Archivo de la categoría ‘Charo Alises’

Tomates verdes fritos

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

Película estadounidense dirigida en 1991 por Jon Avnet y protagonizada por Kate Bates (Evelyn), Jessica Tandy (Ninny), Mary Stuart Masterson (Iddgie) y Mary-Louise Parker (Ruth). Basada en la novela de 1987 Fried Green Tomatoes at the Whistle Stop Cafe escrita por Fannie Flagg, la narración se enmarca dos momentos históricos distintos: los años 80 y la Gran Depresión que golpeó con dureza a la sociedad norteamericana durante los años 30 del pasado siglo. Evelyn , una ama de casa frustrada de visita en una residencia de mayores, inicia una inesperada conversación con Nanny, anciana de aspecto apacible. Esta cinta, de argumento aparentemente insulso , se convirtió en un éxito de crítica y público en una época en la que el cine de acción dominaba las carteleras de todo el mundo. La novela en la que se basa la película fue candidata al Pulitzer y el guión estuvo nominado al Óscar en su categoría.

Tomates verdes fritos habla de amistad, muerte, violencia de género, relaciones lésbicas, racismo, gerontofobia, feminismo, eutanasia, discapacidad y hasta de canibalismo. Además, dos de sus actrices protagonistas se alejan de los requisitos que se exigen a las mujeres para resultar atractivas en la gran pantalla: juventud y un cuerpo de cine. Flagg, que es guionista de su propia novela, decía que la única manera de que a una mujer le diesen una beca en los 50 era ganar un concurso de belleza.

Thomas Newman compone para acompañar la historia, una magnífica banda sonora que adereza los momentos de ternura y actividad del relato. Sirva de ejemplo la escena del ataque del Ku Klux Klan, o cuando Idgie va a rescatar a Ruth de su marido maltratador.

La cinta se desliza con naturalidad por el melodrama , la comedia negra y el humor gracias a un guión salpicado de frases ingeniosas y situaciones surrealistas, como el entierro del brazo de Buddie organizado por Iddgie, que se empeña en llamar lisiado al hijo de Ruth para que el niño se acostumbre con naturalidad y entereza a las situaciones complicadas de la vida a las que hay que hacer frente al grito de guerra de Towanda!

Gracias a Nini y sus historias Evelyn empieza a tomar conciencia de su valor como mujer. Ese empoderamiento se refleja en diálogos como éste del aparcamiento que mantiene Evelyn con unas mujeres más jóvenes:

—Soy demasiado vieja para ser joven y demasiado joven para ser vieja.
—Admítalo señora, somos más jóvenes y más rápidas.
—Admitidlo, soy más vieja y mi seguro lo cubre todo.

Evelyn empieza a hablar abiertamente sobre sexualidad:

—¿Tiene usted problemas con su sexualidad?-  Le pregunta la monitora de uno de los cursos a los que se apunta para atrapar el tren de la revolución feminista tras proponerle que escrute su vagina con un espejo – .
—No, tengo problemas con mi faja.

La relación lésbica entre Idggie y Ruth en la película solo se puede intuir, sin embargo la novela describe el amor entre las dos mujeres de forma explícita. Los intentos de Mary Louis Parker, Mary Stuart Masterson y Fannie Flagg para convencer al director y a los productores de que ahondaran en la relación sentimental de las protagonistas fueron infructuosos. Todavía eran tiempos muy complicados para la diversidad sexual en el cine y la taquilla mandaba. A pesar de todo, la película ganó un premio Glaad por mostrar una relación lésbica de manera positiva, aunque para la mayoría del público heterosexual, ese aspecto pasó desapercibido.

La secuencia de la lucha de comida con Idgie y Ruth embadurnadas de harina y crema fue la única concesión que el director Jon Avnet hizo a la relación física entre las protagonistas. Una versión light y rural de la sexual El cartero siempre llama dos veces o del erotismo a la luz del frigorífico de Nueve semanas y media.

A pesar de las omisiones intencionadas sobre la naturaleza del vínculo entre Idgie y Ruth, el amor que ambas se profesaban es el verdadero motor de la historia.
 

Joyland

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

Esta película pakistaní dirigida en 2022 por Saim Sadiq, cuenta la historia del amor imposible entre una estrella trans y un joven perteneciente a una tradicional familia de Pakistán . La cinta obtuvo el premio del jurado Una cierta mirada en el Festival de Cannes y la Palma Queer de ese certamen en el año 2022.Es la primera película paquistaní que desfila por la croissete. Joyland también obtuvo el premio Independent Spirit a la mejor película extranjera de 2022. Además consiguió una mención en la Seminci y fue preseleccionada por Pakistan para participar en los Óscar.

Joyland (la tierra de la alegría), es el nombre de un parque de atracciones de Pakistán, sin embargo el país que describe la cinta es un lugar donde se reprimen las libertades individuales. Por esto, no es de extrañar que la película fuese censurada debido a las quejas que sectores conservadores pakistaníes formularon ante el Ministerio de Información y Radiodifusión. El senador Mushtaq Ahmed Khan, perteneciente al partido Jamaat-e-Islami, afirmó sobre Joyland:

Va en contra de los valores sociales y estándares morales de nuestra sociedad y es claramente repugnante a las normas de la decencia y la moralidad.

La presión mediática ejercida por su director, el elenco y figuras públicas como Malala Yousafzai, consiguió que el 16 de noviembre de 2022 se revocara la censura y, finalmente, se estrenase el 18 de noviembre.

