Entradas etiquetadas como ‘vida’

La lista de cosas que cambiará tu vida

Estamos acostumbrados a hacer listas de lo que debemos hacer. Nos pasamos horas ordenando y planificando a corto, medio y largo plazo, tanto como lo que da de sí la vida.

Pero pocas veces -o ninguna- nos paramos a hacer listas de “lo que NO hay que hacer”, más difíciles de cumplir que las primeras, al menos en mi caso.

La disciplina es clave a la hora de tirar de un listado y me parece un excelente ejercicio elaborar una lista en negativo de aquello a lo que dedicar nuestro esfuerzo.

Esta manera de enumerar exige mayor profundidad que las listas que habitualmente hacemos, mucho más inmediatas y que generan una satisfacción similar a la de un azucarillo que enseguida se deshace en nuestro paladar, una vez las llevamos a cabo.

Os propongo unos minutos para pensar en vuestra lista de cosas que no hacer; escribidla y repasadla cada día. La dicha que puede ocasionar cumplir alguno de esos objetivos será más duradera que lo que hayáis imaginado con cualquier otra lista anterior.

Aquí va un pedacito de la mía:

  • No hacer nada que vaya en contra de mi intuición.
  • No dejar escapar las muestras de cariño que considero reales.
  • No perder la oportunidad de aprovechar más el tiempo con mis seres queridos.
  • No abusar de los tacos, pierden efecto.
  • No intentar razonar con las personas que no escuchan.
  • No olvidar cuidar la voz. Me ha costado mucho recuperarla.
  • No tocar el móvil mientras como, mucho menos si estoy acompañada.
  • No ser tan poco delicada cuando me piden que sea sincera.
  • No malgastar mi tiempo con personas a las que no les importo.
  • No sucumbir a mis miedos.
  • No esquivar los halagos. También los merecemos.
  • No dejar de valorar los detalles.
  • No perder la capacidad de sorprenderme.
  • No dejar de reír alto, esté donde esté.
  • No dejar de soñar, aunque el día se ponga del revés.

(…)

Es importante para mí tenerla muy presente.

¿A qué estáis esperando para hacer vuestra lista y ver cómo todo cambia?

Avec tout mon amour,
AA

A veces que te rompan el corazón es lo mejor que te puede pasar

Que te rompan el corazón deja una sensación de desamparo en uno mismo que parece imposible de reparar. Nuestro universo en ese momento tiene la fragilidad de una vasija de barro recién horneada que es preciso curar para que no se agriete y se haga mil añicos.

Quién no ha sentido que su mundo de papel se arrugaba en las manos de otro. En eso consiste el amor.

Cuando alguien te hace daño o no quiere saber de ti, al menos de la manera que tu deseas, los días se estiran como los de cualquier verano y las noches se hacen infinitas dentro de una cama que cuesta abandonar al despertar.

Nos manchamos los labios de chocolate para esconder la amargura -que con profunda certeza pensamos será infinita-, y mareamos los cafés con una cucharilla que pesa, sintiendo lástima de nosotros mismos.

Salir a la calle nos angustia y en las caras de desconocidos encontramos fugaces similitudes con esa persona que consigue que nos duela el cuerpo en sitios que no somos capaces de localizar.

Y, sin embargo, a veces que te rompan el corazón es lo mejor que te puede pasar, de hecho creo que merece la pena que alguna vez alguien lo haga. Es sano que ocurra en esa caótica etapa de la juventud en la que juras dentro de la camiseta de otro mientras alineas huesos de cereza en el borde de un plato, convencida de que cada paso sin esa persona será siempre una ventana a un precipicio, aunque otros besos al caer te enjuguen las lágrimas en segundos y consigan hacerte olvidar todo lo dicho. Aquello hace que te des cuenta de esa realidad paralela que crece como una enredadera donde tú sólo veías un muro, mostrándote a otras personas y experiencias que son las que te permitirán avanzar como persona.

