Archivo de enero, 2015

Un galgo con abrigo

El despertador sonó por segunda vez y decidió que ya tocaba levantarse. Apartó la funda nórdica para enfrentarse al frío primero y a otra jornada de instituto después. Por suerte contra el frío tenía el batín. Era viejo, feo y le quedaba algo grande, pero también era suave, caliente y había pertenecido a su padre. Contra el instituto solo le quedaba el consuelo de que en cuatro meses se acabaría para siempre.
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Bien mirado, su desayuno no resultaba demasiado apetitoso. Le gustaba el café con leche tan lleno de galletas que se convertía en un extraño yogur marrón y templado que había que comer a cucharadas. Le importaba poco que no fuera bonito. En verano prefería cereales con leche bien fría. Su madre, en cambio, se preparaba unos desayunos a los que apetecía hacer fotos en lugar de comérselos. Últimamente le había dado por prepararse tostadas de pan de pueblo, un kiwi o unos cuantos frutos rojos y un té verde. En lo que sí coincidían ambos era en desayunar sentados y tranquilamente.

Logan le miraba tumbado desde el suelo, con la cabeza sobre las patas delanteras, los ojos opacos y la baba humedeciendo el suelo.

– Si no fuera por esa manía de babearlo todo serías el perro perfecto –

El viejo pitbull alzó la cabeza del suelo.

– Claro que vete a saber lo que opinas tú de mí. Seguro que crees que te doy pocas chuches, apenas te rasco la barriga y soy un tirano por no dejarte ya dormir en mi cama. ¡Es que ahora se te escapa el pis, tío! –

Cuando se fue al baño dudando si ducharse o no, sintió al perro levantándose y siguiéndole. Alguna vez que Manu había estado en casa había comentado lo raro que debía ser tener constantemente a Logan pegado a sus talones, la verdad es que Martín no se daba ni cuenta. Había crecido teniendo dos sombras, una de ellas peluda y de treinta kilos.

– Mierda. Pues no va a haber ducha, no me da tiempo – dijo quitando el post-it que su madre había pegado en el espejo.

“Gracias mamá, si hoy no se acerca nadie a mí porque huelo mal será por tu culpa”, pensó mientras buscaba el desodorante. “Tú no llegaste tarde al trabajo, pero yo me he quedado sin mi ducha. A este paso pronto te dejaré sin esa ventaja trampa de los 8.000 paseos. Porque Logan se morirá antes, que si no era cosa hecha”.

Según lo pensó, se arrepintió. Era indudablemente cierto que a Logan no podían quedarle muchos años. Era necesario ir mentalizándose de que en cualquier momento les daría un susto, lo había hablado con su madre. Pero no le gustaba recordarlo y mucho menos utilizarlo bromeando, aunque fuera únicamente consigo mismo.

Se lavó los dientes y la cara a toda prisa, ignoró cordialmente su pelo como venía haciendo desde que a los dos años comenzó a tener algo digno de ese nombre en la cabeza, se vistió a toda velocidad y cogió la correa.

– Vamos campeón, que me toca a mí bajarte –

Los coches estaban helados. Era una de esas mañanas de rascar cristales antes de arrancar. Se subió el cuello del abrigo y se acercó a la plaza que había junto a su casa, un rectángulo con unos cuantos bancos, una estatua absurda y vagamente fálica (un mal que aquejaba a muchísimas las esculturas modernas), algunos escuálidos arbolillos urbanos y una zona de la que en verano salían chorros de agua del suelo para solaz de las avispas, que no de los niños para los que supuestamente se había construido. Le quitó la correa a Logan, jugándose una multa si le veían con un pitbull suelto aunque dicho perro potencialmente peligroso fuese el equivalente en vigor físico a un nonagenario, y le siguió lentamente mientras husmeaba, orinaba y daba vueltas hasta encontrar la postura propicia. Sacó una bolsa negra del bolsillo y retiró la primera obligación del día de su perro. Era una cochinada reconocerlo, pero lo cierto es que en días así de fríos incluso agradecía recoger la caca de Logan. Estaba a punto de lanzar la bolsa con la plasta agradablemente cálida a una papelera cuando vio a otro perro saliendo de su portal. Era un galgo enorme de color canela que parecía flotar dentro de un tupido abrigo negro para perros, lo llevaba una chica muy bajita, con gorro y una bufanda gigantesca y de la que apenas se veía la nariz roja del frío.