Sadiq cursó sus estudios en la universidad de Columbia y quizás fue allí donde aprendería que para tener éxito debía de contar historias que, aunque locales, pudiesen trasladarse a cualquier tiempo y lugar. Su primer cortometraje, ‘The Caretaker’ (2017), se proyectó en numerosos festivales de todo el mundo. En 2018 dirigió ‘Nice Talking to You’, finalista en los BAFTA dentro de la categoría mejor película estudiantil y ganadora del primer premio de la Kodak Student Scholarship. Su cortometraje ‘Darling’ (2019) fue la primera película pakistaní que se estrenó en el Festival de Cine de Venecia, y ganó el Premio Orizzonti al mejor cortometraje.

El cuidado por los detalles no impide a Joyland ser una película que denuncia el sistema patriarcal vigente en el país. Con un comienzo ligero cercano a la comedia, la trama se va desplazando hacia el drama conforme avanza la historia. A través de las vivencias de Haider, Sadiq disecciona la existencia de la familia tradicional paquistaní cuyos miembros viven una mentira para cumplir con las asfixiantes tradiciones del país. El joven Haider, pasa sus días cuidando de sus sobrinas y de su padre enfermo al tiempo que se dedica a las labores del hogar. Las presiones de su padre y de su hermano para que se convierta en el hombre que manda la ley islámica hace que empiece a trabajar como bailarín exótico en el espectáculo de Biba, una diva trans. El film comienza con un inocente juego infantil. El protagonista aparece cubierto con una sábana, ocultando su identidad como un fantasma.

El director describe con delicadeza la relación entre Haider y Biba pero sin victimizar a la estrella trans del baile. El realizador convierte a la diva en el centro del espectáculo. Biba protagoniza los números musicales de tintes bollywoodienses. El vestuario, las luces y el escenario donde la artista protagoniza sus bailes no esconden la situación de marginación que sufre por el hecho de ser trans. La mujer de Haider, tercer vértice de la historia, vive su propio drama personal al tener que abandonar su trabajo y encerrarse en casa cuando su marido encuentra una ocupación. Por otro lado Haider está a punto de mantener una relación sexual con Biba, pero la confusión del joven frustra ese encuentro carnal entre ambos.

La película tiene un ritmo pausado y su formato de cuatro tercios es hábilmente utilizado por el director. La pantalla cuadrada en la que se encuadra el film, transmite el ambiente de ahogamiento que respira la familia de Haider. La fotografía en tonos pastel con una cambiante paleta de colores, dota a la cinta de luminosidad alejándola del melodrama que le ronda cerca . El desenfadado naturalismo de las interpretaciones permite conectar con los personajes y con la historia de forma fluida.

Saim Sadiq , además de que no se sintió suficientemente hombre en una sociedad heteropatriarcal, en su juventud conoció más de cerca, en un barrio colindante, a la comunidad trans. El director convierte su lucha interna en una película que invita a la reflexión a través de personajes que desean abrir sus mentes pese a las restricciones sociales. Joyland es un homenaje a todas las personas trans que cada día pagan un alto precio por vivir en una sociedad como la paquistaní. Según afirmó el realizador:

Empecé a escribir esta historia en 2015, era la historia que quería contar. En esos años hasta que rodé ha cambiado el guion, pero no la esencia de la historia, más bien la estructura. El primer germen de la idea que se me ocurrió fue tener una historia sobre un hombre, una mujer y una mujer trans. Con un hombre, una mujer y una mujer trans quería decodificar lo que el patriarcado hace a los seres humanos y a las relaciones humanas. Ellos me daban la oportunidad de explorar de manera integral. También creo que la existencia de una mujer trans en la película fue un gran estímulo para la historia, porque su misma existencia como ser humano desmantela todo lo que representa la familia tradicional. Las personas trans siempre han tenido mucha presencia y antes de la colonización de los británicos eran personas muy respetadas, a las que no se discriminaba como hoy. Pero después de la colonización, se criminalizó ser trans y ser gay en India y en Pakistán. Es una discriminación heredada. Pero las personas trans son un colectivo visible de nuestra sociedad. Hay asociaciones que luchan por sus derechos porque hoy se enfrentan a violencia y a muchas dificultades, pero estas personas saben cómo unirse y movilizarse. En el país se han aprobado leyes sobre sus derechos. Pakistán es uno de los pocos países del mundo que los reconoce como un tercer género y eso es algo importante, sobre todo en una sociedad conservadora.

Filadelfia

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

Jonathan Demme dirigió en 1993 esta cinta estadounidense protagonizada por Tom Hanks y Denzel Washington. Andy Beckett (Tom Hanks) es un joven abogado con una carrera prometedora que ve como su vida cambia cuando le diagnostican VIH y le despiden del despacho para el que trabaja. Andy contrata al abogado Joseph Miller (Denzel Washington) para que ejerza su defensa en el procedimiento de despido. Miller debe enfrentarse al rechazo social respecto al virus y a sus prejuicios sobre la homosexualidad.

Filadelfia presenta una estructura de drama judicial en el que el guionista Ron Nyswaner incluye una descripción de los efectos del sida y su repercusión en la vida de una pareja gay. Filadelfia fue la primera película comercial que abordó la pandemia del sida y supuso una forma distinta de tratar esta lacra desde el cine. Recordemos que en los años 80 el sida era una enfermedad desconocida y mortal que arrebataba la vida de miles de personas. Esta pandemia se cebó particularmente con la población homosexual lo que hizo que el rechazo y los prejuicios que ya existían respecto a las disidencias sexuales emergieran con gran virulencia. Empezaron a denominar al sida como “la peste rosa”. El pánico se instaló en la sociedad y muchas personas pensaban que cualquier contacto con alguien que padeciera sida bastaba para contagiarse. En este contexto ni productores ni guionistas se atrevían a contar una historia sobre este tema ni a plasmar en la pantalla la vida cotidiana de una pareja homosexual.

Por aquella época, Tom Hanks después de sus apariciones en las exitosas Big y Splash, buscaba un nuevo proyecto en el que embarcarse. Entonces su agente le habló de la posibilidad de interpretar a Andrew Becket, el joven abogado homosexual despedido al enfermar de sida. Hanks consiguió el papel frente a actores de prestigio como Daniel Day-Lewis, Richard Gere, Kevin Kline y William Hurt que también se interesaron por la película. Cuenta Demme que eligió a Tom Hanks ya que quería que el personaje fuese visto como un hombre común con el que el público en general pudiese empatizar, y Tom Hanks era, según se decía, lo más parecido a un buen hombre que se puede encontrar en Hollywood. Por su parte, Hanks aceptó el papel porque como explicaba en una entrevista: Me atrajo la historia de ese hombre cuyos derechos habían sido perjudicados y que reclamaba justicia. Ni venganza ni castigo, solo justicia. Nadie podía dejar de sentirse aludido por una historia así . Para preparar su personaje el actor afirmó: No sentí que fuera necesario frecuentar los bares homosexuales ni salir de levante por Sunset Boulevard. En mi ambiente siempre hubo hombres y mujeres homosexuales. Lo que si hizo Hanks fue sumergirse en los libros de Paul Monette, un brillante escritor estadounidense que murió de sida en 1995. También se reunió con médicos y pacientes. Les hacía preguntaba sobre todo tipo de cuestiones como ¿Cuál fue tu reacción al saber que estabas infectado? o ¿Qué pasó en tu mente al saberlo? porque según comentó el actor era lo que necesitaba saber para interpretar el papel.

La película se rodó en orden cronológico para que se pudiera percibir el deterioro físico del protagonista. Hanks adelgazó quince kilos y se afeitó la cabeza para escenificar con crudeza y realismo el declive de una persona enferma de sida. Antonio Banderas fue el elegido para dar vida a Miguel, el novio del protagonista. El actor malagueño, que venía de interpretar a un personaje gay en la almodovariana Ley del deseo, su papel no suponía ningún problema. Sobre la forma en la que se había preparado su personaje, Banderas afirmó en una entrevista: Mire usted, no he hecho nada porque no creo que un homosexual sea más diferente que yo en ningún aspecto. Tengo muchos amigos homosexuales que descubrí que lo eran a los dos años de conocerlos. La química entre Hanks y Banderas fue notable y su relación fuera del rodaje se transformó en una sólida amistad.

Filadelfia consiguió 5 candidaturas a los Oscar y se llevó 2 estatuillas: Mejor actor (Tom Hanks). Mejor canción original («Streets of Philadelphia», de Bruce Springsteen). Además, Tom Hanks obtuvo el Oso de Plata en el Festival de Berlín por su memorable actuación en esta cinta.

Rafiki

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

Esta cinta keniata dirigida por Wanuri Kahiu, se estrenó el año 2018 en Cannes y compitió por la Palma Queer, distinción que se otorga al mejor film LGTBI del festival. Rafiki fue la primera cinta procedente de Kenia que se exhibió en Cannes. El film muestra las consecuencias de ir contra la norma en sociedades poco amigas de la diversidad. El argumento gira alrededor de la relación de amor que surge entre las jóvenes Kena y Ziki, cuyos padres son rivales políticos, y las dificultades a las que se enfrentan las dos jóvenes debido a la situación de las personas LGTBI en Kenia.

La película se inspira en Árbol de Jambula, un cuento de Mónica Arac de Nyeko. Rafiki significa amiga que es como se presentan las parejas de lesbianas en Kenia debido al rechazo a las personas LGTBI que existe en el país africano. La producción corrió a cargo de Europa, Líbano y Estados Unidos ya que en Kenia resultó imposible encontrar financiación. Sobre esta cuestión Kahiu denunció que para conseguir dinero que te permita hacer cine en Kenia tienes que hacer películas sobre aquello que las ONG estén financiando en ese momento, como el SIDA o la mutilación genital femenina. Según la directora, estas imágenes ayudan a construir África como lo Otro. Wanuri Kahiu se define como una cineasta que hace películas sobre África. Ella hace películas para las próximas generaciones: Porque tenemos niños que estamos criando, y porque hay personas aquí que ya existen (mi hija existe ahora), a las que le estamos contando historias: necesitamos mensajes muy claros.

El gobierno keniata prohibió la película con el argumento de que promocionaba el lesbianismo, teniendo en cuenta que ese país castiga las relaciones entre personas del mismo sexo con hasta 14 años de prisión. Anuri Kahiu demandó al gobierno y el Tribunal Supremo le dio la razón y levantó la prohibición que había recaído sobre la cinta y permitió la proyección de la película durante 7 días.

Rafiki rompe con los roles de género y la heterosexualidad obligatoria. Reivindica el derecho a ser y así lo expresa Kena en el diálogo que mantiene con su amigo Blaksta:

Desearía ir a algún lado donde podamos ser de verdad.

