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¡Indignaos!

Por Beatriz Ramírez Saveedra

 

 

Cuando estudiaba en la universidad hubo un libro que hizo que mi sangre se revolucionara, un libro que bien me hubiera podido pasar desapercibido por sus escasas páginas o su tapa endeble, un libro con un megáfono rojo dibujado y el nombre de un autor francés escrito en la portada. Así, Stéphane Hessel, me ha venido hoy a la memoria como esa fuerza huracanada de un grito de resistencia que pugna por salir; allí…en esos márgenes que la humanidad arrincona y que, estos días, están aterrorizados pero NO desprovistos de rabia.

¿Dónde estáis? “Coged el relevo, ¡indignaos!”, ¿dónde estáis?, “la peor actitud es la indiferencia”. Hessel estuvo en la resistencia francesa y bien sabía de lo que hablaba cuando alentaba a las nuevas generaciones a tomar las calles para luchar por sus derechos. Redactor como fue, por cierto, de la Declaración de Derechos Humanos de 1948.

No puedo evitar las lágrimas al pensar que, por desgracia, Hessel, ya no puede gritar a nuestro lado pero…¿y si después de la lluvia nos espera el arco iris? Seguro que él no hubiera cesado en su empeño de luchar por la libertad porque no hay ni existe mayor garantía de éxito, que la necesidad de justicia.

La ultraderecha gana votos, terrenos, espacios, visibilidad, adeptxs, sillas, despachos…pero jamás tendrán la misma fuerza política/ideológica que quienes luchan en nombre del amor; hoy más que nunca, hoy con tanta rabia como mañana, debemos entender que “un ejército de amantes NO puede perder” (Lesbian Avengers, Nueva York).

Mientras partidos políticos como VOX y el PP siguen en pie de guerra deseando que nos extingamos, muchxs fascistas que iban de “progres” empiezan de nuevo a salir del armario, legitimadxs de nuevo por las mismas personas que llenarían las cunetas de todas las carreteras de este país, ahora más dividido que nunca, con nuestras cabezas. Y sonará duro, pero sí…quieren regar sus jardines con nuestra sangre.

De Norte a Sur, de Este a Oeste…como el lema de esas eternas manifestaciones feministas y queer, la bandera multicolor tiene que resurgir y ser colgada en cada una de sus sedes, en cada una de sus puñeteras casas…porque aquí, que no se nos olvide nunca, si tocan a unx, nos tocan a todxs.

¡El 23 de Julio puede ser tu peor pesadilla si no sales a votar!

Manifestaciones surgirán por toda España ante un Orgullo mucho más gris que lo que estábamos ya acostumbradxs a vivir porque es posible que este tiempo nos recuerde lo fácilmente que se pueden perder derechos ganados a golpe de moratones, lágrimas y miles de muertes, mientras ellxs, siguen con su propio fuego en la mano. ¡A la calle si quieres seguir bailando, hermanx!

Personas a las que quiero y guardo en mi corazón por tantas batallas vividas han empezado a llorar…Hessel parece contemplarnos desde algún rincón del cielo alentándonos a continuar y no podemos olvidar, NO debemos olvidar a todas las caras que nos representan desde todos los rincones de este país, porque ellxs siguen dando su vida por nuestro derecho a vivir LIBRES cada puto día. Les debemos la victoria, nos debemos tantos y tantos besos por esa maldita justicia histórica que no llega…

Si seguimos teniendo miedo, la bestia de la ultraderecha nos llevará de nuevo a campos de concentración, esta vez quizá más sofisticados, pero con tantas vallas electrificadas como había
antaño. Porque joder, ¡no, no somos parte de su rebaño!

Es imperativo que seamos valientes, que entendamos que nadie nos ha regalado estar aquí, VIVXS, disfrutando…En este momento, si te encierras en casa, pierdes todo lo que tienes. Vuelta a la casilla de partida, al inicio de otro expolio incansable, a la puñetera cárcel como en esa Ley de Vagos y Maleantes.

Hoy, se torna necesario que lxs humilladxs y lxs discriminadxs nos juntemos en el mismo bando a pesar de las muchas diferencias que seguro tendremos entre nosotrxs. Sólo la unión hace la fuerza, sólo la acción, puede llevarnos de nuevo a respirar con más tranquilidad. Recuerda que cada flor que ellxs parecen tirar en pos de…¿un mundo mejor?, no son más que caramelitos envenenados para que no podamos pensar. Y si no, ya tienen estrategias (muy malas, pero las tienen), para hacernos callar.

