Un microrrelato por día y cada uno de 150 palabras. Ni una más, ni una menos.

Un acordeón invisible

El mimo apoya su pierna sobre una silla invisible para comenzar a tocar un acordeón que tampoco puede verse. El público observa desde que el artista se apoyó minutos atrás sobre una pared transparente, y utilizó una soga imaginaria para acercarse a una hermosa señorita. Se concentra, pliega el alargado instrumento y en ese movimiento se escucha un sonido. El mimo, con el rostro totalmente cubierto de maquillaje blanco, actúa tan sorprendido como el público y con gran curiosidad, separa nuevamente sus manos. Esta vez el tono es más armónico y el artista, experimentando con su extraña facultad, comienza a hacer sonar el instrumento hasta que un policía invisible se le acerca y le informa que está prohibido hacer música en la calle. El mimo, decepcionado, guarda el instrumento en un supuesto estuche, pliega la silla ficticia y se aleja caminando, no sin antes inclinarse para saludar al público inexistente.

12 comentarios

  1. solo ha faltado que el post tambien fuera invisible.

    14 octubre 2010 | 11:54

  2. Dice ser antonio larrosa

    Pues no le veo el que ni el como. Empezaré a pensar a ver si le veo alguna posibilidad a tan misterioso post.

    Clica sobre mi nombre

    14 octubre 2010 | 12:25

  3. Dice ser Metamorfosis

    No hay nada que suene mejor que un acordeon invisble. Lo imagino tocando el «Vals de Amelie» de Yann Tiersen, por las calles de Paris. Seguro que allí el público no sería invisible, y los gendarmes pasarían por su lado muy serios, pero no le pondrían una multa…

    14 octubre 2010 | 13:11

  4. Dice ser Penélope G.

    Un mal día de trabajo sin dudas. Lástima que justo cuando se escuchó la voz del bandoneón, no había nadie ahí para disfrutarlo.

    14 octubre 2010 | 13:44

  5. Dice ser Penélope G.

    Ups!! Acordeón!!

    14 octubre 2010 | 14:15

  6. Dice ser ana...

    ahhh… la cantidad de veces que me ha tocado andar por la vida tocando instrumentos que nadie oye 🙂

    Marisa te di una respuesta pero en «Misión rescate» de hace dos dias

    Saludos a todos especialmente Walter y Xulita

    14 octubre 2010 | 14:28

  7. Dice ser Payo

    Si un árbol cae cuando no hay nadie cerca, ¿hace ruido?

    14 octubre 2010 | 14:33

  8. Dice ser xulita

    ana…A veces ni siquiera se oye el sonido de nuestras palabras.
    Bonito el relato de hoy,Walter.
    Aunque no sé porque a mí los mimos me ponen triste. Y su música también. 🙁

    14 octubre 2010 | 17:23

  9. Dice ser antonio larrosa

    Planeta invisible
    Después de dos años de navegar a la velocidad de la luz habíamos arribado a un planeta muy extraño. Era este un planeta sin luz, un mundo nuevo al que a pesar de faltarle la luz de alguna estrella, como pasa en casi todo el Universo estaba siempre en la sombra y nunca jamás desde la Tierra ni desde ningún otro planeta de los que habíamos investigado estaba descubierto ni figuraba en ningún mapa cósmico. La verdad es que a pesar de encender nuestras linternas nada se iluminaba, la atmósfera absorbía la luz y no podíamos ver aunque si oír como una inmensa algarabía, coches que circulaban por doquier, gentes que en extraños idiomas hablaban y hasta ladridos de animales que tampoco podíamos ver ni tan siquiera adivinar como eran. Empezamos a estar muy, pero que muy preocupados al comprobar que ni nosotros nos veíamos, solo podíamos oírnos y basándonos en ello procurábamos hablar constantemente y cogidos de las manos, decidimos regresar al cohete para regresar rumbo a otro destino, lo malo fue que sufrimos un accidente y se rompió la cadena que nos unía, quedando los cuatro compañeros tendidos y heridos en el suelo de aquel invisible planeta.
    Uno de nuestros compañeros falleció mientras alguien de aquel planeta a bordo de un vehiculo magnético volante era trasladado a un especie de hospital invisible, donde también fuimos llevados los demás y curados por personal también invisible.

