Entradas etiquetadas como ‘Activismo trans’

Sobre el feminismo radical (RadFem)

Por Marta Mar, socióloga y co-creadora del podcast Territorio Queer

Foto: Marta Mar

Llevo un tiempo un poco desconectada del activismo colectivo, ya que pensaba que había unas ideas básicas sobre las que ya había un cierto acuerdo dentro del feminismo y sentía prioritario hacer un activismo más introspectivo. He seguido informándome, leyendo y escuchando podcast principalmente, y he dedicado mucha energía a cambiar en mi propia vida las dinámicas que yo misma estaba reproduciendo: trabajarme el síndrome de la impostora, empoderarme en el trabajo, cuestionar la prioridad de la pareja sobre el resto de la red afectiva, reclamar cuidados, aceptar mi cuerpo e intentar contribuir a que las mujeres de mi alrededor también lo hagan. Sin embargo, la irrupción en mi vida del discurso RadFem me ha hecho recordar la necesidad del debate público y del activismo colectivo.

Considero que el autodenominado feminismo radical (RadFem, no el feminismo radical molón de los años setenta, de las performances y los grupos de autoconciencia) es un feminismo beligerante, que en el Estado español ha surgido de la hostilidad y el reduccionismo de Twitter, así como de ciertas élites políticas y académicas dentro del movimiento feminista que han visto amenazada su cuota de poder. Es una reacción impulsiva a los señoros y machitrolls y, con el tiempo, a cualquier persona que opine diferente, que sea leída como amenaza a la causa. No cuestiono que las personas que defienden a capa y espada lo que es ser Mujer (con mayúsculas, que todavía no tengo muy claro lo que es) en el ámbito público (redes sociales, la Universidad o en las instituciones) no se hayan encontrado con especímenes de toda ideología e identidad, que las hayan atacado y obligado a defenderse con uñas y dientes. Pero no perdamos de vista que Twitter no es el mundo real, es un nido de ratas, donde la gente pierde cualquier tipo de educación a la hora de expresar sus ideas. Porque a veces, esto parece una cruzada, una conspiración, una guerra. Y no, al final son feministas atacando a otras feministas y, sobre todo, no escuchando, invalidando discursos minoritarios y no creando espacios de encuentro. Lee el resto de la entrada »

¿Ser incoherentes nos hace menos válidas? Soy trans aunque parezca un hombre

Por Marcos Ventura Armas (@MarcosVA91) Licenciado en Derecho y activista Gamá, Colectivo LGTB de Canarias

La coherencia es uno de esos grandes valores que tenemos en alta estima, pero sobre el que quizás no reflexionamos lo suficiente. Una de esas ideas que no deconstruimos, pero detrás de la cual puede haber más de lo que imaginamos.

La coherencia implica la toma de decisiones tales que estén en conformidad con nuestra forma de pensar o nuestra actuación anterior. Es decir, lo que se juzga al juzgar la coherencia son las decisiones que hemos tomado. Ahora bien, tomar decisiones es un ejercicio de libertad individual. En la concepción del sujeto propia de la modernidad, como sujeto plenamente autónomo que goza de libre albedrío, esto no supone conflicto. Pero en la concepción contemporánea del sujeto como influenciado y hasta determinado por su entorno, por su cultura, por el poder que lo atraviesa y utiliza, sí. Por usar una expresión patria, no soy solo yo, sino yo y mis circunstancias.

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Historias de vida trans: la cruz de la violencia

Historias de Vida Trans es la serie de textos con lo acercamos la historia de mujeres transexuales que nacieron en una España que las criminalizaba y se hacen mayores es una España que sigue sin querer mirarlas de frente.

Por Nayra Marrero (@nayramar)

Laura tiene una mirada cándida y una sonrisa inocente, parece que tengo delante una niña grande y confiada a la que he invitado a jugar. De hecho, cuando empezamos hablar lo hacemos de juguetes, de los cochecitos que le regalaban por Reyes cuando ella quería cacharritos y muñecos como los de sus hermanas.

Tiene 53 años pero recuerda, como si fuera ayer, que después de la ducha su madre le ponía los slips y ella, a escondidas, los cambiaba por braguitas.

En el colegio siempre iba con las niñas y con ellas jugaba a la soga, al elástico… No le gustaba el cole, siempre simulaba que estaba pachucha para no ir, y la acabaron echando, me dice, por trans. Tendría 10 añitos (Laura es muy de diminutivos) y se había echado un novio de un añito más. Lee el resto de la entrada »

Historias de Vida Trans: conjugando la vida en presente

Después de Judith, seguimos con la serie Historias de Vida Trans, una serie de textos que nos acercarán a mujeres transexuales que nacieron en una España que las criminalizaba y se hacen mayores es una España que sigue sin querer mirarlas de frente. 

Por Nayra Marrero (@nayramar)

Cuando una llega a la adolescencia no piensa en mañana, ni en pasado mañana. Piensa en que las hormonas le sientan bien, la ponen guapísima y crece el pecho. Así que Monse, según cuenta, con 14, 15 años, ya tenía un carro puesto.

Entonces vivía con su hermana en El Polvorín, barrio de fama en Las Palmas de Gran Canaria por lo conflictivo, al que se mudó cuando la quitaron de estudiar para trabajar. En esa época ella, que ya empezaba a salirse del tiesto, vio la oportunidad de ser ella, porque siempre fue mujer, me dice, y actúo como tal.  Monse es, cómo explicarlo, una señora. En su saber estar, en sus andares, con su calidez y su gestos, con la profunda mirada que me sostiene ahora, a nada de cumplir 60, en la que además de cariño encuentro siempre un halo de tristeza.

Pero Monse no suele mostrar debilidad, se guarda lo malo y mira al mundo de frente. Eso lo heredó de su madre, como la genética, el cutis fino y el vello escaso, y ese no quedarse callada, que es sello de familia. Lee el resto de la entrada »

Mis recuerdos: la larga espera de la Igualdad

   Por Mané Fernández, coportavoz de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB) y experto en Políticas Trans.

Foto del autor de la entrada: Mané Fernández

Hace ya 31 años que un joven de 22, con muchas ilusiones, salía de Chile, su tierra natal, para vivir su realidad desde la libertad y el respeto, libertad y respeto que en su país le eran negados.

Ese joven dejó atrás muchas cosas: su familia, sus amigos, su seguridad, un modo de vivir cómodo pero no libre para cumplir su sueño.

La salida de su país estuvo marcada por muchas esperanzas. La visión desde la ventana del avión de la majestuosa cordillera de los Andes le hacía pensar que saltaba un muro, dejando atrás un baúl lleno de piedras que le hacían muy difícil el caminar; las lágrimas que salían de sus ojos tenían dos razones, una, la tristeza de lo que quedaba atrás, y la segunda, la alegría de lo nuevo por encontrar. Lee el resto de la entrada »