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En mitad de tanto fuego

 

Hoy recomendamos En mitad de tanto fuego, de Alberto Conejero, publicado por Dos Bigotes.

 

No estoy aquí para contar la guerra de Troya.
Esta es la historia de mi carne,
allí donde coincidieron la muerte y el amor.

 

Tomando como punto de partida el canto XVI de la Ilíada, el dramaturgo Alberto Conejero, ganador del Premio Nacional de Literatura Dramática en 2019, nos brinda una aproximación personal e íntima al poema de Homero, una nueva mirada vivida y contada desde un personaje secundario en el relato habitual, tan discutido como fascinante y misterioso: Patroclo, el «más amado» por Aquiles.

En mitad de tanto fuego —que enlaza diversas épocas y donde aparecen referencias y citas de, entre otros, Safo, Pedro Lemebel, Anne Carson o Luis Cernuda— es un alegato antibelicista y una muestra más de la impotencia del arte ante la guerra; un oratorio por las víctimas que habla de conceptos como el poder, la pasión, la violencia o la patria.

La obra es también un intento de contar la historia de otro modo, que es imaginar el futuro de otro modo. El rescate de una alegría posible. El canto de un personaje que aquí es, ante todo, carne enamorada y deseo. Un deseo libre y disidente.

Porque yo no estoy aquí para hablar del «compañero devoto», ni «del más querido entre los soldados», yo estoy aquí para reventar los eufemismos, para hablar del amante insaciable.

Sobre el autor:

Alberto Conejero López es licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y doctor por la Universidad Complutense de Madrid. De su producción dramática destacan: El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca (2022); La geometría del trigo, Premio Nacional de Literatura Dramática (2019); Los días de la nieve (2017, Premio Lorca 2019 Mejor Autor); Todas las noches de un día (2018, ganador del III Certamen de Textos Teatrales de la AAT); La piedra oscura (2015, Premio Max al Mejor Autor Teatral 2016 y Premio Ceres al Mejor Autor 2016, entre otros); Ushuaia (2013-2022, Premio Ricardo López de Aranda 2013); Cliff (acantilado) [nuevo título y versión: ¿Cómo puedo no ser Montgomery Clift?], ganador del IV Certamen LAM 2010; Húngaros, Premio Nacional de Teatro Universitario 2000; Fiebre, accésit Premio Nacional de Teatro Breve 1999. Ha sido también responsable de diversas dramaturgias y reescrituras: Medea (Teatre Lliure); Electra (Ballet Nacional de España y Teatro de la Zarzuela, 2017); Fuenteovejuna (Compañía Nacional de Teatro Clásico, 2017); Troyanas (Festival de Teatro Clásico de Mérida, 2017); Rinconete y Cortadillo (Sexpeare Teatro, 2016); Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (Festival de Otoño a Primavera / Metatarso, 2016); Proyecto Homero / Odisea (La Joven Compañía 2016), entre otras. En febrero de 2020 publicó En esta casa, su segundo poemario tras Si descubres un incendio (2017).

 

Ausencia y exceso

 

Hoy recomendamos Ausencia y exceso. El arquetipo de la lesbiana y bisexual asesina en el cine de Hollywood y su potencial subversivo, de Francina Ribes Pericàs, publicado por Dos Bigotes

Hace treinta años se estrenó Instinto básico de Paul Verhoeven, película que levantó una fuerte polémica entre la comunidad LGTBIQ+ por la vinculación entre psicopatía y sexualidades no normativas. Catherine Tramell, el personaje que lanzó al estrellato a Sharon Stone, es una de las protagonistas de Ausencia y exceso. Lesbianas y bisexuales asesinas en el cine de Hollywood; un ensayo en el que Francina Ribes Pericàs aborda la paradoja entre la invisibilidad de la homosexualidad femenina en el cine mainstream y la espectacular presencia de escenas lésbicas en el cine comercial contemporáneo.

Las protagonistas de títulos tan populares como Mujer blanca soltera busca…, Lazos ardientes, Juegos salvajes, Criaturas celestiales o Monster son, por lo general, mujeres fuertes que exhiben una sexualidad ambigua a la vez que ejercen la violencia y el asesinato. Se impone así el arquetipo de la lesbiana o bisexual asesina, que cristaliza durante el auge del neo-noir en el Hollywood de los ochenta y noventa y que es encarnado por feminidades excesivas, herederas de la femme fatale clásica y cercanas a la figura de la vampira lesbiana.

