Un belén para lesbianas

Por Laura Ramírez Martín  (@laura1decada10)

¡Ah, la navidad!belen navidenŞo 3 web

Tiempo difícil para todos y especialmente para la lesbiana común y corriente.

Es este uno de los momentos del año en el que se ponen en práctica todas las formas de invisibilidad conocidas que vengo comentando en este blog, a saber, nos perdemos en la vorágine de luces de contra, desenfoques, decorados irreales en los que se nos incrusta a lo bruto sin croma verde ni nada. No se nos nombra, a nuestras parejas tampoco y nuestros hijos son nacidos gracias a dios. ¿A dios? Los tres mil euros que cuesta cada intento en el banco de esperma no han caído del cielo a la cuenta corriente, oiga. En fin, un compendio de actitudes y paisajes que nos evitan, esquivan y/o ningunean. Como el resto del año pero todo a la vez y con un plus porque las vías de escape disponibles los otros meses se cierran a golpe de chantaje emocional y exceso de sensibilidad navideña de la que es dificilísimo escapar porque en el fondo, nosotras también, deseamos en secreto encajar en lo imposible. Como todos. Solo que vosotros al menos tenéis representación en el belén.

La navidad es en la complicación bastante democrática.

Estamos en esos días de felicidad en los que todo dios está incómodo pero se esfuerza en disimularlo porque es tiempo de alegría y reencuentro con la feria de las vanidades, digo navidades familiares. Esas maravillosas celebraciones alrededor de abundantes y ricas viandas a precios obscenos que generan todo tipo de empachos de alma que se traducen al cuerpo y que casi nadie quiere reconocer como lo que son y se buscan causas como ‘será un virus’, ‘es que comí demasiado’ o ‘algo te habrá sentado mal’. Claro, has tragado con ruedas de molino en forma de familia nuclear patriarcal feliz y como eso no existe más que en los anuncios, efectivamente, algo te ha sentado mal. Pero nada, tú sigue pensando que son las gambas.

E igual porque llevamos más tiempo en resistencia o cuestionándonos verdades, me gustaría dibujar otro paisaje navideño para lesbianas cansadas de la escena familiar tradicional. Solo para tus ojos, hermana: Otro belén es posible.

Dejando al margen consideraciones personales sobre la asunción de la realidad por parte del respetable, según el Nuevo Testamento tenemos que a efectos prácticos celebramos el natalicio del hijo de dios, Jesús, que tal y como lo dicen parece que lo parió él… Pero no, dice que nació de una virgen santísima. Pero es que además, Jesús es a su vez la misma persona que su padre, un señor mayor con barba y que un pájaro, en concreto, una paloma porque dios es uno y trino, que digo yo que de ahí lo de la paloma, aunque el ruido que hacen esos bichos parece cosa gutural más que un trinar… Bueno, por lo que sabemos, dios podría ser un canario.

En realidad, María era una lesbiana que se quedó embarazada a través de un banco de semen de la época, de ahí lo de ‘la virgen’, porque de virgen no tenía nada. Cierto que nunca fue penetrada por pene humano alguno, pero cierto también es que el manual de sexo lésbico no dice nada de mantener el himen intacto y ya entonces, aunque supongo que más rústicamente, existirían los dildos y se habría inventado el fisting.

Vamos, que por aquel entonces ya existía la posibilidad de embarazar mujeres con esperma en bote, pero esto se ha mantenido oculto hasta hoy por obra y gracia del espíritu santo del patriarcado, no fuera que las mujeres nos diéramos cuenta de nuestro poder real. Por eso y porque entonces tampoco estaba muy bien visto, que digamos.

El tema es que María y su “prima” Isabel, para tener descendencia tuvieron que orquestar un matrimonio de conveniencia a medida y armar la de dios o en su defecto un belén (de ahí la expresión) para que todo el mundo quedara conforme y no se revolucionaran mucho las lenguas bienpensantes y maledicentes. Además, Isabel insistía en la necesidad de una figura masculina por el bien del muchacho y María terminó por ceder.

Lo prepararon todo. El caso es que cuando nació el niñito, los que estaban ahí apechugando de cara a la galería eran María, la virgen, y José, el… carpintero. Carpintero que estaba claro era maricón perdido porque dime tú a mí cómo se iba a tragar si no el cuento de que María se había embarazado sola. Todo el pueblo lo sabía pero ya sabes, las apariencias. Como José andaba un poco enfadiscao porque iba a quedar de cornudo para arriba, Isabel y María se acordaron de Gabriel, el médico que venía a traerles el semen congelado, le llamaron e improvisaron rápidamente toda esa vaina del emisario, la anunciación y lo del sexo de los ángeles. Asexuado en esa época quería decir bisexual. José al principio se mostró reticente, que quién iba a creerse eso, dijo. Pero cuando le descubrió el culito respingón se le pasó el enfado y se mantuvo tranquilo y colaborador durante toda la operación.

Lo de la mula y el buey he preferido no desarrollarlo.