Conocía bien a todos los perros y a todas las chicas de su bloque y de las puertas vecinas, y tanto el galgo como ella eran nuevos. Decidió hacer lo que él llamaba “la prueba del pitbull” y se dirigió derecho a ella para ver si cruzaba la acera, daba la vuelta o directamente sujetaba al perro con terror.

Nada de eso, afortunadamente. Se limitó a echar un breve vistazo a Logan y dejar que los perros se olisqueasen con el interés justo.

– Hola –

– Mmmm – contestó ella sin mirarle y siguiendo su camino.

Dejó a Logan comiendo la primera de sus dos raciones de pienso y corrió para intentar alcanzar a Manu, lo logró casi ya en la puerta del instituto.

– ¡Eh! ¡Anda qué esperas! –

– Te esperé un par de minutos en la esquina, pero hacía demasiado frío. Tenía que moverme-

– Podías haberte movido más despacito. O haber mirado el móvil –

– Si hubiera ido despacito no hubiera entrado en calor, y el móvil no funciona con guantes –

– ¡Joder! Espero que nunca te toque tener que irte a vivir a Noruega o a Canadá- replicó riendo y convirtiendo su aliento en un denso vaho blanco.

– Pues no lo descartes, que no he cambiado de idea respecto a estudiar biología, y ya sabes cómo está aquí el patio – rio Manu también.

– Hoy es uno de esas mañanas de dragones – dijo Martín exhalando de nuevo y luego rugiendo lo justo para no parecer un niño de Primaria – ¿lo recuerdas? –

– ¿Cómo lo voy a olvidar? Nos encantaba jugar a convertirnos en dragones. Lo que no recuerdo es que pasara tanto frío entonces –

– No hay ningún misterio, cuando éramos niños más pequeños nos movíamos más –

Tal vez espoleados por el frío, llegaron con tiempo de sobra a la clase, que estaba congelada. Quitaban la calefacción de noche y se notaba, aunque pronto haría calor allí dentro, en parte por todos los cuerpos que en breve habría compartiendo un mismo espacio. Manu se fue a la mesa que solía ocupar, más cerca de la pizarra y al lado de su amiga del alma Nuria. Martín se incrustó como pudo en su pupitre de la penúltima fila. ¿Qué sentido tenía tener el mismo tamaño de mesa con diez años y casi con dieciocho?.

– ¿Cuándo vas a decidir tirártela? – dijo Andrés señalando con la barbilla el cogote de Manu. Andrés era de esa gente que no decía ni hola ni adiós, simplemente aparecía y desaparecía.

– Mira que eres bestia. Manu es sólo una amiga –

– ¿Y qué pasa? ¿Las amigas se desintegran cuando las tocas? La tienes en bandeja si quieres –

– No quiero. Y no está en la bandeja de nadie –

– A este paso vas a llegar virgen a la universidad –

– Como tú, no te jode. Y como casi todos –

– Tú mismo, cada uno se consuela como quiere –

No podía decirle que Manu era una amiga, que no tenía otro interés en ella y que no quería complicarse la vida ni hacerla daño. Eso no era algo que le sirviera a Andrés para otra cosa más que para tomarle el pelo. No iba a descartar que lo había pensado en alguna ocasión. Era un adolescente y era heterosexual, lo suyo era al menos planteárselo una vez con todas las hembras de la especie de entre quince y treinta años con las que se encontrase. Y los tres rollos que había tenido no habían salido demasiado bien. Por suerte Laura ya no estaba en el instituto y no se la encontraba nunca cuando salía. Para una flamante universitaria los viejos garitos de siempre debían saber a poco.

Decidió cambiar de tema.

– ¿Sigues decidido a estudiar derecho? –

– Sí, claro –

– Pues te vas a comer los mocos, que lo sepas –

– Menos mocos que tú, que no sabes todavía lo que quieres. Y estamos casi en febrero –

– Te pareces a mi madre, déjame en paz- dijo Martín pensando que el cambio de tema le había salido rana.

Por suerte en ese momento llegó la profesora de historia contemporánea dispuesta a ahondar en la situación existente a comienzos de siglo en Europa que acabaría desencadenando la Primera Guerra Mundial.