El color, la luz y la vida envuelven esta cinta en la que se percibe calma a pesar de las dificultades. El film nos hace partícipes del empuje de la juventud, que pone todo su empeño en cambiar una realidad llena de prohibiciones que cercenan sus libertades.

La cinta muestra la cultura y el vibrante estilo de vida keniano. La música pop confiere a la historia una enérgica intensidad. La fotografía corre a cargo de Christopher Wessels, que envuelve la historia en una neblina de colores ricos y brillantes. Los colores brillantes se reflejan también en el diseño de vestuario que se basa en la ropa tradicional de Kenia. El diseño de producción está marcado por la riqueza cromática de los edificios y los interiores. El color principal es el rosa, asociado a la feminidad , que palpita en cada imagen, desde el rosa claro del cielo hasta el rosa del cabello multicolor de Ziki y los rosas brillantes de las ropas de Kena y Ziki. Sobre su trabajo en la película, Wessels afirmó: Como sudafricano, me sentí muy similar a las comunidades de mi país y me encantó poder experimentar un poco de la cultura keniana.

Kahiu y Bass, coguionistas de la historia, definen con solvencia a las protagonistas de la historia. Ziki, más decidida en apariencia, apoya a Kena para que reconozca su fuerza. Ziki quiere librarse de las ataduras de la tradición y vivir la vida según sus convicciones y anhelos. La película transmite un mensaje de autoaceptación y amor propio muy empoderador.

 

Lawrence Anyways

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

Dirigida por Xavier Dolan en 2012, esta película canadiense nos cuenta la historia del profesor de literatura Laurence Alia ( Mevil Popaud), una persona con una vida convencional que incluía trabajo estable y novia formal ( Suzanne Clément) . El día de su treinta cumpleaños Laurence cuenta a su familia y amistades que es una mujer trans.

Un largo flashback nos hace retroceder diez años, al instante en el que Laurence decide asumir su identidad. No quiere fingir más ser alguien que no es. Desea vivir su realidad y asumir las consecuencias. Miradas, juicios y prejuicios acompañarán a Laurence en su tránsito. En la escuela, la naturalidad con la que su alumnado le acepta, contrasta con la intolerancia del profesorado.

En la escena del recorrido por los pasillos del centro donde imparte clases el primer día en que Laurence decide vestirse públicamente de mujer, la música acompaña su decidido caminar a modo de marcha triunfal, dejando a su paso miradas atónitas.

-¿Es una revuelta?
-No señor, una revolución

El director no centra la historia en el proceso de transición de Lawrence. A Dolan le interesa la confrontación entre el tránsito de Lawrence y el dilema de Fred, que debe asumir el hecho de que ya no existe el hombre del que se enamoró:

Fred:- ¿Todo lo que gusta de ti es lo que odias?
Laurence- ¿Es eso todo lo que te gusta de mí?

Fred tiene que aceptar que su pareja es una mujer y, sin embargo, sigue enamorada de Laurence y no quiere perderla. Un auténtico terremoto emocional frente al que Fred no se arredra:

¿Tenemos que meternos en guetos si decidimos no vivir como los demás? Espeta Fred rotunda.

Cuando están cenando, le dice a Laurence:

La primera vez que te vi, supe que me metería en algo extraordinario. ¿Quieres ir más lejos? Yo seré tu hombre.

En la cama, Fred escribe en la espalda de Laurence:

En la salud que fue recuperada
en los peligros de los viejos días
en la esperanza ya sin un pasado
escribo tu nombre.

Laurence y Fred se encuentran con otra pareja que ya ha pasado por una experiencia similar a la que están atravesando. Alexandre es un hombre trans que vive con una mujer. Laurence quiere que Fred vea que esa experiencia es posible. La pareja de Alexandre dice:

Sigo la lógica de mi corazón, el género es poco importante para mí

En uno de sus encuentros tras sus separaciones, Fred pregunta a Laurence si le compensa su tránsito. Laurence le responde que en parte sí y reivindica la autenticidad del amor que se profesan:

Otros no tienen esta suerte. Nos envidian.

Nosotros volamos tan alto….no quiero volver a la tierra.

Otro tema recurrente en Dolan que aparece en esta cinta es la compleja relación con la figura materna. En esta historia, la madre se muestra ambivalente respecto a sus sentimientos, sus palabras manifiestan desapego pero deja la puerta abierta a Laurence.

El realizador explora la evolución de las mentalidades y la aceptación de las minorías durante la década de los noventa a través de las vivencias de Laurence.

Dolan mezcla en la cinta con soltura música clásica, tecno y pop con momentos impactantes de estilo videoclip. El director adereza su film con obras de Tchaïkovsky, Beethoven o de las Cuatro Estaciones de Vivaldi, concretamente del verano, con el que nos muestra la vida cotidiana de Laurence y su entrega absoluta a la escritura una vez rota su relación con Fred. El tema de vocación tecno que se repite a lo largo de la película titulado “A new error”, es un símbolo de la libertad individual de Laurence frente a la sociedad. Este single es obra del grupo berlinés Moderat. La obra más romántica de la película viene de la mano del compositor escocés Craig Armstrong y de su canción Let’s go out tonight. La suite número 2 del compositor ruso Sergei Sergeyevich Prokofiev titulada Montescos y Capuletos de su obra Romeo y Julieta de 1936 suena mientras Laurence trabaja corrigiendo textos y su nueva amante llega a casa con una carta de la editorial. El acentuado aire soviet de la pieza proporciona el tono de tensión que la escena demanda.

