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Cuando un único amor (one love) es posible. Los cambios que las personas LGBTIQ+ siguen esperando en Jamaica

Por Tamara Gámez Ramos, de @AltramuzEditorial

 

América Latina engloba una región muy amplia y diversa de países ubicados tanto en el norte de América, como en centro América y Caribe y el sur del continente. Esto conforma una realidad muy variada en todos los sentidos, también en la situación de las personas LGBTIQ+, los derechos garantizados para el colectivo y la visión social que determina unas experiencias de vida concretas en cada país.

En esta diversidad entre países encontramos realidades especialmente opuestas entre aquellos firmantes de la declaración de la Organización de Naciones Unidas sobre orientación sexual e identidad de género que, por ende, eliminaron las prohibiciones a la disidencia sexo genérica en sus códigos civiles, y aquellos países en los que las relaciones homosexuales siguen siendo prohibidas con sanciones en su legislación, penas que incluyen desde los 2 años en prisión y la cadena perpetua.

En concreto, son 8 los países de la región que aún penalizan la homosexualidad: Guyana, Granada, Jamaica, San Cristobal y Nieves, Santa Lucía, Barbados, Dominica, San Vicente y Granadinas.

Todos ellos se encuentran en el Caribe (exceptuando La Guyana, en América del Sur). Y en 5 de los 8 la homosexualidad entre hombres es la única penalizada (Guyana, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves y Santa Lucía). Esto no siempre corresponde a una ausencia de punitivismo social hacia las mujeres sino a una falta explícita de visibilidad, puesto que estas leyes pertenecen a un período en el que la existencia del lesbianismo ni siquiera era considerada.

Cabe destacar que la legislación punitiva y la persecución a la disidencia sexo-genérica se inician con la colonización, trayendo consigo la persecución y castigo de la sodomía, con la instauración incluso de tribunales de la inquisición que penaban con la muerte a los supuestos sodomitas, y la aprobación de leyes que sancionaban las relaciones entre personas del mismo sexo. Muchas de estas legislaciones son las que perduran hoy día en los países que continúan sancionando la homosexualidad.

Este es el caso de Jamaica, donde la Ley de Delitos contra la Persona, de la época colonial británica (1864), sanciona las relaciones entre hombres hasta con 10 años de prisión, además de la imposición de trabajos forzados. Se trata del artículo 76 que prohíbe expresamente «el abominable crimen de la sodomía». El artículo 77, por su parte, condena el «intento de sodomía» hasta con 7 años de prisión, y el artículo 79 prohíbe «cualquier acto de escándalo público» entre hombres, en público o en privado, con condenas de hasta dos años de cárcel, con o sin trabajos forzados. El «escándalo público» no es un concepto definido en el código penal del país, pero ha sido interpretado como cualquier indicio de homosexualidad entre adultos varones.

Estas regulaciones se defienden como parte de los valores cristianos del país. Sin embargo, como señala la única organización de derechos LGBTIQ+ en Jamaica, J-FLAG (Foro Jamaiquino de Lesbianas, Pansexuales y Gays), el país no cuenta con legislación respecto a otras realidades sancionables en la Biblia como el adulterio, el cual, al contrario, es elogiado como una muestra de masculinidad en el caso de los hombres.

Todo este imaginario se visibiliza y refuerza a través de la cultura. En este sentido, el reggae y el dancehall, por ejemplo, dan cuenta de algunos artistas y letras que incitan al odio y al asesinato de personas homosexuales. Cantantes jamaicanos internacionalmente conocidos como Sizzla, Capleton o Buju Banton cuentan con canciones explícitas de LGBTIQ+fobia. Este último fue arrestado por formar, supuestamente, parte de un grupo de 12 hombres que entraron en una casa y apalearon a 6 chicos por ser homosexuales.

La incidencia del movimiento LGBTIQ+ ha conseguido que algunos de los conciertos de estos artistas sean cancelados, y varias de estas canciones fueran eliminadas del repertorio, incluso de la discografía y de las listas de reproducción, como es el caso de la canción Boom Bye Bye de Buju Banton retirada de la mayoría de plataformas desde 2019, con letras que invitan a disparar a la cabeza a los homosexuales (o batty bwoy en la jerga jamaicana, nombre despectivo que viene del inglés butt boy o chico del culo).

