Sandro Rosell deja el club tras tres temporadas y media y un palmarés que se podría considerar brillante que cuenta cuatro títulos ‘grandes’: dos Ligas, una Champions y una Copa del Rey. Analizado fríamente, es un estupendo bagaje. A buen seguro que muchos culés, si no todos, firmarían esos éxitos en ese mismo periodo de tiempo de aquí en adelante.
Pero la sensación que deja no es esa, todo lo contrario. Cogió a un equipo campeón de todo, con la inercia triunfó al año siguiente, pero desde entonces da la sensación de que el equipo ha ido a menos y que la gestión del presidente ha estropeado una obra brillante.
Con todo ello, no es de extrañar que la reacción de muchos madridistas ante la decisión de Rosell sea de tristeza (lo consideran un ‘buen’ presidente para el eterno rival) y sean muchos los culés que no lamentan demasiado que se vaya.
Pero, ¿por qué todo eso? ¿Qué ha hecho más Rosell en estos algo más de tres años? Aquí sus seis grandes errores (y sin nombrar el ‘caso Neymar’…):
- Dejó escapar a Guardiola. Sin duda, lo que más le echan en cara al expresidente azulgrana los culés es que dejara escapar a Guardiola. Nunca tuvieron sintonía y Pep siempre se sintió demasiado solo y nada respaldado por la directiva tras la marcha de Joan Laporta. Tras dos temporadas juntos, al final el de Santpedor decidió tomarse un año sabático y después poner después rumbo a Múnich. La sensación es que Rosell nunca puso lo suficiente de su parte para que el entrenador más exitoso de la historia del Barça se quedara.
- Relación extraña con Messi. Otro al que no le han dado, en demasiadas ocasiones, el cariño que merece el que posiblemente sea el mejor jugador de la historia del club. Las palabras de Faus, denominándole “este señor”, una muestra más del poco tacto de la actual directiva.
- La no renovación de Abidal. Se le prometió que cuando estuviera sano tras su grave enfermedad se le ofrecería la renovación, pero cuando Abidal volvió y aseguró estar listo para jugar se decidió prescindir de él por las dudas sobre su rendimiento. Gesto simbólico más que dudoso, más aún teniendo en cuenta que ahora es el central titular del Mónaco y de la selección de Francia.
- Adiós de Víctor Valdés. Es uno de los mejores porteros del mundo y perfecto para el juego del Barça gracias a su gran manejo del juego con los pies, pero ni Rosell ni Zubizarreta fueron capaces de convencerle de que renovara.
- Tres años y medio buscando un central que nunca llegó. El Barça pide a gritos un central de jerarquía, pero la dirección deportiva del club fracasa verano tras verano en la búsqueda de ese defensa de garantías.
- Marcha de Thiago. Una cláusula excesivamente baja para la calidad del jugador provocó que el Bayern Múnich le arrebatara al Barça a una de sus joyas de la cantera. Estaba llamado a ser el sustituto de Xavi e Iniesta.