Y aunque la vida no es justo que sea una carretera sin asfaltar, llena de baches, creo que el hecho de que las cosas no sean siempre fáciles hace que paladeemos más cada instante.
Es por ello que cuando falla el amor -aunque cueste dejar de escuchar música triste y refugiarse en la sombra de los recuerdos-, y a sabiendas de que la vida es una sorpresa continua, tenemos que estar preparados para encontrar los tesoros.

Por eso, querida amiga, decirte que hoy más que nunca has de pintarse los labios de rojo, sudar las penas en el parque y rodearte del bálsamo que ofrecen las sonrisas en torno a una montaña de puré de patata con mantequilla y algodón dulce.

Desconecta de las redes sociales. Algo bueno te espera, algo que hará que vuelvas a creer.

Hazme caso.

Avec tout mon amour,

AA

Mi reino por estar eternamente enamorada

(Anna Dart)

Hace unos días, mientras veía la entrevista que le hacía Risto a Cristina Cifuentes en Chester in Love, me quedé anclada en una respuesta que le dio la presidenta de la Comunidad de Madrid.

Tras preguntarle directamente: “¿Estás enamorada?”, ella contestó: “Probablemente de la misma manera en la que tú lo estás, no. Si quieres vivir toda tu vida en estado de enamoramiento puedes, pero tienes que hacerlo con diferentes personas”.

Y pensé en la verdad de esas palabras.

Al principio de una relación vives una realidad desenfocada y ciega en la que sólo deseas vivir de manera desbocada junto a la otra persona, cometer locuras, rozar su piel a todas horas y en cualquier lugar, sin temor a ser descubiertos, o alejar el mundo que te rodea y que envidia esa euforia que, cuando nunca se ha sentido, no se comprende.

Darse la mano es eléctrico, las miradas un acertijo que te empeñas en descifrar y el sonido de un mensaje en el móvil descabalga el corazón, como un beso. El amor inicial no tiene límites ni aristas y tiendes a idealizar cada palabra, gesto o sensación, la otra persona apenas tiene defectos.

Las almohadas te devuelven su olor, aunque su nuca jamás haya rozado esas sábanas, pasas horas mareando con una cuchara la taza esmaltada del desayuno y tus ojos son un charco de color que brillan más de lo normal.

Amar de esa manera es embotellar el sentido común y vivir con la boca seca y de puntillas todo el rato, continuamente apegada. La cordura que se te presuponía desaparece de repente y el aire es más denso cuando echas de menos, como si un nudo se apoderara de tu garganta y las horas pasaran mucho más lentas, sin él.

En esa fase en la que vives a kilómetros del suelo, alborotada, en la que descansas la barbilla sobre cualquier mesa abstraída y que puede durar hasta tres años, el amor es dolor, las emociones conviven flojas y un precipicio se abre bajo tus pies si se dicen cosas entre los dos que no se sienten y que electrocutan el alma.

Y, en medio del caos que es estar enamorada -tan terrible como precioso-, una no puede sentirse más feliz en mitad de una nube de polvos de talco y miles de fotografías de besos, afortunada de haber dejado atrás una existencia de grandes espacios vacíos, en los que faltaba de todo.

Y, aunque me fascina escuchar que hay gente que dice estar siempre enamorándose de la misma persona, yo no acabo de creerlo. Y es que en el momento en el que la resaca del enamoramiento pasa y los alfileres de la realidad apuntan hacia la pareja, es cuando cabe la posibilidad de construir esos cimientos que pueden llegar a ser eternos, cuando puedes sentir que el hogar está donde se encuentra la otra persona y cuando te crees capaz de superar cualquier contratiempo que te deparará la vida, por el mero hecho de estar juntos, segura de ir a caer una y otra vez sobre un colchón hinchable.

