cuenta de que habían cambiado el rumbo, vio al otro perro y se arrancó al trote en su dirección. Cuando llegó junto a él el otro animal se incorporó como pudo para saludarle. Estaba bastante cojo.

No habían encontrado al perrillo blanco y negro de ojos dorados, lo que tenían delante era un mastín enorme.

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La mastina de la imagen, aún una cachorra, está en adopción en Córdoba.
Contacto: maricelibour@hotmail.com 600351514

* El próximo viernes, la sexta entrega. Si no podéis esperar ya sabéis que podéis comprar mi primera novela, Galatea, una novela de ciencia ficción solidaria con los perros y gatos abandonados, ya que la mitad de los beneficios irán destinados a ellos.

A su dueña la llevaron a una residencia y a su gato lo dejaron en la calle

Copo no ha tenido buena suerte, tras toda una vida mimado y feliz con su dueña en el interior de un hogar, se ha visto abandonado en la calle. Y, claro, allí no ha sabido apañárselas pese a esa leyenda urbana que tantos creen de que un gato sabe buscarse la vida en una ciudad. No veréis gatos callejeros viejos, no los veréis más de un pared e años seguidos. Pero si os fijáis sí veréis que los que hay suelen estar enfermos, heridos y esqueléticos.
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Y harta estoy de ver desfilar animales que son abandonados en la calle, en perreras o protectoras, algunos que directamente son sacrificados, después de que sus dueños ancianos muriesen o pasarán a vivir con un familiar o en una residencia, que ya podrían ser más flexibles algunas residencias aceptando animales. Menuda manera de mostrarles cariño y respeto, deshaciéndose de mala manera de los que fueron sus últimos y mejores compañeros.

Habría que desarrollar una vacuna contra la falta de empatía y sensibilidad. De momento nos conformaremos creyendo en el karma, en que esas acciones tienen consecuencias y esa gente va a ver mermada su felicidad y el amor que recibe de los demás de una u otra manera.

Lo importante ahora es encontrar un hogar para Copo, mimoso, precioso y joven. Tiene inmunodeficiencia felina, por lo que no puede vivir en casas en las que haya otros gatos, pero sí que puede tener una vida larga y sin complicaciones si una familia le adopta.

Este gato vivía con una señora en una residencia y al morir esta sus familiares lo dejaron en la calle. El gato ha estado malviviendo en la calle hasta ahora.
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Cuando me he enterado del asunto he ido a por él pero ya es un poco tarde porque tiene inmunodeficiencia y una severa otitis que no le permite mantenerse en pie. El veterinario dice que eso es debido a que el sentido del equilibrio está en el oído y por ahora lo tiene perdido pero que lo recuperará si conseguimos curarle la infección.

Por lo demás, esta bien, teniendo en cuenta que siempre estará inmunodeprimido. Tiene unos seis o siete años y a pesar de estar enfermo es amoroso y se deja mimar.

Te adjunto una foto, la mejor que he podido hacerle aunque tampoco es demasiado buena. Ahora esta más feucho porque no es conveniente lavarlo aún y tiene los ojos cerrados a causa de la infección pero en cuanto se recupere será un señor Don Gato.

Esta en Almería pero se envía y el contacto para su adopción es magoav25@hotmail.com
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‘Huellas sin pedigree’, una nueva asociación que quiere ayudar a los perros de razas potencialmente peligrosas

imageHace unos días contactó conmigo Miguel para hablarme de la asociación que acaba de fundar en Granada «para dar en adopcion a perros maltratados, en perreras o de la calle». Y no cualquier tipo de perro, están especializados en perros de razas potencialmente peligrosas y sus cruces (ppps). Razas que cada vez se ven con más frecuencia en perreras y protectoras y que tienen muy difícil lograr su segunda oportunidad por culpa de prejuicios absurdos. Tanto es así que la recién nacida Huellas sin pedigree no es ni mucho menos la única asociación centrada en estos perros, que sobra decir que son perros tan sociables, nobles y cariñosos como cualquier otro, incluso más que muchas pequeñas razas de compañía.

Me cuenta Miguel que todas las adopciones  que tramitan cuentan con contrato de compromiso y un estricto seguimiento y me pide ayuda para dar a conocer su labor:

Huellas sin pedigree es una asociacion sin animo de lucro inscrita en el registro de asociaciones con numero de Cif: G 19571439, con una larga experiencia en el trato con los animales.

Nuestra labor es atender al mayor numero posible de perros en abandono y maltrato.
Estamos especializados en Perros Potencialmente Peligros (PPP), contamos con grandes profesionales y amantes de los animales para desempeñar nuestras labores. Nuestro presidente y fundador, lleva toda una vida dedicada a nuestros amigos de cuatro patas, cuenta con una una titulacion en adiestramiento canino y auxiliar técnico veterinario.

Hacemos todo lo posible por que cada animal que tenemos este bien atendido hasta que se da en adopción. Nuestra asociación no cuenta con subvenciones de ningún tipo, por ello, necesitamos toda la ayuda posible para que nuestros perros puedan contar con una estancia digna y puedan gozar de una buena atención.