Ha llegado el Apocalipsis Queer a recordaros que no vamos a dar ni un sólo paso atrás y que nos vengaremos de cada puta lágrima que no estemos a tiempo de evitar. ¿Queréis darnos miedo? No tenéis ni idea del que ya hemos tenido, cadx unx de nosotrxs, sin excepción…así que…desde todos los rincones de este trozo de tierra llamado “territorio”, yo me hago eco (valiente poca humildad la mía al compararme con Preciado), de las palabras “YO SOY EL MOUNSTRUO QUE OS HABLA”.

¡Madrid, será, la tumba del Fascismo! Cualquier lugar…desde los márgenes, será su puta tumba.

“La afirmación más general de nuestra política en este momento sería que estamos activamente comprometidas en la lucha contra la opresión racial, sexual, heterosexual y de clase y que consideramos nuestra tarea concreta el desarrollo de un análisis y una práctica integrados que se basan en el hecho de que los principales sistemas de opresión están entrelazados…[…]” (Combahee
River Collective, organización feminista negra de Boston, 1977)

 

Un hogar seguro para la juventud LGBTIQ+ en Albania

Por Tamara Gámez Ramos, de @AltramuzEditorial

 

El 20 de enero de 1995, tras la presión internacional del Consejo de Europa y de ILGA Europe (Asociación Internacional de Gays y Lesbianas), el Parlamento albanés despenalizó las relaciones consentidas entre personas del mismo sexo.

La Constitución de 1998 amplió la protección de los derechos humanos con una cláusula específica sobre la lucha contra la discriminación, que incluye el género como motivo de no discriminación, y será la Ley de Protección contra la Discriminación, aprobada en 2010, la que prohíba la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género. El Código Penal fue modificado en 2013 e incluye la orientación sexual y la identidad de género como circunstancias agravantes en los casos de delitos de odio (artículo 50j).

Legislar a medias, discriminar sin medias tintas.

A pesar de los avances aparentes en relación con la protección de las personas LGBTIQ+, la ley en Albania no permite las uniones entre personas del mismo sexo, y las personas trans que lo desean no pueden acceder al tratamiento hormonal ni cirugías.

A esto se añade que el trato hacia las personas LGBTIQ+ por parte de profesionales de la salud es frecuentemente discriminatorio, según apuntan Informes como Community (Self) Organizing of Transgender Movement in Wester Balkans Region (2021). Las personas trans se enfrentan a menudo a la discriminación o la denegación de la atención sanitaria. El personal médico carece de formación de las identidades trans y, por ello, suelen ser percibidas con sospecha, realidad que se hace aún más compleja para aquellas personas que se han sometido a una cirugía de reasignación de sexo en el extranjero y ahora residen en Albania.

El trato discriminatorio por parte de las instituciones genera que el colectivo LGBTIQ+ tenga un nivel de confianza muy bajo en las mismas. Como resultado, y siguiendo el informe Challenges Faced by the LGBTI Community in Access to the Justice System (2018), de la entidad LGBTIQ+ albanesa Streha, las personas del colectivo se encuentran desinformadas sobre los recursos existentes en el país y no conocen dónde pueden acudir en caso de necesitar ayuda.

Este trato discriminatorio no solo sucede en las instituciones y el sistema sanitario, sino que se trata de una situación generalizada. Según una investigación realizada en 2018, hubo 450 casos de discriminación reportados en un solo año (Informe sobre la situación de la comunidad LGBTI en Albania, Aleanca 2018).

Un estudio del Consejo de Europa en 2021 destacaba que dos tercios de los incidentes de incitación al odio en Albania se dirigían a las personas LGBTIQ+. Así, la encuesta de la entidad LGBTIQ+ Aleanca de este mismo año indicaba que el 79% de las personas encuestadas podría abandonar Albania debido a la discriminación.

Discursos LGBTIQ+fóbicos a viva voz.

Añadidos a la discriminación en los espacios de participación, se encuentran los ataques de odio por parte de grupos religiosos, personajes mediáticos, políticos y ciudadanía general, tanto en la televisión nacional como en redes sociales y el resto de medios de comunicación, que fomentan los estereotipos negativos y prejuicios hacia las personas LGBTIQ+. Estos, a menudo, se acompañan de la idea de que la homosexualidad es una norma social importada de países occidentales. Las entidades LGBTIQ+ indican el fuerte impacto cuando estos mensajes de odio se articulan en las redes sociales, por la inmediatez y la repercusión, lo que va en detrimento de los esfuerzos que las organizaciones hacen de manera cotidiana para sensibilizar a la población.

