Por Charo Alises (@viborillapicara)
La libertad de expresión es un derecho fundamental consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Para filósofos como Montesquieu, Voltaire y Rousseau la posibilidad del disenso fomenta el avance de las artes y las ciencias y la auténtica participación política.La Constitución Española reconoce el derecho a la libertad de expresión en su artículo 20.1:
Se reconocen y protegen los derechos:
a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción.
b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica.
c) A la libertad de cátedra.
d) A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. La ley regulará el derecho a la cláusula de conciencia y al secreto profesional en el ejercicio de estas libertades.
El ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa.
Ahora bien, el derecho a la libertad de expresión no reviste un carácter absoluto, su límite también está fijado en nuestra Constitución, concretamente, en el artículo 20.4:
Estas libertades tienen su límite en el respeto a los derechos reconocidos en este Título, en los preceptos de las leyes que lo desarrollen y, especialmente, en el derecho al honor, a la intimidad, a la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia.
Respecto a los límites de la libertad de expresión, el Tribunal Constitucional, en las sentencias 214/1991 (caso Violeta Friedman) y 176/1995 (caso Makoki), determinaría:
Ni el ejercicio de la libertad ideológica ni la de expresión pueden amparar manifestaciones o expresiones destinadas a menospreciar o a generar sentimientos de hostilidad contra determinados grupos religiosos o sociales.
El Tribunal Supremo en las sentencias TS 25/04/11 y 12/02/2015 resolvería lo siguiente:
Cuando está en juego la libertad de expresión debe hacerse un riguroso análisis de las expresiones concretas y de la ocasión y el escenario en el que fueron pronunciadas y todas las demás circunstancias concurrentes. En caso de duda opera el favor libertatis, primaría el derecho a la libertad de expresión.
Sobre la colisión entre la dignidad humana y la no discriminación de la persona con la libertad ideológica y de conciencia y la libertad de expresión, el TEDH (Tribunal Europeo de Derechos Humanos) en su sentencia de 16 de julio de 2009, caso Féret vs Bélgica, dictaminó:
El artículo 10.2 del Convenio de Derechos Humanos no deja lugar a restricciones a la libertad de expresión en el ámbito del discurso político o de cuestiones de interés general. Sin embargo la libertad de discusión política no reviste un carácter absoluto, los discursos de odio no están amparados por la libertad de expresión.
Estos son los criterios del TEDH para limitar la libertad de expresión:
- Respecto al contenido, como hemos visto, la libertad de expresión no ampara los mensajes que inciten al odio.
- La forma, el modo en el que se transmite el mensaje también es un elemento fundamental a tener en cuenta. Un discurso tendrá mucha más repercusión si es retransmitido a través de los medios de comunicación.
- El tipo de autor, en este sentido, la capacidad de quién transmite el mensaje para influir en sus destinatarios es un elemento importante. El discurso de un líder político o religioso resultará más influyente que las opiniones de una persona anónima.
- La intención, la libertad de expresión tampoco amparará discursos que pretendan fomentar el odio hacia determinadas personas o colectivos.
- El impacto sobre el contexto.
- La necesariedad de determinadas expresiones para transmitir un mensaje. En este último supuesto, por ejemplo, podríamos preguntarnos si para fomentar los matrimonios heterosexuales es necesario comparar el matrimonio entre personas del mismo sexo con la unión entre un hombre y un perro o entre un bebé y un anciano. En mi opinión, evidentemente no.
En cualquier caso, la libertad de expresión es un derecho fundamental en toda sociedad democrática. No hay que olvidar que muchas personas son encarceladas e incluso condenadas a muerte en algunos lugares del mundo por mostrar opiniones contrarias al poder político de turno. La libertad de expresión permite, entre otras cosas, que las personas con una orientación sexual o una identidad de género no normativa podamos expresar libremente nuestros sentimientos, ideas y convicciones, así como criticar las ideas y convicciones de otras personas o colectivos y también supone que otras personas puedan criticar nuestra forma de sentir, de expresarnos y de vivir. Como decía George Orwell, la libertad de expresión es la libertad de decirle a la gente lo que no quiere oír.
¿Y qué podemos comentar acerca del cumplimiento de esos límites por parte de colectivos e individuos LGTBI? ¿Se ajusta a los límites de la libertad de expresión reírse de las creencias religiosas de otros? ¿con manifestaciones tipo «el santo coño insumiso? ¿como ir gritando lemas o haciendo pintadas en templos tipo «La única Iglesia que ilumina es la Iglesia que arde»? ¿»Arderéis como en el 36″? ¿o el no menos famosos «Vamos a quedar la Conferencia Episcopal»? ¿El disfraz con intención de burla y ofensa? ¿Imágenes de Vírgenes besándose como promoción de actos Gay? ¿Calendarios de burla y ofensa contra los católicos y sus creencias?
Esta muy bien predicar, pero lo que vale es hacerlo con el ejemplo.
Pero es que además, igual que se defiende ese mismo supuesto derecho para tipos como Abel Azcona y similares o para actos como los dichos, ¿Por qué no se ampara ese derecho para los que no piensan como Uds.? ¿por qué se roba y cercena el derecho de otros a predicar sus creencias (por cierto, derecho también reconocido por la Constitución, los Derechos Humanos y muchos tribunales), usando la misma expresión de George Orwell con la que termina su artículo? Pedir, o mejor dicho, exigir lo que uno no está dispuesto a dar
Y luego, estará muy bien ver algunos comentarios de respuesta (suponiendo que no se de, como en otras ocasiones en 20minutos, la eliminación del comentario).