    A los pocos días fuimos trasladados a un sitio en el que nos gritaban cosas incomprensibles. Intentamos comunicarles que en nuestra nave teníamos un scaneador de idiomas pero como no nos entendían y no sabíamos como hacerlo decidimos escapar, buscar la nave y huir, pero la cosa no era tan fácil. No teníamos ni idea ni de donde estaba la nave ni tampoco donde nos encontrábamos nosotros, nos alimentaban a base de agua y pastillas, lo que parecía ser suficiente y aunque aquellas pastillas no eran como las de nuestra nave que nos las enviaban cada día desde la Tierra recién hechas, por radio transporte, nos dejaban completamente satisfechos.
    No podemos hacer nada, estamos completamente perdidos, esta gente invisible de este planeta invisible no nos entiende y me figuro que tendremos que permanecer aquí el resto de nuestras vidas.
    Y cuando mas desesperados estábamos ocurrió el milagro. Un medico nos iluminó con una especie de pistola láser que emitía un rayo violeta lo que nos pareció asombros pues a partir de ese momento con aquella especie de pistola por fin pudimos ver cosas, los habitantes de aquel lugar a pesar de ser como nosotros no tenían ojos. otro día trajeron a un mimo , era un mimo que habían detenido en la calle tocando una especie de acordeón, pues parece que allí la mendicidad estaba prohibida, y con su sistema de señas a los pocos días ya podíamos saber como comunicarnos con aquella gente que resultaron muy amables y que vivian en aquel sistema porque su forma de comunicación era a través de ondas que lanzaban automáticamente , como hacen los murciélagos, bueno Tres meses después fuimos a la nave siempre en compañía del mimo que nos servia de interprete y nos despedimos de aquella gente regresando a la tierra profundamente dormidos y metidos en nuestros compartimientos de congelación . El viaje que fue automático duró exactamente dos años luz, y cuando arribamos a nuestro planeta nadie ni los mejores sabios creían lo que les contábamos y menos cuando les dijimos que uno de nosotros había fallecido , pues éramos cuatro, los mismos que figuraban en el registro de vuelo aunque uno no tenia los ojos y se la notaba muy inquieto , porque no entendía a nadie.

    Clica sobre mi nombre

    14 octubre 2010 | 21:05

  10. Dice ser PEDRO MORENO

    Muí profundo y sentimental el post al menos así le percibo yo. Me recuerda a época de vacaciones, que es cuando fundamental mente, más, en contactos se está con estos magos de la interpretación y el lenguaje corporal. Para mí son verdaderos artistas comparables a charló, los hermanos Max el gordo y el flaco y otros muchos Americanos que por no saber escribir sus nombres en ingles no los reflejo. Lo siento por acordarme de estos personajes antediluvianos en estos momentos se me vienen a la memoria como los personajes más comparativos con los actuales mímicos, aparte que por imperativo de la edad mi memoria ejerce gran tirón hacia los personajes de principios de mi infancia. Por ejemplo (charló) aun habiendo pasado el zenit de su carrera artística, y popularidad, también llegaron hasta mí sus maravillosas películas mudas que como si se tratara de una cinta magnetofónica quedaron grabadas en los recuerdo de mi primera infancia, aun habiendo pasado ya bastantes años de la creación de dichas películas
    SALUDOS

    14 octubre 2010 | 22:03

  11. Dice ser Al S.de Gomaranto

    Hay mimos que todo el día lo pasan
    en la calle ofreciendo arte.
    A cambio de muchas miradas,
    alguna que otra sonrisa,
    y pocas, muy pocas monedas,
    ya que las que suelen echarles.
    Siempre son las más pequeñas,
    de las de menos valor,
    las más insignificantes..
    A veces los he observado
    a lo largo de toda una tarde.
    Al recoger los donativos,
    a penas habían un par de Euros
    contando también la calderilla.
    Entonces me pregunto,
    ¿Por poco que consuman,
    cómo podrán vivir con eso?
    ¿Si cuando llegan a sus casas
    haciendo mimos antes la mesa,
    por mucha imaginación que ellos le pongan
    sin plato, ni comida,
    no pueden llenar la panza, la barriga.

    14 octubre 2010 | 23:27

  12. Dice ser cacolain

    Todos estamos solos, al fin y al cabo.

    15 octubre 2010 | 11:14

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