Historia le molaba un huevo, era probablemente su asignatura favorita. Pero ni se planteaba estudiar eso. Si en Derecho estaba la cosa de encontrar trabajo complicada, estudiando algo como Historia no quería ni imaginarlo. No le apetecía tirar cuatro o cinco años de su vida a la basura. En el fondo le daba la impresión de que eso es lo que sucedería independientemente de la carrera que eligiese. Tal vez aún no sabía dónde meterse precisamente por esa sensación de que estudiar una carrera no valía para nada.

Desde su sitio veía a Manu tomando apuntes, se distrajo observando el bamboleo de su coleta oscura. Ella tenía clarísimo desde hacía años que quería estudiar biología. Igual que tenía clarísimo el libro y la película que se llevaría a una isla desierta, que el verde era su color favorito y que quería seguir en clase de Historia aunque lo suyo fuesen las ciencias. La envidiaba.

Cerró brevemente los ojos e hizo un esfuerzo por zambullirse en el Imperio Austro-Húngaro.

***

– Te dejaste la taza del desayuno sucia sobre la mesa, la toalla húmeda encima de la cama y el pijama y la bata tirados en el suelo del dormitorio. No puedes ser tan desastre –

– Ni me di cuenta mamá-

– Nunca te das cuenta. Tienes que empezar a espabilar. No te pido que limpies, aunque tendría derecho a hacerlo, que yo trabajo y me ocupo de la casa y tú solo de estudiar. Pero no te pido que limpies, solo que recojas un poco lo que usas, que no me empantanes más de lo necesario la casa – dijo su madre doblando la falda que acababa de planchar y colocando su camiseta de los Timberwolves sobre la tabla de planchar.

– Creo que Logan ya no es el único perro del bloque. Hoy he visto antes de ir al insti a un chica con un galgo – últimamente no paraba de dedicarse a regatear el balón en las conversaciones.

– Tal vez estaba de visita –

– ¿A las siete y media de la mañana? –

– Vale. Puede que sea del segundo en el que vivía el señor Marcial. Tal vez sus hijos lo hayan vendido o alquilado, aunque desde luego no han hecho obra –

– El piso estaría bien –

– Mira que lo dudo. El señor Marcial llevaba allí diez años viviendo solo, desde que se quedó viudo. Debe ser el típico piso de personas mayores y necesitar una reforma como el comer – su madre desenchufó la plancha y comenzó a doblar la camiseta.

– Por cierto, mañana por la mañana también te toca a ti bajar a Logan –

***

Esta es la segunda entrega del folletín animalista que estoy publicando en este blog todos los viernes. Una novela por entregas con la que quiero aprender y experimentar una nueva forma de escribir. Quiero hacer una buena novela juvenil, apta para todos los públicos, con el marco de la protección animal para dar a conocer y concienciar sobre esta realidad. Continuará el próximo viernes, si no podéis esperar ya sabéis que podéis comprar mi primera novela, Galatea, una novela de ciencia ficción solidaria con los perros y gatos abandonados, ya que la mitad de los beneficios irán destinados a ellos.

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Liv es una galguita de unos siete u ocho años a la que encontraron mientras corría por la carretera con una cuerda de pita alrededor del cuello. Está llena de bultos que habrá que extirpar y analizar y con la boca completamente podrida. No tuvo la suerte de tener un buen amo.

Contacto para su acogida o adopción: adopcionesbaasgalgo@gmail.com

La ansiedad por separación es responsable de muchos abandonos

IMG-20140523-WA00171El otro día hablaba en Twitter con Ricardo Antón, animalista bilbaíno, educador canino y autor del altamente recomendable blog Educando a mi perro sobre la ansiedad por separación. En sus diferentes grados y manifestaciones, es una causa de muchos abandonos. Y no se dice con frecuencia, pero es cierto que los perros adoptados tras haberlo pasado mal, tras haber sufrido abandono y malos tratos, tienen más posibilidades de tenerla.

No soy amiga de esconder la realidad, sino de poner soluciones.

No obstante, cualquier perro puede tenerla o desarrollarla. Mudanzas, vejez, problemas de salud… pueden desembocar en este problema.

Cualquier propietario de un perro, cualquier persona interesada en tener un perro debería saber lo que es, cómo ponerle freno desde el primer día y entender los mecanismos que lo provocan.

Y saber que se puede solucionar, pero es necesaria mucha constancia y mucha paciencia.

No es la primera vez que trato este tema en este blog, que ya tiene una década, pero hoy lo recojo de nuevo con las recomendaciones de Ricardo:

Pautas para el tratamiento de la ansiedad por separación

La ansiedad por separación es uno de los problemas más comunes que presentan nuestros perros hoy en día y viene motivada por el aumento del número de perros que conviven en nuestras casas y su gran dependencia de nosotros.