16 enero 2017 | 11:07
Vienes a hablar de libertad de expresion a ver si callas a los religiosos quienes a su vez estan cumpliendo con sus mandatos religiosos cuando predican, te explico, en esta ocasion los religiosos tienen dos derechos a los que acogerse, no uno, pues tambien esta la libertad de culto que tu vulneras en cuanto que quieras protestar.
Espero, seas un hipocrita y borres mi comentario como otras veces mientras te llenas la boca de libertad de expresion.
16 enero 2017 | 11:54
Snolkocevic: Mi postura es en ambos sentidos moderada.
No estoy de acuerdo en acosar a los creyentes, ni en hablar de quemar iglesias. Sin embargo tienes que ser consciente de que los colectivos religiosos siempre han perseguido, torturado, asesinado y discriminado a los gays. Ten en cuenta que las burlas de los gays son dirigidas no a las personas sino a la institución que insta a sus adeptos a odiar a otros por su condición sexual. No es lo mismo odiar a personas que odiar a una organización por su dogma. También hay que diferenciar entre odio y fobia o miedo.
Por otra parte y desde un punto de vista ideológico, si tu dios es tal y como lo vendéis, él es justo y todopoderoso para condenarme a mí por mis blasfemias y no a tí y dentro de su poder tampoco necesitará a un humilde humano como tú para que le haga de defensor.
En cualquier caso, personalmente rechazo los radicalismos y opino que una actitud violenta no se justifica con otra semejante.
16 enero 2017 | 12:33
Al anónimo, sólo decirle que, efectivamente, hace lo que decía que iba a pasar, que básicamente es quitarme mi derecho de expresión, por cierto, creo que he ejercido de forma correcta y moderada (y si no es así, por favor, dime exactamente dónde).
Fer, mi postura también es moderada y correcta. Aún así, evidentemente, no puedo compartir tu postura. Dices: «tienes que ser consciente de que los colectivos religiosos siempre han perseguido, torturado, asesinado y discriminado a los gays». Eso, más allá de quedar muy bien, no pasa de ser una generalización injusta y además, alejada de la verdad. En primer lugar, porque es parte de la creencia y el dogma católico la calificación de los actos, entre otros, los actos homosexuales (fíjate bien lo que digo, hablo de los actos, no de las personas). De igual modo se habla de los actos de robo, de asesinato, de humillación, sin calificar o descalificar a quien los realiza. Como parte del dogma católico, es un DERECHO FUNDAMENTAL, RECOGIDO TAMBIÉN EN LA DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS, lo que también implica su exposición libre en público y en privado. A pesar de todo, se persigue y se insulta a quien se «atreva» a decirlo en voz alta (sea un ciudadano anónimo, un grupo o un obispo). Eso, también es conculcar los Derechos Humanos
En segundo lugar, está lejos de la verdad, porque se tergiversa la verdad cuando, al exponer esta parte del dogma, se dice que su mera exposición y defensa, es vejar, perseguir, insultar… Como digo, eso es negar el derecho de libre expresión y de libertad religiosa de los católicos.
En tercer lugar, me gustaría que me indicaras, en fechas recientes, cuantos actos de gente católica o de grupos católicos, han torturado o asesinado a gays, por el hecho de serlo. Respecto a los actos antiguos, es una falacia y un error básico, juzgar bajo las ideas de hoy, sin ningún otro filtro, los hechos, y las formas de pensar de otras épocas. Eso es básico.
Por último, respecto al flojo alegato acerca de Dios, hay mucho que decir. Que no nos necesita es verdad. Que no quiera que digamos las cosas, es un asunto diferente (si quieres, debatimos al respecto). Esa idea, más que un argumento, parece una forma de decir que, como Dios no me necesita de defensor, mejor te callas, lo que al fin y al cabo, es cercenar mi derecho de libre expresión.
Como colofón, yo tampoco justificó ningún tipo de acto violento, ni físico ni de otro tipo, contra nadie, ni como respuesta, ni de forma inicial
16 enero 2017 | 18:23
Todo el mundo ofende, y todo el mundo resulta ofendido. El mundo es una gran ofensa en si mismo, pero no es para tanto. La libertad de expresión no existe, depende de quien la juzgue se aparenta su existencia. Lo malo no es lo que se dice, lo malo es lo que se que se calla, no sea que alguna ley sea «infringida», es mejor prevenir que curar. La consecuencia es que la ausencia del diálogo, aunque pueda resultar ofensivo, convierte en perpetuos ciertos «conflictos».
Si esa persona de la foto piensa eso que dice, es mejor que lo diga, quien se ofenda es que tiene la piel demasiado fina. No es tan dramático el mensaje de su pancarta, es su punto de vista personal. Claro que entiendo que quien viva de alimentar el conflicto lo considere ofensivo, yo lo que considero ofensivo es el insulto a la inteligencia al que todos los días nos vemos sometidas las personas que no comulgamos con la pancarta, ni con quienes se consideran ofendidos por esa pancarta. Os mandaría a la mierda, pero no lo voy a hacer, no sea que se ofenda alguien, no lo pretendo. Aunque si me dan a elegir elijo a quien porta esa pancarta por su valentía, recuerda al ciudadano chino de la Plaza de Tiananmén, solo ante el tanque.
17 enero 2017 | 01:04