Para los que vivimos aquello de cambiar de canal con botones en la tele pudiendo elegir solo entre dos fue toda una revolución: Antena 3 comenzaba emisiones. La primera tele privada, una opción que sabía a futuro y modernidad.
En Antena 3 hemos visto la historia del último cuarto de siglo y algunos de los programas y series más míticos y carismáticos.
Ahora, cuando es la hermana mayor de todo un grupo de cadenas, es una referencia de cómo hacer tele sin estridencias. Tuvo el valor de deshacerse del morbo y renunciar a esa audiencia fácil. Y el tino para suplir esa pérdida con ficción de calidad y formatos de calidad.
Y eso viene, si se me permite la apreciación, de un equipo humano que sabe comunicar sin recelo. Y de eso trata la tele: de comunicar.