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Pride

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#cinelgtb

Película británica de 2014, escrita por Stephen Beresford y dirigida por Matthew Warchus. Basada en hechos reales, la cinta cuenta la verídica historia de un grupo de activistas del colectivo LGTB que deciden apoyar las huelgas mineras de 1984 en Reino Unido.

En un principio, el NUM, sindicato de mineros, debido a sus prejuicios, fue reacio a aceptar la ayuda de una asociación LGTB. Ante el rechazo del sindicato, el grupo de jóvenes activistas decidió llevar personalmente el dinero recaudado a la comunidad minera de Onllwyn, un pequeño e ignorado pueblo de Gales. Las familias obreras aceptaron gratamente la ayuda, y así surgió una fuerte y exitosa alianza que, hasta entonces, habría sido impensable.

La cinta está basada en la vida del activista LGTB y comunista Mark Ashton; y en el inicio de la campaña LGSM (Lesbianas y Gais Apoyan a los Mineros). El concierto benéfico Pits and Perverts tuvo lugar el 10 de diciembre de 1984 en el local Electric Ballroom, en el barrio de Camden de Londres. La librería que fue central de la asociación LGSM y aparece en la película, es real y está ubicada en el barrio londinense de Bloomsbury.

Dos personajes femeninos de la obra también reales, son la galesa Hefina Headon, activista por los derechos humanos; y la galesa Siân James, política y diputada del parlamento. Así como Jonathan Blake, el primer hombre gay diagnosticado con el virus VIH en Londres.

La película se sitúa hacia la mitad del gobierno de Margaret Thatcher, en los 80. Una etapa en la que confluyeron una serie de cambios políticos, sociales y económicos. La política de privatizaciones de Thatcher es la premisa de partida de la cinta, ya que cerrar decenas de minas dejaría a miles de trabajadores en el paro.

Por esa época tuvo lugar la Guerra de las Malvinas y los años de crisis, además de la llegada de personas inmigrantes procedentes de Jamaica y de otros lugares. Todas estas circunstancias dieron lugar a una intensa lucha obrera y catalizó el ascenso del neonazismo y el paso de skinheads del antirracismo a partidos como el Frente Nacional, como se sugiere en Pride y podemos ver en otras películas similares como Billy Elliot (2000) o This is England (2006).

El director mezcla técnica y modernidad para recrear un ambiente y una emociones que, a veces, se acercan al cine documental. Rodada de forma luminosa y sin florituras, la cinta nos muestra la evolución de la relación entre los dos grupos que va desde el rechazo hasta el entendimiento y la unión, visibilizando cómo cuando se desmontan los prejuicios los resultados positivos afloran, con la provechosa alianza entre dos colectivos oprimidos.

Los diálogos, con humor e ironía, resaltan el impacto de la llegada al pueblo de la asociación de jóvenes LGTB: “sois los primeros gays que conozco”, “al menos que tú sepas”, “tú eres el primer minero que conozco”. También señalan los puntos de encuentro entre ambos grupos: “Hemos pasado cosas similares a las vuestras. Si una quinta parte de la gente es gay, una quinta parte de los mineros lo es, y seguro que se alegrará de vernos”. Y comentarios, como los que Gwen (Menna Trusller) ha escuchado en el mercado, como que las lesbianas son todas vegetarianas, nos muestran lo absurdos que pueden llegar a ser los prejuicios. Estos prejuicios no solo son hacia las personas LGTBI, sino también hacia las mujeres.

Así, Dai (Paddy Considine) expresa ideas arraigadas el imaginario patriarcal que asume que las mujeres de comunidades pequeñas no son femeninas: “Sólo hay una diferencia entre este bar y los bares de Gales del Sur. Las mujeres parecen mucho más femeninas”. También los diálogos visibilizan el miedo de los mineros a que su hombría se ponga en entredicho si aceptan la ayuda del grupo de jóvenes LGTBI: “Son hombres, les están manteniendo sus mujeres y ahora esto”.

La película describe a la perfección la posición subalterna de las mujeres tanto dentro del grupo LGTBI, liderado por un joven gay, como en el pueblo minero donde ellas quedan relegadas al ámbito doméstico: el personaje de Siân (Jessica Gunning) afirma tras la huelga, “soy esposa y madre. Mi vida volverá a la normalidad”. La misión de las mujeres es mantener alta la moral de los mineros y organizar comités de resistencias, lo que no deja de ser una tarea secundaria.

Otros temas que aparecen en la película son el rechazo familiar que lleva a jóvenes LGTB a encontrarse en situaciones muy duras, y el comienzo de la pandemia del SIDA. Esta cinta se proyectó como parte de la Quincena de Realizadores del Festival de Cine de Cannes de 2014, donde obtuvo el galardón Queer Palm.