Aunque el lesbianismo no está tipificado como delito en la legislación jamaicana, los hombres homosexuales no son el único objetivo de este tipo de violencia en Jamaica. Amnistía Internacional ha recibido numerosos reportes de actos de violencia contra mujeres lesbianas, incluidas «violaciones correctivas» y otras formas de violencia sexual. Estas, en ocasiones, se producen cuando una mujer es identificada como “masculina”, evidenciando la violencia explícita también hacia la disidencia de género.

Ejemplo de ello, fue el asesinato de Dwayne Jones en 2013. La chica, de 16 años, acudió a una fiesta de baile en Montego Bay. Cuando los asistentes a la fiesta se dieron cuenta de que era una chica trans, le agredieron en masa hasta dejarla sin vida. Dwayne se encontraba en situación de sinhogarismo desde los 12 años, rechazada por su familia debido a su identidad de género.

El asesinato de Dwayne recibió la atención de los medios de comunicación nacionales e internacionales, sirviendo de catalizador para el debate sobre la situación del colectivo LGBTIQ+ en Jamaica. El ministro de Justicia en aquel momento, Mark Golding, condenó la brutalidad de los hechos y pidió a la policía que «no escatimara esfuerzos para llevar a los autores ante la justicia». En el Parque de la Emancipación de Kingston tuvo lugar una pequeña protesta pública contra el asesinato. La policía entrevistó a los testigos; sin embargo, no realizaron ninguna detención ni identificaron a ningún posible sospechoso.

Varios organismos internacionales se han pronunciado sobre esta legislación vulneradora de los derechos humanos. En 2005, por ejemplo, el Parlamento Europeo aprobó una resolución apelando a que Jamaica revocara sus leyes contra la sodomía y combatiera activamente la homofobia. En 2008, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitó a Jamaica que derogara las leyes que prohíben las relaciones sexuales consentidas entre personas del mismo sexo, considerando que las leyes de Jamaica violan el derecho a la intimidad y a la igualdad de protección. El gobierno jamaicano, sin embargo, considera estas intervenciones como una intromisión en la política del país, cuyos valores se encuentran representados en la legislación vigente.

Una encuesta en 2004, indicaba que el 96% de la ciudadanía se oponía a cualquier cambio que pudiera conducir a la legalización de las relaciones homosexuales. En la Encuesta Nacional de 2015 sobre Actitudes y Percepciones hacia las Relaciones entre Personas del Mismo Sexo, elaborada por J-FLAG, apenas existe evolución, solo el 12% de la ciudadanía manifestaba tolerancia hacia las personas LGBTQI+.

La ausencia de estadísticas y la invisibilidad de las personas LGBTIQ+ no facilitan conocer la situación real que se encuentra viviendo el colectivo.

J-FLAG indica que tiene constancia de que 30 hombres fueron asesinados en Jamaica entre 1997 y 2004. Y entre 2009 a 2021 registró más de 600 denuncias de ataques contra personas LGBTIQ+, entre los que se encontraban allanamientos de morada, agresiones físicas y ataques en grupos multitudinarios (turbas).

El papel de los colectivos LGBTIQ+ y las personas activistas es fundamental. J-FLAG se creó en 1998 y desde entonces lucha por reivindicar y garantizar los derechos del colectivo. Ha liderado la celebración del Orgullo en el país desde el 2005, visibilizando y sensibilizando sobre la necesidad de despenalizar la disidencia sexo-genérica.

Su fundador, Brian Williamson, quien se evidenciaba abiertamente como activista LGBTIQ+, fue asesinado en 2004. El periodista Gary Younge para The Guardian recogió el testimonio de Rebecca Schleifer, del Observatorio de los Derechos Humanos, quien al acudir a su cita con Williamson en el domicilio de este, encontró a los agresores festejando el asesinato con insultos y canciones homófobas. A pesar de esto, la policía negó la motivación homófoba del asesinato.

Brian Williamson no ha sido el único activista LGBTIQ+ asesinado en el país. Lenford Steve Harvey, trabajador social involucrado en la lucha contra el VIH-Sida fue asesinado en 2005, concretamente el 1 de diciembre, coincidiendo con el día mundial de la reivindicación de esta causa.

Human Rights Watch presentó el informe Not Safe at Home. Violence and Discrimination against LGBT people in Jamaica (2014), que documenta la violencia generalizada contra las personas LGBTIQ+ en el país. Entre otros aspectos, el informe reporta los resultados de 71 entrevistas a personas LGBTIQ+. Del total, más de la mitad (44) había sido víctima de alguna forma de violencia basada en su orientación sexual o identidad de género, únicamente 19 de ellos había denunciado estos hechos a la policía y solo se tomó declaración en la mitad de los casos.

El Informe The developmental cost of homophobia. The Case of Jamaica (2016), con una encuesta basada en 316 personas entrevistadas, indicaba que en los cinco años anteriores a la encuesta, el 32% de las personas entrevistadas había sido amenazada con ser agredida físicamente, mientras que el 12% había sido agredida. El 23,7% había recibido amenazas con violencia sexual, y el 19% había sufrido agresiones sexuales. Solo el 59% había denunciado estos hechos. El 41% que no lo hizo, sentía vergüenza, temor, le restaba importancia a lo sucedido o desconfiaba de la actuación de la policía y de las posibles represalias.

Tanto esta encuesta como las anteriores, deben enmarcarse en un contexto en el que la visibilidad de las personas LGBTIQ+ está fuertemente condicionada, lo que impacta en la exposición a la violencia. En la encuesta anterior, por ejemplo, el 38% no era visible en el trabajo o en la Universidad, y el 42% no había salido del armario con ningún miembro de la familia. Esta cifra se ve aumentada en otros contextos: frente al personal médico (55%), sus superiores de trabajo (60%), las organizaciones religiosas (63%) y el vecindario (68%).

A nivel institucional y legislativo, en 2011 se introdujeron algunos avances. El gobierno jamaicano aprobó la Carta de Derechos y Libertades Fundamentales, pero ello no trajo consigo ninguna garantía de no discriminación al colectivo LGBTIQ+, a pesar de las reclamaciones internacionales y de parte de la ciudadanía jamaicana.

El único acercamiento a este respecto ha sido la creación del Formulario de Evaluación de la Atribución de la Violencia, desarrollado por el Ministerio de Seguridad. En él se menciona específicamente el «delito de odio» como causa de los delitos violentos y se enumera la «orientación sexual e identidad de género» como una de las posibles motivaciones. En estos casos, se exige que la policía lleve a cabo evaluaciones inmediatas para determinar si realmente se ha producido un delito de odio. Sin embargo, este concepto no ha sido definido, lo que genera una articulación confusa en la práctica para corroborar los hechos.

En febrero de 2021, la Comisión Internacional de Derechos Humanos publicó un informe sobre los derechos del colectivo LGBTQI+ en Jamaica, estudiando las peticiones de dos personas del colectivo LGBTIQ+ jamaicanas que exponían que, al criminalizar la homosexualidad, el país estaba violando la Convención Americana de Derechos Humanos. El informe concluyó en la responsabilidad del gobierno de las violaciones de derechos reportadas. Aunque no ha supuesto cambios legislativos, ha reforzado los discursos que apoyan la derogación de la penalización de la homosexualidad, la dificultad para ello es la alianza visible con miembros influyentes y agentes de la política, puesto que la mayoría no quiere exponerse a los grupos y ciudadanía que se opone a la derogación de estas leyes.

Tras más de 20 años de incidencia y activismo de la entidad J-FLAG y de la lucha de las personas del colectivo, en la actualidad se observa una mayor tolerancia y una mayor interacción con la comunidad LGBTIQ+, lo que impacta en la construcción de una ciudadanía más segura y una atención más adecuada en todas las áreas de la vida. En particular, J-FLAG ha conseguido formar a más de 500 personas trabajadoras del área sanitaria, a partir de un acuerdo con el Ministerio de Salud del país, con el deseo de que este sea uno de los muchos avances que consigan despenalizar al colectivo y garantizar a las personas LGBTIQ+ una vida libre de miedo.