En su libro, la autora indaga en la semilla de este arquetipo desde los orígenes del cine y analiza también cómo ha trascendido el género en el que se definió para adquirir nuevas connotaciones, preguntándose cuál es el significado de este personaje recurrente que nace marcado por la misoginia y la homofobia, pero que esconde un inequívoco potencial subversivo.

 

El látigo y la pluma

 

Hoy recomendamos El látigo y la pluma. Homosexuales en la España de Franco, nueva edición del ensayo de Fernando Olmeda que publica Dos Bigotes.

El látigo y la pluma, en cuyas páginas se reivindica el honor robado a cuantos fueron perseguidos y ultrajados durante el franquismo debido a su orientación sexual, reconstruye la realidad de aquella época ominosa, se sumerge en sus catacumbas y, de la mano de las víctimas, nos revela el dolor inmenso e irreparable que causó el régimen de Franco a cuantos consideró sus enemigos, los homosexuales entre ellos.

Junto a Fernando Olmeda, y acompañando a los protagonistas de las historias que se recogen en el libro, el lector se embarca en un escalofriante peregrinaje a los confines del daño sufrido por miles de personas señaladas con un estigma que pretendió aniquilar sus almas. Este recorrido tendrá escalas delirantes: presidios, delaciones, cuarteles, seminarios, pabellones de invertidos, palizas, leyes punitivas, conventos, cines, urinarios…

Convertido ya en un clásico contemporáneo, la reedición de El látigo y la pluma. Homosexuales en la España de Franco revela a las nuevas generaciones los pormenores de aquel viaje terrible al corazón de la infamia.

«Sabrás, gracias a este relato, quiénes somos y de dónde venimos. Te palparás para asegurarte de dónde estamos y entenderás que vivimos en deuda con quienes nos precedieron para configurar una ruta sólida, luminosa, multicolor y diversa» (del prólogo de Bob Pop).

 

Flores para Lola

 

Hoy recomendamos Flores para Lola. Una mirada queer y feminista sobre la faraona, editado por Carlos Barea y publicado por Egales y Dos Bigotes.

Hablar de Lola Flores es hablar de una de las artistas más importantes de la historia de nuestro país. Con su talento natural consiguió teñir de color una España en blanco y negro que agonizaba bajo el yugo de la dictadura franquista y, una vez terminada, supo reconvertirse y desarrollar una fructífera carrera en la música, el cine y la televisión hasta el mismísimo día de su muerte.

Entre sus hazañas como personaje público, se cuentan la de haber vivido una vida absolutamente libre, llegando a mantener una relación con un hombre casado veinte años mayor que ella o haber abortado de forma clandestina en varias ocasiones. Y no solo buscó su libertad, sino también la de los demás: fue una gran defensora del colectivo LGTBIQ+ en un momento en el que no era nada fácil serlo y se convirtió en una abandera (in)voluntaria del feminismo cuando este movimiento era tan solo el germen de lo que ahora es.

Por eso, en el centenario de su nacimiento, esta obra se dispone a hacer una relectura de su figura desde una perspectiva disidente. Gracias a textos de autoras como Lidia García, conductora del pódcast ¡Ay, campaneras!; Nerea Pérez de las Heras, responsable del exitoso monólogo teatral Feminismo para torpes; la periodista Pepa Blanes o el bailarín de flamenco e investigador Fernando López, entre otras, intentaremos desentrañar uno de los mayores misterios que ha dado la cultura popular de este país: el de aquella jovencita de Jerez que llegó a Madrid decidida a comerse el mundo y que, aunque ni cantaba ni bailaba, consiguió dejar su nombre grabado a fuego en el imaginario colectivo de un pueblo que, por mucho que pase el tiempo, se niega a olvidarla.

Con artículos de Carlos Barea, Lidia García, Noelia Cortés, Nerea Pérez de las Heras, Daniel María, Carlos Carvento, Fernando López, Pepa Blanes y Álex Ánder.

Flores para Lola está publicado por Egales y Dos Bigotes.

Literatura lésbica con Gloria Fortún y Elena Flores

Por Tamara Gámez Ramos, de @AltramuzEditorial

 

«Puede que ni siquiera sea digna de que Cat entre en mi casa. Pero una palabra suya bastará para sanarme». Así finalizaba el primer libro “lésbico” que me leí. Curiosamente, el único final literal que recuerdo de todos los libros que he podido leer antes y después de este. Puede ser que el mantra eclesiástico me hiciera mella (que seguro), pero también lo hizo aquel libro en el que por primera vez me zambullía en un relato superior a tres párrafos, con la clandestinidad de una portada y un título que anunciaban un texto que pudiera ir de cualquier cosa, pero que iba de mí: una pringada enamorada de su amiga hetero (¡Aleluya!).