De Christopher Street al Paseo del Prado, todo es Orgullo

Por Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Foto: Travis Wise

Toda historia tiene un comienzo y algunas de ellas un final. Esta tuvo su origen a la una y veinte de la madrugada del 28 de junio de 1969 en un antro regentado por la mafia en la calle Christopher de Nueva York. Lo que podría haber sido una redada más en un local ilegal, el Stonewall Inn, se convirtió en el primer episodio en el que la comunidad LGTBI se enfrentó a las fuerzas policiales en vez de asumir con resignación la cárcel, las terapias de conversión y la vergüenza social de ser visibles.

De aquella noche surgieron las manifestaciones que hoy se multiplican en muchas ciudades del mundo reivindicando la esencia de ser y de amar diferente y hacerlo públicamente, visibilizando orientaciones, géneros y familias. Lee el resto de la entrada »

Enfrentar orgullos, dividir dignidades

Por Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Foto de Francisco Ruano del Pride 2017

Está en las calles: el mes de junio es el mes de la Diversidad, del Orgullo; traducción imperfecta del termino anglosajón Pride y que ha generado más de una conversación homófoba que partía de la ridícula premisa de que era inconcebible sentirse orgulloso de ser gay, lesbiana, bisexual o trans. Pero, dejemos esto para otro día.

Tras 25 colaboraciones en este medio (por cierto, primer y único medio de comunicación de carácter nacional con una sección LGTBI permanente) siento la necesidad de escribir en primera persona. Y allá voy, para bien o para mal.

Escribía una líneas más arriba que el mes de junio se ganado a pulso ser el mes de el Orgullo, el tiempo de visibilizar la realidad LGTBI. A pesar de eso, el espíritu de sororidad de los colectivos de personas LGBTI se ha roto hace tiempo y hay quienes se empeñan en ser los dueños del activismo (por cierto, el activismo es la forma mas avanzada socialmente del voluntariado social, una acción personal de lucha por el colectivo que dura 24 horas cada día y que absorbe las energías, el tiempo y el capital hasta niveles de entrega inimaginables en otros sectores sociales). Lee el resto de la entrada »

Las pequeñas ciudades toman las riendas de las políticas LGTB #OrgulloLGBT (#1)

Por Enrique Anarte (@enriqueanarte)

Foto de Víctor Medina

Foto de Víctor Medina

El año pasado, con motivo de las elecciones municipales, nos preguntábamos sobre la posibilidad de hacer política LGTB en las ciudades. Lo hacíamos hablando de centros y periferias, de los puntos de acumulación en ciudades como Madrid (Chueca, Malasaña, Lavapiés…) y de los barrios, aquellos a los que no llega el estruendo de las carrozas que recorren el centro.

Las elecciones llegaron y, con ellas, llegaron numerosos cambios en los gobiernos de nuestros municipios, así como en la forma de hacer política en nuestras ciudades. La inspiradora respuesta de una red de urbes de todo Estado español a la negativa del Gobierno del Partido Popular a acoger más personas refugiadas en territorio español puso de manifiesto el poder que tiene la administración local para abordar, dentro de sus limitadas competencias, aquello que las autoridades estatales no quieren o no pueden resolver. Los teóricos de la glocalización ya habían dirigido su mirada al papel de las ciudades, de lo local, en esta nueva fase del proceso globalizador, aunque con frecuencia, son las grandes poblaciones las que conforman la punta de lanza de este fenómeno. Lee el resto de la entrada »

CinHomo: cine y diversidad en Valladolid

María Luisa López Municio (@mluisalmunicio) del equipo de CinHomo nos invita -este año también- a conocer el festival que se está celebrando en Valladolid 

cineeeeeeeeeee

Estamos en la recta final de la 16ª edición de CinHomo, y eso nos permite hacer una valoración tanto de la Muestra de Cine de Valladolid como del cine LGBT en general.

La primera pregunta que podemos plantear es: ¿realmente hace falta una muestra de cine tan específica?. Me gustaría decir que no, pero aunque cada día parece que hay más cabida para el cine LGBT, aún queda mucho camino por recorrer. Ciertamente un ejemplo claro es que en nuestra Sección Caleidoscopio, en la que recogemos las películas estrenadas comercialmente, contamos con grandes obras como ‘Viaje a Sils Maria‘, ‘Eisenstein en Guanajuato‘, ‘Pride‘ o ‘Une nouvelle amie’, pero no es menos cierto que otras películas de gran talla como The girl king -a pesar de haber pasado por la SEMINCI y estar dirigida por Kaurismäki- están retrasando su estreno comercial mientras que otras probablemente no lo hagan, tanto las de ficción como, más claramente, las documentales. Lee el resto de la entrada »

De cómo Margaret Thatcher vio nacer el #Orgullo Minero

Hace sólo una semana que se estrenó en España la película Pride, Orgullo, una historia real que nos recomienda con entusiasmo Ángel Pop (@_angelpop)

Pride

Entré al cine sabiendo que iba a encontrarme con una película ambientada en la huelga del Sindicato Nacional de Mineros, ocurrida en 1984 siendo primera ministra Margaret Thatcher,  y de la ayuda de un grupo de gays y lesbianas que secundaban la huelga mediante fondos. Una historia de dos comunidades tan distintas pero que tiene una cosa en común: la lucha por sus derechos. No creo que importe más que sea una comunidad minera o una comunidad LGTB, lo realmente importante es la lucha en común, codo a codo, sean cuales sean. Y en ese sentido su director Matthew Warchus logra con creces que te metas de lleno en ella.