Los perros que muestran ansiedad por separación normalmente acompañan a su dueño a todas partes, han tenido compañía humana continua, pueden haber sido abandonados, se refugian en el regazo del dueño frecuentemente, se excitan cuando se prepara para salir y exageran sus saludos al volver a casa; en definitiva, suelen ser perros muy dependientes.
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En este artículo quiero dar unas pautas para corregir este problema tan común.

PAUTAS DE TRATAMIENTO

Antes de irnos:

  • No despedirnos del perro, ya que generamos una expectativa de relación que frustramos bruscamente al marchar.
  • Ignorar al perro un rato antes de irnos (10 o 15 minutos).
  • Poner juguetes interactivos en los lugares donde suele realizar las malas conductas.
  • Agotar al perro antes de realizar salidas largas.
  • Ponerle la comida al irnos, de esta forma y después de haber hecho ejercicio su cerebro se pondrá en «formato» descanso.

Cuando volvemos:

  • No hacer caso a sus saludos hasta que se tranquilice.
  • Retirar los juguetes interactivos.

En casa:

  • Simular salidas preparándonos como si nos fuéramos (abrigo, llaves…).
  • Alargar las expectativas de vuelta hasta hacerlas languidecer. Para ello podemos realizar un programa de ausencias preparadas con tiempos progresivamente más largos: lo que tardemos en ir al ascensor y volver, en ir al portal y volver…
  • No dejar que nos siga a todas partes.
  • Enseñar al perro a permanecer quieto tumbado hasta que se relaje y mantenerle así frecuentemente.
  • No premiar con cariño, juego o comida actitudes dependientes como apoyarse en nuestro regazo.
  • En casos extremos podemos enseñarle a estar en una jaula o transportín y que vea ésta como un lugar seguro y tranquilo donde permanecer.
  • En general, buscar que el perro vea en la casa un elemento de seguridad, no sólo en nosotros.

Si tienes un perro con ansiedad por separación pon en práctica estas pautas para tratar el problema, y recuerda que sólo con trabajo y paciencia se consiguen resultados.

Los perros que acompañan el texto están en adopción en SOS Bilbao.

Al menos murió con un nombre

Se acerca febrero, se acerca el mes del miedo de los galgos, de los podencos, de todos los perros de caza y sus cruces.

Se acerca febrero, el mes mas frío del año, el que congela miles de corazones.

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No nos queda más consuelo que ese: haberle puesto un nombre a esta pobre podenca tras fallecer y haberle proporcionado todo lo necesario para que tuviera una muerte digna.

El domingo por la noche teníamos un aviso de una perra atropellada por un coche en una carretera de nuestra ciudad, en la Avenida de Libia.

Una compañera que se encontraba trabajando acudió inmediatamente al lugar y se encontraba con la estampa.

El animal tras el accidente se quedó inmóvil en el acto. La familia que iba en el coche no pudo esquivarla y el golpe fue mortal.

Se llevó de urgencias a la Clínica Veta donde la atendieron nuestros veterinarios. Horas más tarde, recibíamos la noticia de que no pudiendo superar las heridas, HADA fallecía de un traumatismo craneoencefálico.

No queremos que esta perra sea un simple número y quede en el olvido. HADA era una preciosa podenca con toda una vida por delante. Era fruto de un cazador que la desecharía, sin microchip como siempre, cuando ya no le sirvió. Es la historia de la mayoría de los animales abandonados, así terminan. Por muchos que rescatemos, más se abandonan. Es el resultado de una legislación que no funciona contra el maltrato animal.

Damos las gracias a nuestra compañera Ángela por intentar hacer todo lo posible por salvar a HADA. Esta vez no ha podido ser, pero el consuelo para todos nosotros es que no murió agonizando bajo la fría noche invisible a todos. Siempre te recordaremos HADA.

En la protectora El amigo fiel de Córdoba no pudieron más que despedir a esta pobre perra con un nombre y unas caricias, pero allí albergan muchos otros podencos, perros de otras razas de caza y sus cruces esperando una segunda oportunidad. Y son animales magníficos, sociables, agradecidos, robustos y hermosos.

¿Les daremos algo más que un nombre antes de morir?