En junio de 2021, la periodista Blerta Tafani hizo varias declaraciones homófobas en televisión, con afirmaciones como: «Es una gran desgracia [que una persona LGBTIQ+] dé a luz a un niño»; “las personas LGBTI quieren eliminar la palabra madre”; «la vida con dos padres no funciona, la vida con una familia gay se acaba”. Las cuentas de las redes sociales de la activista LGBTIQ+ cofundadora de Aleanca kunder diskriminimit LGBT+» (Alianza contra la discriminación de las personas LGBT+), Xheni Karaj, fueron bloqueadas en su intento de denunciar públicamente estas declaraciones.

En noviembre del mismo año, el fundador de la Coalición para la Familia Tradicional, el pastor Akil Pano, organizó un acto en su iglesia donde la periodista italiana Nausica Della Valle compartió sus experiencias como «ex lesbiana curada» por la Iglesia. Como resultado de este evento, Pano y Della Valle dieron una entrevista en la televisión nacional declarando que la homosexualidad puede ser curada.

Las entidades que trabajan con personas LGBTIQ+ en Albania expresan encontrarse ante un colectivo con mucho estrés y alta incidencia de problemas de salud mental como resultado de la intimidación, las amenazas y discursos de odio generalizados en el país. Esto tiene un impacto añadido en la juventud, en la que observan un mayor aislamiento y una baja autoestima.

La juventud expulsada por la LGBTIQ+fobia.

La juventud LGBTIQ+ es la que enfrenta mayores dificultades. Las entidades cuentan con obstáculos para trabajar con el Ministerio de Educación y no se han producido avances en la inclusión de temas relacionados con los derechos LGBTIQ+ en los planes de estudios. Una investigación de Aleanca kunder diskriminimit LGBT+ con estudiantes de secundaria y personas universitarias LGBTIQ+ indica que el 65% siente inseguridad en la escuela, el 93% ha escuchado insultos LGBTIQ+fóbicos en el Centro Escolar muy a menudo y casi un tercio ha abandonado o cambiado de colegio debido al acoso.

En el mercado laboral, ser joven y LGBTIQ+ ahonda en el desafío de la disidencia sexo genérica para acceder y mantener un empleo. Una encuesta realizada en 2018, indicaba que solo 231 de las 734 personas LGBTIQ+ encuestadas se encontraba trabajando y la mayoría de ellas expresaba temor a ser expuestas, discriminadas y/o despedidas por ser LGBTIQ+, no hablando abiertamente sobre su orientación sexual y/o identidad de género en el entorno laboral (Informe sobre la situación de la comunidad LGBTI en Albania, Aleanca 2018).

Adelajda Alikaj, directora de Streha Center, indica el acceso a la vivienda como una de las principales dificultades que las personas LGBTIQ+ están experimentando en la actualidad. Este impacto corresponde a tres realidades, en primer lugar, la discriminación en el acceso al mercado de la vivienda, especialmente hacia las personas trans, reportando casos de negativa por parte de las personas propietarias a arrendarles por su pertenencia al colectivo LGBTIQ+. En segundo lugar, encontramos la LGBTIQ+fobia, desencadenante de la expulsión del hogar que se ha visto exacerbada a partir de la pandemia de COVID-19 cuando muchas personas LGBTIQ+ tuvieron que permanecer con familias inseguras, expuestas al rechazo y a la violencia. En tercer lugar, la discriminación en ámbitos como el laboral supone una situación de mayor empobrecimiento que limita el acceso a la vivienda; esto se ha visto acrecentado por la situación económica actual y el aumento en los precios de los alquileres.

Adelajda, quien lleva más de tres años en la entidad y es activista por los derechos del colectivo, destaca que “el primer gran problema que enfrentan las personas LGBTI+ en Albania es la marginación y la exclusión social en casi todas las áreas de la vida; el segundo gran problema son los estereotipos negativos de las personas LGBTI+ por parte de la sociedad albanesa en general”. La directora de Streha ha formado parte este año de Defenders´ Days, una de las mayores conferencias del mundo en la que se encuentran cada dos años 200 defensores de los derechos humanos de los cinco continentes. En su experiencia, la lucha por los derechos LGBTIQ+ en el país sigue siendo un asunto casi exclusivo de la disidencia sexo-genérica y las entidades del colectivo, sintiendo una ausencia de apoyos ante situaciones como las agresiones LGBTIQ+fóbicas.

Streha, construyendo hogares seguros para la juventud LGBTIQ+.