Aun así, que daría yo por estar eternamente enamorada…

Avec tout mon amour,

AA

La belleza de lo imperfecto

sombras

(Valero Rioja)

Es angustioso buscar siempre la perfección, y sin embargo nos pasamos la vida persiguiéndola, aun a sabiendas de que detrás de ella no hay nada, sólo el vacío y un eco sordo que nos deja fríos y sin motivación.

Pretendemos la excelencia a través de sacrificios, renuncias y exigencias que hacen que perdamos por el camino la belleza de lo imperfecto y lo incompleto, olvidando lo importante que es conservar la inocencia de lo que no se prepara.

En mi trabajo, por ejemplo, a veces tengo la impresión de que está todo tan editado para un resultado impecable, que no hay espacio para la improvisación o para que las cosas se rompan o caigan y así guillotinar la perfección glacial que deshumaniza. De ahí mi pasión por los programas en directo, porque lo maravilloso es casi siempre espontáneo, tiene aristas y está salpicado de errores.

Estoy convencida de que lo más especial de la vida no es perfecto y no puede controlarse, como un castillo de arena que no soporta las impredecibles olas, un beso que llega sin avisar y resulta maravillosamente torpe, un hermoso reloj parado o una taza de cerámica agrietada que cada mañana de invierno calienta el dormitorio helado.

Lo imperfecto es como beber vino en vaso ancho, y vivir ir perdiendo cosas y a personas sin las que jamás creíste poder continuar, un polvo huidizo del que nos arrepentiremos mañana, una palabra intrascendente para otro y que nos rompe, o sentir que haces lo incorrecto sólo porque otros esperaban lo contrario de ti.

Es mejor pensar en la vida así: parte milagro, parte locura. Lo perfecto es fugaz y olvidable; lo imperfecto, esa maleta a medio hacer cargada de dudas y perdones que pone los acentos a una vida y nos hace únicos.

Si nada resulta perfecto, en mis labios y en mi mente aletea un sincero… ¿y qué más da? La luna también tiene imperfecciones y a la gente le sigue fascinando.

luna

Avec tout mon amour,

AA

Carta a Pablo Ráez

IMG_3734

Desconectarse de las redes es una tentación, si no fuera porque éstas te sorprenden a veces con su versión más humana. Somos muchos los que hemos tropezado con tu cuenta, Pablo Ráez. Qué suerte haberte encontrado.

Para quienes todavía no te conozcan, les diré que eres un guapísimo malagueño de 20 años al que en marzo del 2015 le diagnosticaron leucemia. Recibiste un trasplante y te convertiste en todo un ejemplo de superación. Sin embargo, tras 10 meses limpio, volvías a recaer, con la diferencia de que, tal y como tú mismo explicabas hace unos días, esta vez no tenías donante de médula, puesto que el último fue tu padre y fue en vano.

Pasé toda una tarde escarbando en tu vida, en tus fotos, barriendo miles de comentarios que te abrazaban, empatizando con un chico que atesora un ejército de seguidores y que narra en primera persona cómo, de la noche a la mañana, su vida daba un giro de 180 grados. Es curioso como alguien, por la manera en que logra hacerse entender, sencilla y sincera, consigue crear un vínculo con la sociedad hasta el punto de que lo percibes como si formara parte de tu vida. Pareces mi colega, de esos con los que acostumbro a beber batidos de fresa y reír durante horas… y, sin embargo, no te he visto jamás. No en vano, has conseguido que afloren sentimientos en mí de toda índole, recupere sensaciones vividas (que nada tienen que ver con tu particular vía crucis) y recuerde lo que tantas veces me he repetido cuando las cosas han caído del revés: que debo aprender a valorar todavía más cada bocanada de aire.

Y es que a veces la vida es así de injusta y, como si de un ladrón de guante blanco se tratara, te arrebata lo que más aprecias. Y emociona comprobar cómo, ante un escenario aséptico y repleto de batas blancas -llevas más de 40 días ingresado-, nada ni nadie es capaz de robarte la sonrisa y te has convertido en el héroe de muchos y muchas que están pasando por una situación idéntica o similar, depositando todas tus fuerzas y tu empeño en conseguir que donemos médula y sangre.

