Da igual los kilómetros que hayáis recorrido en avión, no sabes lo que es volar hasta que no bajas al sur y te encuentras cara a cara con el levante.
Una está acostumbrada a mirar el tiempo, pero no el viento. Así que, con una maleta que bien podría ser el camión de la mudanza, puse rumbo a los anaranjados atardeceres de otros años y a la tierra de los rebujitos, las palmas y el atún rojo.
Con alegría andaluza nos plantamos en El Cortijo, un hotelito precioso al que siempre que puedo voy y en el que olvidas con demasiada facilidad que el verano no es eterno, que las chanclas no son los nuevos tacones y que a los mostos no les gusta la capital.
El viento silba por ahí abajo a veces con tanta fuerza que la cordura no dura. Hasta en tres ocasiones probé a acercarme al agua del océano mientras me engullía una nube dorada que daba latigazos en la piel. Cegada por miles de castillos de arena e ilusiones deconstruidas, volvía a recluirme en la piscina de la azotea del hotel en la que llegué a bañarme vestida para que el peso de la tela me permitiera tocar fondo y no levitar.
No es una leyenda si os digo que Zahara de los Atunes custodia un cementerio de objetos perdidos por culpa de las corrientes de aire. En él me lloran unos calcetines mojados a los que les perdí la pista tras dejarlos en la silla de la terraza, mi gorra favorita que quiso emprender un incierto viaje por el ancho mar o el cargador del móvil (aquí la culpa fue sólo mía).
Y a punto estuvo de abrir el camposanto sus puertas a mis brazadas en el mar, pero ayer, antes de desayunar, conseguí llegar hasta orillas del Atlántico gracias a la tregua que me brindaron las tormentas de arena en lo que entendí que era una despedida. Como no llevaba puesto el bikini, acabé de nuevo hecha un charco, con pantalones incluidos, en una inmersión que emulaba la purificación de un alma en el Ganges, pero sin detritus, sin músicas de flautas y cornetas, sin camellos o elefantes, si acaso algún perro lejano.
No podía abandonar mi bella Cádiz sin pasar por la piscina de Cantora a hacerme unos largos. A medio camino entre Barbate y Medina Sidonia paré en seco el coche y me apeé, muy decidida, con mi tabla de surf y la toalla del hotel (no quería que por mi culpa pusieran más lavadoras, que bastantes trapos sucios han tenido que lavar ya fuera de casa). Deseosa de compartir unos gazpachitos y un buen ibérico con Isabel Pantoja, me dispuse a hacerme con un par de entradas del que será su primer concierto en septiembre.
Así que puedo afirmar que vuelvo de mis vacaciones más gitana, más folklórica y más ventilada.
Y no preguntéis. Lo que pasa en Cantora, se queda en Cantora…
Avec tout mon amour,
AA
Eres la mas DIOSA, lo mejor de la vida, lo mejor de la tele y la sonrisa que cura todo
16 agosto 2016 | 10:32
Qué súper bien te queda lo recortado. El aductor apuntando a pussy y la nalga amaneciendo como precioso solete por detrás, agüita, súper linda.
Qué preciosa es la feminidad libre. Qué belleza, chica…
Gracias por pintar de preciosidad el mundito.
16 agosto 2016 | 13:09
Los bodys recortados tipo bañador deberían ser prenda de a diario para andar por la calle.
El ser humano habla de amor a l anaturaleza, a la belleza, y niega la expresión mayor, esa que duerme en la femenina esencia. Musas portadoras de luz liberadora preciosa y que cubran con cuadraditos negros para hacerla pasar por hermosa. Qué tristeza de mundo ése que pone sombra, capa y muro a las rosas.
16 agosto 2016 | 13:12
Esa falda mojada pegada al atractivo culo. ese posado en bikini al borde de la piscina. seguramente aqui vemos mucho mas que el pobre gilipollas que miraba entre las cortinas de un probador. pero aquello era gravísimo claro, esto no.
16 agosto 2016 | 18:12
AY si te pilla la pantoja. no le hace ascos a una buena moza segun dicen las malas lenguas de mentes enfermas.
16 agosto 2016 | 18:14
Por amor a la naturaleza y a la belleza habría que crear ropas de vapor de tela y brisa de agua que descubran lo precioso del cuerpo femenino y liberen esa luz de las corazas antinatura. Lo digo porque en la foto de la pisci a ropa mojada estás… mejor que con telas opacas que niegan esa guapa naturaleza. Y sin tabú, marcando incluso cameltoe sin pedir permiso a nadie, como debe ser.
http://www.taxidrivermovie.com/pictures/kendall-jenner-081616.jpg
16 agosto 2016 | 19:37
Mira, Adriana. Lady Gaga en braless por la calle.
Estas son para mí las mujeres potentes, rompedoras, fuertes, avanzadas, libres, maravillosamente evolucionadoras, superando lso tabúes impuestos contra el cuerpo femenino de manera injusta y muy bestia durante siglos.
http://static2.egotastic.com/data/images/galleries/000/031/666/lady_gaga_cleavy_braless_show_in_nyc_01-e7a5aa10.jpg?1471459383
18 agosto 2016 | 00:39