Streha es la entidad LGBTIQ+ que gestiona el primer y único centro residencial para jóvenes LGBTIQ+ sin hogar en Albania y en la región de los Balcanes. Una organización de base con sede en Tirana que prioriza la vivienda segura y trabaja para empoderar a la comunidad LGBTIQ+ proporcionando apoyo de emergencia, refugio, asistencia legal, asistencia médica y psicológica, ayuda en el empleo y apoyo en la cobertura del alquiler.

El Centro Streha fue seleccionado en 2020 como una de las 17 mejores prácticas de servicios de vivienda en Europa, y la red IRIS, que conecta a más de 200 organizaciones que prestan servicios sociales en la región de los Balcanes Occidentales, seleccionó a Streha en 2021 como caso de estudio por sus buenas prácticas.

Lo normal y lo extraordinario de la violencia hacia las personas LGTBI y sus familias

Pablo Morterero (@pabloMorterero)

 

Una reflexión que últimamente comparto bastante es que, en mi opinión, la violencia no es algo puntual o reducido a determinadas acciones u omisiones, sino que nuestras sociedades se han estructurado históricamente sobre la violencia.

Cometemos el error de definir exclusivamente como violencia aquella que produce daños corporales, amputaciones o muerte. Estas son sin duda las más terribles, pero no necesariamente las que a largo plazo sean las más dolorosas e inhabilitantes.

Pero la realidad es que las violencias van mucho más allá. Pero son tan habituales que pasan desapercibidas hasta para el ojo más prevenido.

Existe grandes hechos violentos, como el terrorismo, el asesinato, la violación. Ahí sí somos capaces, como individuos y como sociedad, de detectar rápidamente la violencia y nuestra respuesta por lo general es de severa condena y apoyo a las víctimas.

Pero existen violencia igual o más dañina para nuestra integridad física, social y emocional que no son tan evidentes y en las que no solemos reparar.

La violencia nos rodea. Se ejerce violencia en la pareja, en la familia, en los grupos de iguales, en el colegio, en la Universidad y en la empresa. Se ejerce violencia en las guarderías, en las residencias de ancianos y en los hospitales. Y se ejerce violencia en la política y en los medios de comunicación. No hay espacio de nuestra vida cotidiana donde esté exenta la violencia, a veces de baja intensidad, que adquiera formas de burlas, chantajes y apodos.

En el mundo anglosajón, tan dados a poner nombre a cualquier cosa o situación, los denomina bullying si se da en la escuela, o moobing, si ocurre en el trabajo, por ejemplo. Pero si leemos la prensa vemos las denuncias sobre las violencias obstétricas sobre las mujeres embarazas o parturientas, la violencia de las redes sociales, etc., algunas todavía sin nombre, pero igual de reales, dolorosas e incapacitantes.

Haber nacido, y ser educados y formados en medio de esa violencia de baja y media intensidad, hace que pasen desapercibidas o bien sean calificada de bromas, cosas de niños, asuntos de pareja, tradiciones, estrategias de motivación, cotilleos, etc.

Incluso nuestro refranero popular ensalza la violencia como práctica no solo tolerable sino recomendable: quien bien te quiere, te hará llorar; la letra con sangre entra; etc. son claro ejemplo de ello.

Y para afrontar esta violencia es fundamental tomar conciencia que cualquiera de nosotros somos a la vez ejercitadores de violencia y víctimas de ella. Porque los violentos no son necesariamente los que van embozados al final de una manifestación y portan cócteles molotov. Puede tener la apariencia de una amable abuela, de un joven responsable, e incluso de un atractivo presentador de noticias.

Y sin este paso, sin asumir que al estar educados en un sistema social que se articula sobre las relaciones de violencia y que nos convierte a la vez víctimas y verdugos, cualquier avance en este campo es muy limitado.

Como nos advertía Freidrich Schiller hace casi 200 años en su opúsculo “Sobre lo sublime”, “Nada es tan indigno del hombre, pues, como sufrir violencia: la actitud violenta lo aniquila. El que la ejerce nos disputa nada menos que la humanidad. El que la sufre cobardemente se despoja de su humanidad”.

Por desgracia, cada día las personas homosexuales (gais y lesbianas), bisexuales, no binarias o de género fluido, trans, intersex y queer, somos noticia por la violencia que sufrimos y que solemos denominar LGTBIfobia. Asesinatos, mutilaciones clínicas, palizas, amenazas, discriminación, etc, que llevan a muchos de los que lo padecen a las enfermedades mentales como la depresión, la adicción al sexo, el abuso de sustancia politóxicas o al intento de suicidio, en demasiadas ocasiones con éxito.