Enamora que reivindiques, con una bonita y joven sonrisa, que en la enfermedad y en el día a día de cualquiera de nosotros haya subidas y bajadas, días buenos y días malos en los que no queda otra que aguantar el tirón porque pasarán y nos permitirán apreciar los buenos. Parece mentira que sea un chaval el que escriba todo esto. Te admiro.

Y, por todo ello, me siento tremendamente feliz de que hoy Marbella acoja la primera colecta de sangre y médula ósea (en la Parroquia Virgen Madre de Nueva Andalucía, entre las 17.30 y las 21.30 horas), gracias a todo el esfuerzo que estás haciendo, Pablo, y de esta manera puedan salvarse aquellos que, como tú, esperan un trasplante. Porque -tal y como dice esa chica que te adora y que se ha vuelto a enamorar de ti- con una simple donación de sangre das la vida y llenas de color los labios de un enfermo, con una de plaquetas evitas una hemorragia interna y con una donación de médula das larga vida al hijo, hermano, padre o madre de alguna persona de este mundo.

GRACIAS, Pablo. Y aunque el amor tal vez sí lo cure todo, recuerda que TÚ eres un guerrero de los buenos, de los que emocionan y de los que su lucha no cae en saco roto, como ya has demostrado.

¡Pero haznos un favor, sal ya, estamos locos por verte hacer el pino fuera del hospital!

Mucha fuerza, héroe. LO VAS A CONSEGUIR. Te seguimos dentro y te esperamos fuera.

IMG_3735 (2)

Avec tout mon amour,

AA

¿Te gustan grandes o pequeños?

fotoentrado

Un bolso es una ventana a nuestro mundo interior, más incluso que un repaso a la nevera o una ojeadita, a la velocidad de un velociraptor, a la estantería del baño de una de tus víctimas.

Con las tripas de un bolso puedes escanear a la persona que tienes delante y averiguar si es ordenada, precavida, aseada, promiscua, vive sola, tiene hijos, está enferma, tiene algún trastorno maníaco compulsivo, permiso de armas, conduce, tiene la regla, está obsesionada con quedarse sin batería, le salen inoportunos pelos negros, se va a quitar los tacones en un par de horas o su aliento es el de un ogro que vive junto a una ciénaga.

¿Te gustan grandes o pequeños? Yo tengo una teoría. Cuanto más pequeño es el bolso, más grande es el ego y más seguridad tienes en ti misma; una barra de labios, la cartera y las llaves te bastan y te sobran para comerte el mundo. Por el contrario, cuanto más grande es el bolso, mayor es la inseguridad y el miedo a prescindir de todo ello.

adrianabolso

Un bolso impactando contra el suelo desmonta la coartada que tanto tiempo nos ha costado crear para cosechar los halagos de quienes tenemos delante. En cuestión de segundos, coloca las cartas boca arriba y revela nuestro modus operandi, sacándonos los colores en más de una ocasión.

Lanzad al vacío todo lo que guardáis dentro, como si de otra se tratara y os daréis cuenta de cómo sois.

