Entradas etiquetadas como ‘Refugiados’

Perseguidos LGTB, la odisea que no acaba nunca

Agradecemos a la Comisión Española de Ayuda al Refugiado – Cear (@cearefugio) esta entrada que ha escrito sobre informe sobre “Discriminación y persecución por orientación sexual e identidad de género: El camino hacia una vida digna”

Alexandra huyó de Honduras / Foto: Jorge París

Alexandra huyó de Honduras / Foto: Jorge París

¿Te imaginas vivir toda tu vida con miedo a vivir con libertad el amor, la sexualidad y los deseos?  ¿Sufrir amenazas constantes, incluso de muerte, por tener una identidad de género distinta a la que marca tu documento de identidad? Para miles de personas en el mundo, la realidad supera con creces la ficción. Proscritas por tener una orientación sexual o identidad de género distinta a la que dicta su país. Condenadas por el Estado, pero también por la sociedad y hasta por sus propias familias. Perseguidas LGTB con escalofriantes historias recopiladas en un informe de CEAR.

Testimonios como el de la hondureña Amanda, repudiada por sus hermanos y sus padres por ser transexual; “Se reían de mí y me pegaban”. O como Dimitri, a quien la policía rusa le dijo que diera gracias por no haberle “colgado de un árbol”, tras haberle previamente golpeado y vejado en comisaría. Peor suerte corrió su amigo Alexander, quien recibió una “paliza brutal” en comisaría que acabó con su vida. Lee el resto de la entrada »

¿Qué tienen en común ‘La Chica Danesa’ y ‘Transparent’?

Por Violeta Assiego (@vissibles)

Imagen de la serie Transparent

Imagen de la serie Transparent

La Chica Danesa y Transparent no tienen nada en común, excepto alguna cosa, (parafraseando al actual Presidente en funciones).

Es cierto que ambas historias se construyen a partir del proceso de transición de una mujer transexual, que están protagonizadas por actores varones –Eddie Redmayne (Lili Elbe en La Chica Danesa) y Jeffrey Tambor (Maura en Transparent)-, y que las dos interpretaciones están recibiendo estos días importantes nominaciones y premios. Lee el resto de la entrada »

Pareja de refugiados sirios gays construye un nuevo futuro en Alemania

Por Lorna Hayes y Khairunissa Dhala, Equipo sobre Derechos de Personas Refugiadas y Migrantes de Amnistía Internacional*

<em>Jamal* and Said* son una pareja gay de sirios refugiados, Amnistía Internacional se encontró con ellos en setiembre 2015 en Berlín donde viven.

Jamal and Said* son una pareja gay de sirios refugiados, Amnistía Internacional se encontró con ellos en setiembre 2015 en Berlín donde viven.

Said y Jamal huyeron de Siria tras haber sido torturados debido a su activismo político. Están muy ilusionados con empezar una nueva vida en la capital, Berlín, donde han sido reasentados.

“Lloramos de alegría”, afirma Jamal* sobre el momento en que su pareja, Said*, y él se enteraron de que Alemania les abría las puertas.

“Fue un momento de victoria”, prosigue Jamal. “Nos impresionó que nos aceptaran para el reasentamiento tan rápido, en [sólo] seis meses.”

Tuvieron suerte, ya que muchas otras personas refugiadas que cumplen las condiciones de reasentamiento esperan durante mucho más tiempo esa importantísima llamada telefónica que les confirma que pueden establecerse definitivamente en un lugar pacífico y seguro. Lee el resto de la entrada »

El obsceno espectáculo de matar

 Por Violeta Assiego (@vissibles)

(Gtres)

(Gtres)

Con los ojos vendados te empujan al vacío desde lo alto de un edificio. Cuando estás en el suelo una turba gente, incluidas mujeres y niños, te apedrea hasta que mueres. Tanta crueldad y saña se deben a tu presunta orientación sexual. Dicen que eres gay. Y puede que lo fueras pero también puede que no. Puede que solamente estuvieras en el bando equivocado o simplemente no tuvieras bando. Tan posible es que fueras gay como que no lo fueras. Ahora solo eres un cadáver cuya sádica ejecución tiene mucho valor mediático. Sus imágenes han recorrido medio mundo. Son virales y forman parte de un mensaje que quiere provocarnos las mismas dosis de odio que de terror.