Contacto para adoptar, acoger o apadrinar: informacion@amigofielcordoba.org

Joy y Ela, dos bóxers abandonados a los que han rescatado en los huesos

Estas dos preciosidades, una pareja de bóxers macho y hembra llamados Joy y Ela, fueron rescatados hace poco más de veinte días en el lamentable estado que podéis ver en las imágenes. Famélicos, desorientados, inseparables y abandonados a saber por qué. Tal vez juguetes rotos, tal vez descartes de algún mal criador. Lo que está claro es que su suerte tiene que cambiar.

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Se encontraban desde hacía días deambulando por una vía de servicio en grave peligro de morir atropellados o de hambre, porque son un saco de huesos.

Ya están a salvo, se le han hecho pruebas y analíticas por el grave estado en el que se encuentran y Joy (el macho) ha dado positivo en leishmania aunque en los resultados de su analítica general se ve que sus riñones, hígado… están en buen estado.

En estos veinte días ya se han recuperado mucho. Han ganado kilos suficientes como para que no se vean dolorosamente sus costillas. La leishmania del macho no es ningún inconveniente. Ya os he contado en alguna ocasión que mi abuelita está como un roble y lleva al menos diez años con ella a cuestas.

Son perros caseros. Son muy cariñosos y pasean muy bien con la correa. No saben estar el uno sin el otro y están intentando que sean adoptados juntos.

Los bóxer son tradicionalmente una de esas razas especialmente cariñosas y juguetonas, ideales con niños. Joy y Ela lo confirman como se puede ver en los vídeos.

Están en Cádiz, pero se enviarían a otros lugares de España con seguimiento y contrato de adopción. Se entregan esterilizados, que nadie pretenda sacar negocio con ellos.

Contacto: 622 31 50 62 chipidogchipiona@hotmail.es

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El tiempo se agota para Bu, un cachorro de gato con inmuno

Hace más de diez años ya que encontré a un precioso gatito naranja y blanco, claramente abandonado en un pinar. Cachorro de unos siete meses, se intentaba frotar contra las piernas de todos los humanos que estiraban y calentaban en una zona cercana al parking antes de salir a correr. Lo recogí, unos amigos lo acogieron y resultó tener inmunodeficiencia felina, algo que hace mucho más complicado encontrar una familia para un gato. Aquellos amigos lo adoptaron definitivamente y Florentino lleva desde entonces con ellos, haciendo gala de una personalidad (gatonalidad) de las que dejan huella y sin el menor problema de salud.

Un gato con inmuno viviendo en el interior de un hogar, bien atendido, tiene todas las papeletas para vivir una vida larga y sin problemas.

Aún así, los gatos que aparecen con esta enfermedad, solo transmisible entre gatos, se las ven y se las desean para tener la misma buena suerte del viejo Floren.

Así está ahora Bu, un gatito inmuno de apenas cinco meses procedente de una colonia al que recogieron cuando tenía casi tres meses.

Os dejo lo que me cuenta la persona que lo ha recogido.

Lo hice porque observé que estaba tristón y se iba quedando más pequeño que sus herman@s. Pensé que siendo tan guapo, no sería difícil encontrarle casa cuando se recuperase (ya había «colocado» unos cuantos gatos de la misma procedencia a amigos y conocidos)

El peque superó sus problemas digestivos (había tenido parásitos, inflamación, anemia…); luego tuvo moquitos y reaccionó mal al antibiótico; descubrimos que era inmuno… En fin, que hemos peleado mucho, pero él es un auténtico campeón y ahora, con cinco meses, está fuertote, feliz y lleno de energía. Pero no se puede quedar conmigo.

En estos meses se han interesado por él varias personas, pero la inmunodeficiencia ha sido una limitación muy importante. Algunos tenían ya perros o gatos, o vivían en el campo, y a otros directamente les desanimó saber lo que implica. Hubo una persona muy comprometida y deseosa de adoptarlo, pero que probablemente no estaba atravesando un buen momento personal.

Bu es un gato común de capa siamesa, adaptado a los humanos y a vivir en un piso pequeñito. Quiere jugar y jugar, mimos y jugar. O sea, un gatito que no para, un payaso, un gamberro… y un encanto. Lo normal a su edad.

El tiempo se agota para Bu, por un lado porque se acaban los recursos para tenerle en acogida y por otro porque se va haciendo cada vez más mayor. Dejar de ser un cachorro es ver como una importante ventana de oportunidad se cierra.

