El sueño de una noche de verano en Cádiz: ser el mejor del mundo

«Quiero ser el mejor del mundo». Con esa declaración de intenciones, Robinho se despidió del Real Madrid tras tres años en los que siempre estuvo lejos de parecerse al jugador que deslumbró en el Santos y que maravilló en su estreno con la camiseta blanca en Cádiz. Nunca antes un jugador había ilusionado tanto en su primer partido, pero el desencanto posterior fue tan grande como la expectación que había generado con esos escasos 25 minutos en el Carranza.

Robinho con el Real Madrid

Robinho con el Real Madrid (ARCHIVO / EFE).

Ser el mejor jugador del mundo, veníamos diciendo, era la intención de Robinho cuando decidió irse en 2008 al Manchester City, por entonces un nuevo rico con todo por hacer y que pagó 42 millones de euros por hacerse con los servicios del brasileño, que todavía tenía ínfulas de convertirse en el nuevo Pelé. Se lo llevaban diciendo desde pequeño.

Un año y medio después, estaba jugando de nuevo en Brasil, pues no acabó de cuajar en Inglaterra. Pasó por el Milan con más pena que gloria, regresó de nuevo al Santos y su último destino es el Guangzhou chino, rival del Barça en el Mundial de clubes. Su buen papel en la Copa América que conquistó Brasil en 2007 es un logro que se antoja insuficiente para lo que se esperaba de él, no hay nada peor como que tu listón sea alcanzar a Pelé o ser el mejor del mundo.

Tiene 31 años, los mismos que Andrés Iniesta o uno más que Cristiano Ronaldo, para ponerlo en perspectiva. Mientras ellos siguen en la élite mundial, Robinho apura su vida deportivo en un fútbol ‘de segunda’ (eso sí, a cambio de 3 millones de euros por 6 meses), en las antípodas de lo que muchos esperábamos aquel 28 de agosto de 2005 en Cádiz. Cualquier tiempo fue mejor para el Madrid en tierras gaditanas.

4 comentarios

  1. Dice ser Martita

    Recuerdo ese debut como si fuera ayer. Vivía en Almería y recuerdo el hype máximo de la semana posterior hacia ese chiquillo escuálido brasileño. Se fue desmoronando poco a poco, algún rafagazo y al final nada.

    Quizás en buenas manos hubiese llegado a algo, pero como le pasan al 50% de los brasileños, la familia absorvente y los amigos por conveniencia se los acaba cargando.

    16 diciembre 2015 | 20:05

  2. Dice ser chuecks

    deslumbró contra el cadiz!!! ui k cosa! esk el cadiz era mucho cadiz tan bueno como el milan o algo así… xfavor… fue otro fichaje k como siempre el madirdismo vendiendo k era el mejor del mundo y nada otro fichaje de mierda de florentino! y no aprende este año a quien fichara hazard, lewandoski, reus, pogba etc haran algo?¿ nose da igual? y de donde saca ese dinero xk el madrid apenas gana ni un titulo….. pero bueno mira xk no ficha a topdos los jugadores del mundo y ya esta? k fiche a 20millones de futbolistas y asi ganara… ya da asco este hombre y el madridismo con tanto despilfarrar pasta para nada, el barsa si gasta un paston (menos mucho menos k el madrid) pero almenos ganan todo año tras año…. este florentino es un puto cancer

    16 diciembre 2015 | 22:30

  3. Dice ser DR ZERO

    Si la promesa argentina era Messi,la brasileña era Robinho!!!! Una pena, porque me parece que en principio este chico tenía mucho mas potencial que incluso Neymar!!!! Era el sucesor natural de Ronaldinho!!!! Pero la vida nocturna le arruino por completo su carrera, como la mayoría de los otrora cracks de la canarinha..

    17 diciembre 2015 | 03:46

  4. Dice ser JM

    Le recuerdo una temporada (la que el Madrid ganó la liga con Schuster, que coincide con la primera foto del artículo) en la que Robinho destacó de sobremanera. De hecho, fue directamente responsable de que un recién fichado Robben jugase más bien poco. Desbordaba, asistía a Van Nistelrooy y el equipo lo hacía realmente bien. Sin embargo, la insistencia de Calderón en fichar a Cristiano Ronaldo (y la certeza de que había un preacuerdo, como así resultó ser) le sentó como un tiro y, presa de sus ambiciones, decidió emigrar. Yo, la verdad, esperaba algo más de la carrera de este chico. Pero al final, un bluf como tantos otros.

    17 diciembre 2015 | 09:24

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