¿Qué necesitan? Además de adoptantes, claro está.
Acogidas: es quizás la ayuda mas significativa, cuando alguien acoge en su casa a un perro, deja espacio para otro y así evitamos un mayor numero de sacrificios en perreras y abandonos en las calles.
Donaciones puntuales: con esta ayuda, podremos dar una mayor calidad y atencion en todos los sentidos a nuestros amigos.
Difundir: con solo compartir en vuestro muro de facebook, podreis salvar mas vidas de las que pensais.
Apadrinando un animal: si apadrinais un animal, estaries dando un apoyo grandisimo a dicho perro, y se os mandarian fotos periodicamente para que veais lo agradecido que esta!
Comprando nuestra publicidad: tenemos, camisetas, sudaderas, vinilos, y demás articulos cuyo importe sera integro para ayudar en nuestra asociacion.
Donando objetos: si teneis algo guardado en el trastero como camas, comederos, collares, correas, tanto nosotros como nuestros perros estariamos muy agradecidos si los donáis.

Los perros que aparecen en las imágenes están buscando un hogar.

Contacto: 608897082 huellassinpedigree@gmail.com

Tienen una página en Facebook, página web y cuenta de twitter.

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La lucha por la protección animal es una maratón, hay que reservar fuerzas, ser inteligentes, flexibles y realistas

A Garfield le abandonaron tras conseguir un perro, que era lo que realmente querían.

A Garfield le abandonaron tras conseguir un perro, que era lo que realmente querían. Contacto: contacto@plataformanala.org

Este es un blog muy poco personal. En muy escasas ocasiones he hablado de mí o de mis animales. Este blog es un altavoz para otros y así seguirá siendo, pero espero que hoy me permitáis que haga la excepción y mueva un poco el foco. Sólo un poco, que ahí a la derecha tenéis a Garfield buscando un hogar.

En estos días me han hecho ya unas cuantas entrevistas a cuenta de la publicación de Galatea, mi primera novela de ciencia ficción que es solidaria con los animales abandonados. Por ejemplo aquí, aquí o aquí. Pero quiero traer hoy una de ellas muy especial. Has salido publicada en la revista mensual de la Plataforma NALA y en ella hablamos más de protección animal que de literatura.

Aquí os dejo con la entrevista.

nala1En busca de una segunda oportunidad es uno de los blogs más antiguos y leídos del diario 20minutos digital. ¿Cuál es el tema principal de tus publicaciones?
La protección animal. Muestro casos concretos tanto para lograr adopciones para ellos como para difundir la idea de lo necesario que es adoptar desde la portada de 20minutos.es, que es un altavoz inmejorable con más de 13 millones de lectores al mes. Y también noticias sobre protección animal, denuncias, consejos para una mejor convivencia con nuestros animales… Todo siempre de temática animalista. El blog ya tiene más de 10 años, ya existía antes de pasar a formar parte de los blogs de 20minutos. Pronto hará ocho años de eso.

¿Podrías decirnos si te consta que alguna de tus publicaciones hayan ayudado al animal del que hablabas? Cuéntanos algún caso que recuerdes especialmente.
Claro que sí, muchos de ellos son adoptados. Es difícil elegir uno: tal vez un beagle muy enfermo que había sido usado en un laboratorio para investigar y que encontró rápidamente adoptante hace ya unos siete años.

A parte de escribir y difundir la realidad animalista, ¿colaboras con alguna asociación?
Con todas las que puedo, sobre todo como altavoz. Cualquier protectora o animalista que busque mi ayuda en la difusión de sus casos más especiales o necesitados, la encontrará.

¿Crees que la labor de las asociaciones es suficiente? ¿Qué crees que nos falta?
Obviamente no es suficiente, pero es difícil criticar al que hace algo, lo que puede, con buena voluntad y dentro de sus posibilidades. Es preciso mucho trabajo de concienciación y cambios en las leyes, que esa legislación sea nacional y no el caos que hay ahora por comunidades autónomas e incluso municipios para que las cosas cambien de raíz y para no tener permanentemente a las asociaciones intentando tapar el sol con una mano. Hay muchas asociaciones, las hay mejor organizadas que otras, más transparentes en su gestión o menos, más dadas a colaborar con el resto o más independientes… Cada cual debe estudiar cómo puede mejorar y actuar en conciencia.

¿Has visto algún cambio o evolución en la información respecto a los animales a lo largo de tus años de experiencia en el medio?
Sí, soy positiva. Se informa cada vez más, los contenidos sobre protección animal tienen cada vez más repercusión. Hay una sensibilidad creciente. Las cosas están cambiando a mejor. Es fácil de comprobar si salimos un poco de perros y gatos y miramos lo que se protestaba hace diez años por el Toro de la Vega y la que se organiza ahora.
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¿Crees que internet sirve de ayuda a los animales o crees que facilita el abandono y el maltrato?
Internet es una herramienta, puede ser útil tanto a los que buscan hacer el bien con ella como a los que la utilizan sin ética. Dicho esto, creo que está siendo excelente para difundir casos, concienciar, lograr hogares a muchos animales, organizarnos y motivar en definitiva ese cambio que te comentaba en la respuesta anterior que estoy viendo.

