Nuestra particular apasionada de la literatura, Nieves Gascón (@nigasniluznina) , vuelve al blog para recomendar un libro que nunca debería salir de la lista de ventas, un título a tener en cuenta en estas fechas porque Elmer, de David McKee, es un regalo perfecto.
Esta vez hacemos una parada especial en un clásico de la literatura infantil. Elmer, un personaje de origen británico editado por primera vez en 1989, traducido a distintos idiomas (al castellano por Raquel Salagre Muñóz), de David McKee y que va perfectamente por su decimoquinta edición, fácil de encontrar en las estanterías de casi todas las librerías. Esta historia ha llegado a muchos rincones del mundo y se ha hecho adaptación teatral. Pero centrémonos en el relato. Una lectura para compartir antes de dormir y regalar en estas fechas. Aunque el mejor regalo es dedicar un tiempo especial a nuestra familia, a nuestros niños y niñas, para que con cada lectura abran sus mentes a la ficción.
Mundos de fantasía que fomentan la curiosidad, la imaginación y despiertan la afición a la lectura. Un tiempo especial, que es lo que realmente necesitan los niños y niñas en esta época de estrés y tecnología que no pueden sustituir la necesidad relacional del afecto para un crecimiento adecuado a cada edad.
Un cuento recomendable para todas las fases de la infancia. Las y los más pequeños pueden disfrutar de grandes imágenes llenas de colorido y contrastes. Y precisamente para ellos es ‘El chapuzón de Elmer’, otro título del mismo personaje y autor; una edición plástica para mojar y leer en el baño, e incluso morder bajo supervisión. Hay otra edición en tela y hasta se puede encontrar a Elmer relleno, en trapo de colores, listo para achuchar. Las y los neolectores de 6 a 8 años pueden aprender a leer con este cuento de forma divertida.
Elmer un día se plantea no ser diferente al resto de los elefantes de su manada y se pinta de color gris. Cuando vuelve al grupo, pasa desapercibido. No sucede nada hasta que la lluvia cae y le quita la pintura. Vuelve a ser un elefante de colores y sus compañeros se ríen al descubrir su camuflaje. Elmer es diferente y todos los elefantes lo saben, a la vez que disfrutan de su peculiar forma de ser. Así que deciden celebrar una vez al año una fiesta en la que todos, menos Elmer, se pintarán de vivos colores inspirándose en él. Elmer también se pintará de gris elefante para la ocasión y quizá para no sentirse tan diferente. ¿Pero realmente somos todas y todos iguales? No lo creo. Elmer ya es querido por ser un elefante especial en su grupo, no sólo por sus colores, sino porque le conocen, valoran y quieren.
Quizá esa es la clave, conocer y apreciar a cada persona por su valía y respetar el derecho a la diferencia. Una buena premisa para relacionarse y comprobar que podemos llevar un elefante de peculiares colores en nuestro interior. Por la convivencia, el respeto y la diversidad la historia de Elmer es algo más que un cuento para los y las peques que están en ese momenmto de crecer y descubrir, precisamente, que todos somos diferentes.
Todo el mundo es como es, aunque lo vuelvan del revés
02 enero 2015 | 10:14
Solemos hacer hincapié en la necesidad de que las mayorías acepten a las minorías, de que los intolerantes sean más tolerantes, de que los que se creen normales acepten a quienes consideran raros… y está bien, pero creo que hay otro punto de vista. ¿Por qué, si todos somos diferentes, la mayoría parecemos tan iguales? Yo creo que es por el miedo al rechazo, que nos uniformamos. En realidad, cada uno de nosotros vivimos en nuestro “armario” particular. Por ello, una de las formas de luchar por la inclusión, es animar a cada uno a salir de su armario. Y a ser él mismo de verdad.
02 enero 2015 | 10:26