Está en A Coruña, aunque se podría trasladar a otro punto de Galicia o incluso a Madrid.

Contacto: gemadela@hotmail.com

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Un perro viejo, un perro bueno

-Tienes la sonrisa de Bruce Willis en Luz de luna

Intentó hacer memoria. Era un actor de acción, uno ya viejo. ¡Ya sabía! El de La jungla de Cristal. Pero no era capaz de ponerle cara. Era calvo, eso sí lo tenía claro. Y no lo recordaba muy guapo. De Luz de luna ni idea. Sonaba cursi.

-No tengo ni idea de qué me estás hablando mamá-

-Una serie de televisión que ponían cuando yo tenía tu edad. Tienes la misma sonrisa de pillo que Bruce Willis. La misma que ponías a los cinco años cuando habías hecho alguna trastada o querías mis patatas fritas. Irresistible–

Suspiró resignado, solo un poquito. Cosas de madres supuso. Una mezcla entre querer subir la autoestima y verdaderamente creer que sus hijos son tan guapos como listos.

Probablemente en este caso es verdad que era tan guapo como listo. Es decir, andaba justo tanto en una cosa como en la otra.

-Venga, baja a Logan que dentro de poco se le va a escapar el pis. Deja de buscar excusas-

Martín cruzó una mirada con el perro, que parecía saber que estaban hablando de él. Estaba tumbado en el pasillo, justo al lado de un radiador absurdo. ¿A quién demonios se le podía ocurrir poner un radiador en medio de un pasillo? Al menos Logan le sacaba algún provecho.

-Eres tú la que pones excusas, yo me he limitado a decir que ya le bajé esta mañana-

-Tener que hacer la cena no es ninguna excusa. Y yo le he bajado durante todos los años que eras un mico y no me atrevía a dejarte salir solo a la calle. Si quieres echamos las cuentas. Así a ojo a tres paseos al día me salen más de mil paseos al año, que durante siete años en los que tú eras un enano son unos ocho mil paseos que te saco de ventaja. Toma y bájale– dijo cogiendo la correa de nailon y sacudiéndole en broma con ella.

-Ese cálculo no vale para nada, antes te repartías los paseos con papá, no los hacías todos tú– replicó él con su mejor sonrisa de Bruce Willis mientras se agachaba para ponerle la correa a Logan, que ya se había puesto en pie y sacudía la cola con su mejor sonrisa del equivalente perruno a Bruce Willis ¿Rex? ¿Rintintín? y aparentaba cinco años menos de los que realmente tenía. No había mejor tratamiento para rejuvenecer a un perro que disponerse a salir a la calle.

-Sí, y ahora contigo. Y no creía que también me vería discutiendo con mi hijo por cosas así. No seas tan adolescente, anda. Y no te olvides de la basura-

En cuanto se deshizo de la basura se colgó la correa de la muñeca y metió las manos en los bolsillos. Había bajado el móvil, las llaves y un par de bolsas para recoger sus cacas. En condiciones climatológicas menos adversas estaría metido en su teléfono, viendo alguna red social, haciendo fichajes futbolísticos imaginarios o diciendo tontadas por whatsapp. Con el frío que hacía aquella noche no se atrevía más que a jugar con la carcasa en el interior de la cazadora.

-Una vuelta rápida y a casa, ¿vale colega? Tampoco creo que a ti te apetezca andar mucho-

Logan se detuvo tranquilamente a olisquear un triste arbolillo urbano y alzó tanto la pata que casi pierde el equilibrio. Los cuartos traseros también estaban comenzando a fallarle.

Era un perro viejo y era un perro bueno. Más bueno que viejo, y eso que tenía el equivalente en años de Matusalén. Su padre se había presentado con él en casa cuando Martín iba a empezar el primer año de infantil y ahora estaba en su último año antes de comenzar la universidad. Catorce años eran muchos años en un perro de ese tamaño. Logan era un pitbull negro y blanco, uno de los grandes. No tenía ni idea de dónde lo había sacado su padre, pero sí que recordaba que su madre había puesto el grito en el cielo. No por tener un perro, que en eso estaba de acuerdo, sino por la raza. Le daba algo de miedo lo que podría pasar al juntar a un trasto de cuatro años con un animal tan potente. El miedo de su madre duró poco, Logan siempre fue un perro sociable, tranquilo y equilibrado que medía sus fuerzas de manera exquisita al jugar con él y que nunca tuvo el menor problema con otros perros. El miedo de la gente con la que se cruzaban fue otro cantar. Estaba acostumbrado a las miraditas, a ver cómo la gente se cambiaba de acera, se alejaba de ellos con sus perros o se sentaba en la mesa de la terraza más alejada de la suya. Injusto y absurdo. Más absurdo aún que poner un radiador en medio de un pasillo. Todo aquello solo había cesado cuando Logan se convirtió en el anciano que era ahora, algo pasado de peso, de andar lento, ojos nublados y rostro canoso. Algo en los perros ancianos despertaba en mucha gente la misma ternura que los cachorros.

