La cantante Taylor Swift retiró a principios de mes todos sus discos de Spotify, a pesar de que, según el servicio de streaming, sus temas están (estaban) en 19 millones de playlists y 16 millones de personas habían escuchado sus temas en los 30 días anteriores.

¿Qué ha ocurrido desde entonces? Pues que el efecto rebote -es decir, la búsqueda inmediata de contenido por el que no hay que pagar- ha hecho que YouTube se lleve todas las atenciones.

Según datos de la consultora Nielsen, las reproducciones de vídeos de Swift, tanto los oficiales como los de contenidos subidos por los propios usuarios, han experimentado un crecimiento significativo.

Por ejemplo, las visualizaciones del single Shake It Off han llegado a crecer un 120%. Este gráfico es más que concluyente: