La memoria es imprescidible para construir la historia de cualquier colectivo. Hoy hacemos memoria de la mano de Aimar Rubio Llona, politólogo especialista en violaciones de derechos humanos de las personas LGTBI en África y activista en Euskadi del grupo de Diversidad Afectivo Sexual de Amnistía Internacional.
Al igual que miles de mujeres sudafricanas de 24 años de edad, Noxolo Nogwaza regresaba a su casa la madrugada del 24 de abril de 2011 tras haber pasado la noche del sábado con sus amigos y conocidos. Sin embargo, aquella noche Noxolo se encontraría en su camino con la sinrazón de la homofobia y la violencia en Sudáfrica, un país donde la diversidad sexual no siempre encuentra el respeto que merece. Noxolo fue brutalmente violada, agredida y humillada hasta su muerte, tan solo cuatro meses después de que otro activista LGTBI, el ugandés David Kato, fuese asesinado a sangre fría en Kampala.
Como otras muchas activistas en Sudáfrica, Noxolo trabajaba defendiendo los derechos humanos de las personas LGTBI en la organización Ekurhuleni Pride Organizing Committee (EPOC), ONG ubicada en Kwa-Thema, un township próximo a Johannesburgo. Los objetivos que guían a esta organización se centran en combatir los crímenes de odio y violencia motivados por la orientación sexual e identidad de género, así como empoderar y visibilizar al colectivo LGTBI a través de diversos actos, como la celebración de la marcha del orgullo en Kwa-Thema.
En el cuarto aniversario de su asesinato, Noxolo es un símbolo en la lucha que cientos de activistas sudafricanos libran contra el miedo y acoso que sufren las personas LGTBI en el país. Noxolo también representa la figura de una mujer incansable que “vivía con la nariz pegada a un libro”, y que luchó por el bienestar de sus hijos a pesar de la precariedad laboral que le envolvía.
El nombre de Noxolo no puede ser olvidado. Amnistía Internacional lleva años denunciando la impunidad de este crimen de odio, así como la necesidad de que se haga justicia con la puesta en marcha de una investigación efectiva que encuentre a los responsables del asesinato, sean sometidos a un juicio justo y, si son hallados culpables, sean condenados a una pena proporcionada a la gravedad del crimen.
El nombre de Noxolo siempre será recordado por todas aquellas personas anónimas y activistas que luchan por un mundo donde amar no sea un delito. Su figura seguirá inspirando el trabajo de miles de mujeres y hombres que claman por el derecho a vivir de acuerdo con su orientación sexual e identidad de género sin que la violencia y el terror coarten nuestra libertad. Todos los días son 24 de abril, ya que recordar a Noxolo es luchar por un mundo donde todos los derechos sean para todas las personas.
El autor quiere invitar a todas las personas interesadas a colaborar en la RED DE CASOS LGBTI NOXOLO NOGWAZA y AHMET YILDIZ, a través de la que se da seguimiento a casos de larga duración que requieren la implicación en el tiempo de una amplia red de apelantes que haga saber a las autoridades que ese expediente no permanece en el olvido. Puedes informarte en diversidad.aien@es.amnesty.org