Por muchas carrozas que Ciudadanos nos dedique

Por Enrique Anarte (@enriqueanarte)

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Begoña Villacís en la cabecera de la manifestación estatal del Orgullo /Foto: GTRES 2015

La carrera electoral ha comenzado. Los astros (o, más bien, los grandes grupos mediáticos) parecen alinearse a favor de Albert Rivera y Ciudadanos. La derecha sociológica española no quería ser menos en estos tiempos de «nueva política» y ha encontrado en el partido naranja la «renovación» que en un principio abanderaba solo la izquierda, ahora convertida en conditio sine qua non para tomar las riendas del país. Condición que hasta el Partido Popular y el Partido Socialista han aceptado; eso sí, solo hasta cierto punto, no vaya a ser que se derrumben las estructuras político-económicas que cimientan ambas formaciones.

La llamada cuestión LGTB, como la igualdad de género, se ha convertido en la punta de lanza de este proceso de metamorfosis de la derecha española que encarna Ciudadanos. Ya tras las elecciones municipales y regionales, y sobre todo en la celebración del Orgullo en Madrid, al cual no faltó la carroza naranja, la (digamos «supuesta») apuesta por la igualdad de todas las personas, independientemente de su identidad de género u orientación sexual, se tradujo en el apoyo de este grupo político a diferentes iniciativas políticas en este sentido. Las fotografías de líderes como Rivera o la líder madrileña Begoña Villacís con miembros de los colectivos activistas (y sin olvidar las vistosas banderas arcoíris de fondo) circularon por los grandes medios, siempre dispuestos a apoyar de manera entusiasta a la que muchos consideran la opción política favorita del Ibex 35.

Ciudadanos quería lavar su imagen y no lo ha hecho mal. Rivera sabe que su pasado es su peor enemigo: su historial homófobo, xenófobo e incomprensiblemente tímido en lo que respecta a la condena del dictadura franquista tenía que ser enmendado. La entusiasta campaña mediática a favor de esta «nueva política» de derechas, de esta alternativa liberal «emergente», no ha conseguido sin embargo echar suficiente tierra sobre la evidencia: Ciutadans tiene un pasado. Y exportar el modelo naranja al resto del territorio del Estado a través de tránsfugas no es hacer borrón y cuenta nueva.

Es evidente que una persona puede cambiar de opinión. También un político. En un país donde uno tiene a veces la sensación de que el debate entre las diferentes fuerzas políticas se resume en un escrutinio voraz del pasado de los candidatos en búsqueda de errores imperdonables, el currículum de errores de uno y otro se convierte a menudo en un obstáculo para el progreso como sociedad. Sí, las opiniones de Albert Rivera, allá por 2006, sobre el matrimonio igualitario son vergonzosas, deplorables, inaceptables, casi diría que imperdonables. Pero ello no impide que pueda haberse retractado. Tiene el todo el derecho del mundo; es más, según los datos sobre el apoyo que el matrimonio entre personas del mismo sexo tiene ahora y tenía entonces en nuestro país, diría que muchísimas personas han dado el mismo paso. Bienvenidos sean a la defensa de los derechos humanos.

Y, sin embargo, se abren grietas en la reluciente imagen de los sospechosamente impolutos candidatos de Ciudadanos. En Almería, sus concejales se abstenían de apoyar el plan municipal contra la homofobia y la transfobia de los grupos de izquierdas, apoyando así la oposición del PP. Otra abstención naranja volvía a dar alas al rechazo conservador a una moción contra la LGTBIfobia en Ciudad Real. A alguno de los de Rivera ya se le ha salido la vena más intolerante y retrógrada. Y eso es solo lo que trasciende.

Errores cometemos todos, sí; la cuestión es si estamos dispuestos a enmendarlos. Ciudadanos podría convertirse en una alternativa capaz de abanderar la causa de la igualdad y la diversidad si quisiera. Es fácil: basta de fotos, banderas y buenas palabras. Que erradiquen todo vestigio de intolerancia. Que empiecen por reconocer el pasado, no ignorarlo, para construir un futuro diferente. No olviden que ese pasado sigue escrito en nuestro cuerpo en forma de cicatrices, en el mejor de los casos. Además, el matrimonio no lo es todo, ya va siendo hora de que incorporen en su seno los debates que hoy ocupan y preocupan a quienes vivimos al margen de la norma binaria y heterosexual. Queremos hablar de educación, de salud, de pobreza, de migraciones, de racismo, de desigualdad, de discriminación laboral, de religión, de enfermedades de transmisión sexual, de violencia estructural, de intersexualidad, de identidad de género, de nuevas masculinidades, de feminismo. Queremos propuestas radicales para ir a la raíz de aquello que nos impide ser iguales en nuestra diferencia. Muéstrennos qué propuestas tienen al respecto.