El director utiliza la profundidad de campo y las miradas siguiendo la estela de Jonathan Demme a quien homenajea en su película. El formato 4/3 permite la recreación visual de un tiempo pasado que se refuerza con el vestuario y el sonido.

En Laurence Always puede observarse la influencia de Won Kar Wai, Almodovar, Todd Haynes, Fasbindder y Douglas Sirk. A pesar de estas notables referencias cinematográficas, Dolan dota al film de una marcada y auténtica personalidad.

El final está abierto a muchas lecturas:

Laurence, sea como sea

Verano del 85

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

Francois Ozon dirigió esta cinta francesa en 2020. Lo que parece ser una película para adolescentes, se convierte en un thriller que conduce a un final desconcertante. Alexis (Félix Lefebvre), un chico de dieciséis años entabla una relación que irá más allá de la amistad, con David (Benjamín Voisin), un joven de dieciocho años con el que durante un verano, compartirá su primer contacto con el amor, el sexo y la muerte. Verano del 85 parece, a primera vista, seguir la estela de films sobre el descubrimiento sexual y la idealización del primer amor.

El realizador de títulos como En la casa y Gracias a Dios, adapta la novela juvenil del inglés Aidan Chambars (Dance on My Grave) publicada en 1982. Un libro que su autor describe como una vida y una muerte en 4 partes, 16 trocitos , 6 informes judiciales y 2 recortes de prensa , con alguna que otra broma, 2 o 3 adivinanzas, algunas notas y un fiasco por aquí y por allá para hacer avanzar la narración. Con esta cinta, Ozón compensa el lúgubre tono de Gracias a Dios que giraba sobre los abusos sobre menores. El realizador francés leyó Dance on my grave cuando tenía diecisiete años y le conmovió. Por eso decidió llevar al cine esta historia de amor gay ambientada en Seine- Maritime, región del norte de Normandía que transcurre, como cuenta el título de la película, durante el verano del 85.

En la época en la que se desarrolla la historia, el sida se cobraba un terrible número de vidas humanas y los medios de comunicación ofrecían imágenes impactantes sobre esta pandemia. Recordemos que en 1987, Australia lanzó el anuncio televisivo Grim Reaper donde aparecía la Parca lanzando una bola de bolos hacia un grupo de personas que se encontraban en el lugar de los bolos. Este spot reforzaba el estigma hacia los hombres gais, lo que el artífice de la campaña publicitaria lamentaría más tarde En 2008 ve la luz The Glam Reaper, una parodia de Grim Reaper para recordar que el VIH/SIDA todavía existe y reforzar el uso del preservativo.

Esta es la historia de un cadáver que conocí cuando estaba vivo y cómo se convirtió en un cadáver. Ozon, desde el plano con el que abre la película, adereza la narración con falsas pistas que nos conducen de un lado hacia el contrario constantemente, sosteniendo el misterio hasta el último momento, honrando así la herencia cinematográfica de Alfred Hitchock. La narración está fragmentada en dos momentos temporales: el presente, cuando se insta a Alexis a contar lo sucedido para que pueda salir bien parado en el juicio que le espera, y el pasado, en el que el adolescente habla de su relación con David. Un flashback nos relata casi toda la historia con la voz en off de Alexis, que desde la primera escena nos hace saber que David está muerto y él anda involucrado en el caso. El realizador emplea el formato súper 16 para recrear una atmósfera de los años 80 a lo que contribuye una paleta de colores y un granulado que evoca esa época. En cuanto a la música, Jean Benoit Dunckel, compone una banda sonora que, sin convertirse en protagonista de la historia, dota de contexto al relato.

El magnetismo entre los jóvenes protagonistas puede sentirse a lo largo de todo el metraje y el director se convierte – y nos convierte- en voyers de una historia de amor, pasión y sexo adolescente en la que se mezclan realismo y fantasía alrededor de una macabra obsesión por la muerte. Además, en el devenir de la historia surgen conflictos personales sobre la disparidad de conceptos de lo que significa estar en una relación y sobre los límites del amor.

La película podría considerarse una vuelta de tuerca al psicodrama gay tan arraigado en el imaginario colectivo. Verano del 85 es la historia de un apasionado idilio, de un amor primerizo con sus luces y sus sombras, que brilla entre juramentos para la vida y para la muerte.

XXY

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

-Álex, vos no sos…
-Soy las dos cosas
-Pero eso no puede ser
-Vos me vas a decir a mí lo que puede o no puede ser -¿Pero te gustan los hombres o las mujeres?
– No sé. Perdóname lo que te hice
– No me hiciste nada, no me molestó. Me gustó
– ¿En serio? A mí también
– ¿En serio? Terminemos, no terminamos.
– No voy a hacerlo con vos.
– Yo quiero otra cosa
– ¿ Ah si, qué querés?
– ¿ Vos qué querés?
– Alex, va a ser nuestro secreto, no le cuento a nadie.
– Salí, andá, decile a todo el mundo que soy un monstruo

Este es un fragmento de la película XXY que corresponde a la conversación entre la protagonista intersex – Alex- y Álvaro, el hijo del médico que quiere operarla. La cinta, dirigida en 2007 por Lucía Puenzo, está coproducida por Argentina, Francia y España ,

XXY, cuenta la historia de Alex (Inés Efron), una adolescente intersex. Cuando nació, sus padres, Kraken (Ricardo Darín) y Suli (Valeria Bertuccelli), decidieron dejar Buenos Aires y mudarse a una cabaña de madera al lado del mar para que su hija creciera feliz, protegida de prejuicios hasta que decidiera qué camino seguir. La película comienza con la llegada de unos amigos desde Buenos Aires con su hijo adolescente, Álvaro. El padre de Álvaro es cirujano plástico y muestra un interés médico en Alex . La inevitable atracción entre los jóvenes, hace que los adultos se enfrenten a una situación complicada.