¿Galatea es tu primer Libro?. ¿Cuál es el tema central de ésta novela? y ¿Cómo se te ocurre la idea de aportar parte de los beneficios a la asociación ANAA?
Es el primero publicado. Es una historia de ciencia ficción compleja, con una protagonista incómoda, unos robots casi humanos y unos humanos cuyo comportamiento nos hace plantearnos qué es realmente la humanidad. Es complicado dar una sinopsis, hacer un resumen, porque está lleno de acción, giros y sorpresas. El segundo, sobre tres padres de niños con discapacidad está terminado. Del tercero que también es ciencia ficción ya llevo 200 páginas escritas. Y el cuarto ya tratará de protección animal.
La mitad de los beneficios que genere Galatea irán para ANAA. Es una manera de devolverles el regalo que es Troya, mi ancianita que adopté allí hace una década con el cuerpo lleno de perdigones, leishmania y en los huesos.

¿Dónde podemos comprar tu novela?
En la Casa del libro por ejemplo, en la web de Lapsus Calami que es la editorial. Cualquier librería podría encargarlo sin problemas.

¿Qué mensaje le dejarías a nuestros lectores?
Los problemas complejos no tienen soluciones fáciles ni rápidas, hay que tener paciencia. La lucha por la protección animal es una maratón, hay que reservar fuerzas, ser inteligentes, flexibles y realistas.

Y que lean, que lean mucho. Leer siempre es bueno. Y que recomienden los libros que les hagan disfrutar.

Si andáis por Asturias, el 27 de febrero presentó 'Galatea' en Gijón. El sábado 21 de marzo la presentaré a las 18:30 en la librería Gigamesh de  Barcelona.

Si andáis por Asturias, el 27 de febrero presentó Galatea en Gijón. El sábado 21 de marzo la presentaré a las 18:30 en la librería Gigamesh de Barcelona.

Mila está en acogida en un piso de estudiantes, que ojalá fuera una práctica más común

A Camila la conocen como Mila en la protectora. Es una cachorrona de ocho meses a la que no se le puede poner ningún pero:

Es una perra sociable con todo tipo de perros, tremendamente cariñosa y muy obediente. Asiste a clases de socialización de cachorros y trabaja como perra «terapeuta» con personas discapacitadas. Está acostumbrada a vivir en piso pero también pasa temporadas en una finca.

Pero Mila se va haciendo mayor sin encontrar un hogar y además es de tamaño grande, así que necesita un empujón extra en forma de difusión desde este blog (y desde vuestras redes sociales tampoco le vendría mal), para que encuentre una familia que la quiera para siempre.

Mila apareció abandonada cuando tenía dos meses con su hermana Luba, que también está en adopción. Está acogida en un piso de estudiantes en Lugo. Me cuentan que en esa ciudad no es raro que los estudiantes acojan animales. Y me parece estupendo. Ojalá los dueños de los pisos no fuera tantas veces tan tiquismiquis y fuera una práctica más extendida.

Ya os he contado muchas veces que los cachorros, los animales enfermos, los deprimidos,mlos ancianos… Necesitan con frecuencia salir de la protectora y estar en un hogar, para crecer bien socializados y sabiendo comportarse, para evitar enfermedades, fríos o calores excesivos.

Nunca sobran los hogares de acogida, en ninguna provincia.

Contacto:maria.mariqui@gmail.com

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¿Habéis visto qué bonita es? ¿Y habéis visto el precioso paisaje tiene al fondo? Pues es la Ribeira Sacra lucense y aprovecho para traer aquí un plan perruno muy recomendable y que probablemente se repetirá si hay demanda suficiente,

Se llama Finde Perruno por la Ribeira Sacra Y detrás está una animalista que nos regala los ojos a diario desde sus distintas redes sociales (@comandoggalicia Y Robaliza en instagram) con imágenes de los paseos que hace por esa maravillosa zona con sus cinco perros mestizos.

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Feliz San Valentín a los que aman a los animales. A los que los maltratan espero que también les maltraten el corazón

Feliz San Valentín a los aman a los animales. Feliz San Valentín también a los que no los aman pero son lo suficientemente consecuentes como para no tenerlos.

A aquellos que los maltratan y abandonan, sólo espero que también les maltraten el corazón, si es que lo tienen, cosa que dudo.

Los que maltratan personas sé bien que no lo tienen. Y en muchos casos comenzaron maltratando y abandonando animales.

Y, por favor, no regaléis animales a modo de capricho por San Valentín. Adoptadlos siempre a conciencia, tras ponderar la responsabilidad que supone. Una responsabilidad de muchos años y sobre la que debe reflexionar la persona que la asume.

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Linda y Yago tienen dos y nueve meses, son cruce de Chihuahua y Yorkshire, hermanos de distinta camada. Estaban con una persona que no los podía mantener y los ha cedido a Lasa Animal.

Están en Brenes, Sevilla.

Linda tiene 9 meses y pesa 3kg. Yago tiene 2 meses y es también muy chiquitito. Son cachorritos buenos, sociables y juguetones.

Contacto: adopcion.lasanimal@gmail.com