Por aquel entonces en muchas casas existía la colección de libros del periódico El Mundo. Una mezcla curiosa entre clásicos y contemporáneos, ya que era una selección de las mejores novelas del siglo XX, con un formato tal que así: mitad de la portada de una paleta que definía perfectamente la época y otros menesteres (imagina los colores menos llamativos del universo), y una imagen jeroglífica con la misión de describir las palabras del título.

No sé cuánto tiempo llevaría la compilación en mi casa antes de que yo la descubriera, ya que su función era meramente la de decoración de unos estantes lacados en tono marrón oscuro (con los que iban fantásticos los tonos de los libros, por cierto). Por ese entonces yo empezaba a devorar todo lo lectoramente comestible a mi paso, así fue cómo les encontré otra utilidad y me topé accidentalmente con mi primera historia lésbica. Aún no había salido del armario, pero tenía claro el llamado, y Beatriz y los cuerpos celestes me vino a confirmar algo que no necesitaba confirmación.

El tiempo no ha pasado desapercibido ni por mí ni por el manuscrito. Casi 20 años después, soy más Cat que Beatriz (a Dios gracias-que ya que nos ponemos echamos el rezo entero-) y la autora se ha convertido en la evidencia perfecta del debate «¿se puede separar a la obra de la artista?»

Pero hay algo que sigue perenne en el tiempo: mi definición de este libro lésbico entrecomillado. Y es que he aquí un kit de la cuestión con muchos interrogantes: ¿Qué es la literatura lésbica? ¿Puede una persona no lesbiana escribir literatura lésbica? ¿La literatura lésbica es, por definición, feminista? Y, para rizar el rizo: ¿Por qué es necesaria esta “etiqueta”?

Como una extraña humana de hoy en día a la que no le gusta ni concibe opinar de todo, me fui a la fuente para contestar todas esas y más cuestiones. Y no había duda de que un buen lugar de emanación literaria y lésbica eran las obras de Elena Flores y Gloria Fortún.

Gloria Fortún es escritora, poeta, traductora y activista feminista. Creadora de la comunidad y taller literario Las Peligrosas, donde comparte toda su pasión por la escritura con otras mujeres. Autora del poemario Todas mis palabras son azores salvajes (Dos Bigotes, 2021). La escritura de Gloria es un impacto directo en todo lo que palpita en el cuerpo, porque «amor a medias, nunca» pero literatura a medias tampoco. Trascendidos los géneros literarios y las normas, bucea en la libertad total con las letras que ordena para nuestro placer y su antojo en Roja Catedral, su primera novela o «poema largo con partes narrativas y partes en verso». Ha participado en compilaciones como Barbarismos queer y otras esdrújulas (Bellaterra, 2017), y es traductora de obras feministas imprescindibles como Cómo acabar con la escritura de las mujeres de Joanna Russ (Dos Bigotes, 2018) o «Amigas». Relatos de amor entre mujeres, del siglo XVIII al XX (Dos Bigotes, 2020), en la que selecciona y traduce los textos junto con Eva Gallud.

Elena Flores es filóloga, poeta y activista LGBT. Autora de Redes (La Calle, 2018), Tránsito (Flores Raras, 2019) y Cábala: Amor (La Calle, 2016), uno de los pocos poemarios que, inyectados en valentía y verso libre, ponen en diálogo la religión y el homoerotismo. Su participación en Locas y Perversas (Egales, 2020) la confirman como una de las voces jóvenes más estimulantes de la narrativa lésbica en Castellano. Aunando sus dos pasiones confesables, Elena es parte de la creación y organización de la II Feria del libro LGBT de Málaga (como integrante de Andalucía Diversidad), a partir de la que surge esta entrevista en la que ambas autoras participan.

Ambas habéis formado parte de una mesa redonda titulada Literatura y activismo: una mirada lesbofeminista del arte de crear. ¿Qué es para vosotras el lesbofeminismo?

EF: Para mí lesbofeminismo es la lucha necesaria que ejercemos las mujeres lesbianas dentro del feminismo que a todas nos acoge. Creo, asimismo, que el lesbofeminismo es parte del inicio de todo, ya que la necesidad de liberarse del yugo masculino era imprescindible para aquellas que, por cuestiones de orientación sexual, no querían tener que mantener relaciones con hombres en ningún caso.

