140 y más 140 y más

"It's the end of the world as we know it (and I feel fine)" Michael Stipe

¿Te ha atrapado la serie ‘El Ministerio del Tiempo’ en sus redes?

El Ministerio del Tiempo me captó ayer.

Las promos de TVE sugerían algo diferente. Las referencias que me vinieron a la mente, solo viendo esas imágenes previas -y así lo apuntan hoy Verne y Bluper-, señalaban directamente a La liga de los hombres extraordinarios (aunque no está precisamente entre mis películas preferidas), y después vinieron el Ministerio de Magia de Potter, Matrix y otras.

No es mi papel hacer una crítica, que para eso ya está Jesús Travieso, aunque diré que me entretuvo y que me reí con algunos de los guiños casi surrealistas que deslizó el guión. Así que he decidido ya mismo que veré el segundo capítulo, porque podré comprobar, además, si aquellas cosas que no terminaron de convencerme evolucionan bien.

 

 

Según Kantar Media, El Ministerio del Tiempo fue el martes el segundo programa del día más comentado en esta red social.

Por lo que vi, hubo más de un hashtag, entre ellos el oficial (#MdT1) y el que usamos al final buena parte de los usuarios (#ElMinisterioDelTiempo), que -lo reconozco- apenas leímos sobre el tema los días antes.

La cuenta creada para la serie, @MdT_TVE, hizo alguna que otra llamada a seguir su etiqueta, aunque después terminó tuiteando con las dos y el día después aún lo hace. A veces es mejor sumar, aunque ya han lanzado hashtag para la semana que viene: #MdT2.  

 

 

La actividad en redes está siendo frenética. La cuenta ha aprovechado el tirón de ayer y continúa alimentando el entusiasmo del estreno. Por cierto, que he visto que TVE ya ha cambiado de día la serie, será los lunes y un poco antes, a las 22.15 h. Rodea así a la competidora Bajo sospecha -era una pena que coincidieran y así lo han manifestado muchos espectadores- y llena el hueco dejado por Velvet.

Sigamos con las redes. La cuenta @MdT_TVE, con más de 5.000 seguidores (lejos aún de los 78.000 de Velvet, pero démosle tiempo), aportó durante la emisión algunos datos de contexto, histórico y de la ficción, lanzó microvídeos con escenas ya vistas, explicó datos de los personajes, repitió algunas de las frases más tuiteadas, etc. También contestó dudas, hizo retuits a mansalva…

Y siguió con contenidos extra, como el making of y entrevistas en directo. Está claro que se han provisto de suficiente material para no dejar morir la serie enseguida –on line-, aunque creo que hoy están tan embriagados que ¡parece que no van a parar! La expectación causada, no obstante, lo merece un poco, ya que la onda expansiva está siendo bastante potente. Si consiguen mantener el interés, el lunes obtendrán resultados.

 

 

Me gusta que hayan apostado por extender el tono de la serie a las herramientas.

Es decir: las noticias en web están firmadas por la «secretaría de comunicación del MDT»; hay una cuenta de Instagram privada (de momento, con algo más de 250 seguidores) que, aparentemente, ofrece contenido diferenciado a aquel que sea admitido (interesante la gestión de esto, ¿harán una selección de la gente? ¿tendrá el mismo tirón que otras redes?); y hay un grupo de WhatsApp solo para 10 seguidores, de los que cinco irán cambiando semanalmente.

Facebook (más de 7.500 likes) lo están aprovechando para obtener un feedback más reposado, y han optado por no actualizar la página con la misma frecuencia con la que están usando Twitter (menos mal). Hay, asimismo, un foro en la web.

El despliegue, por tanto, es de alabanza, aunque me debato entre una sensación de estar un tanto abrumada y otra de entender perfectamente la estrategia de enganchar a los fieles. En cuanto al sentido de los comentarios que pude apreciar en Twitter, creo que esta vez los groupies ganaron a los haters, y eso, visto lo visto, es todo un triunfo. Ah, el capítulo de ayer ya está colgado.

MDT

*Foto: RTVE.

10 comentarios

  1. Dice ser Antonio Larrosa

    La serie es fantástica y tiene un argumento genial, pero la interpretación me pareció muy pobre,hablaban como maquinas, sin pasión, como aburridos, creo que destrozaron la obra deliberadamente, pues son muy buenos actores.

    Aunque mañana fuera el último día de mi vida, hoy seguiria tratando de venderos mis asquerosas novelas antoniolarrosa.com .

    25 febrero 2015 | 21:12

  2. Dice ser La-Vetada

    Me ha encantado!!
    Argumento de desintoxicación frente a tantas series de zombis,zombis y mas zombis,o series de videojuegos!!

    El guiño de Rodolfo con curro jimenez,me sacó una sonrisa sincera,y el alatriste,brutal…ella es la que me deja un poco ,como que le faltan tablas,pero eso corrige con rodaje!!

    Creo que llegará lejos!!!

    Por mi parte,y todos los que la vimos,chapeau!!ENHORABUENA

    25 febrero 2015 | 21:45

  3. Dice ser fer

    me entretuvo…….y deseando ver mas………….buen argumento fresco

    25 febrero 2015 | 23:58

  4. Dice ser frankales

    A la serie le faltó ritmo pero vi cosas interesantes como para ver el segundo capítulo.
    Eso si, por favor, ALGUN DIA LOS ACTORES JÓVENES ESPAÑOLES APRENDERÁN A VOCALIZAR?
    no se les entiende la mitad de las frases, parece como si hablaran en coloquio vecinal y entre ellos, POR FAVOR, aprender de los clásicos.