Tal vez con la gente pasara algo parecido.

-Ahora soy yo el que estoy en esa fase en la que alguna gente se cambia de acera y se sienta lejos de mí y mis amigos– le dijo a Logan mientras abría el portal.

Subió los tres pisos por las escaleras intentando adivinar qué había para cenar en las casas de algunos de sus vecinos. Últimamente siempre tenía hambre.

Logan ascendía trabajosamente tras él, las uñas repiqueteando en las losas.

***

Esta es la primera entrega del folletín animalista que voy a ir publicando en este blog todos los viernes. Una novela por entregas con la que quiero aprender y experimentar una nueva forma de escribir, una historia con el marco de la protección animal. Continuará el próximo viernes en este mismo blog. Aquí os espero. Y si no podéis esperar ya sabéis que podéis comprar mi primera novela, Galatea, una novela de ciencia ficción solidaria con los perros y gatos abandonados, ya que la mitad de los beneficios irán destinados a ellos.

Neira es una cruce de amstaff joven, sociable y apta para una familia con niños. Está en Cantabria. Contacto: sospitbull@hotmail.es y adoptasospitbull@gmail.com

Martina apareció llena de mordeduras y metida en un saco

La semana pasada fue noticia que Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados había acordado condenar por primera vez la zoofilia con una pena de tres meses a un año de cárcel (buenas noticias, aunque la pena sabe a poco), aunque no castigaría a los organizadores de peleas de gallos o perros. Sí a los propietarios de esos perros.

El diputado de ERC, Joan Tardá, que fue quien propueso introducir esta pena, ha denunciado que no se vayan a castigar las organizaciones de peleas de animales. Según Tardá, los delitos de maltrato animal se han quedado «cortos».

Un endurecimiento del código penal que sabe a poco. Mirad a Martina, probablemente víctima de esos tarados que disfrutan viendo a unos perros destrozarse. Los que lo organizan también merecen ser sancionados.

Martina apareció en diciembre herida y metida en un saco en un pueblo de Córdoba en un estado lamentable. Tenía abierta la piel a causa de mordeduras (según el veterinario) y en estado de shock, han tenido que coserla, además presentaba pequeñas mordeduras por otras zonas de su cuerpo. En Arca de Noé de Córdoba, la protectora que la recogió, no saben de dónde ha salido ni quién le ha hecho esto.
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Ahora Martina ya está recuperda y adaptada a vivir en un hogar. Es preciosa como podéis ver en las fotos. «Es toda una señorita educada, con una pose digna de una princesa».

Martina necesita un hogar definitivo.Pesa apenas unos ocho kilos y se lleva muy bien con otros animales.

Contacto: elarcadenoecordoba@gmail.com

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Seis perros encasquillados en la mala suerte

Hoy os traigo seis perros de una misma protectora que opera en Madrid y Guadalajara que buscan su segunda oportunidad. Seis perros a los que les está costando encontrar ese hogar y que merecen toda nuestra ayuda en forma de difusión para forzar su suerte.

Se llaman Arya, Tamy, Lupo, Ozzy, Samsa y Day. Los seis están en en APAMaG y tras los enlaces tenéis sus historias.

Todos ellos se entregan con su cartilla al día, todas sus vacunas, identificados, desparasitados, esterilizados y con contrato de adopción.

Contacto: adopciones@apamag.org 644490072

Arya es una despampanante cruce de mastín de unos tres años. Lleva ya mucho tiempo  aunque ha habido muchos interesados, al final nadie se ha terminado de enamorar.
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Tamy es una podenquita de tamaño pequeño (unos nueve kilos) que pasó por varias protectoras antes. Tiene muchísimo miedo, pero es un encanto. Tiene unos seis años.

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Lupo es muy jovencito, apenas dos años. No lleva en la protectora tanto tiempo como Tamy pero también tiene muchísimo miedo.