GF: El lesbofeminismo es un movimiento activista y cultural y un modo de vida mediante el cual las mujeres centran sus energías, su deseo y su atención en otras mujeres, sin compararse ni medirse con los hombres.

¿Por qué es importante incluir una mirada lesbofeminista en la comprensión y creación artística?

EF: Creo que nos merecemos que haya contenido cultural que nos represente porque el arte es la forma de expresión más libre, donde nadie te juzga y todas las personas del mundo tienen su propio espacio. ¿Por qué nosotras no íbamos a tenerlo? Y, sobre todo, ¿por qué no íbamos a utilizarlo para reivindicar? Al fin y al cabo, el hecho de que el feminismo lesbiano se transforme en arte solo es un proceso natural para luchar contra la doble invisibilidad que sufrimos las mujeres sáficas.

GF: Porque el canon supuestamente universal del arte y la literatura no es sino un registro de opciones que hicieron quienes tuvieron el privilegio de elegir, que fueron los hombres blancos y heterosexuales. Por tanto, a las mujeres lesbianas nos han robado nuestra historia, nuestro arte, nuestra literatura. Esa mirada es un intento por recuperar los silencios del canon.

¿Cuál es la representación de las mujeres lesbianas que se ha venido realizando en la literatura?

EF: La literatura lésbica es, quizás, una de las más abundantes. Si es cierto que las primeras representaciones de mujeres lesbianas en los libros fueron escritas por hombres. Yo siempre digo que hay que evidenciar cómo en La Celestina ya hay una escena lésbica que se incluye con una normalidad anodina para la época, de ahí en adelante, solo hace falta indagar, porque hay toda una serie de personajes que nos dejan claro que la homosexualidad femenina es más común de lo que nos habían hecho creer.

GF: En la literatura siempre ha habido representación lesbiana, aunque a veces no se ha leído como tal. Leemos bajo determinados parámetros, como el heterosexual. Junto con Eva Gallud, traduje un libro titulado “Amigas” en el que rescatamos relatos animando a leerlos, por primera vez, desde parámetros lésbicos. Es una experiencia extraordinaria.
¿Hay algún cambio respecto a lo anterior en la actualidad?

EF: Por supuesto, ahora no hay que ir mirando con lupa las interpretaciones posibles. Las estanterías de las librerías acogen la literatura lésbica con cierta normalidad. Es verdad que no deja de ocurrir que es más fácil encontrar literatura gay que literatura lésbica, pero ambos ya hemos superado el que se escondan nuestros libros en el fondo del depósito de las bibliotecas y librerías dentro de la sección prohibida.

GF: Afortunadamente, hay muchas más escritoras lesbianas visibles y más personajes de mujeres abiertamente lesbianas.

¿Cuál crees que es la visibilidad de las mujeres escritoras en la actualidad? ¿y de las escritoras lesbianas?

E.F: Aunque sé que la cosa ha mejorado enormemente, sigo pensando que nos queda mucho por conseguir. Quiero creer que esta evolución hacia la visibilidad plena seguirá el camino que está teniendo y que, cada vez más, el arte feminista y el arte lésbico irán más allá de nuestros propios circuitos.

GF: Todavía tenemos mucho camino que recorrer porque sigue vigente ese canon «universal» del que te hablaba antes. Para ser realmente visibles necesitamos desmantelar ese canon y crear otro diferente cuyas pautas no hayan sido marcadas por los mismos de siempre.

¿Cuáles han sido tus referentes lésbicos en tu proceso creativo?

EF: Sé que es muy típico, pero para la poesía, Safo de Lesbos y Gloria Fuertes. Aun así, siempre reconozco que para mí ha sido muy importante el círculo de autoras con las que me he ido relacionando a lo largo de estos años. Son compañeras y amigas, las leo y me emocionan y, en cierta manera, configuro muchas de mis ideas en base a las suyas. Por eso siempre que me preguntan me gusta hablar de Prado G. Velázquez, Mila Martínez, Martha Lovera o Eva Baltasar, que están publicando en estos momentos, pero ya pueden ser consideradas grandes escritoras lesbianas que cumplen el papel de referentes en nuestros días.

GF: Te digo unas cuantas escritoras, aunque hay tantas… Gloria Fuertes, Elena Fortún, Jeanette Winterson, Audre Lorde, Adrienne Rich, Esther Tusquets…

¿Cómo influye tu identidad en tu proceso creativo?