bolso

  • Las tiritas indican errores en cadena, pero si son de colorines (y no nude, para pasar inadvertidas) demuestran que “la individua” asume su torpeza con dignidad.
  • Una pistola descubre a una policía… o a una narcotraficante.
  • El spray de pimienta, unas nulas ganas de correr o un mal fondo físico.
  • Unos auriculares trenzados permiten entrever cierto miedo a acercar el teléfono a la oreja y sufrir de cervicales o radiaciones en el cerebro. Yo aquí me cuido muy mucho, bastante tengo con ser rubia.
  • Pañuelos de papel desperdigados nos hacen pensar en una alergia estacional o salidas demasiado frescas.
  • Un pintalabios rojo levanta las sospechas: o quiere mandanga o se cree un pibón. Nadie a su alrededor está a salvo.
  • Unas medias cortas son sinónimo de pies fríos y mala circulación.
  • Si hay fuego, la susodicha teme un alud, dejar pasar la oportunidad de ligar con un fumador o ha visto “Buried” y lo difícil que es hacer fuego en Supervivientes.
  • Unas pinzas de depilar sugieren un alto grado de peligrosidad. Es posible que se trate de una de esas mujeres que baja a la playa a sembrar el caos en la arena repartiendo microinjertos con su ADN.
  • Unas bailarinas ligeras apuntan dedos martillo con juanetes, mal de altura o berridos sobre un tacón.
  • Las cremas hidratantes advierten un inminente riesgo de resbalón de la propietaria del bolso al sentarse en una silla. Infalible, lleva tiritas.
  • Un bidón de agua termal de las montañas implica necesariamente que suda a mares, necesita fijar el maquillaje, viaja mucho en avión o tiene la piel sensible.
  • Amuletos: supersticiones varias. ¡Ojo cuidao!
  • Un rollo de papel higiénico denota una mentalidad ahorradora (si se ha agenciado de él en el Sturbucks de al lado de casa) y previsora (nunca se sabe cuándo puedes necesitarlo y tiene múltiples usos, entre ellos aumentar sin decoro la talla de sujetador, si las circunstancias reman a favor)
  • Un condón solitario, si se han borrado las letras del plástico que lo recubre, indica un atasco importante; si es de apariencia seminueva, denota un alto grado de atracción hacia la persona a la que va dirigido, el cual va a tener la gran suerte de contar con unas bragas de “caída fácil”.
  • Un cable para cargar el móvil: el interlocutor pasará a un segundo plano, porque la persona en cuestión es una yonki del smarphone. No tiene previsto hacerle mucho caso… También es posible que tenga pensado pasar muchas horas fuera de casa, en cuyo caso el condón seminuevo nos dará la pista.
  • Bebidas vegetales: es intolerante a la lactosa, tiene las tripas revueltas o ama su salud y la de las vacas por encima de todas las cosas.
  • Los tampones y algodones alados lo dicen todo. Los tiempos son caprichosos y, si el interlocutor no tiene los exquisitos gustos de Hannibal Lecter y no desea desmontar falsos mitos en torno a la regla y el sexo, conviene estar al tanto de la situación de cara a bombear sangre.
  • Unas gafas de sol, dependiendo del estilo, reflejan una manera de ver el mundo allá afuera.
  • Una pieza de fruta, envuelta en papel de aluminio, destapa cualquier operación bikini, un mal tracto gastrointestinal que debe ser solventado de manera inminente o un dulce hábito saludable en situaciones límite.
  • Un poco de chocolate derretido, a medio disfrutar, destapa placeres culpables, vicios inconfesables y una buena dosis de fogosidad.
  • Un paquete de tabaco, con sus calaveras incluidas, traiciona a una fémina de dientes amarillos, escaso poder olfativo y demasiadas películas en blanco y negro reproducidas en VHS. Son chimeneas con curvas.
  • Un power ranger blanco (en su versión chinese y encontrado en las dunas de Fuerteventura) descubre a una auténtica cazatesoros, de las que valen la pena tener cerca. Es gente de fiar.
  • Un pequeño Cristo Redentor rozando con sus brazos la tela del bolso deja entrever a una persona emocional, con amigos de verdad que se acuerdan de su caótica dueña a kilómetros de distancia. Mejor no meterse con ella, porque pueden aparecer en manada para defenderla.

Lo que más feliz me hace es saber que vosotros, hombres, estáis empezando a llevar también bolsos, de esta manera tendremos muchos más datos para hacer también nuestras averiguaciones.

Bolsos al suelo… ¡Y a fisgonear!

bolsotumbada

Avec tout mon amour,

AA