Ahora bien, si son demasiados sensatos o moderados para acompañarnos en esta lucha, si no están dispuestos a exigir con nosotros, entiendan que mantengamos nuestros recelos. Por muchas sonrisas y carrozas que nos dediquen.

7 comentarios · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Bertuccio

    He parado de leer cuando has dicho que era homófobo por decir que «llamar matrimonio a la unión de 2 personas del mismo sexo crea tensiones innecesarias», donde sólo se refiere a la denominación de esa unión. Nunca se situó en contra de la unión y menos de los homosexuales. Este artículo no está al nivel de esta web. Saludos!

    12 octubre 2015 | 10:09

  2. Dice ser Sabu

    Es la derecha o centro derecha sin prejuicios y sin caspa, o por lo menos lo están intentando y merecen todos mis respestos, gente mucha de ella joven o bastante joven se están encargando de hacerlo realidad, no son de mi palo y no les votaré, pero reconozco su valía para sacar adelante un proyecto diferente al casposo y corrupto PP. Lo mismo digo de Podemos o otro partido que se encunar al otro lado pero por los mismo merecen mi respeto, sobre estos dos partidos y algunos más deberá optar el electorado en las elecciones, ya que es evidente que tanto el PP y el POSE esta´na intentado cambiar de imagen y de personas a marchas forzadas, basta ver que han puesto como pantalla a gente joven y guapa, con ese cambio de cara quieren lavarse sus culpas y presentarse como nuevos partidos con gente nueva, nada más que fachada, siguen siendo los mismo perros con distintos collares. A estos dos hay evitar abstenerse de votarlos, y si no votar en blanco.

    12 octubre 2015 | 10:16

  3. Dice ser Bekenbawer

    El que ha escrito esto se ha bebido una botella de ginebra??? madre mia….

    12 octubre 2015 | 11:07

  4. Dice ser Mitin barato anti-ciudadanos

    A ver cuando haces un artículo igual con Pablo Iglesias y sus cobros del régimen iraní, donde a los gays se les apalea, se los ahorca de las farolas, etc.etc.
    ¿Rivera homófobo, fascista, etc…? ¿Alguna prueba o es parte de la leyenda urbana?

    12 octubre 2015 | 11:12

  5. Dice ser Luis

    ¿Acaso el matrimonio homosexual está legalizado en Venezuela ?

    Que poco mes gustan aquellos que deciden hablar en nombre de todos… Cuando solo intentan manipular.

    Enrique Anarte tiene su opinión y otros homosexuales tenemos otra.. Ser homosexual no implica ser de izquierdas. Yo votaré a Ciudadanos. Y lo haré por que tengo claro que la defensa de los derechos de los homosexuales siempre se ha hecho desde el centro.

    Hay muchos debates izquierda-derecha ( racismo, desigualdad, etc ) en los que ser homosexual, hetero , bi, trans etc no influye: Cada uno tendrá su opinión.

    Ahora bien los derechos homosexuales propiamente dichos ( vientres de alquiler p.e. ) siempre ha sido el CENTRO quien los ha defendido: La ley del matrimonio homosexual es del PSOE ( que a nadie se le olvide ) y hoy en día hasta el ala moderada de PP defiende el matrimonio gay.

    Ciudadanos es un partido de centro, que al menos se ha tomado las molestias de evolucionar en su discurso, y electoralista o no ( más que las intenciones me importan los actos ) ha participado en el desfile del orgullo.

    Un pais de izquierda radical no lo veo bueno. Los paises del bloque comunista , antiguos integrantes de la izquierda radical económica SON EL MEJOR EJEMPLO DE HOMOFOBIA… En resumen : prefiero 1 partido como Ciudadanos que 1000 como Podemos.

    12 octubre 2015 | 11:21

  6. Dice ser Álvaro

    La Ciudadanofobia, como cualquier otra fobia, es pura irracionalidad, puro sectarismo…

    12 octubre 2015 | 13:13

  7. Dice ser PeanutRoll

    ¡Qué ideología más fuerte suda este artículo por dios! Lamentablemente no veo más que pura opinión y datos no contrastados en aras de persuadir al incauto idiota.

    13 octubre 2015 | 01:36

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