EF: Mi identidad en el proceso creativo lo es todo. La poesía es la escritura del yo, por lo tanto, todo lo que viva, sienta y padezca va a estar reflejado en los versos. Más aún si estoy hablando de amor o activismo, que es lo que más trato en mis libros. Muestro siempre lo que soy, porque no puedo mostrarme de otra manera y el proceso creativo se hace de acuerdo con mi identidad como persona LGBT.

GF: La falta de referentes, pues nos los han usurpado, hace tortuosos el camino creativo de las mujeres, aún más si somos lesbianas. Pero qué delicia al mismo tiempo resulta tener todavía todo por contar.

¿En qué momento comenzaste a ser activista lesbofeminista dentro del mundo de la cultura?

EF: Desde el primer momento. Cuando saqué mi primer libro sobre homoerotismo y Biblia fue toda una declaración de intenciones, ya que no había otra opción que ser activista. Para mí es algo esencial, ya que escribo sobre mis preocupaciones y mis sentimientos, de modo que, aunque son subjetivos, creo que representan bastante bien la agenda que se está llevando a cabo desde los diferentes movimientos sociales en los que actúo, no solo como escritora, sino como activista a pie de calle.

GF: Desde que me comprometí con mi escritura y me presenté siempre ante la página en blanco para poner en el mundo lo que solo yo puedo poner.

¿Por qué comenzó este activismo?

EF: Para mí fue un proceso natural. Siempre he tenido un espíritu muy crítico con lo que me rodeaba y nunca he sabido callarme. Me gusta la idea de poder cambiar el mundo granito a granito, y el activismo es la forma en la que las personas que no tenemos poder podemos generar los cambios que esperamos. Por eso empezó y por eso aún sigo hoy aquí. Me gusta la idea de que la Cultura puede cambiar el mundo.

GF: Porque una vez encuentras a las tuyas, y te unes, e imaginas en comunidad nuevas formas de vivir, ya no hay vuelta atrás. 

La enorme delicadez visual en «Águilas» de Fló Guerin

Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina), la cuentista de nuestro refugio

 

En esta ocasión agradecemos a la Editorial Dos Bigotes y a la escritora Fló Guerin por la oportunidad de entrevistarla para presentar Águilas, novela editada en febrero de este año, con un precioso y cuidado diseño de edición de Raúl Lázaro.

Águilas se trata de una historia de evasión, supervivencia, de libertad y de amor entre dos chicas adolescentes que inician un viaje desde Toulouse, Francia, atravesando España hasta llegar a Águilas, localidad de Murcia que da nombre al relato. La historia es visual, con un estilo narrativo especial, en el que la escritora usa frases cortas, o con tan sólo una palabra se abre y presenta cada una de las partes o subcapítulos. Hay momentos de la historia especiales en clave de prosa poética y con una fuerza especial con esa narración en primera persona de una de las protagonistas, que va presentando las distintas situaciones, los lugares, los diferentes personajes, tanto personas como animales, con una fuerza muy especial, mostrándonos a través de sus ojos el relato, acercarnos y llegar a sentir empáticamente, a través de su psicología adolescente.

Pregunta: Fló ¿Puedes comentarnos de las protagonistas de esta novela? ¿Hay alguna cualidad a destacar de cada una de ellas?

Las protagonistas de este relato, la narradora y su compañera, Federica, experimentan juntas el “estirón” que supone la primera experiencia amorosa. Las conocemos solo a través de la mirada de la que cuenta, es por lo tanto una visión muy sesgada de sus personalidades porque lleva el filtro de la voz narradora. Te diría que, bajo este prisma, ella se describe como entusiasta y vulnerable y retrata a Federica como alguien más práctico y razonable.

Pregunta: Tu novela nos narra la historia de dos adolescentes que deciden escaparse de casa. Quizás los y las jóvenes de ahora no sienten una brecha generacional como en el momento en el que se desarrolla esta historia, en la que las familias tienen claras discrepancias intergeneracionales, e incluso éstas eran más marcadas con chicos y chicas LGBTI en ese momento. ¿Qué te parece este aspecto diferencial de la vivencia de la adolescencia de entonces, en relación la adolescencia en este momento?