Por eso desde el activismo LGTBIQ debemos responder de forma contundente, coordinadamente y con valentía, ya que, si la sufrimos cobardemente, permitimos que nos despojen de nuestra humanidad.

Pero también debemos no solo ser capaces de detectar las violencias que nos aniquilan, en palabras de Schiller, sino también ser conscientes de aquellas violencias que ejercemos y que sin darnos cuenta despojamos de humanidad a nuestras víctimas.

La plumofobia, el edadismo, la gordofobia, etc. son algunas de esas lacras de violencia de baja y media intensidad que se viven entre las personas LGTBI, pero también la gaifobia, lesbofobia o la transfobia interiorizada, que nos llevan a ser víctimas de ella a la vez que verdugos de otras personas homosexuales y trans.

Incluso en ocasiones, la utilización desmedida de la acusación de homofobia o transfobia hacia los demás esconde una forma torticera de violencia.

La lucha contra esa violencia debe partir desde dentro hacia fuera. Para afrontar con éxito esa batalla, debemos primero analizar como desde nuestra vida cotidiana ejercemos violencia y la padecemos. Detectar los vínculos emocionales de esa violencia e intentar cambiar es fundamental en esta lucha.

Así estaremos realmente dando la batalla a las violencias.

 

Foto: Global Panorama

 


Esas mujeres poco mujeres…

Mar Tornero.
Vicepresidenta del Colectivo GALACTYCO, Cartagena. 

 

No estoy muy segura de escribir este artículo, pero lo voy a intentar.
Una vez escuché a Miquel Missé decir que las mujeres lesbianas masculinizadas teníamos mucho que decir al respecto de la realidad trans. Y sí, es cierto.

Nosotras, esas mujeres “poco mujeres” que crecimos en entornos en donde el género estaba marcado a fuego, tuvimos que lidiar con la violencia establecida que dirimía y juzgaba sin pudor cuándo estabas dentro de los cánones establecidos y cuándo te salías de la norma en cuanto a ser mujer se refiere: chicazos, marimachos, envidiosas del pene y otras lindezas fueron expresiones que tuvimos que soportar demasiadas veces mientras construíamos nuestra personalidad. Y no ya porque desearas ser amante de otra mujer, no. Era porque tu modo de estar en el mundo no cumplía con unas normas sociales inventadas para ser mujer o ser hombre. “Vistes como hombre, montas en bici como hombre, conduces como hombre, trabajas como hombre, llevas el pelo como hombre, y hasta deseas como hombre….”, ¿pero esto qué mierda es? Entonces no les bastaba mi genitalidad…

Si pudiera decir en un artículo “estoy hasta el coño”, lo diría, pero no lo voy a decir. Aunque hablando de coños, diré que estoy muy orgullosa del mío, que jamás envidié un pene, y que si sigo siendo una mujer es porque aprendí a librarme de cuantos estereotipos de género me marcasteis, sociedad en general. Aprendí a ser como soy amando el cuerpo que tengo y mi manera de hacer vida con él, a pesar de todos esos mensajes que pretendían hacerme creer que había algo erróneo en mí.

Ahora, esa sociedad en general, siempre tan empática, se pone a opinar sobre si es apropiada la autodeterminación del género para todas aquellas personas a las que habéis tratado de domesticar sin éxito con vuestros estereotipos artificiales, esos que hunden sus raíces en creencias fantasiosas e irracionales. Y cuestionan su legitimidad, su dignidad, sus derechos y hasta su sufrimiento. Y de todo esto lo peor es el desprecio que cotidianamente me llega de mujeres supuestamente feministas, e inteligentes, que enarbolan la bandera de la disolución del género, como si esto fuera la panacea para acabar con la violencia contra las mujeres. Y para ello han puesto en la diana especialmente a las mujeres trans.

¿Por qué no vais a por todos aquellos que nos han hecho sentir y creer que tener un coño o un pene llevaba implícito una caterva de disparates que nada tienen que ver con nuestra biología? Todos aquellos que consiguieron que el “sexo varón” disfrutara de privilegios frente al “sexo mujer”, y que nos construyó con infinitas características que tanto muchas mujeres como muchos hombres hemos desmontado, TRANSgrediendo los mandatos de quienes los dictaban y de quienes los asumían.