Y esto, queridas lectoras, es lo que pasó de verdad. Lo que tenemos ahora no es más que el resultado de jugar al teléfono escacharrao con este cuento durante más de 20 siglos. Y espérate tú que Jesús no fuera en realidad Yosune. Porque lo que son las cosas… las únicas mujeres conocidas que salen en el Nuevo Testamento son una virgen y una puta. La Virgen, necesaria para parir a Jesús, el protagonista del libro y la Puta, para mantenerle entretenido desde que se fue de casa hasta que le tocó volver para el numerito de la crucifixión y demás. Ahí estuvo la puta, primero para alegrarle la vida y después para llorarle la muerte.

No hay más mujeres en el elenco principal. Una Virgen con un papelón y una Puta, que ya lleva el papel encima. Nada de diosas, ni reinas magas, ni apóstolas… nada de nada.

La biblia tampoco pasaría el test de Bechdel.

En vista de lo visto, yo prefiero pintarme una navidad así. Porque lo de la mesa familiar con cabecera, las mujeres calentando cenas y los hombres en el salón calentando sillones y comentando el mensaje de un rey que encima no es mago… como que me da pereza.

 

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5 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser AGA

    LAs navidades con tu familia seran asi si quieres, pero no generalices que no todas son iguales. El espiritu de la navidad, sea eso lo que esa para cada uno, se lleva dentro, y no tiene que ver ni con luces del corte ingles ni con los langostinos que se ponen en la mesa. Si tu no lo tienes o no quieres tenerlo es tu problema y de nadie mas. Y no tiene nada que ver con a quien metas en tu cama.

    En cuanto a tu interpretacion del nacimiento de Jesus, pues supongo que sabras que estas ofendiendo a mucha gente que tiene unas ciertas creencias, esa misma gente a la que le pides respeto. Ole tu, oye.

    Y no, no estar de acuerdo contigo no me convierte en homofobica (nada mas lejos). De quien te enamores o te dejes de enamorar me es indiferente y no es asunto mio. Pero tampoco te hace tener mas razon.

    21 diciembre 2015 | 09:11

  2. Dice ser Diana

    Yo también creo que si quieres ser respetada debes respetar a los demás. Yo no soy católica pero respeto las creencias de la gente que lo es. No soy lesbiana pero tengo grandes amigas que lo son y considero que sus tendencias/creencias/gustos personales son siempre perfectamente respetables y admirables en cuanto a su variedad. No nos creamos en posesión de la verdad absoluta o nos daremos de morros con la falta de tolerancia.

    21 diciembre 2015 | 13:58

  3. Dice ser Wolframio

    Veo que desconoces por completo el Dogma de la Inmaculada Concepción de María, ya que te refieres a él, aplicando un concepto de Virginidad equivocado (como casi todo el mundo).
    Para escribir sobre algo, deberías informarte primero sobre ello, aunque solo sea mirar en la wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Inmaculada_Concepci%C3%B3n) .
    También creo que deberías tratar el tema con el mismo respeto que tu exiges para tu condición sexual seas creyente o no.
    Para tu información, por si no te has molestado en mirar la wikipedia, María es Virgen, porque fue concebida sin Pecado Original, nada que ver con la connotación sexual que tu misma estás suponiendo.

    No te puedo contar nada acerca de la vida sexual de José y María, puesto que los evangelios no entran en ello pero supongo que tendrían su propia vida sexual y, aunque María tuviese relaciones intimas con José, siguió siendo Virgen.

    Por otra parte, me parece perfecto que tu tengas tus hijos y tu propia familia, pero cuéntale las cosas como son,
    háblale del nacimiento como es María, Jesús y José. Cuéntaselo con la misma naturalidad con la que presentas a tu familia. No tengas miedo
    Un saludo

    21 diciembre 2015 | 15:00

  4. Dice ser Victor Iron Blade

    Laura, solo una cosa. Me parece que tú no necesites un belén para lesbianas, sino una profunda revisión neuronal. Soy laico y ateo, pero respeto las creencias de todos. Atrincherada atrás del pensamiento «main stream» gay, tú has faltado al respeto a muchas más gente de cuanta pueda haber ofendido Borat con sus sarcásticas películas. Quizás estarás orgullosa por esto, quizá. La verdad que tu interpretación es todo excepto que condivisible. Más bien lamentable. Consejo: pasa por el gabinete de un buen psicólogo o tal vez psiquiatra para que te haga la ITV del motor, es decir las synapses y conexiones neuronales de tu cerebro. Creo que lo necesitas. Feliz Navidad.

    21 diciembre 2015 | 15:18

  5. Dice ser VOS

    Pues yo creo que es divertida esta nueva interpretación, que no entiendo que alguien se sienta ofendidx cuando claramente se está haciendo una exageración/reinterpretación de un mito religioso. Que si alguien no quiere leer esto pues que no lo lea y si quieren contar la historia «original» pues que vayan al libro que la cuenta y se lean el cuento tal y como lo decidieron escribir en su época. Creo que el sentido del humor es muy importante, que es algo que se está perdiendo y así nos va…

    Está muy bien y es muy importante el respeto al otrx pero si no somos capaces de reírnos incluso de nuestras propias creencias, si nos tomamos todo tan a pecho y como una afrenta perderemos la capacidad de darnos cuenta de nuestra propia imbecilidad y ahí, sí, tenemos un problema.

    05 enero 2016 | 21:45

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