 

Rainbow pride flag flying in the daytime breeze. Original public domain image from Wikimedia Commons

Y la culpa no era mía – I

Por Laura Ramírez Martín ()

Coreografía de ‘Un violador en tu camino’ en Bilbao.ECUADOR ETXEA

Hace unos días sostuve varias conversaciones con amigos sobre el vídeo viralizado de ‘El violador eres tú’ y un artículo defendiendo el derecho de las mujeres a la ira.

Parece ser que en el vídeo no queda claro quién es el violador. Tampoco está claro por qué se tapan los ojos. Y surgen cuestiones como que si los hombres pueden participar de la danza, si los hombres no son también víctimas del machismo, si no pueden amar también ellos a las mujeres como pueda hacerlo otra mujer… si hay mujeres machistas (esta nunca falta)… también oigo que por ese camino no conseguiremos nada.

Son hombres que quiero y me quieren. Y no es siempre, no son todos, pero me pasa a menudo ante cualquier expresión alrededor del feminismo que noto, para empezar, una tendencia a la defensa y a la alusión. Hay diferentes grados, claro. Luego por ahí he visto que la red se ha llenado de ataques frontales por cegueras endémicas y mucho reduccionismo simplista y retrógrado. Parece que va haciendo falta un teléfono como el de los cabreados con Greta Thunberg. Un número al que llamar para hombres (y mujeres, que sí, que también hay mujeres) enfadiscados con el feminismo. El efecto espejo no tiene desperdicio. Lee el resto de la entrada »

Les muxes son portada de Vogue

Por Carolina Laferre (@TSM_es), de Trans·socialmedia – Identidades 3.0

La icónica revista de moda que publica más de 20 ediciones en diferentes países del mundo, destaca a las mujeres transgénero indígenas de México en primera plana, este mes de diciembre. Son “MUXES” , que mezclan identidades masculinas, femeninas y homosexuales.  De forma habitual, la mayoría se autopercibe como «tercer género» sin que ello signifique un problema.

Asumen su identidad, lideran el camino y encienden las portadas y pasarelas internacionales más importantes. Los maniquíes transgénero están sacudiendo el mundo de la moda y crecen en número, año tras año, liberando mentes. Cada vez más visibles en revistas y en campañas publicitarias, las nuevas modelos del papel couché están cambiando los códigos sociales a marchas forzadas, de forma vertiginosa y con absoluta legitimidad. 

Tanto en la edición mexicana como en la edición británica, en esta ocasión, conoceremos a Estrella Vázquez, zapoteca de 37 años, de profesión tejedora/bordadora y diseñadora, como casi todas en la ciudad de Oaxaca. VOGUE la retrató conjuntamente con otras 12 indígenas más el pasado mes de agosto. La red social de Instagram ha sido la primera en anunciarlo y sus usuari@s están emocionad@s por esta portada a la espera de la publicación en papel en los próximos días. Un fenómeno extraordinario, un hito histórico para todas las transgénero indígenas de Oaxaca, pero también, para todo el colectivo transexual internacional.

MUXE (pronunciado “mushe”) Lee el resto de la entrada »

50 años de Stonewall – Se me apareció Judy Garland (1)

Viñeta de Teresa Castro(@tcastrocomics)

Brasil salió al Carnaval con un equipo sólo de defensas

Por Nayra Marrero (@nayramar)

En nuestra forma de entender la revolución, el disfrute y la denuncia son compatibles. Así lo hacemos en el Orgullo y así lo hemos hecho desde el Colectivo Gamá, junto a Cear Canarias y Ben Magec-Ecologistas en Acción durante estos Carnavales.