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Ozzy salió de la perrerera con un mes en septiembre de 2013 y aún sigue en adopción. Interesados de verdad solo ha tenido uno, pero encontraron otro perro y se echaron para atrás. Es un perro extraordinario de verdad.

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Samsa y Day son un caso bastante difícil. Las encontró una voluntaria hace un año. Aunque están acogidas en sitios distintos, tienen verdadera pasión la una por la otra y son encantadoras. Por eso, aunque es muy complicado, quieren encontrar para ellas un hogar en el que puedan estar juntas.

Samsa es una podenquita de apenas siete kilos y muy buen carácter, aunque necesita volver a confiar en los humanos.

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Day podría ser su hermana perfectamente.

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Un folletín animalista

10917336_537130566390177_5200948382819262547_nProbablemente ya sabréis que ya tengo Galatea recién publicada, mi primera novela de ciencia ficción solidaria con los perros y gatos abandonados. La segunda, En la sala de espera, está terminada. Y estoy a punto de zambullirme en la tercera novela, una distopía que ya tengo a la mitad pero cuya escritura interrumpí.

Pero hay una cuarta historia pujando por salir con la protección animal como fondo y eje. Y no quiero hacerla esperar.

Puede que sea una locura consecuencia de los virus, pero estoy decidida a intentar escribir esa novela simultáneamente a razón de un post todos los viernes en este blog. El primero, este mismo viernes.

Me apetece explorar esa forma de escribir por entregas que ha dado al mundo tantos buenos libros, ahí están los de Dickens o Victor Hugo, aunque yo no aspiro a tanto. Con aprender, divertirme y entretener me conformo.

¿Me seguiréis todos los viernes si me embarco en este experimento?

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Telma es una perrita muy joven, tiene apenas tres años, rescatada por la protectora aragonesa Alborada. Ni ella ni sus tres cachorros han logrado un hogar, una casa que les libre de las noches heladas en el refugio. Es de tamaño mediano y muy buena, sumisa y cariñosa. En cuanto la llamas está panza arriba pidiendo caricias. «Está rodeada de chicotes y ella es una señorita muy dulce», explican los voluntarios de Alborada.

Contacto: protectoraalborada@gmail.com

Gaucho salió de un infierno y solo busca amor

1836814_811689908843064_1630270163791780468_oEsther es una de esas personas que no mira a otro lado cuando se encuentra con un animal que necesita ayuda. Por eso hoy voy a intentar ayudar desde este blog a que encuentre un hogar para Gaucho, un perro al que recogió de la calle hace ya demasiados meses y que mantiene en una residencia.

Gaucho es cariñoso, sociable y joven, se lleva bien también con gatos. Necesita un hogar. Hay un evento en Facebook llamado ‘Gaucho salió de un infierno y solo busca amor’, el mismo título que he decidido poner a este post, con mucha información, vídeos e imágenes, pero de momento os dejo con lo que cuenta de él Esther.

El 17 de mayo de 2014 mi padre me avisó a eso de las 8 de la mañana que había un perro en la plazoleta, parecía perdido. Bajé con una salchichas y una correa, y fue fácil cogerlo. Creía que llevaba collar, pero era un cinturón de hombre viejo y cortado. Lo llevé al vete y no tenía chip.

Lo subí a casa, pero mi perro no tolera otros machos y le atacó un par de veces. Por suerte, no le hizo nada. Tendría ya unos 8 meses.

Una persona me comentó de una casa de acogida pagada y hablé con ellos. Lo llevé allí y mientras lo publiqué en páginas de animales perdidos. Una chica me dijo que conocía a los dueños y que sabía que lo habían echado a la calle, que no lo trataban bien porque igual le pegaban que lo dejaban sin comer. Por supuesto, no quise buscarlos, a saber qué le habrían hecho.

A pesar de todo no tiene miedos. Está ya castrado, vacunado y con chip.

Es cariñoso, muy cariñoso. Se lleva bien con mayores, niños, cualquier perro e incluso gatos. Hicimos la prueba, en su evento puse los videos.

Ya está más tranquilo y pasea bien con correa. Allí no vive mal, pero está en un recinto, en casetillas y son muchos.

Cuando voy a verlo se alegra mucho pero cuando me marcho llora. Cada vez lo lleva peor. Echa de menos una familia propia.

Contacto: estherbernalr@yahoo.es 637 371 806
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