140 y más 140 y más

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Comer con los ojos y en las redes sociales

La cocina y las redes sociales se están haciendo cada vez más amigas.

No solo porque los usuarios compartan constantemente lo que comen o elaboran en sus casas (sí, ya sé qué a veces es cansino y excesivo, y lo digo tanto por la cantidad como por la calidad), sino porque los profesionales están aprovechando muy bien las posibilidades de Internet para explicar qué hacen y cómo lo hacen, pero también para darse la mano con sus clientes y seguidores, presentes y futuros.

Suelo estar al tanto de los perfiles en redes sociales de varios restaurantes, cocineros y críticos gastronómicos, pero lo mio es pura afición. Los sigo en Twitter, Facebook e Instagram, fundamentalmente, aunque algún blog hay por ahí. Cada uno aporta algo diferente y, entre todos, satisfacen mi curiosidad en torno a este tema. Las opciones son muchas y bastante interesantes.

¿Ejemplos? Mugaritz y sus concursos de fotografía, José Andrés y sus viajes por medio mundo, Nada Importa y sus experiencias sin adornos, Robin Food y sus obscenidades culinarias, etc. Aunque los sigo a todos con fruición y, por supuesto, están más que recomendados, hoy os hablaré de tres sugerencias concretas que creo que os llamarán la atención:

El restaurante.

Lakasa es un lugar muy acogedor. Está al cargo de César Martín, profesional que ha pisado antes lugares como Arce o La Abacería de la villa. No me detendré en la comida, que es fantástica, pero sí en las redes sociales, de las que se ocupa Riki F. Callejo. El restaurante, que está en Madrid, se mueve en todas. Tiene perfiles en Facebook, Twitter, Pinterest, InstagramYouTube, Linkedin y hasta en Spotify.

Dentro de su web tienen un blog, hacen de repente un storify, nos cuentan en fotos qué pescado han encontrado en el mercado o nos enseñan en vídeo cómo funciona la cocina cuando tienen el local hasta arriba. Y sonriendo. Hace un par de días incluyeron en su web un rincón para blogueros. Tienen vídeo-recetas y se preocupan porque cada red social tenga su dedicación.

 

 

No replican los mismos contenidos en todos los perfiles, o al menos de una manera que aburra al usuario. Interactúan y, sobre todo, da la sensación de que se enteran de lo que pasa más allá de su cocina. Hasta organizan debates en Facebook -red en la que yo les sigo más- y tienen un plato con hashtag. Además de los perfiles oficiales, algunos de los cocineros hacen también de las suyas. ¿Saturación de lo 2.0? No, ni hablar.

 

El cocinero.

Gaston Acurio es peruano, colecciona premios y tiene un montón de restaurantes, entre ellos, Astrid y Gastón, aunque no para de abrir locales por todo el mundo. Es muy activo en Facebook y suele hacer partícipes de sus seguidores en redes sociales de sus continuos viajes. Tiene la friolera de casi 600.000 followers en Twitter y en sus timelines no faltan las fotos.

Yo había oído hablar de ellos hace un tiempo, pero ha sido ahora cuando me he aficionado a leer sus recetuits. En su cuenta personal de Twitter, el cocinero lanza desde hace meses sin parar y de forma intercalada con otros mensajes o replies, pequeñas recetas bajo el epígrafe de ‘recetuit’ (pido desde aquí una almohadilla). Platos en 140 caracteres sin literarura, al grano.

 

 

El bloguero.

Carlos Maribona es otra de las personas a las que me he acostumbrado a leer en redes sociales, concretamente en Twitter. Tiene un blog muy conocido en Abc.es llamado Salsa de Chiles. Es crítico gastronómico desde hace 20 años, pero eso no ha sido óbice para que las redes hayan entrado en su día a día. Da noticias, hace críticas breves y recomienda sitios, además de responder a usuarios.

Es una buena opción para descubrir sitios en Madrid, aunque viaja bastante, por lo que no se ciñe solo a la capital. Recuerdo que en verano, si no me falla la memoria, pasó por Asturias. Su contenido está muy centrado en su trabajo y se agradece de vez en cuando leer un ‘no me gusta’ o un ‘ya era hora’. Me consta que se le tiene respeto en muchas cocinas.