    26 febrero 2015 | 07:42

  5. Dice ser ana

    No está mal.
    Siempre he pensado q las pelis o series españolas deberían ser, igualmente, dobladas. Porque a parte de «Alatriste» a unos cuantos otros es difícil entenderlos. Un poquito más d expresividad y vocalización. En ese aspecto me gusta más el teatro.

    26 febrero 2015 | 10:03

  6. Dice ser mari mar

    Pues sí, atrapada.

    26 febrero 2015 | 10:17

  7. Dice ser albitaguapa2

    yo no sabía que había tanto sordo, se entiende todo perfectísimamente

    26 febrero 2015 | 18:33

  8. Dice ser nekane

    infantil!, nos tratan como niños!, no os habéis fijado que últimamente todo lo que se dirige al público masivo lo hace?
    el futuro cruzando simplemente el umbral de una puerta???, ja,ja
    hasta yo con tres años tenía una imaginación más lúcida!

    28 febrero 2015 | 11:57

  9. Dice ser patricia

    UNA SERIE FASCINANTE¡¡¡ el unico problema es que va dirigida a gente inteligente y con sentido del humor, y parece ser que no hay tantos.

    05 marzo 2015 | 15:39

  10. Dice ser Anacronismo y mercadotecnica, un nuevo-viejo capítulo televisivo

    Ni me ha atrapado esta serie en las redes ni en la TV, medio cuya calidad es cada vez más ínfima. La supuesta gracia en el cruce y sucesión de anacronismos queda desinflada, hay que decirlo, por un cásting muy mejorable, donde una vez más se intenta explotar el boom de la aparición de las estrellas televisivas de los últimos tiempos en España, salidos de la cantera de esa paupérrima y superflúa serie que se tituló Al Salir de Clase, en un ejercicio realmente fallido, cuyo reparto es tan plano como previsible.

    Vaya por delante, que a pesar de las aceradas críticas que se concitan en torno al cine patrio en los últimos tiempos, sigo pensando que sigue habiendo buenos realizadores/as, y -cada vez menos. pero los hay- unos/as pocos/as buenos/as intérpretes en el panorama artístico español, pero no es menos cierto, que casi todas las producciones cinematográficas realizadas por algunas cadenas de tv privadas de nuestro país, son una sucesión de productos mediocres en la inmensa mayoría de los casos, destinadas a un público televisivo hambriento o sediento de tramas lacrimógenas, efectistas, alienantes o folletinescas (de ahí los cástings que las nutren, plagadas de caras nuevas, atractivas, conocidas por sus intervenciones en teleseries juveniles, en la inmensa mayoria de los casos -Física y Química y productos artificiosos y planos, similares), que carecen de calidad en sus guiones y de talento en sus interpretaciones, por no hablar de sus campañas autopromocionales, donde se hace énfasis en la identificación de dichos productos con la «cultura europea».

    Películas como «Historias del Corazón», «El Abuelo», «Volver», «El bola», etc, sí son merecedoras de un reconocimiento especial por parte de los/as buenos/as aficionados/as al cine, porque están bien narradas, bien interpretadas y bien dirigidas, algo de lo que suele carecer el cine contemporáneo patrio, en la inmensa mayoría de los casos, pero claro se suele confundir grandes éxitos de taquilla, con credibilidad y verosimilitud en los guiones de varios de los éxitos recientes de neustro cine, y que no deja de ser una derivación no obstante de la influencia del cine norteamericano concebido como un espectáculo de multisalas, donde lo que menos importa es la calidad de muchas de sus producciones, sino la mayor o menor aparición de (pseudo)estrellas contemporáneas, cuyo talento es cuanto menos dudoso, no así la larga lista de admiradores/as esclavos/as de su mercadotécnica y prefabricada imagen pública, a mayor gloria de una industria la cinematográfica, que lejos de ofrecer buenas películas y buenas interpretaciones, reincide en ese clásico axioma cinematográfico donde más vale una imagen que mil palabras. Así es como se retroalimenta y fagocita una industria que ha perdido el sentido artístico de sus mejores tiempos por las buenas historias, en pro de una aparatosa, frívola, artificiosa maquinaria de mercadotecnia, maniquíes de carne y hueso, que en último extremo sirven de reclamo para un consumo masivo, efímero y grotesco de una población occidental alienada y alienante, hedonista y materialista, hipócrita y clasista, víctima y «verdugo» al mismo tiempo de los grandes males que ha generado en la sanidad pública la saturación de imagenes iconográficas de estos productos del espectáculo, en forma de patologías psiquiátricas contemporáneas como la vigorexia, la anorexia, o el trastorno dismórfico corporal, todas ellas plagas sociales más o menos explicitadas en esos mismos medios de comunicación que luego se rasgan las vestiduras cuando aparecen cifras alarmantes de millones de jovenes y no tan jóvenes presos/as de una cultura depredadora y salvaje de aquello que no está a la moda -lo que no es joven- o es contrario a la imagen feliz y «saludable» -delgadez extrema, espacios televisivos que crean necesidades de consumo enfermizo, compulsivo asociado a la autoimagen- que ofrece la dictadura de los mercados de la moda, la industria audivisual y la publicitaria, auténticos baluartes de una sociedad «virtual» que hace apología cotidiana de la vanidad como religión y de la estupidez televisiva como medio de autoescape.

    14 marzo 2015 | 05:01

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