Yo escribí Águilas con esta época de la vida en mente: la adolescencia, la edad del dolor, del adolecer. El dolor proviene de la falta de filtro al darse de bruces con lo real y esto conlleva una permeabilidad, una capacidad de vivir emociones muy intensas. No sabría decirte si hoy hay menos brecha intergeneracional que entonces. En términos de derechos, sí han avanzado algunas cosas, sobre todo en entornos urbanos. Hoy puedes ver parejas de adolescentes LGTBI besándose por la calle, cuando me cruzo con una, siempre me da un pellizco de alegría. Ahora, creo que perduran muchos perjuicios de puertas para dentro. Me encantaría poder intercambiar pareceres con lectores adolescentes, yo escribí esta novela para ellos, y para lo que queda de este tiempo en mí 😉

Pregunta: La historia mayoritariamente transcurre en una pequeña localidad costera, en una España de los años ochenta, en la que resulta arriesgado ser mujer, joven y lesbiana ¿Por qué decidiste escoger este contexto histórico y geográfico?

Águilas tiene un trasfondo autobiográfico, esta historia me sucedió. Decidí partir de los pocos recuerdos fidedignos que me quedaban treinta y cinco años después. Eran flashes, en su mayoría visuales. Me plantee usarlos como si fueran las cerillas del cuento de Andersen, una luz intensa y fugaz que iluminara brevemente la escena. Los convertí en los títulos de entradas que bauticé “polaroids”, cuya colección conforma el relato. Escribir esta historia me hizo reflexiona mucho sobre la “validez” de los recuerdos, lo que uno da por bueno y lo que duda haber sacado de alguna foto marchita mil veces enseñada por la abuela. Lo que te puedo decir es que intenté ser ferozmente sincera pero no pretendí decir la verdad.

Pregunta: Hay momentos de tensión en la historia por las dificultades que van surgiendo y resuelven las protagonistas. Como lectora he sentido una identificación en todo momento con ellas, he sentido temor a ser descubierta en el tren, la escasez de medios económicos, la incertidumbre por la falta de alojamiento e incluso cuando las protagonistas roban una botella de vino en un supermercado, sufrí hasta el último momento que pudieran ser descubiertas. ¿Eres consciente de cómo involucras a tus lectores y lectoras en la resolución de los diferentes conflictos de la novela?

Cuando escribo algo, mi primera lectora soy yo. Si vuelvo a un texto con ganas de saber “¿y ahora que pasa?” sé que voy bien. Cuando me siento por la mañana a releer lo de la víspera, si pierdo interés y la voz no suena, sé que tengo que borrar lo escrito. A un nivel más narrativo, te puedo decir que decidí usar un presente histórico estricto, sin elipsis ni flash back, como si estuviera ahí ahora mismo. Este recurso pretende suspender el relato en una clase de atemporalidad, una forma de contar en tiempo real, sin apenas referentes históricos. Creo que esto ayuda a seguir a las protagonistas en su periplo, tanto exterior, en toda la primera parte de la novela cuando las chicas están en movimiento, como interior, una vez encuentran cobijo en el piso de Alberto.

Pregunta: Hay partes del relato de enorme sensualidad y delicadeza, que describen los momentos de las relaciones sexuales de las protagonistas ¿Resulta complicado o no, escribir estas escenas?¿Quieres comentarnos algo en relación a esta situaciones?

Para mí no hay estética sin erótica, quizás sea una herencia de la literatura de mi país de origen, Francia, donde existe mucha tradición a la hora de escribir desde ahí. El sexo está detrás de la mayoría de las preocupaciones adolescentes y me pareció esencial que tuviera una presencia fuerte en el relato. En Águilas la narradora aprende a la par una nueva sexualidad y un nuevo idioma, el castellano, lo hace al mismo tiempo. Este doble aprendizaje pone en relación la sexualidad con el idioma, con la necesidad expresiva. En varias escenas ella trata de dibujar el cuerpo de su amada cuando duerme. El sexo se experimenta como el idioma que surge cuando se despeña el lenguaje, ahí donde las palabras o los trazos de lápiz ya no sirven. Para mí, escribir estas escenas no fue difícil, fue emocionante porque es donde más licencia poética pude permitirme. Quise para Águilas un lenguaje muy despojado y simple, la voz de una adolescente, pero en las escenas de sexo me permití algo más de lirismo. En todo caso, aunque el sexo se retrate de forma explícita, es también muy tierna, son dos pimpollos 😉

Pregunta: Hay una relación especial de la protagonista con el resto y cada uno de los personajes, con Federica (coprotagonista), Alberto, Emilio, que son una tabla de salvación para las chicas, e incluso con dos pájaros, el canario Arsenio, en un principio mudo, y Lupin que es un ave silvestre y libre, pero sin embargo, tiene cierta dependencia en su relación con la protagonista. ¿Nos puedes comentar sobre la construcción de cada uno de los personajes y su lugar en el relato?