Sería un grave error -a partir de estos hechos que se vienen repitiendo- creer que ser homosexual en Siria tiene bando. Para nada, ser gay allí es estar atrapado entre dos fuegos. Pero no son los únicos que se encuentran en esa situación, cualquiera puede ser víctima de persecución, tortura y ejecución. En este país devastado por el horror de una guerra sin fin, atacar a los homosexuales es de lo más normal y atacar al contrario acusándolo de homosexual, también. Se puede llegar a ganar mucho dinero y poder hostigando, chantajeando, torturando y asesinando, también a los homosexuales. Son presas fáciles, tanto para las fuerzas leales a Al Asad como para los rebeldes de la oposición.

– ‘Dúchate y recita el Corán que vamos a matarte y vas a estar con Dios en unos minutos.

Estaba en casa de un amigo junto con siete personas más cuando irrumpieron en el piso. Nos golpearon y nos obligaron a confesar nuestra homosexualidad. Uno de ellos se apiadó de nosotros y  a cambio de quitarnos todas nuestras pertenencias (la ropa, las tarjetas, el coche…), nos perdonó la vida. Nos dieron 10 minutos para salir de allí y escapar lejos.

Hombre sirio de 24 años capturado por los rebeldes.

Desde hace cuatro años la gente huye de Siria porque hay un conflicto. Con seguridad entre los casi cuatro millones de refugiados sirios habrá miles de homosexuales que, aun en el exilio, siguen ocultando su orientación sexual.

El Líbano, Jordania, Turquía e Iraq son los principales países receptores de las personas que se refugian de una guerra que nadie ha logrado parar y que ha hecho del mundo un lugar más inseguro. Las legislaciones de estos países, precisamente, ni reconocen ni protegen los derechos de las personas homosexuales. El pasado mes de agosto en el Líbano fueron detenidas 27 personas en un baño turco por atentar contra las buenas costumbres, fueron interrogados y en esta ocasión no fueron sometidos al test anal que permite la ley aunque sea rechazado por la Asociación Médica Libanesa por violar el derecho a la intimidad. En Jordania -a diferencia del Líbano-  la homosexualidad no es ilegal ni tampoco legal, y es uno de los destinos a los que no se aconseja viajar si te vas a mostrar abiertamente homosexual; se considerará algo obsceno e inmoral. En Turquía la homosexualidad es legal pero el presidente Erdogán la considera contraria al islam y mientras otros miembros de su gobierno la ven como una enfermedad que se debe tratar no se termina de juzgar a las familias que asesinan a los miembros que les deshonran por ser LGBT. Y por último, en Iraq la situación es prácticamente igual que en Siria, la espiral de la violencia y del ojo por ojo es brutal. Hace pocos días se emuló con un prisionero del ISIS la ejecución que todos vimos que esta organización terrorista infringe a los homosexuales, y lo lanzó al vacío desde lo más alto de un edificio.

Los derechos humanos no tienen bandos. Sin embargo, es difícil no dejarse llevar por la bajeza más visceral cuando nos enseñan -a modo de superproducción de Hollywood  y casi en 3D- el ensañamiento y crueldad de la que se puede ser capaz contra los más vulnerables de una determinada sociedad: las mujeres, los niños, los homosexuales, los cristianos, los coptos, etc.

El gran reto es no dejarse cegar y perder el centro que nos ancla a una visión de derechos. En los ocho meses de califato el Estado Islámico (ISIS), éste ha ejecutado a 2.000 personas y en cuatro años de guerra en Siria han muerto unas 220.000 personas. Las ejecuciones de hombres presuntamente homosexuales es ante todo un mensaje propagandístico que por una lado quiere asociar homosexualidad al mundo occidental y por otro, que sintamos odio y miedo a partes iguales, es parte del negocio, de la victoria.

Desde un enfoque de derechos la respuesta no es odio sino proteger a la población civil y pedirle al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que remita la situación de Siria al Tribunal Penal Internacional, para que TODAS las partes rindan finalmente cuentas. Esto es lo que piden las principales organizaciones de derechos humanos, y este sí que es mi bando.