Siempre tuve problemas para “hacer de mujer” cuando las convenciones sociales así lo exigían. Y eso sí que fue violencia contra mi persona: nadie me dijo que era una mujer perfecta tal y como era, nadie me aportó un ápice de empatía y comprensión sobre la clase de mujer que yo he sido. Y muy al contrario, fueron cientos los mensajes que cuestionaban mi ser como mujer. Su mirada sobre mis características biológicas pretendía obligarme a ser una mujer que yo nunca supe cómo ser. Y disfrazarme, como ahora le gusta decir a alguna académica del feminismo, era ir a la sección de mujeres de El Corte Inglés para vestirme con ropa extraña para mí, teniendo como alternativa la sección de hombres, tan extraña como la anterior. ¿Y ahora vais y arremetéis contra quienes piden la autodeterminación del género?

No os entiendo. Ahí tenéis a toda una cultura que nos ha oprimido, arremeted contra ella, y dejad a las personas trans que vivan en paz, reconocedles su derecho a ser con la misma naturalidad que habéis asumido vuestras “feminidades absolutas”, y vuestras “masculinidades perfectas”. Y si de lo que se trata es de disolver los mandatos de género, mirad hacia otro lado, ahí donde se construyen y alimentan: en cada escuela, en cada partido político, en cada comercio, en cada libro de texto, en cada universidad, en cada parlamento, en cada entorno laboral, en cada vecindad, en cada familia, en cada pandilla de adolescentes, en cada expresión cultural. Tirad del hilo de la Historia y del montaje social establecido en ella hasta llegar a nuestro presente, y ahí es donde podéis empezar a lanzar improperios a diestro y siniestro dejando a las personas trans en paz. Aunque sea por honestidad, aunque sea por respeto. Un mínimo de empatía, por favor.

Frente al mundo binariocisheteropatriarcal reivindicamos un mundo igualitario

Voces LGTB Madrid (@voceslgtbmadrid)

 

El Coro Voces LGTB de Madrid canta por la igualdad y la defensa de los derechos humanos allá donde va, ya sea en una iglesia o en un ministerio.

Madrid. 29 junio 2021

El 28 de junio de 1969, en el bar de Stonewall, un grupo de personas parte de una minoría, la del colectivo LGTBI, hartos de los abusos de la policía y de la discriminación social en la que vivían inmerses, dijeron basta. Decidieron que había llegado el momento de plantar cara a un mundo binario cis hetero y patriarcal y visibilizarse sin miedo y con orgullo para conquistar su lugar en el mundo.

Las revueltas de Stonewall fueron el germen de lo que es hoy el día del orgullo LGTBI. Y esto fue lo que cada 28 de junio conmemoramos una gran mayoría de las personas LGTBIQ+ en el mundo. Celebramos la riqueza de la diversidad, denunciamos la discriminación y los abusos hacia nuestro colectivo y exigimos la igualdad, una igualdad que o es para todes o no es igualdad.

Nuestra asociación, el Coro Voces LGTB de Madrid, participó de manera voluntaria y gratuita en el acto que el Ministerio de Igualdad organizó con motivo del orgullo 2021. Se nos invitó a este acto sabiendo que la reivindicación es parte de nuestro ADN. Elegimos el repertorio libremente con el único fin de visibilizar tanto el camino recorrido por nuestres predecesores como los retos que todavía tenemos que afrontar.

Nos emociona saber que nuestra canción Mundo BinarioCisHeteroPatriarcal se hizo viral porque nuestro objetivo era visibilizar que nuestra sociedad arrastra una carga cultural que dificulta la convivencia y nos afecta a todes, especialmente a las mujeres y a las orientaciones e identidades minoritarias. También quisimos hacer memoria de las personas que arrancaron con este movimiento, interpretando el momento de los disturbios en el bar de Stonewall, una pieza musical que es parte de nuestro espectáculo La pasión de Marsha, de Stonewall al río Hudson. En ella representamos la entrada de la policía en el bar de Stonewall y por eso cantamos que “queremos a la policía fuera”, como debieron gritar quienes ese día estaban allí reunidos. Nuestros mayores abrieron el camino, con su cuerpo y con su cara, y cada vez que subimos al escenario a representar la Pasión de Marsha cantamos para elles, por su valentía y su ejemplo. Queremos despertar conciencias, en palabras de nuestra presidencia, Luz Lozano “Si hemos conseguimos generar debate nos sentimos satisfeches. Los cambios legales son necesarios y celebramos todos los avances, pero es fundamental que los corazones también se abran y la música es un gran aliado para ello”.

Porque para el Coro Voces LGTB, como cantamos en nuestro haka final que estamos seguro que encantaría a los maories, “solo importa lo esencial, nada más que lo esencial”: la igualdad, la diversidad y el respeto a las personas y los derechos humanos. Porque personas trans, lesbianas, bisexuales, gays, queer, personas no binarias… lo queremos todo, como cualquier otro ciudadane, y no nos vamos a conformar con menos.