Pero empecemos por el principio: este 2019 el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria ha tenido por título “Una noche en Río”. Y es imposible celebrar Río ignorando la realidad que experimenta la ciudad y el país entero desde la llegada al poder de la extrema derecha. Una realidad que ensombrece la imagen de apertura y desenfado que tenemos en el imaginario vinculado al lugar y a la que es preciso referirse si no queremos falsear y esconder de forma irresponsable múltiples violaciones de derechos humanos y ambientales que se están produciendo en la actualidad. El Gobierno del ex militar Jair Bolsonario es una amenaza a todo lo que huela a diversidad, así que decidimos visibilizarlo. ¿Cómo? Pues con alegría.

El pasado sábado, 9 de marzo, generamos la comitiva de Defensas del Brasil Diverso, con un balón gigante de colores creado con nuestras propias manos y que empujamos un tanto espachurrado, tanto como la diversidad en Brasil.

Porque el Gobierno de Bolsonaro supone un ataque frontal contra los pueblos indígenas defensores del territorio así como a las organizaciones ambientales dedicadas a preservación de la Amazonia y del importante patrimonio ambiental que alberga el país. Es una amenaza a la biodiversidad. El ritmo de deforestación ha crecido un 13,7% a finales de 2018 con los nuevos decretos que liberalizan la explotación de la selva y también ha aumentado la inseguridad de las personas defensoras del medio ambiente.

Además, cada 20 horas muere de forma violenta una persona LGTB en Brasil. En 2018 hubo 320 asesinatos por LGTBfobia y 100 suicidios de víctimas de la LGTBfobia documentados por el Grupo Gay de Bahía. En 2017 fueron 445 muertes. Las personas LGTB huyen de la violencia, del odio y de la    discriminación. Hace apenas un año fue asesinada impunemente Marielle Franco, mujer, feminista, negra, lesbiana visible, activista y concejala electa de Río de Janeiro. Por esta ejecución sin justicia el 8 de Marzo la Red Feminista de Gran Canaria dio su antipremio, el Estropajo de Verguilla, al Brasil de Bolsonaro.

Así que la haciendo gala de la crítica social que está en la esencia carnavalera, junto a la diversión y la transgresión, lo dimos todo en la Cabalgata. No hay más que ver el vídeo.

No es fácil ser gay, padre soltero y cabeza de familia en Colombia

Por Juan Andrés Teno (@jateno_), periodista y activista LGTBI especializado en Diversidad Familiar

Es sábado por la tarde. Setenta familias homoparentales se besan al abrigo de las columnas del Templo de Diana en Mérida. Andrés Eduardo Suarez está bajo su nonedad, sin besos que compartir, y se conmueve infinitamente al ver como dos hombres a su lado se abrazan y se funden de amor con su hijo.

Terriblemente educado y con una sonrisa cuajada de nostalgia, les pide si puede sumarse a su felicidad y compartir con los tres la calidez de su familia ausente. Y los abraza uno a uno, con la ternura que solo ofrece la determinación. En un instante de fraternidad dos continentes y dos realidades se funden. Extremadura, cuna de muchos aquellos que creyeron conquistar las Indias y se toparon con un nuevo continente, hace de nexo de unión entre tres hombres y un niño de siete años, que comparten mucho más de lo que pudieran imaginar. Lee el resto de la entrada »

Pedir perdón en vez de pedir la foto

Por Enrique Anarte (@enriqueanarte)

Justin Trudeau / Mariano Rajoy

Hace unas semanas, las imágenes de un hombre llorando mientras pedía perdón dieron la vuelta al mundo.

«Estas no son prácticas distantes de gobiernos olvidados hace mucho tiempo. Esto ocurrió sistemáticamente, en Canadá, no hace mucho tiempo, más recientemente de lo que nos gustaría admitir», decía el Primer Ministro de ese país, Justin Trudeau, ante los presentes, las cámaras y ante la propia Historia.

