Por alusiones (léase el título de este blog), tengo que decir algo. O al menos solicitar oficialmente que la medida ‘140 caracteres‘ entre en nuestro sistema métrico decimal.
Si los campos de fútbol y el sueldazo de CR7 -¿o era 9? Me pierdo- han recibido el consenso social y mediático en este tema -para extensiones euroalcorconeras, millones supuestamente afanados o rescates inconclusos, por ejemplo-, no veo razón por la que las expresiones tuiteras no puedan ser reconocidas. De hecho, su uso ya marca tendencia (ojo, señores RAE): ya nadie dice «una imagen vale más que mil palabras», pensadlo. Ahora todo es, si cabe, más afil(n)ado.
Propuesta de retrato oficial para Ignacio González RT @stmpcss: Una imagen vale más que…140 caracteres twitter.com/stmpcss/status…
— Luz Sanchis (@LuzSanchis) 17 de enero de 2013
El líder de CiU, Duran i Lleida, ha dicho durante su intervención en el debate del estado de la nación que «reducir la política a 140 caracteres no es política». Depende del cristal, como casi todo. Supongo que el diputado se refiere a los modos, la depreciación y los globos sonda que en ocasiones rellenan el discurso político. Se queja de que muchas veces no hay contenido en lo que los líderes y dirigentes transmiten a los que les escuchan. Se olvida Duran de que existen los benditos enlaces, que son los que acompañan a las palabras y los titulares.
Yo también creo que se puede hacer mucha política en 140 caracteres, porque es comunicación y diálogo lo que hacemos @juanlusanchez
— Juan López de Uralde (@juralde) 20 de febrero de 2013
El contenido siempre fue lo importante, aunque mucho se contribuya para difuminar esta idea. Si no se hace, no es que no se pueda, a lo mejor es que no se sabe hacer. O no se quiere, vaya. La política está más que capacitada para colocar enlaces en esos simbólicos 140 caracteres y no dejar que le saquen los colores por pasarse con la retórica.
Twitter te avisa con colores si te pasas de los 140 caracteres: twitter.com/Norman_Suarez/…
— Homo Sapiens 2.0© (@Norman_Suarez) 16 de enero de 2013
Lo interesante es que los ciudadanos pinchen y accedan (cuezan y enriquezcan). Y lo más difícil, también. ¿Hemos caído en el clic fácil con la política? ¿Hay en ella como en el ecosistema -siento el palabro– de Internet community managers con subidones? Hay debate, porque nadie piensa lo mismo al respecto.
Quizás debiéramos estar más atentos a la mercantilización de la política. La ideología no cabe en 140 caracteres ni en virales de Youtube.
— Alberto Garzón (@agarzon) 17 de febrero de 2013
Casualidad, el Congreso de los Diputados ha escuchado hoy esta alusión cuando Twitter pone en marcha una limitación en el espacio. Los tuits con enlaces o fotos pierden caracteres y se quedan en 118 o 117 si llevan un enlace https -los que incluyen solo texto mantienen incorrupta su extensión-, aunque no dejan de tener tantos como para que la vida misma (o la muerte misma) no pueda ser retratada.
No obstante, habiendo tuiteros cuyos caracteres son distintos a los del resto -en la variedad reside el gusto, pero también la sabiduría- y reciben premios por ello, no hay nada que temer. El universo conversacional es enorme. Y sí, me refiero a @mtascon y sus…
|⁰ ∣ ∣ ∣ ∣ |ⁱ ∣ ∣ ∣ ∣ |² ∣ ∣ ∣ ∣ |³ ∣ ∣ ∣ ∣ |⁴ ∣ ∣ ∣ ∣ |⁵⁰ #LasmedidasdeRajoy
— ❦ Mario Tascón (@mtascon) 20 de febrero de 2013
En cualquier caso, recordad: dotar de contenido nuestro mensaje de 140 caracteres con enlaces, contexto o sustancia no quiere decir que tengamos que ser farragosos o extremadamente pesados. Y, sobre todo, es esta una tarea que demanda -hablemos de Twitter o de política- un elemento muy importante para la comunicación en general: ir al grano.
Los agradecimientos deberían tener 140 caracteres#PremiosGoya
— Raquel Martos (@RaquelMartos) 17 de febrero de 2013
Los malos gobiernos deberían durar menos de 140 caracteres.
21 febrero 2013 | 02:51