 

 

Lectura Manifiestos Colectivos en Orgullo Crítico 2021

 

Plataforma Orgullo Crítico  (ig: @orgullocriticomadrid /  tw: @OrgCriticoMad)

 

Llamamiento de la Plataforma Orgullo Crítico para la organización del #OrgulloCritico2021:
‘Hola chiques,
Si queréis leer vuestro manifiesto en el Orgullo Crítico 
mándanoslo por correo orgullocriticomad@gmail.com 
IMPORTANTE‼️ Máximo de extensión 400 palabras con lo que represente a vuestro colectivo 
Hasta el 13 de Junio.’
 
Esta y otra mucha información sobre Plataforma Orgullo Crítico Madrid en este enlace.

Dos recomendaciones para parar y reparar este precipitado mes de mazo

Por Nieves Gascón, (@nigasniluznina), la cuentista de nuestro refugio

Ya estamos en el mes de marzo y casi no me doy cuenta por la cantidad de cosas de las que estoy pendiente. Tercera ola Covid 19, vacunas e intentos de especulación de las grandes empresas farmaceúticas, pendiente de la campaña de Amnistía Internacional para la defensa de la Atención Primaria de Salud, no podía estar más de acuerdo, gracias me devolvéis la fe en la humanidad y admiro a les, las y los activistas.

Ertes, despidos, elecciones sindicales, aprovecho y saludo a mis compañeras de sección de CCOO. Teletrabajo y redacto documentos sin fin. Tengo una preciosa familia con gata como el gato de Mili Hernandez que va de casa en casa y convive con familias muy diversas, como mi gran familia extensa.

En términos generales esta es nuestra vida, muchas personas pueden identificarse y tiene mucho sentido por dos motivos: internet nos abre puertas al trabajo, activismo, colaboraciones y actividades para todo el día. Llegó el 8 de marzo y dosifiqué fuerzas para disfrutar como otro año más, para que se pintasen las calles de morado. Además, ahora, las redes sociales se nos abrieron más posibilidades de expansión de esta tonalidad tan preciosa y feminista que nos viste a todas en estos días.

Y cuando hablo de todas, incluyo a las mujeres transfeministas, que las hay y desde hace mucho tiempo, a las transgénero y transexuales, por que el feminismo es la lucha por la igualdad, se gestó por este motivo y cabe en todos aquellos lugares donde hay personas discriminadas. Sino es así carece de sentido para mí que el feminismo me ha ayudado tanto a entender a verme y ver de forma sorora a otras mujeres. No puedo creerme la polémica actual en relación al feminismo, más recalcitrante me temo, y en contra de los colectivos de mujeres trans, sobre todo porque no he visto públicamente nada en contra de los hombres trans en ninguna declaración o debate. Lee el resto de la entrada »

Propósito de vidas felices para Año Nuevo

Por Marta Márquez (@marta_lakme) escritora y presidenta de Galehi, asociación de familias LGTBI

Foto: MUMS

La Navidad. Ese momento del año en el que todo se vuelve alegría, color, risas, quedadas, amistades, familia, cenas, regalos… ¿De verdad? ¿En serio nos olvidamos de todos nuestros problemas y somos mejores personas? ¿Acaso creemos que todo el mundo es feliz en la Feliz Navidad? Pues no. No lo es. Hay gente que en Navidad se siente más infeliz que nunca.

En estas peculiares navidades estaba yo paseando por Netflix sin saber qué ver cuando vi una portada llena de colores (y llena de Meryl Streep) y dije “esta, esta” y ¿sabéis qué? ¡ES UN MUSICAL! Me fascinan los musicales. Pensé que un musical era perfecto para el momento, que un musical no puede hacerte daño. Así que ahí estaba yo, dispuesta a ver The Prom. Argumento rápido con spoiler: va a ser el típico baile del instituto. Todo muy cuqui, vestidos de fiesta, limusima y una bollera a la que nadie quiere dejar ir. Fantástico el estado de Indiana. Un grupo de estrellas de Brodway deciden utilizar a la chiquilla para promocionarse y parecer mejores personas. Se plantan en el pueblo y la lían parda. Al final: baile, luces, amor, besos…blablabla. Lee el resto de la entrada »

Sobre el feminismo radical (RadFem)

Por Marta Mar, socióloga y co-creadora del podcast Territorio Queer

Foto: Marta Mar

Llevo un tiempo un poco desconectada del activismo colectivo, ya que pensaba que había unas ideas básicas sobre las que ya había un cierto acuerdo dentro del feminismo y sentía prioritario hacer un activismo más introspectivo. He seguido informándome, leyendo y escuchando podcast principalmente, y he dedicado mucha energía a cambiar en mi propia vida las dinámicas que yo misma estaba reproduciendo: trabajarme el síndrome de la impostora, empoderarme en el trabajo, cuestionar la prioridad de la pareja sobre el resto de la red afectiva, reclamar cuidados, aceptar mi cuerpo e intentar contribuir a que las mujeres de mi alrededor también lo hagan. Sin embargo, la irrupción en mi vida del discurso RadFem me ha hecho recordar la necesidad del debate público y del activismo colectivo.