En nombre de Canadá, el mediático líder pedía perdón a todas las personas que fueron perseguidas, discriminadas y tratadas injustamente por su orientación sexual o su identidad de género, en lo que él mismo llamó una «opresión sistémica auspiciada por el Estado». Lee el resto de la entrada »

En Canadá, el 13% de la población se identifica como homosexual, bisexual o trans

Por Andrea Puggelli (@aikkomad1), activista LGBTIQ

Una encuesta sobre la diversidad sexual señala que mientras el 13% de lxs canadienses se identifican como lesbiana, gay, bisexual o trans (LGBT), muchxs se sienten incómodxs revelando su identidad en el ambiente mas cercano.

Más de la mitad de los encuestados que se identificaron como LGBT han indicado que no habían «salido del armario» en el lugar de trabajo y que ni tampoco no lo han dicho a sus compañeros de clase.

Aunque el 81% de los encuestados LGBT creen que «la sociedad canadiense está dispuesta a comprometerse a integrar a las personas de estas comunidades», el 73% cree que «aún queda mucho por hacer para detener el comportamiento LGTBfóbico y el acoso». De hecho, el 54% de los encuestados de la comunidad LGBT sintió que «la vida será o habrá sido más difícil que la de una persona que no es una minoría».

Poco más del 80% de los encuestados dijeron que sienten o sintieron la sensación de desorientación, de soledad y de aislamiento relacionadas con su orientación o identidad de género, y el 75% afirmó haber sido víctimas de intimidación, amenazas o comentarios feroces ( 60% en la escuela, 33% en el trabajo, y un «sorprendente” 20% en círculos LGBT). Por ejemplo, la mayoría de los encuestados (78%) consideró que «en algunos grupos LGTB hay endodiscriminación».

La encuesta se realizó para la Fondation Jasmin Roy que lucha contra la discriminación, el acoso y la intimidación relacionadas con la diversidad sexual

 

Un juez brasileño permite que se trate a los gais como enfermos #curagay

Por Joan Carrión Soriano (@joancarrions), graduado de Publicidad  y Relaciones Públicas

Cartel de la campaña #naohacura

 

Parece que Brasil ha dado un paso atrás en el reconocimiento de los derechos del colectivo LGTBQI. Según la resolución del 15 de setiembre de 2017 el juez Waldemar Claúdio Carvalho, matiza la resolución de la Consejo Federal de Psicología (CFP) de 1999 (RESOLUÇÃO CFP N° 001/99). Esta, siguiendo las directrices de la Organización Mundial de la Salud, decía que la homosexualidad no es enfermedad y por consiguiente, por definición, no se puede tratar.

La matización viene cuándo el Sr. Juez determina que la resolución de la CFP atenta contra la libertad de ejercicio de la salud de aquellos que consideren aplicables las terapias conversivas de la homosexualidad, es decir, que si un psicólogo considera que si no aplica la #curagay (así es como la llaman en Brasil) está faltando a su ética hipocrática y puede obviar aquello dictado por el Consejo y la OMS. Lee el resto de la entrada »

La dramática situación de las mujeres trans en México

Por Carolina Laferre (@TSM_es), de Trans·socialmedia – Identidades 3.0

Josselin Aguilar

En el mundo en el que vivimos, pasado el ecuador del segundo decenio del siglo XXI, están ocurriendo demasiados acontecimientos de forma simultánea que mantienen a la HUMANIDAD confusa, desorientada y, en demasiadas ocasiones, INDIGNADA. Vivimos una época de grandes CONTRADICCIONES, con el deseo común de cambiar la SOCIEDAD, basándonos en unos valores universales de SOLIDARIDAD, RESPETO e IGUALDAD para todos los seres humanos, sin excepción.

Algunas historias se utilizan siempre para despojar y calumniar. Pero muchas historias también importan. Porque las historias también se pueden utilizar para potenciar y para humanizar. Las historias pueden romper la dignidad de un pueblo, pero también pueden reparar esa dignidad rota.

En una ocasión Judith Butler dijo que “El género es una actuación”. Dijo esto entre muchas otras cosas, obviamente. Una cita agradable después de todo. Tal vez hay personas que no se percatan del impacto total de sus palabras. Pero cuando alguien escucha a una mujer trans como Josseline Aguilar es imposible pensar que se trate de una actuación.  Lee el resto de la entrada »