En el pueblo, Alex es observada como si fuera un fenómeno. La fascinación que produce puede ser peligrosa.

El guión, firmado por la directora del film, se basa en un cuento de Sergio Bizzio titulado ‘Cinismo’.

Nada es peor que tenerle miedo a tu propio cuerpo, dijo un chico que alguna vez fue ‘normalizado’. Creció con las marcas de las cirugías en el cuerpo. En esa castración el miedo a la ambigüedad genital se convierte en metáfora de las amputaciones que genera el miedo a lo diferente, comentó Lucía Puenzo. A la directora le interesaba mucho la adolescencia que para ella es un momento en el que las personas saben quiénes son pero no lo han descubierto todavía. Para Puenzo la película es una historia de amor antes que todo que revoluciona la vida de dos adolescentes y en especial de Alex, que va a descubrir quién es.

La cinta supuso el debut en la dirección de Lucia Puenzo. XXY obtuvo varios premios y entre ellos, el Gran Premio de la crítica cinematográfica del Festival de Cannes, el Premio Ariel a la mejor película latinoamericana y el Goya a la mejor película iberoamericana.

La película aborda la intersexualidad visibilizando sus aristas. Dificultades que son producto del rechazo de una sociedad binarista que coloca en la otredad a la disidencia sexogenérica.. El morbo y la violencia afloran ante un cuerpo distinto cuya realidad es ignorada y por ello, despreciada e incluso temida. Las expectativas sobre el sexo y el género basadas en la dicotomía de lo masculino y lo femenino, saltan por los aires ante la presencia de personas intersexuales y conllevan la urgencia social de “normalizar” los cuerpos con el fin de que respondan al mandato binarista.

Alex no quiere elegir: ¿Qué pasa si no tengo que elegir?, ¿Qué pasa si no quiero elegir? ¿Qué pasa si me quiero quedar así? Ante estas preguntas, la adolescente se encuentra con el silencio de unos padres que no saben qué responder.

Para su padre Alex es perfecta: Cuando la vi para mí era perfecta, cuando la quisieron operar no quise, para mí siempre fue perfecta. Desafortunadamente, en la vida real, no siempre es así, a veces, se somete a los bebés intersex, a cirugías innecesarias, que pretenden determinar el sexo de la persona sin otro criterio que la mera preferencia de los progenitores o por elección médica , con los graves problemas que eso puede causar a la persona intersexual.

Con el fin de aclarar sus dudas y calmar la preocupación por su hija, el padre de Alex se abre a conocer a una persona adulta intersexual. Esto muestra la importancia de referentes para las personas intersexuales y sus familias.

Alex se enamora de Álvaro. Mantienen una relación en la que Alex adopta un rol activo. Esto desconcierta a los adolescentes que están empezando a explorar su sexualidad. Después de estar con Álvaro, Alex se ducha con su amiga, lo que puede hacer pensar que siente atracción hacia ella, pero solo le lava el pelo. La película plantea así la diferencia entre orientación sexual, identidad de género y diversidad corporal. Todas estas cuestiones están expresadas en los diálogos, que son la base de esta cinta.

Durante toda la película, se observa que son las personas adultas quienes están preocupadas por la intersexualidad de Alex, quien, por el contrario, decide aceptar su cuerpo tal y como es, por lo que abandona el tratamiento hormonal que seguía para reafirmar sus caracteres sexuales femeninos. Se siente cómoda tal y como está:

No quiero más pastillas, operaciones ni cambios de colegio, quiero que todo siga igual.

 

Fire

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

Estrenada en 1996 y coproducida por India y Canada, Fuego es la primera película de la trilogía Elementos de Deepa Mehta. Le siguieron Tierra (1998) y Agua (2005).

En Dehli (India), Sita (Nandita Das) y Radha (Shabana Azmi) son dos cuñadas que viven en un hogar compartido con sus maridos, los hermanos Jatin (Javed Jaffrey) y Ashok (Kulbhushan Kharbanda). Las dos mujeres contrajeron matrimonios de conveniencia y se sienten infelices en su vida conyugal. La unión entre ambas es muy estrecha y terminan convirtiéndose en amantes. Radha y Sita recuperarán el dominio de sus cuerpo en una sociedad que las oprime.

Fue la primera película en la India que abordó la homosexualidad. Tras su estreno, grupos fundamentalistas de este país como los Sanaiks, realizaron diversas y encendidas protestas en cines de Mumbai y Delhi alegando que si las mujeres se diesen placer entre ellas la institución del matrimonio (y por tanto la reproducción humana), quedarían erradicadas. Estas protestas fueron apoyadas por el primer ministro de la época, Manohar Joshi.