Como te comentaba, todos los personajes de Águilas están inspirados en una historia que me sucedió y pretendí recordar. A su vez están ahí para hablar de las cosas que aborda la novela sin citarlas: la dependencia, la familia, la identidad, la traición, la inocencia. Los pájaros fueron un asunto un poco peliagudo porque no quería que remitiesen a una metáfora muy manida sobre la libertad. Si te fijas, tanto el canario como el gorrión son minusválidos, tienen dificultadas a la hora de crecer y vivir su vida de pájaro, sea suelto o enjaulado. Decidirme por un punto de vista muy sesgado, el de una primera persona que habla en tiempo real, implica que la novela tenga muchos agujeros narrativos. Varias de las tramas secundarias que atraviesan el relato, como la historia de Alberto y Emilio, no encuentran resolución al escapar a los ojos de la narradora. Por esto los personajes secundarios no tienen un desarrollo muy elaborado, tenemos pocas descripciones físicas de ellos, y, si las hay, suelen tener mucha carga simbólica, como las manos de Alberto.

Pregunta: En este espacio de 1decada10 recomendamos relatos para lectores y lectoras de todas las edades, pero especialmente a adolescentes. Considero que tu novela es absolutamente recomendable para chicos y chicas que están descubriendo su identidad sexual y de género de forma positiva, gracias a este tipo de expresiones culturales que muestran una realidad social diversa. ¿Qué les dirías a los y las jóvenes lectoras para invitarles a leer Águilas?

Me encantaría que adolescentes y jóvenes adultos se lean a Águilas y me cuenten su parecer. Yo escribí esta novela para ellos y su mirada me es muy importante. Me gustaría saber si se encuentran y se reconocen en este tiempo suspendido que es el del primer amor, donde todo lo demás desaparece.

Pregunta: ¿Añadirías alguna cuestión más sobre Águilas?

No, muchas gracias

Pregunta: ¿Tienes algún proyecto próximo a compartir con nosotros y nosotras?

Sí. Tengo un proyecto con la compositora Chefa Alonso que alrededor de un poemario mío llamado Colores para un amante ciego. Tenemos una versión a dúo con voz y música, pero también un formato escénico con el bailarín Angel Zotes. Este poemario parte de una pregunta muy simple: ¿cómo contarle el color a una persona ciega de nacimiento? Estamos buscando un buen sitio donde estrenarlo en Madrid porque lo hemos presentado en Huesca y varias localidades de la provincia de León, pero aquí todavía no. Ojalá lo puedas ver, creo que es un trabajo muy especial.

Muchas gracias Fló y un abrazo.

A ti, Nieves, gracias por el tiempo y la oportunidad. Un abrazo.

Y a todos nuestros lectores y lectoras: ¡Hasta muy pronto!

20 años de Homografías

Por Javier Sáez (@hartza69), activista marica y autor  de ‘Teoría Queer y Psicoanálisis’

 

La publicación en 1999 de Homografías (Espasa Calpe), escrito por Paco Vidarte y Ricardo Llamas, supuso un calambrazo radical en el pobre panorama del ensayo español LGBT de los años 90. Los textos de Paco y Ricardo, además de estar escritos con gran calidad, mucho humor y muy mala leche, planteaban preguntas incómodas y subversivas a la adormecida comunidad LGBT, en especial a los hombres gais, fascinados por la dinámica consumista de barrios como el Chueca madrileño y el Eixample barcelonés (Gaixample).

Paco Vidarte y Ricardo Llamas fueron ambos activistas de La Radical Gai, uno de los grupos más interesantes y subversivos de los años 90, junto con la asociación de lesbianas LSD. Aunque cuando apareció Homografías la Radi ya se había extinguido, encontramos en este libro muchos de los temas que habían marcado la acción política de este grupo. Desde ‘Armario’, que es uno de los textos más profundos y a la vez más hilarantes que se han escrito nunca sobre la salida del armario (“¿Qué pasa? Soy bollo y a ver si te voy a partir la cara”), hasta ‘Identidad’, que plantea debates muy actuales sobre la política de las identidades sexuales, el libro recorre muchos puntos calientes de la geografía política LGBT. Y cuando decimos calientes lo decimos con toda la intención. La pluma irredenta de Paco y Ricardo no dejaba de lado la cuestión del cuerpo, del deseo y del sexo, con artículos sobre el ligue de váter (‘Urinarios’), las saunas o los gimnasios (‘Galletones’). Lee el resto de la entrada »

Contar Cuba desde los márgenes del deseo

Hoy sale a la venta un nuevo libro de la editorial Dos Bigotes, a la que desde este blog hacemos un riguroso seguimiento de la mano de Enrique Anarte (@enriqueanarte) . No es la primera vez que recomendamos sus libros, y no será la última vez. Esta vez Enrique nos da a conocer ‘Mañana hablarán de nosotros’.

