Fabio Coentrao me parece un buen lateral izquierdo, vaya esto por delante. Si, como sucede con su caso en el Real Madrid, es además el teórico suplente, le considero un fantástico recambio. Pero su cabeza no está, es una evidencia, y así es más un lastre que una ayuda.

EFE

El portugués ha sido durante mucho tiempo el muñeco de pim pam pum de prensa y aficionados, y las bromas sobre su calidad han sido una constante desde su llegada a Chamartín. Sus malos partidos a su llegada hace algo más de dos temporadas, que le pillaran fumando y ser de la cuerda de Mourinho formaron un triunvirato que le convirtieron en blanco de todas las críticas, en demasiadas ocasiones injustas.

La pasada temporada, con la lesión de Marcelo, ocupo la banda izquierda durante casi todo el curso y lo hizo con notable acierto. Rigor defensivo y buenas incursiones por la cal no hicieron que las bromas cesaran (se le espera siempre con el cuchillo entre los dientes) pero las frenaron en gran manera.

Con la marcha de Mourinho, el luso decidió que su etapa en el Real Madrid estaba acabada. Ancelotti le quería en el equipo, pues es un suplente de alto nivel, pero el jugador presionó al máximo para forzar su salida. No se fue al Manchester United por cuestión de minutos y, desde el verano, su participación ha sido testimonial, tanto por sus suplencias como por sus lesiones.

Recuperado ya de su lesión, y aprovechando la ausencia de Marcelo, fue titular en Pamplona. Su partido no fue nada bueno. Cuando la cabeza no está donde debe estar, el cuerpo no responde, y a Coentrao se le vio ausente durante todo el partido. Para rematar, una expulsión tonta a pocos minutos del final (y con 4-0 en el global de la eliminatoria) que le harán ser sancionado y perderse al menos el siguiente partido copero. Su actitud es injustificable y tener a un jugador así en el equipo no puede traer nada nuevo. Ancelotti debe sentarse con él y, si así no cambia nada, permitir su salida.