Representaba muy bien la diferencia cultural entre la ciudad y la zona minera. Y de cómo la fuerza de las convicciones del colectivo LGTB supera la intolerancia y los prejuicios iniciales por parte de la comunidad minera.

Se trata de una película con un reparto coral. Grandes y conocidos actores trabajando a la par con caras nuevas que prometen. No terminas odiando a ninguno, ni siquiera a los malos. El reparto está muy equilibrado, cada uno con un peso y sentido específico. Sus vidas van ganando a medida que las emociones se mezclan entre ellas. Hay verdades absolutas, hechos que emocionan y enternecen, pero no buscan la lágrima.

El director no escarba en morbosidades. Está narrada de una manera limpia, sin profundizar en temas áridos como el SIDA, el maltrato o el machismo, que los cuenta sin buscar el sensacionalismo. Tratándose de un cine social, la película está dotada de buena comedia y buena música. Hay momentos que quieres levantarte del asiento y ponerte a bailar. ¡Qué gran banda sonora!

No se trata de una película perfecta, cinematográficamente hablando, ni creo que pretenda serlo. Es una película valiosa por la sensación final que te deja. Una película de obligada visión por aquellos que no crean que dos ambientes totalmente distintos no puedan unir sus fuerzas y hacer algo grande. Ejemplo de cómo la sociedad va por delante de la ley. La unión de los débiles para apoyarse mutuamente. Ansia de defender los ideales. La Lucha por lo que uno cree. Valores tan necesarios en estos momentos. Un acontecimiento real ocurrido hace 30 años del que podríamos aprender mucho ahora. Sin duda nos iría mucho mejor.

 

23 de Septiembre. Día de la (in)visibilidad de las personas bisexuales

Esta entrada ha sido escrita por RADICA HURA, activista serbia perteneciente a la  organización ‘Los Bisexuales de Serbia’

Radica Hura

Tras el ataque hace unos días, por motivos xenófobos, a un activista alemán que participaba en Belgrado en una conferencia internacional sobre derechos humanos LGTB, las autoridades  serbias siguen expresando dudas sobre la celebración de la marcha del Orgullo el próximo 28 de septiembre.

Se repite el mismo discurso de otros años cuando se prohibieron los desfiles por amenazas de grupos homófobos, organizaciones derechistas y por el ambiente de inseguridad y miedo que estos crearon.

«No es cuestión de si podemos proteger la comitiva, sino de cómo será ésta y de si Belgrado será incendiada», dijo el ministro Stefanovic el otro día.

En caso de una cancelación sería el cuarto año consecutivo que la capital serbia no acoge esa manifestación.

Parada es el término serbio que usamos para decir ‘desfile’. La Parada puede ser vista como una provocación, o por lo menos eso dicen por aquí.

Muchos entienden que las personas LGBT, lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, existen en este país pero su desfile se considera ofensivo.

Una de las frases más comunes que se pueden escuchar por muchos lugares de Belgrado es “yo no tengo nada en contra los gays, pero desfilar es demasiado”. Y una parte de la comunidad LGBT comparte una opinión similar. No quieren el Pride porque creen que solo busca provocar. Si lo creen así por un tema de autoestigma – homofobia interiorizada que lo llaman en España – o no, no es a mi a quien corresponde juzgarlo.

Yo pertenezco a la parte que sabe por qué quiere manifestarse.

Soy también parte de una minoría dentro de la minoría LGBT. 

Soy una mujer de orientación bisexual.

Creo que mi orientación sexual es parte de  mi identidad.

Yo no decidí convertirme en una mujer bisexual.

Mi bisexualidad es más que una sexualidad.

En Serbia, y otros países tradicionales, la bisexualidad  es vista como una doble identidad porque todo se entiende en términos de ‘blanco o negro’ o de ‘a favor o en contra’. Sin embargo, la bisexualidad está mejor vista y es más aceptada porque la familia supone que será más probable casarse y terminar siendo simplemente heterosexual. En cambio, me escriben personas que están casadas  y que todavía son bisexuales. Continúan siendo bisexuales pero a escondidas. Quieren ir a la manifestación de la visibilidad bisexual pero solo si no hay periodistas. Estas personas no pueden decir que son gays; no pueden decir que son heterosexuales. Saben que son bisexuales y junto conmigo quieren marcar la fecha de la visibilidad bisexual, que es parte de la semana del orgullo.

Mientras la comunidad LGBT serbia estos días -esperando que el Ministerio  del Interior serbio (des)apruebe el desfile- celebra la semana del Orgullo, hoy también celebra el día de la (in)visibilidad de las personas bisexuales.

Manifestando diversidad

Fotografía de Danilo Urbina