 

Alejandro Ernesto / EFE

Alejandro Ernesto / EFE

 «Propongo que sea leída como otra ventana hacia Cuba, hacia la Cuba de ahora mismo, que puede liberar sus políticas del deseo en la dirección que se antoje a sus protagonistas, para revelarla como un mapa múltiple y contradictorio»

Esto escribe el cubano Norge Espinosa Mendoza en el prólogo del título benjamín de la creciente familia de la editorial Dos Bigotes. El poeta y reconocido activista por los derechos LGTB en la isla caribeña inaugura las páginas de ‘Mañana hablarán de nosotros’, la antología del cuento cubano con la que la joven firma independiente nos traslada a ese minúsculo rincón del globo donde se cruzan todas las narrativas, todos los códigos geopolíticos que ahogan las voces de quienes habitan este «territorio de anhelos y contradicciones». ‘Cuerpos que narran deseos’, protagonistas que deconstruyen y esbozan sus propias fronteras del amor, de la sexualidad, de las relaciones humanas.

La Historia, la política y las ideologías han inscrito en los cuerpos de los cubanos sus propias narrativas. Recuperar el protagonismo de sus historias, de sus deseos o de sus modos de vida no es tarea fácil, pero obras como esta ponen de manifiesto el gratificante resultado de intentarlo. Lee el resto de la entrada »

Davide Martini: adolescencia, homosexualidad y literatura

Por Enrique Anarte, estudiante de Relaciones Internacionales y aprendiz de periodista.

Presentación en Madrid de 49 goles espectaculares

Presentación en Madrid de 49 goles espectaculares

 

Davide Martini nació en 1981 en Benevento, una pequeña ciudad del Mezzogiorno a algo más de una hora en coche de Nápoles. Afincado a día de hoy en Madrid, sus andaduras le llevaron, tras acabar la carrera de Medicina y Cirugía, por el camino de la cooperación internacional, primero en Ammán (Jordania) y luego en París.

49 goles espectaculares, el libro con el que en 2006 daba el salto a la primera división literaria, llega ahora de España, esta vez de la mano de la joven editorial Dos Bigotes. Casi nueve años después de aquello, «la manera de ver la novela ha cambiado porque he cambiado yo», nos cuenta Davide. Tenía 25 años cuando empezó a escribirlo. Lee el resto de la entrada »

Dos Bigotes: literatura como medicamento contra la intolerancia

                                              Por Enrique Anarteestudiante de Relaciones Internacionales y aprendiz de periodista

Nos encontramos en un local de Malasaña. No responden para nada a la imagen estereotipada que uno podría tener de de un par de editores. El

súbito salto al emprendimiento, al business, no parece haberles supuesto una necesidad de cambiar de atuendo de acuerdo con los formalismos que caracterizan al mundo de los negocios. Tatuajes por todo el brazo, piercings aquí y allá: es el rostro del nuevo emprendedor cultural, poco preocupado por romper los esquemas.

Gonzalo Izquierdo Torres y Alberto Rodríguez Langa, dos periodistas a los que la debacle económica forzó a buscarse otro camino, celebran ya la salida a la luz del quinto y sexto título de su editorial Dos Bigotes. Después de las antologías de autores rusos, africanos y españoles y la primea traducción al español del clásico Imre: una memoria íntima, esta joven editorial independiente de temática LGTBI se ha aventurado con la literatura homoerótica eslovena: Brane Mozetič y Suzana Tratnik son sus últimas apuestas.

Hablamos de muchas cosas, pero sobre todo hablamos de ellos, de su historia, de sus logros y de su futuro. La complicidad entre la pareja es evidente. Llevan juntos en este proyecto desde el principio. Ambos lucen el mismo tatuaje en el brazo, un flamenco coloreado. Durante casi toda la entrevista hablan en primera persona del plural y, a veces, uno completa la frase del otro. Su complicidad no es sino una prueba más de hasta qué punto están completamente entregados a su proyecto, un proyecto que para el resto de nosotros es una iniciativa más que interesante, pero que para ellos es un proyecto de futuro y de vida en común. Lee el resto de la entrada »