Considero que el autodenominado feminismo radical (RadFem, no el feminismo radical molón de los años setenta, de las performances y los grupos de autoconciencia) es un feminismo beligerante, que en el Estado español ha surgido de la hostilidad y el reduccionismo de Twitter, así como de ciertas élites políticas y académicas dentro del movimiento feminista que han visto amenazada su cuota de poder. Es una reacción impulsiva a los señoros y machitrolls y, con el tiempo, a cualquier persona que opine diferente, que sea leída como amenaza a la causa. No cuestiono que las personas que defienden a capa y espada lo que es ser Mujer (con mayúsculas, que todavía no tengo muy claro lo que es) en el ámbito público (redes sociales, la Universidad o en las instituciones) no se hayan encontrado con especímenes de toda ideología e identidad, que las hayan atacado y obligado a defenderse con uñas y dientes. Pero no perdamos de vista que Twitter no es el mundo real, es un nido de ratas, donde la gente pierde cualquier tipo de educación a la hora de expresar sus ideas. Porque a veces, esto parece una cruzada, una conspiración, una guerra. Y no, al final son feministas atacando a otras feministas y, sobre todo, no escuchando, invalidando discursos minoritarios y no creando espacios de encuentro. Lee el resto de la entrada »

¿Quién teme a lo queer? – Lo que somos: autobiografía, ficciones y dramas

Por Victor Mora (@Victor_Mora_G ‏)

Si quieres mandar preguntas o comentarios a Víctor Mora puedes escribir DM o de forma anónima a: https://curiouscat.me/Victor_Mora_G

 

 

Quizá el objetivo más importante de nuestros días es descubrir lo que somos,

pero para rechazarlo.

Michel Foucault.

 

No me atrevo a hablar en nombre de ninguna otra, lejos de perpetuar la idea de que las mujeres trans somos un bloque homogéneo de prácticas e ideas, defiendo nuestro derecho a la cobardía, a la alienación, a ser completas gilipollas, a equivocarnos, a ser unas bocazas y a dramatizar.

Alana Portero.

 

No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque ser Virginie Despentes me parece un asunto más interesante que ningún otro.

Virginie Despentes.

 

¿Qué/quién soy? Cuerpo, nombre, memoria, proyección. Lo que somos. Expresión, performance, significante en mapa, cuerpo-texto, herida abierta, preconsciencia. Lo que somos. Ultraconscientes del autoengaño, exposición, venta y consumo. Titubeo, mentiras, verdades como puños, verdades con patas. Fracasos, errores, esperanzas. Lo que somos.

Soy Víctor Mora, y ahora mismo escribo desde un portátil en el salón de mi casa. Esto va cambiando, a veces escribo en bibliotecas o en bares, en cuadernos y libretas. Escribo todos los días y todos los días soy Víctor Mora, aunque ya he asumido que esa persona son varias personas como, creo, cualquiera. He aprendido a convivir con los fantasmas que me componen, a entender que el yo que escribe ahora no es más que uno de ellos y que no es desde luego más importante que el resto. He vivido en Madrid más de la mitad de mi vida. He trabajado la noche y los clubs. He sido imagen, DJ y cantante de una banda electrorock. Fui teleoperador erótico, camarero en saunas gays y dependiente en tiendas de moda gótica. Me maquillaba, tenía el pelo largo y estaba obsesionada con la delgadez. Performaba la feminidad sin considerarme mujer, es decir, sin serlo. Pero sí sabiendo que tenía que explorar lo femenino y expresarlo. Era mi espacio en el género. Era un lugar de emancipación. Fui por fin el putón que tanto ansiaba ser, el de Ziga, el que añora ser la niña que no se atrevió a pedir que la dejaran ir con boa de plumas y sombra azul al colegio. Quise ser Miss Guy de Toilet Boys. Tacones, medias de rejilla, labios rojos, eyeliner, pelo cardado y maquillaje hasta en el corazón, como cantábamos en nuestro primer single post-Naranjo. Lee el resto de la entrada »