La cinta propició un debate sobre cuestiones como la diversidad sexual y la libertad de expresión en la India. El argumento se inspira en Lihaf (La manta) de Igmat Chugtal. Lihaf es una colección de relatos sobre mujeres de la India. Los cuentos abarcan gran variedad de temas, desde la magia hasta la religiosidad, pasando por un amplio abanico de relaciones afectivas.
La realizadora muestra en la cinta, paralelismos entre la historia y el Ramayana para explicar las injusticias cometidas contra la mujer en la India. El Ramayana es una de las obras más importantes de la India antigua. Forma parte de los textos sagrados smṛti (textos no revelados directamente por Dios, sino transmitidos por la tradición).

La historia y el reparto son indios, pero el director de fotografía, Gilles Nuttgens, es británico y el editor, Barry Farrell, canadiense. La música corre a cargo de R Rahman La película se rodó en inglés, elección que no es inusual en la India.

De tintes naturalistas, la cinta no oculta su carácter de cine de denuncia. Fuego rompe tabúes como el lesbianismo y el derecho de las mujeres a decidir libremente sobre su futuro. Alejada de las estridencias de Bollywood, destaca por su compromiso social.Evoca la pasión, sentimiento que alcanza su cenit cuando Radha decide perseguir vsu sueño de libertad.

En una entrevista de 2019, Deepa Mehta explicó que no esperaba que sus películas se volviesen polémicas y que lo que la atraía eran las mismas, que ella veía como historias de mujeres, sobre decisiones de las mujeres, o más bien, respecto a la falta de opciones que tienen las mujeres en la India. Mehta cree que ese tipo de historias son controvertidas en sociedades que experimentan “hipernacionalismo” porque se anima a la gente a atacar cualquier cosa que amenace el sentido de una cultura nacional establecida, se sienten incómodos con cualquier cosa que quiera cuestionar o establecer una “conversación” sobre lo que ha sucedido y lo que podría ser necesario cambiar. Para Metha, Fuego es una reflexión sobre la India de hoy, pero también una reflexión sobre las aspiraciones de las mujeres de cualquier lugar, no necesariamente solo de la India. La realizadora comentó, que es el hecho de ser mujer lo que le motiva a contar historias de mujeres. Metha indicó que le molestan mucho las diferencias de clase y la desigualdad de género que provoca injusticias como la brecha salarial entre hombres y mujeres. Su impulso para hacer un cine comprometido, se refleja en esta frase: Toda desigualdad me moviliza
 

 

3 generaciones (About Ray)

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

La directora Gaby Dellal firma esta cinta estadounidense estrenada en 2015. Ray (Elle Fanning) es un adolescente trans que quiere someterse a una cirugía de reasignación para adecuar su cuerpo a su identidad masculina. La madre soltera de Ray, Maggie, interpretada por Naomi Watts, debe ponerse en contacto con el padre biológico de su hijo para que autorice la operación. La abuela del chico , Dolly (Susan Sarandon), tendrá que acostumbrarse a la idea de que no tiene una nieta sino un nieto. Las tres generaciones deberán transitar por el camino de la comprensión.

La película no cae en sentimentalismos, es suave y firme. Estamos ante una historia honesta interpretada por tres actrices sólidas en sus papeles. Esta cinta se centra en la necesidad de un adolescente trans de ser reconocido como el joven que es y describe el impacto que causa en una familia el descubrimiento de que, quien creían hija y nieta, es en realidad hijo y nieto. Así se lo intenta explicar Maggie al padre de Ray cuando éste muestra sus reticencias a la hora de autorizar el proceso de transición de su hijo: Ramona ya no existe, ahora solo está Ray.

La cinta plantea temas como la confusión entre orientación e identidad sexual: -Por qué no puede ser lesbiana y ya está? Pregunta la abuela de Ray a su madre y ésta le aclara: Porque no es lesbiana mamá, es un chico. En este sentido, hay que recordar que orientación e identidad son dos conceptos distintos: la orientación sexual es la atracción afectiva y sexual que sentimos hacia otras personas: heterosexual, homosexual ,bisexual, asexual, pansexual, demisexual, polisexual. La identidad sexual hace referencia a quienes somos: personas cis (si la identidad de la persona coincide con el sexo asignado al nacer), personas trans (si la identidad de la persona no coincide con el sexo asignado al nacer). Otra cuestión distinta a la orientación y a la identidad es la expresión de género, que podríamos definir como la forma en la que nos mostramos al mundo a través de nuestra forma de vestir, peinados y actitudes.

Sobre la necesidad de Ray de adecuar su apariencia física a su identidad sexual, la película nos muestra cómo el joven trans hace lo posible por ganar musculatura y engordar: Estoy super emocionado, he engordado dos kilos doscientos, le oímos decir. Además el protagonista intenta reforzar su masculinidad utilizando un vestuario socialmente asociado a lo masculino.

Otra cuestión que refleja la cinta es la necesidad que tienen muchas personas trans adolescentes de empezar con los bloqueadores hormonales lo antes posible para evitar el desarrollo de caracteres sexuales no deseados. La afirmación del médico que está tratando a Ray es esclarecedora en ese aspecto: El periodo no es algo fácil para los chicos jóvenes.

La agresión que sufre el adolescente es un ejemplo de la transfobia que muchas personas trans tienen que soportar a lo largo de su vida en diferentes espacios. Los centros educativos son uno de los lugares en los que, desgraciadamente con demasiada frecuencia, la infancia y la adolescencia trans sufre violencia. Ray lo sabe:

-No iré a un instituto nuevo con este cuerpo.

A pesar de que está dispuesta a apoyar a su hijo en su transición, la madre tiene miedo por la trascendencia del paso que está dando el adolescente: Y si de repente un día me dice: mamá, cometí un error. Pero el adolescente tiene clara su identidad y, tal como dice, esperar no me hará ser chica más tiempo, me impide ser quien ya soy ahora.

Tres generaciones nos plantea la importancia del apoyo y el acompañamiento de las familias en los procesos que las personas trans adolescentes decidan iniciar para sentirse bien social y corporalmente .

 

Call me by your name

Por Charo Alises (@viborillapicara)

#CineLGTBI

 

Película de 2017 dirigida por Luca Gadagnino, coproducida por Italia, Estados Unidos y Francia. Cuenta la relación que se establece entre Elio Perlman (Timothée Chalamet), un joven de 17 años, y Oliver (Armie Harmmer), el nuevo ayudante del padre del adolescente, durante el verano de 1983. Elio pasa el tiempo en la casa de campo que su familia tiene en el norte de Italia escuchando música, leyendo, nadando y holgazaneando hasta la llegada de Oliver, un joven atractivo, encantador y seguro de sí mismo. Empezarán a quedar para salir y pronto se producirá una atracción entre ambos. La cinta es la versión cinematográfica de la aclamada novela homónima de André Aciman.

Estamos ante una película estética y sensual que equilibra los deseos y los silencios de la pareja protagonista de una forma armoniosa. Es también un placer auditivo que nos permite deleitarnos con las obras de Bach, Liszt y Busoní que el joven Elio interpreta al piano. El director construye un espacio de libertad para que el adolescente protagonista experimente su sexualidad con Oliver, el atractivo y joven visitante.

Luca Guadagnino y James Ivory, dos directores de estilos diferentes y separados por más de cuarenta años, establecen una colaboración de la que resulta una obra detallista, de gestos medidos, sobre el primer amor y el vacío que deja su final. Guadagnino edifica una relación a fuego lento cocinada a base de miradas furtivas y roces disimulados. La historia tiene lugar a principios de los ochenta y la relación entre dos hombres debe mantenerse en secreto.

Armie Harmmer da vida al objeto de deseo valiéndose para ello de su atractivo físico, mientras que Timethée Chalamet, nominado al Óscar por su papel de Elio, describe, a través de su personaje, el asombro, la inquietud y el temor que se siente un adolescente al descubrir que su sexualidad no es la que creía y que además está proscrita socialmente.

Contaba el director que intentó en varias ocasiones llevar a cabo el proyecto y después de varias tentativas infructuosas, se vio en la necesidad de hacer la película porque había una especie de pasión colectiva para ello. Empecé a ver la película como mí película. Lo que acabó por apasionarme fue trabajar con estos actores, de trabajar en mi entorno, que es el campo, que es precioso. Sobre la película, Timothée Chalamet, comentó que quería trabajar con Luca. Me encantaban sus películas. Luego leí el libro y vi que ofrecía un enfoque común pero precioso de la vida de un joven, y pensé: cuándo voy a poder tener un papel así de joven. Armie Harmmer afirmó sobre su experiencia: El hecho de que Luca Guadagnino fuera el director y esta especie…de humanidad de una historia sobre dos personas que se enamoran de una forma tan bonita, hará que todo el que se haya enamorado y al que le hayan roto el corazón se verá representado. Sobre su personaje, Chamelet apuntaba: Él es precoz, le gusta estudiar, entiende bien el mundo y probablemente vaya a decidir buscar una relación con Marcia cuando Oliver llega a su vida y lo desestabiliza todo. De ahí surge una relación hermosa y desgarradora. Harmmer añadiría: Esta relación supone un impacto enorme en la vida de Oliver. Había experimentado algo que sabía que era real y que sentía, y se permitió a sí mismo sucumbir a esta increíble experiencia, pero luego, al final, no fue capaz de comprometerse. Leer a Heráclides, leer a los clásicos. Eso es básicamente lo que tenía que hacer, y el resto era estar presente y permitir que sucediera lo que sucedió en cada momento.

Un conmovedor discurso, muestra la comprensión del padre de Elio respecto a la tristeza de su hijo por el fin de la relación que éste ha mantenido con Oliver:

Ahora mismo, puede que no quieras sentir nada. Probablemente nunca hayas querido sentir nada. Y quizás, no sea conmigo con quien quieres hablar de estas cosas, pero tengo la impresión de que sí sentiste algo. Mira, tuvisteis una bonita amistad, quizá fue algo más que una simple amistad, y te envidio. Cualquier padre en mi lugar, querría que el asunto se acabara de una vez, o rezaría para que sus hijos recuperaran el sentido común. Pero yo no soy ese tipo de padre. Damos mucho de nosotros mismos para curarnos antes de las decepciones, y a los treinta ya estamos agotados, y tenemos menos que ofrecer cada vez que conocemos a alguien ¿Me estoy equivocando? Entonces te diré algo más para despejar las dudas; estuve a punto de vivir algo similar, pero nunca tuve lo que vosotros. Siempre había algo que me reprimía o que se ponía en medio. Como vivas tu vida es cosa tuya, pero recuerda que nuestros corazones y nuestros cuerpos solo se nos dan una vez y, antes de que te des cuenta, tu corazón está agotado y tu cuerpo llegará a un punto en que nadie lo mire, y mucho menos se acerque a él. Ahora mismo hay pena y dolor, no trates de reprimirlo o perderás la alegría que sentiste.